Los quistes del menisco lateral son infrecuentes. Aparecen fundamentalmente en su cuerno anterior o su porción media y suelen asociarse a roturas meniscales1. Su etiología sigue siendo desconocida. Entre las hipótesis formuladas se halla que su formación sea consecuencia de la degeneración del menisco (bien sea por la edad, por una infección crónica o por traumatismos) o del paso de líquido sinovial a través de una lesión meniscal hacia el espacio parameniscal2. El tratamiento es también controvertido. Aunque algunos autores se inclinan por realizar solamente la excisión abierta del quiste3, la tendencia actual es la resección parcial artroscópica del menisco roto acompañada del tratamiento del quiste4. Sigue siendo una cuestión de debate si dicho tratamiento del quiste debe ser también artroscópico o por vía abierta4.
Excepcionalmente se hallan en la literatura casos no asociados a rotura meniscal5. Se presenta un caso de quiste meniscal lateral sin rotura del menisco tratado mediante abordaje artroscópico.
CASO CLÍNICO
Mujer de 13 años que presentaba dolor en rodilla derecha de varios meses de evolución, sin antecedente traumático, que le incapacitaba para la actividad diaria. Refería el dolor en la parte externa de la rodilla, que aparecía con la actividad física, y se acompaña de pseudobloqueos. En la exploración física se apreciaba dolor en la interlínea articular externa, con maniobras meniscales positivas a menisco externo. No se objetivó ninguna tumoración ni la existencia de líquido intraarticular.
Exploraciones complementarias: estudio radiológico sin hallazgos, y resonancia magnética (RM) que muestra imagen quística parameniscal externa en el cuerno anterior (fig. 1A).
Figura 1. Imagen de resonancia magnética (RM) pre y postoperatoria. (A) Imagen preoperatoria que muestra imagen quística submeniscal con expansión a intercóndilo. (B) Control a los 6 meses de la intervención, observándose ausencia de la lesión quística con imagen normal del menisco
externo.
Se practicó una artroscopia evidenciando una solución de continuidad en la unión menisco-capsular externa en forma de cavidad por debajo del menisco externo, que provocaba una inestabilidad de la parte anterior de dicho menisco. Tras desbridamiento motorizado de la zona se realizó la sutura del menisco externo a la cápsula con polipropileno del 1 (fig. 2).
Figura 2. Imágenes endoscópicas. (A) Superficie meniscal anterior sin lesión y quiste parcialmente desbridado. (B) Comprobación de la inestabilidad meniscal. (C) Paso de las suturas (D): Imagen final de la reparación.
En el postoperatorio se mantuvo a la paciente sin inmovilización y con carga parcial con dos bastones durante 8 semanas. En el control realizado a los 6 meses de la intervención la exploración física era normal y en la RM se apreció una correcta captación capsulomeniscal (fig. 1B).
DISCUSIÓN
Los quistes parameniscales son un problema infrecuente, si bien un estudio reciente, basado en la revisión de más de 2.000 resonancias, estima su incidencia en el 4% de las mismas1. Otros autores calculan su incidencia en función del hallazgo de quistes meniscales en las artroscopias o en las meniscectomías realizadas2. Con cualquiera de los dos métodos es difícil estimar la verdadera incidencia del problema en la población general.
Los quistes del menisco lateral, como el del caso que nos ocupa, eran considerados más frecuentes que los del menisco medial3, si bien puede atribuirse a que la incidencia de estos últimos estaba infraestimada, al ser de más difícil diagnóstico clínico4. En la revisión de la literatura reciente se encuentran series con igual incidencia para ambos tipos4 o incluso con mayor frecuencia de aparición de quistes en el menisco medial1. Dentro de los quistes del menisco lateral la localización más frecuente es en el tercio anterior o en su zona media1,2,4, al contrario de lo que sucede con los quistes del menisco interno, localizados más frecuentemente en su cuerno posterior1. En la mayoría de las series revisadas1-4 los quistes del menisco lateral se asocian a roturas meniscales. Es menos frecuente, como en el presente caso, encontrar un quiste parameniscal sin lesión del menisco lateral4-6.
Aunque se trata de un problema bien conocido, tanto su etiología como su tratamiento continúan siendo temas controvertidos. Varias teorías han sido propuestas para explicar la formación de los quistes meniscales. Estos quistes podrían ser el resultado de la degeneración mucoide del fibrocartílago por la edad, infección crónica o una hemorragia1,5, o por un traumatismo, presente entre el 37% y el 94% de los casos4, por paso del líquido sinovial a través de una rotura meniscal1,2. La formación de estos quistes podría ser una combinación de ambas causas, puesto que según defiende Sarimo et al4 las roturas horizontales del menisco son atribuidas a la degeneración del mismo. Por último, no debemos olvidar las teorías que apuntan a un origen congénito de los quistes, sobre todo ante casos como el presente, dada la corta edad de la paciente, la ausencia de antecedentes traumáticos y la presencia de una anomalía en la unión meniscocapsular1,5.
La actitud terapéutica tampoco es uniforme; mientras que algunos autores propugnan la abstención terapéutica en los casos escasamente sintomáticos7, para otros es imperativo el tratamiento quirúrgico, dados los excelentes resultados obtenidos. Las opciones descritas oscilan entre la artrotomía y el tratamiento totalmente artroscópico. Lu5 al no hallar en la artroscopia lesión meniscal en sus dos casos opta por realizar únicamente la extirpación del quiste por vía abierta. En otras series se defiende la revisión artroscópica de la rodilla, con extirpación parcial del menisco si se demuestra la presencia de lesión, acompañada por la exéresis del quiste, también por vía abierta4,6. Finalmente, otro grupo de autores defienden el tratamiento totalmente artroscópico, tanto de la lesión meniscal como del quiste, realizando una descompresión del mismo2,4,6,7. En el caso que nos ocupa, al hallar una solución de continuidad en la unión meniscocapsular sin ninguna lesión meniscal se optó por realizar desbridamiento de las paredes del quiste y sutura de la discontinuidad meniscocapsular por vía artroscópica.
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