Este clásico corresponde a una parte de las ponencias del IX Congreso de la Sociedad celebrado en octubre de 1962, bajo la presidencia de Vicente Sanchís Olmos sobre «La asistencia urgente de los accidentes de tráfico en carretera». La parte correspondiente sobre «Etiología de las lesiones y fisiopatología de la primera asistencia» le fue encargada al Prof. Gomar Guarner, con quien el Dr. Sanchís Olmos, también valenciano, tenía una estrecha relación de mutuo afecto y respeto. Ya en el libro de Sanchís Olmos, «Fracturas y lesiones asociadas», se le había recomendado la redacción de los capítulos dedicados a traumatismos abdominales.
La designación como ponente fue debida a su experiencia y organización de la asistencia de los accidentes de tráfico, desempeñada en el Hospital Clínico de Valencia, recién inaugurado, en el Servicio de Traumatología que dirigía. La centralización que hizo la Jefatura Provincial de Tráfico de la asistencia en este Servicio de todos los accidentados de la provincia, dotándolo de 4 ambulancias con personas capacitadas para la recogida urgente de los traumatismos de los accidentes viales, le permitió tener una importante experiencia y dedicar gran atención a los problemas que conllevan. Disponía el Servicio de 50 camas dedicadas a Traumatología de urgencia con atención las 24 horas del día, y una sala de recuperación para los politraumatizados, con la inestimable colaboración del Prof. Barcia Salorio, neurocirujano que fue posteriormente Catedrático de Neurocirugía en la Universidad de Valencia, quien contribuyó años después a la Ponencia que presentó el Prof. Gomar Guarner sobre «Traumatismos craneoencefálicos».
Como se puede comprobar en la lectura de fragmento de la ponencia, destaca el interés que siempre tenía el Prof. Gomar Guarner en fundamentar los principios científicos de las lesiones y enfermedades osteoarticulares con el cual orientó todos sus trabajos, libros y publicaciones a lo largo de su vida docente y clínica.
Este capítulo recoge importantes datos sobre la etiología de los traumatismos en accidentes viales, haciendo consideraciones de gran trascendencia para la prevención de las lesiones y el diagnóstico clínico. Es sabido el determinismo que tiene cada asiento del automóvil en el tipo y gravedad de las lesiones. El organismo humano puede considerarse como un sistema mecánico propio, pues por su estructura anisotrópica tiene una elasticidad diferente en las distintas direcciones, con módulos de elasticidad y tenacidad variables de unas partes a otras. La posición sentada tiene un determinismo propio, y tambien constituye un sistema amortiguador para las ondas vibratorias que la alcancen, puedan agotarse o entretenerse, ser interferidas o concentradas en puntos alejados del lugar del impacto. El cuerpo humano es también un sistema quinético de cadena cerrada, capaz de transmitir la fuerza del impacto en determinada dirección y no en otra cualquiera, por el contrario un sistema quinético abierto tiene una articulación terminal libre, no así el sistema quinético cerrado en que su articulación terminal carece de libertad de movimientos. Así, en la colisión, el ocupante sentado se comporta como un sistema quinético cerrado, por el contrario, en el atropellado o en el ocupante despedido del automóvil, se comporta como un sistema quinético abierto, por lo que las lesiones son distintas a las del pasajero. La posición sentada es variable y personal pero siempre mantiene un centro de gravedad bajo y una amplia base de sustentación. En este trabajo se analizan como con determinadas situaciones de la posición sentada y el papel amortiguador que tiene la sujeción del ocupante en el momento de la colisión.
Este minucioso trabajo recoge muchos de los conocimientos que han servido para los actuales sistemas de seguridad que han ido implantándose en los automóviles, pero también recoge datos de gran interés clínico en aquellos años. El diagnóstico por la imagen entonces quedaba prácticamente reducido al estudio radiográfico, por lo que el diagnóstico de presunción era fundamental para adelantarse a las complicaciones y evaluar adecuadamente al traumatizado, siendo el conocimiento de los mecanismos de producción de las lesiones de gran utilidad clínica.
