Presumen los estadounidenses de tener datos sobre todo y creo que hay que aprovecharse de ello. Desgraciadamente, en nuestro medio es difícil contabilizar el número de especialistas en Cirugía Ortopédica y Traumatología, sus preferencias y dedicaciones, así como sus intereses y prácticas quirúrgicas. Las cosas siguen su curso y muchas veces aparecen las sorpresas de manera repentina. En España, lo mismo que un Instituto Nacional de Estadística informa sobre la población y sus modificaciones o el Centro de Investigaciones Sociológicas analiza periódicamente las preferencias de los españoles, se debería disponer de información adecuada sobre los médicos, sus especialidades y actividades, todo ello con el fin de conocer mejor la situación del momento y las tendencias, y planificar el futuro de forma adecuada.
Sirva esta introducción para comentar un reciente artículo aparecido en el Journal of Bone and Joint Surgery estadounidense, titulado «Women in surgical residency training programs» publicado en 2003 y escrito por tres mujeres, Blakemore, Hall y Biermann1. En él se estudia un fenómeno que también puede ser importante para España: el interés de las mujeres por la Traumatología. Es verdad que el sistema de residencia de los EE.UU. y de España tienen poco que ver. Lo interesante del artículo, y que por lo señalado en la introducción desconozco si se produce en nuestro país, es que la Cirugía Ortopédica, al contrario de lo que ocurre con otras especialidades quirúrgicas, no interesa a las mujeres.
Los autores recogen datos de la American Association of Medical Colleges, reflejados en el Journal of the American Medical Association, entre 1970 y 2001. Mencionemos unos porcentajes extraídos del citado artículo, por si pudieran ser de interés. En 1970 en los Estados Unidos había un 11,1% de mujeres en las aulas de sus facultades de Medicina. En el año 2001 ese porcentaje había subido al 47,8%. En 1970 un 6,77% de los residentes eran mujeres, cifra que ascendió a un 47,76% en 2001.
Siguiendo en esos dos años, el primero y el último del estudio, el número de residentes mujeres en Cirugía Ortopédica y Traumatología pasó del 0,6% al 9%, lo que a primera vista supone un incremento importante. Sin embargo, el porcentaje se mantiene con las mismas cifras en los últimos 20 años y es el porcentaje de residentes quirúrgicas femeninas más bajo junto con la Cirugía Torácica, que junto a la Neurocirugía y la Cirugía Cardiotorácica no muestra un aumento de interés por parte de las mujeres. Por el contrario, en especialidades como la Obstetricia y Ginecología el porcentaje de «mujeres residentes» ha pasado, en los 30 años estudiados, del 4,79% al 71,41% y en Oftalmología del 3,69% al 32,41%.
Es cierto que en los EE.UU. el reclutamiento de residentes para los programas de especialidad es completamente diferente a la elección que se hace por vía MIR y que la mujer muestra una preferencia por las especialidades no quirúrgicas. Los datos que ofrece este artículo pueden reflejar las razones por las que las mujeres se ven inclinadas a alejarse de nuestra especialidad, como son la percepción en las facultades de Medicina de una actividad profesional que aleja de la vida familiar o la mitificación de una especialidad entre los estudiantes de Medicina, que puede verse influenciada por hechos externos a la propia especialidad, y que puede llevar a un falso concepto de la Cirugía Ortopédica.
Aquí sólo queremos plantear un hecho. Aunque, los autores del citado artículo proponen soluciones, la primera no es válida en España, pues recomiendan un reclutamiento activo de estudiantes femeninas. En nuestro país esto no sirve pues es el residente quien elige su especialidad y lugar de residencia. Las otras dos soluciones son un mejor conocimiento de la Ortopedia y Traumatología en los estudios y la contemplación de programas de maternidad compatibles con las especialidades quirúrgicas.
Por otro lado, tengo la sensación de que han aumentado las mujeres especialistas en Cirugía Ortopédica en España. De hecho, en los últimos años es mayor el número de solicitudes femeninas que las masculinas para miembros asociados de la SECOT. Sin embargo, su número no es llamativo y si esto es así, si la Traumatología sigue siendo una especialidad que atrae más a los hombres que a las mujeres, posiblemente se deba a que algo no se está haciendo bien.