En relación con el artículo especial publicado el 26 de junio de 2020 en su revista, «¿Por qué es menos «intensa» la epidemia de COVID-19 en África?», quisiera argumentar otros motivos relacionados con la intensidad de casos en África, respecto al resto de continentes.
La intensidad a la que se hace referencia en el artículo nos remite a la incidencia acumulada y a la mortalidad, sin distinguirlas, y cabe subrayar que la infranotificación de casos que se produce en África, respecto a otros continentes, es un factor fundamental para poder comparar los datos. Por ejemplo, que muchos de los países africanos hayan basado su estrategia diagnóstica en pruebas rápidas de antígenos, con las limitaciones que estas pruebas tienen para detectar casos activos, o que la edad menor de 65 años sea un factor protector entre los casos fatales, provoca que no se detecten tantos casos de coronavirus, en su forma leve o moderada, entre el sector de población joven, debido a su baja capacidad de detección1,2.
El autor del artículo basa la baja intensidad de la pandemia en cuatro argumentos: factores climáticos, diferencias en las pirámides poblacionales, diferencias en el sistema inmunitario y, por último, factores sociopolíticos3.
Admitiendo la hipótesis de una infraestimación de casos, por lo que respecta a los factores climáticos, la dinámica de la pandemia está afectando de forma diferente en los diferentes continentes (fig. 1). Pero quizás no sean tanto los factores climáticos los que influyen en la intensidad de la pandemia en África, sino una llegada tardía del virus al continente, por un cierre de fronteras temprano, como por un menor número de desplazamientos, vuelos y menor densidad en zonas urbanas, lo que influya en que la dispersión del virus por el planeta haya sido desigual4.
Porcentaje que representa el total de casos, de casos nuevos por día, de muertes, de población y de densidad de población respecto al global del planeta, por continentes. (Elaboración propia, a raíz de los datos publicados el 25 de noviembre de 2020 por WorldoMeters5).
Con respecto a las pirámides poblacionales, se observa una menor gravedad en los pacientes jóvenes afectos de coronavirus, pero se observan niveles de letalidad mayores en África que en Europa (fig. 2). Con base en lo anteriormente descrito, la infranotificación entre los casos menos graves quizás sea mayor, y sean los casos graves, que son los que se notifican, los que acaban falleciendo.
Letalidad (porcentaje de fallecidos entre los casos positivos por coronavirus) por continente. (Elaboración propia, a raíz de los datos publicados el 25 de noviembre de 2020 por WorldoMeters5).
Existe poca evidencia científica en cuanto a posibles asociaciones genéticas con una resistencia a COVID-19 en la población africana, ya que esa misma población, en América del Norte, ha sido la que más ha sufrido las consecuencias de la pandemia, y se ha asociado más esas diferencias a las desigualdades socioeconómicas que a una resistencia genética, algo que ya también apunta el autor1.
Pero otros factores, como la falta de recursos y competencias en cuidados intensivos, tanto humanas como materiales del débil sistema sanitario africano, y una falta de sofisticación en las unidades de cuidados intensivos, son circunstancias que deben ser analizadas en la evaluación de la intensidad de la pandemia en África.
Desde el punto de vista cualitativo, frases que se escuchan durante la pandemia en África, como «prefiero morir de la COVID que de hambre» hacen entender que hay otra serie de factores más determinantes que influyen en la evolución de la pandemia, y sus consecuencias sociales, como son el hambre y las desigualdades norte-sur existen actualmente.
El control de la propagación de la infección en África, así como su respuesta terapéutica adecuada ante el aumento de casos, son prioritarios y urgentes. Solo un abordaje y una visión globalizados de la pandemia permitirán erradicar la enfermedad del planeta, o estaremos condenados a vivir con ella durante largo tiempo, a no ser que el virus se extinga por sí solo.
FinanciaciónEste trabajo no ha recibido ningún tipo de financiación.
Conflicto de interesesEl autor declara no tener ningún conflicto de intereses.