A finales de 2003 se comienzan a publicar en forma creciente los primeros casos de exposición ósea en los maxilares con evolución tórpida, asociados al uso de bifosfonatos por vía intravenosa. Estos fármacos son usados en pacientes con osteoporosis, mieloma múltiple, hipercalcemia maligna y cáncer de pulmón, mama y próstata, principalmente por su capacidad de inhibir la resorción ósea.
Material y métodoEstudio prospectivo de los pacientes en el Hospital Virgen Macarena que presentaban lesiones maxilares asociadas al uso de bifosfonatos desde el año 2006 hasta la actualidad. Las variables que valoramos en el paciente son: sexo, edad, tratamiento con bifosfonatos, inicio de la osteonecrosis, relación con tratamientos dentales, tratamiento realizado y evolución.
ResultadosSe estudiaron 8 pacientes con osteonecrosis maxilar secundaria a tratamiento con bifosfonatos intravenosos u orales por su patología previa oncológica u osteoporótica que fueron tratados según su estadio clínico-radiológico con antibioterapia, legrado y/o exéresis del secuestro según el caso. Presentamos los resultados con un seguimiento mínimo de 15 meses.
ConclusionesEl aumento en la incidencia de la osteomielitis maxilar en los pacientes asociados al uso de bifosfonatos y la dificultad para su tratamiento hacen necesario establecer pautas terapéuticas estandarizadas. En nuestra experiencia, el tratamiento conservador basado en la antibioterapia además del legrado de la zona bajo anestesia local permite el control y la curación del proceso en algunos de los pacientes con OMRB grado II.
In late 2003, an increasing number of case reports began to appear on bone exposure of the jaw with a torpid evolution in association with intravenous bisphosphonate use. Bisphosphonates are used to inhibit bone resorption in patients with osteoporosis, multiple myeloma, hypercalcemia of malignancy, lung cancer, breast cancer and prostate cancer.
Material and methodsA prospective study was made of patients from Hospital Virgen Macarena who presented bisphosphonate associated jaw lesions from 2006 to the present. The patient variables examined were: sex, age, bisphosphonate treatment, onset of osteonecrosis and its relation to dental treatment, treatment, and outcome.
ResultsEight patients with osteonecrosis of the jaw secondary to treatment with intravenous or oral bisphosphonates for oncologic or osteoporotic pathology were treated according to their clinical and radiological findings with antibiotics and curettage and/or excision of sequestered bone, as needed. Results with a minimum follow up of 15 months are reported.
ConclusionsThe increased incidence of maxillary osteomyelitis in patients treated with bisphosphonates and the difficulty of treatment make it necessary to establish standard therapeutic guidelines. In the authors’ experience, conservative treatment based on antibiotic therapy and/or curettage of the area under local anesthesia can adequately control and resolve the process in some patients with stage II BRJO.
Los bifosfonatos (BF) son fármacos análogos del pirofosfato, en los que un átomo de carbono sustituye al oxígeno entre los dos fosfatos variando sus cadenas laterales1. Actúan provocando la apoptosis de los osteoclastos e inhibiendo así la resorción ósea, aunque el mecanismo exacto de acción es desconocido1. También se ha demostrado que los BF inhiben la angiogénesis en ratas y en cultivos de células del cordón umbilical humano2. Su acumulación en el hueso puede alcanzar una vida media de hasta 11 años3.
Se prescriben frecuentemente para el tratamiento de la osteoporosis, la enfermedad de Paget, el mieloma múltiple, la hipercalcemia maligna y las metástasis óseas4, entre otras.
A finales del 2003 se comienzan a publicar los primeros casos de exposición ósea en los maxilares con evolución tórpida asociados al uso de BF administrados por vía intravenosa (i.v.), a los que se denominó osteonecrosis del maxilar relacionada con bifosfonatos (OMRB)1. Hasta 2006 se pensaba que sólo los BF i.v. producían el cuadro, y que las presentaciones orales protegían los huesos largos y la columna vertebral. Posteriormente se publicaron 9 casos de fracturas no espinales espontáneas en pacientes tratados con alendronato (Fosamax®) durante 1–8 años, de los cuales 6 presentaron retraso o ausencia de consolidación del foco durante 2 años de seguimiento5.
La osteonecrosis maxilar se desarrolla tras una inflamación crónica en un ambiente con deficiente vascularización, causando alteraciones en la microestructura ósea que conlleva a su colapso6.
Su diagnóstico es clínico, e incluye los siguientes criterios7:
- •
Paciente que ha recibido BF i.v. u orales sin antecedentes de radioterapia a nivel cervicofacial.
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Lesión ulcerada en la mucosa oral, con exposición ósea del maxilar superior o de la mandíbula de más de 8 semanas de evolución.
Los tratamientos utilizados son muy variados, e incluyen pautas conservadoras tales como higiene oral y colutorios, ciclos con antibióticos más o menos prolongados y pautas quirúrgicas que comprenden legrados, ostectomías marginales o segmentarias y reconstrucciones óseas complejas8.
Otros tratamientos incluyen ozonoterapia y oxigenoterapia hiperbárica9–11.
Material y métodosEstudio prospectivo de los pacientes en el Hospital Virgen Macarena que presentaron lesiones maxilares asociadas al uso de BF desde 2006 hasta la actualidad (febrero de 2010).
Se incluyeron un total de 8 pacientes con lesiones maxilares compatibles con OMRB con un seguimiento mínimo de 15 meses.
Las variables que se valoraron en el paciente son: sexo, edad, tipo de tratamiento con BF (duración, tipo y vía), inicio de la osteonecrosis, asociación con exodoncia, estudio de extensión (radiografías panorámicas, tomografías computarizadas), tratamiento y evolución.
El estadio en el que se encontraba la lesión fue determinado según la AAOMS11,12:
- •
Grado I. Exposición de hueso necrótico, asintomático y sin signos de infección aguda.
- •
Grado II. Exposición de hueso necrótico asociado a dolor y signos de infección.
- •
Grado III. Exposición de hueso necrótico asociado a dolor, signos de infección, fístula cutánea y evidencia clínica o radiográfica de secuestro óseo u otra complicación (como fracturas).
Las lesiones fueron tratadas, según sus características clínicas y radiológicas (estadio), mediante suspensión del tratamiento con BF si era posible, higiene oral y colutorios, antibioterapia y legrado (extirpación conservadora de tejido óseo necrótico bajo anestesia local).
En el grado I se trató con higiene oral y enjuagues con colutorios de clorhexidina al 0,2% cada 12h durante 15 días, seguido de colutorios de mantenimiento al 0,12%. En caso de exposición ósea, se regularizaron las espículas y legró el tejido bajo anestesia local.
En la OMRB grado II utilizamos ciclos de tratamiento antibiótico con amoxicilina-clavulánico (875mg o 1g) de 3–4 semanas hasta la desaparición de los signos agudos de infección (inflamación y/o supuración) aunque persista la exposición. En caso de alergia a betalactámicos usamos levofloxacino, 500mg cada 24h durante 3 semanas11. Si tras 4 semanas persistía la supuración, asociábamos clindamicina o metronidazol otras 4 semanas, según la evolución del proceso12. En este estadio la exposición ósea la tratamos mediante legrado y extirpación de los secuestros con anestesia local.
Los pacientes fueron seguidos mediante revisiones clínicas y radiológicas (radiografías panorámicas) cada 3 meses o ante cualquier eventualidad clínica.
Durante el seguimiento hemos valorado: la curación ósea definida como la desaparición de la exposición ósea sin clínica asociada, la disminución o aumento de la exposición ósea, la aparición de episodios infecciosos-inflamatorios agudos, la duración de los episodios y cualquier otra complicación.
Resultados (tabla 1)Se identificaron 8 pacientes con osteonecrosis maxilar que realizaron tratamiento activo con BF i.v. u orales por su patología previa oncológica u osteoporótica con un seguimiento mínimo de 15 meses.
Descripción y seguimiento de los 8 pacientes con osteonecrosis del maxilar relacionada con bifosfonatos (OMRB)
Paciente: sexo/edad | Bifosfonato y duración (meses) | Antecedentes de exodoncia | Localización y focos | Estadio inicial de presentación | Seguimiento (meses) | Ciclos de tratamiento antibiótico (3-4 semanas) | Evolución clínica |
1: M/73 | Pamidronato (36m) | Sí | Mandibular: un foco | II | 44 | 2 | Curación mucosa |
2: V/74 | Zometa (ác. zoledrónico) (24m) | Sí | Maxilar: un foco | I | 39 | 3 | Curación mucosa |
3: V/70 | Zometa (ác. zoledrónico) (12m) | No | Mandibular: un foco | II | 39 | 2 | Aumento grado II |
4: V/65 | Zometa (ác. zoledrónico) (6m) | No | Mandibular: un foco | II | 24 | 5 | Grado II estable |
5: M/77 | Fosamax (alendronato) oral (120m) | Sí | Maxilar: un foco | II | 31 | 6 | Curación mucosa |
6: V/73 | Zometa (ác. zoledrónico) (12m) | Sí | Mandibular: múltiples focos | I | 36 | 1 | Grado III |
7: M/66 | Zometa (ác. zoledrónico) (36m) | No | Mandibular: un foco | II | 15 | 1 | Grado II estable |
8: M/62 | Zometa (ác. zoledrónico) (8m) | No | Mandibular: un foco | II | 50 | 5 | Curación mucosa |
De los pacientes estudiados, 4 (50%) eran hombres y 4 (50%) mujeres, con una edad media de 69 años.
Cinco de los pacientes (62,5%) tuvieron antecedentes de extracción dental previa y 3 (37,5%) presentaron la OMRB en forma espontánea.
El BF fue administrado en forma i.v. en 7 (87,5%) pacientes, siendo el ácido zoledrónico (Zometa®; 6 pacientes) el más utilizado.
El tiempo de tratamiento con BF hasta el diagnóstico fue de 19,14 meses de media, si la administración era i.v. Sólo un paciente presentó la osteonecrosis asociada a tratamiento con BF orales después de consumir el alendronato (Fosamax®) en forma ininterrumpida durante más de 10 años.
La presentación clínica inicial fue de 2 pacientes grado I y de 6 pacientes grado II.
A todos se les realizó una biopsia ósea, descartando otras patologías.
El tiempo de seguimiento desde el diagnóstico de la OMRB hasta su última revisión osciló entre 15 y 50 meses (media: 34,75; DE: 11). Los tratamientos realizados y el resultado al final del seguimiento se exponen en la tabla 1.
Todos los pacientes pudieron suspender el BF una vez establecido el diagnóstico.
Cuatro pacientes —entre los que se encontraba la OMRB secundaria a BF orales— evolucionaron de forma favorable hacia la curación ósea. Previamente presentaron fases de infección aguda que requirieron tratamiento antibiótico y posteriormente se les realizó la extirpación-legrado del hueso expuesto móvil bajo anestesia local.
Tres pacientes permanecieron en grado II con períodos asintomáticos y episodios de reagudización que requirieron tratamiento antibiótico. La exposición ósea permaneció estable en 2 de ellos, mientras que en el tercero aumentó, acompañándose de episodios infecciosos más prolongados. Los tres pacientes rechazaron cualquier tratamiento quirúrgico.
Un paciente inicialmente diagnosticado en estadio I progresó hasta el estadio III con exposición ósea intraoral, episodios infecciosos de repetición y fístula cutánea submental. También declinó cualquier abordaje mediante cirugía.
Durante el seguimiento, nuestros pacientes han requerido una media de 3,25 ciclos de tratamiento antibiótico que se realizaba durante 3–4 semanas de forma ininterrumpida con amoxicilina-clavulánico, 875/125mg cada 8h, y los períodos asintomáticos han durado una media de 3,75 meses (DE, 1,43).
DiscusiónEn los últimos años se han publicado varias guías sobre prevención y tratamiento de OMRB11,13–17, cuyas recomendaciones se basan fundamentalmente en consenso de expertos y en publicaciones de series de casos retrospectivos, lo que limita por tanto sus niveles de evidencia11,18.
El escaso tiempo de seguimiento de dichos estudios, que oscila entre 2 y 24 meses6,10,19,20, justificado en parte por la enfermedad oncológica de los pacientes, lo consideramos relativamente escaso para sacar conclusiones, teniendo en cuenta que el efecto de los BF en el hueso se mantiene durante años y desconocemos la historia natural completa de la enfermedad. Es posible que los resultados iniciales (curación o recidivas) publicados puedan variar si se aumenta el tiempo de seguimiento.
Otra limitación para sacar conclusiones de estos estudios es su heterogeneidad en cuanto al control de variables tales como la enfermedad de base de los pacientes, la duración y dosis del BF, el estadio clínico-radiológico de la OMRB y el tipo de tratamiento realizado, variables todas ellas que pueden influir en los resultados y dificultan su comparación.
Las pautas generales del tratamiento de la OMRB fueron expuestas por Marx4, y consisten en: higiene oral y colutorios con clorhexidina al 0,12%, tratamiento antibiótico (penicilina) a largo plazo de forma continua o intermitente, y evitar cirugía o desbridamiento amplio en la medida de lo posible.
Sin embargo, cuestiones tales como el objetivo fundamental del tratamiento, los criterios de éxito-fracaso, y cuándo y qué tipo de cirugía realizar, aún permanecen abiertas.
Teniendo en cuenta que en muchos casos la enfermedad de base es incurable, que el pronóstico del paciente es limitado y que la indicación del tratamiento con BF es sintomática, el objetivo del mismo puede variar desde la curación mucosa completa, mantener la exposición ósea asintomática, frenar la progresión de la enfermedad o incluso mantener la exposición ósea con episodios inflamatorios de repetición. Esta variabilidad implicará también que los criterios de éxitofracaso del tratamiento puedan ser diferentes en los trabajos publicados.
En el caso de OMRB administrados por vía oral, se recomienda la suspensión del tratamiento entre 6 y 12 meses, siempre que la patología que indicó su uso lo permita21. Con los fármacos i.v., la relación causa-efecto no es determinante para algunos autores, y no existen evidencias claras de que mejore la evolución del cuadro clínico al suspender el BF4,10,11. Algunos autores obtienen mejores resultados cuando difieren la cirugía después de 6 meses de la suspensión del fármaco22,23; nosotros somos partidarios de ella siempre que se pueda.
El tratamiento antibiótico en fases de infección aguda incluye en la mayoría de las guías betalactámicos (penicilina o amoxicilina-clavulánico)11,16, aunque las pautas son variables20. Otros autores20 utilizan la clindamicina, 2 semanas, seguida de amoxicilina-clavulánico, 2 semanas, y luego penicilina G dependiendo del cultivo, aunque sin especificar durante cuánto tiempo. En casos de alergia a betalactámicos, usan macrólidos (azitromicina) o quinolonas (ciprofloxacino o levofloxacino) solas o combinadas. Si eso falla, añadir clindamicina o metronidazol11,21. Si se sospecha la posibilidad de una micosis, se dispone de la nistatina o del fluconazol. En caso de celulitis difusa se recomienda utilizar antibioterápicos de forma i.v. Aunque algunos autores recomiendan cultivos, en nuestra experiencia no es de mucha utilidad por la contaminación habitual de la flora oral.
El tipo de tratamiento quirúrgico y el momento de realizarlo es quizá la cuestión donde más dudas se plantean. Se han utilizado desde técnicas conservadoras basadas en el legrado y/o extirpación de fragmentos móviles a técnicas más agresivas que integran secuestrectomías y extirpaciones marginales o segmentarias, hasta llegar a hueso sano24, aunque consideramos que el límite o frontera con el hueso patológico puede ser difícil de definir, debido al efecto sistémico de los fármacos.
La mayoría de guías y autores son partidarios de un tratamiento conservador11,13,14,18,25, evitando desbridamientos agresivos debido a las recidivas y a las secuelas posteriores, ya que la afectación ósea es generalizada y se corre el riesgo de aumentar el tamaño de la lesión.
Los partidarios de tratamientos quirúrgicos agresivos prefieren desbridar ampliamente la zona y hacer un cierre primario, separando así la lesión de la flora oral, intentando evitar las infecciones crónicas22 y asociando en ocasiones técnicas de reconstrucción9.
Referente a cuándo realizar tratamiento quirúrgico, hay consenso entre los autores que en el estadio I (hueso expuesto asintomático) no es necesaria la cirugía.
La mayor duda se plantea en el paciente en grado II (hueso expuesto con infección). Para Ruggiero et al10 sería indicación de cirugía agresiva, mientras que para otros autores está indicado el tratamiento conservador con antibióticos mantenidos o cirugía conservadora18.
Nuestros pacientes en grado II (uno de ellos tras evolución de un grado I) fueron tratados con analgésicos y antibióticos orales para las infecciones secundarias, además de la regularización de espículas del hueso expuesto y eliminación de restos necróticos o secuestros óseos con anestesia local. Cuatro de ellos evolucionan delimitando la necrosis y expulsando el secuestro de forma espontánea o bajo anestesia local, cicatrizando posteriormente la mucosa oral, previa regularización de las crestas alveolares en caso de necesitarlo. De los 4 pacientes restantes, 2 permanecen en grado II estabilizado, uno en grado II con aumento de exposición ósea y otro evolucionó del grado I al III, con exposición ósea, inflamación de tejidos blandos y fístula extraoral. Las características de este paciente en cuanto a edad, sexo, tipo de tumor, tiempo de tratamiento con BF, dosis, etc., son similares a las de los anteriores. Durante su seguimiento el paciente ha presentado 6 episodios inflamatorios, que se han tratado con amoxicilinaclavulánico durante 3 semanas. Tanto el paciente de grado II que aumentó su exposición ósea como el de grado III rechazaron alternativas quirúrgicas y se mantienen con tratamiento sintomático en las fases agudas.
Por lo tanto, en nuestra serie, y siguiendo el protocolo descrito, 4 de 7 pacientes que presentaron grado II de OMRB curaron completamente, 2 mantienen la lesión estabilizada y uno ha incrementado la exposición ósea.
Es posible que tratamientos quirúrgicos más agresivos, junto a la asociación de técnicas reconstructivas complejas o de regeneración ósea, puedan obtener un mayor número de curaciones, una curación más rápida o impedir la progresión de la enfermedad24. Asumiendo la limitación de evidencia de un estudio de series de casos como el nuestro, la fortaleza de éste frente a otros6,10,19,20,26 es la de presentar resultados con un tiempo de seguimiento prolongado.
ConclusiónLa osteonecrosis maxilar secundaria a BF es un cuadro clínico de importante repercusión para el paciente. Su incidencia aumentará en los próximos años, y las medidas preventivas y terapéuticas deben ser conocidas por los odontólogos y médicos especialistas que traten esta patología.
Creemos que el tratamiento de la osteonecrosis debe ser fundamentalmente sintomático, inicialmente limitado, escalonado e individualizado.
La curación de la OMRB (entendida como la desaparición completa de la lesión ósea) puede ser difícil, debido a que la enfermedad de base puede hacer necesaria la continuación del tratamiento con BF y al extenso y duradero efecto de los BF9,10,22, por lo cual uno de los objetivos fundamentales de su tratamiento debe ser la mejora de la calidad de vida4.
En nuestra experiencia, el tratamiento conservador basado en la antibioterapia de amplia duración, junto a la regularización de espículas óseas o legrado con anestesia local, permite controlar de forma adecuada a la mayor parte de los pacientes con OMRB en grado II.
Conflicto de interesesLos autores declaran no presentar ningún conflicto de intereses.