El editorial de este primer número del año 2013 de la Revista del Laboratorio Clínico tenía que versar, por necesidad, sobre una persona que nos ha dejado recientemente y que fue una pieza fundamental para que esta publicación viera la luz hace ya 5 años y que no es otro que el Dr. Miguel García Montes.

Sin ninguna duda, el Dr. García Montes ha sido una de estas personas que todos queremos, o nos gustaría, tener al lado, por su forma de ser, su optimismo, pero especialmente porque, para él, cualquier momento era bueno para hablar, dialogar y hacer algo positivo por todo lo relacionado con el laboratorio, los profesionales, los pacientes, etc. La explicación a esta dedicación reside sin duda en que, desde sus comienzos como residente en el hospital Gregorio Marañón, en Madrid, a finales de los años 60 el Dr. García Montes ha estado entregado en cuerpo y alma a su profesión, al laboratorio clínico.

Es imposible describir en un editorial todo lo que el Dr. García Montes ha hecho a lo largo de su carrera profesional, pero su carácter ha dejado huella en una serie de empresas que merece la pena destacar:

El Dr. García Montes ha sido fundamental en el acuerdo para lograr un congreso único del laboratorio clínico. El acierto de dicho acuerdo no merece justificación alguna, ya que todos los profesionales lo han podido comprobar en los 6 congresos ya realizados.

Asimismo, ha desempeñado un papel clave en la idea de publicar una revista científica única que naciese con la idea de liderar las revistas en castellano en el campo del Laboratorio Clínico.

Aunque estos últimos años no han sido los mejores para los profesionales del laboratorio clínico, sin duda el Dr. García Montes siempre ha estado defendiendo el buen hacer y la necesidad de trabajar al lado de los clínicos, o lo que es lo mismo, el rechazo a la externalización de los laboratorios.

Es una pena que el Dr. García Montes nos haya dejado, pero es también nuestra responsabilidad continuar su legado, conservar su optimismo y ganas de trabajar que, como él decía, es la única forma de superar estos momentos de crisis.

Bertrand Russell decía que la «buena vida» es aquella que se inspira en el amor y se guía por el conocimiento. Miguel García Montes llevó una buena vida y supo trasmitir ese sentimiento y esa actitud a los que le rodeaban.

La Revista del Laboratorio Clínico te agradece todo lo que has hecho, que no ha sido poco, para conseguir el objetivo inicial que no es otro que ir subiendo escaños hasta conseguir estar en lo más alto de las revistas del laboratorio clínico en castellano.

Los Presidentes de AEBM, AEFA y SEQC quieren agradecerte públicamente mediante este editorial todo lo que has hecho a favor del laboratorio clínico, esfuerzos que siempre han estado presididos tanto en tu vida profesional como personal por unos sólidos principios éticos.

Gracias Miguel