Los autores presentan una interesante técnica para la inestabilidad lateral que se alinea con la tendencia de buscar reparaciones anatómicas, ya sea mediante el retensado de las estructuras ligamentosas existentes o mediante su sustitución por plastias.
En general, el uso de autoinjerto es la primera opción para la mayoría de los cirujanos, presentando como ventaja la no agresión de los tendones peroneos clásicamente utilizados en las plastias no anatómicas lo que contribuirá a un mejor funcionamiento del tobillo. La alternativa que nos permitirá disminuir la comorbilidad de la zona donante y a su vez disminuir el tiempo quirúrgico será la utilización de aloinjerto, para el que algunos autores defienden similares resultados en cuanto a resistencia e integración en el túnel óseo.
Por otra parte, la evolución de los sistemas de anclaje ha facilitado la reinserción anatómica mediante el uso de tornillos de biotenodesis, tal y como se describe en esta técnica.
Cabe destacar como inconvenientes a la técnica la dificultad de realizar gestos asociados como osteotomías de calcáneo, dada la presencia de la tunelización ósea en el mismo, y el debilitamiento del peroné al realizar una doble tunelización tan próxima, lo que puede ser fuente de complicaciones especialmente en el caso de peronés de pequeño tamaño o con tunelizaciones sobredimensionadas.