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Revista Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología
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Inicio Revista Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología RECOT y el futuro de las publicaciones médicas en la era digital
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Vol. 57. Núm. 6.
Páginas 381-383 (noviembre - diciembre 2013)
Vol. 57. Núm. 6.
Páginas 381-383 (noviembre - diciembre 2013)
Editorial
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RECOT y el futuro de las publicaciones médicas en la era digital
RECOT and the Future of Medical Journals in the Digital Age
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S. Kotzin
Ha ocupado diferentes cargos directivos administrativos en la National Library of Medicine, y fue reconocido en 2013 como Miembro de Mérito de SECOT
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El futuro de las publicaciones médicas se promete brillante. Toda vez que la calidad del contenido del artículo seguirá siendo de vital importancia, los grandes avances futuros provendrán de la mejora del acceso. La exhibición de la información y su distribución a los lectores en sus dispositivos portátiles serán los elementos clave del cambio. Cuando la Revista Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología (RECOT) fue indexada en la base de datos MEDLINE se unió a un grupo selecto que, según se reflejó en un editorial de 2013 de su revista1, «agrupa a las mejores publicaciones científicas». Muchos editores se han lamentado de que la aceptación en MEDLINE constituye un círculo vicioso, una situación paradójica en la que la solución de una parte del problema crea otro problema que finalmente vuelve al problema original. Algunos lo llaman lógica circular. Dicho dilema sin salida supone que las publicaciones necesitan contenido de calidad y autores reconocidos para poder indexarse en MEDLINE, y dichas publicaciones no pueden obtener contenido de calidad y autores reconocidos a menos que estén indexadas en MEDLINE. Por supuesto, RECOT y otras publicaciones demuestran cada año que este círculo vicioso es falso. La revista RECOT cuenta con contenido de calidad que es preciso, puntual, original, y que añade información valiosa al campo tratado. También cuenta con un proceso riguroso de revisión por parte de pares, unas sólidas pautas éticas, y acepta comentarios y opiniones en contra, estando libre de publicidad dudosa. Además, su calidad de producción es excelente, pues contiene datos e imágenes claramente presentados, comprensibles y reproducibles.

Sin duda, existe cierto caché, o marca de calidad, asociados a la indexación en MEDLINE. El proceso de solicitud es exigente, la revisión es rigurosa, y los estándares de aceptación son elevados. Únicamente el 15% de todas las publicaciones revisadas por el comité asesor experto de la NLM son recomendadas. La indexación en MEDLINE deriva generalmente en más y mejores manuscritos, por lo que las publicaciones pueden ser más selectivas a la hora de publicar. Los manuscritos que se reciben proceden a menudo de personas provenientes de países diferentes a su ámbito lector habitual. Como la indexación supone la inclusión de las citas en la base de datos de PubMed, se producen más accesos a la página web de la publicación. Muchos artículos en otras publicaciones citan a los artículos de MEDLINE en sus referencias. Todo ello constituye un subproducto de la indexación altamente deseable. Otro indicador más: las publicaciones indexadas en MEDLINE crecen a menudo en cuanto a número de artículos publicados. En 2006, MEDLINE aprobó un total de 90 publicaciones. En dicho año, estas revistas publicaron 5.883 artículos. En 2010, esas mismas revistas publicaron cerca de 10.000 artículos, lo que supone un 68% de incremento.

En su editorial de 2013, Vaquero expuso que la inclusión en MEDLINE no supone un fin sino el comienzo de más mejoras, que supondrán una distribución más valiosa de la información y el aumento del reconocimiento de la revista1. RECOT ha visto beneficios más tangibles en términos de nuevos lectores y mayor número de manuscritos pero, ¿qué otra cosa significa estar indexado en MEDLINE? La indexación conlleva ciertas obligaciones, ya que a partir de ahora el contenido de RECOT será accesible, y rápidamente entregable, a billones de usuarios potenciales cada año. La revista ganará muchos lectores, porque será cada vez más conocida a nivel internacional. Sin embargo, muchos usuarios atraviesan periodos de corta atención: si no se ven satisfechos de inmediato acudirán a la siguiente fuente de información. ¿Ha obstaculizado inconscientemente RECOT el acceso total a los textos en su página web? ¿Satisface la versión inglesa las necesidades de los usuarios globales, quienes a veces utilizan el idioma inglés como segunda lengua? ¿Se asegura RECOT de la conservación digital de su contenido a largo plazo, de modo que se garanticen el acceso y la distribución permanentes? El equipo editorial de la revista, ¿busca artículos que aporten conocimientos sobre cuestiones importantes que afecten a un gran número de personas? ¿Se aplican rigurosamente los métodos utilizados para explorar una cuestión, y la información contenida respalda a la conclusión? Además, ¿cuenta el artículo una buena historia, está bien escrita y es comprensible? Con la indexación en MEDLINE surge más responsabilidad, pero RECOT ha demostrado que puede lograr este reto.

¿Qué cambios podríamos ver en RECOT y en otras publicaciones? La conversión al acceso abierto, la alternativa primaria al establecimiento de precios por suscripción, ha experimentado un lento avance. Sin embargo, cuando las bibliotecas carecen de fondos para suscribirse a las publicaciones, el modelo de acceso abierto o de pago por el autor constituye a menudo el único medio de que las nuevas publicaciones irrumpan en el mercado, y de que ciertas revistas antiguas puedan mantenerse. El acceso abierto ya no es una alternativa a la publicación tradicional, sino que a menudo constituye un modelo mejor.

Los movimientos hacia el acceso abierto, respaldados por los mandatos gubernamentales y del sector privado de EEUU y Gran Bretaña, y de otros lugares, requieren el acceso público gratuito para los resultados de la investigación en un plazo de seis meses desde la publicación. Cada vez más científicos y médicos precisan estar constantemente vinculados: pensemos en Facebook y Twitter. El acceso abierto, la disponibilidad gratuita de un artículo en Internet para su uso de cualquier modo legal, es el último modo de publicar sin barreras. En esta nueva era, la reputación de la publicación puede devenir en algo con menos importancia. Robert Kiley, jefe de los servicios digitales de Britain's Wellcome Trust, el mayor dotador mundial no gubernamental de fondos para investigación dijo que: “Si Vd. acude a Wellcome en busca de ayuda financiera, nosotros dejamos claro que las decisiones sobre inversión se basan en el valor intrínseco del trabajo y no en el título de la publicación en la que se inserta el trabajo del autor”. Y continuó diciendo: “Ningún comité de revisión de ayudas hará uso de los factores de impacto, rankings o listas de las publicaciones, ni de cualquier otro estatus percibido de los editores a la hora de evaluar la calidad de los trabajos de investigación”.2 A pesar de que no todo el mundo está de acuerdo con el discurso de Kiley, muchas personas comparten que deben existir nuevos modos a la hora de determinar lo que aprecian los lectores. En la actualidad, nuestro entorno digital nos permite recolectar información de utilidad en mayor medida que el número de veces que se cita un artículo. Sin embargo, ningún indicador puede narrarnos la historia completa, y no será fácil la creación de un nuevo modo de medir la calidad. Debemos evitar sustituir un número imperfecto por otro.

El futuro de las publicaciones está en el modo en que nosotros, como usuarios de una cantidad creciente de información especializada, seleccionamos los artículos más sobresalientes y relevantes. Mientras que los autores se preocupan acerca del impacto que pueda tener su trabajo, y de dónde publicar seguidamente para ganar mayor audiencia, los lectores persiguen el valor. Los lectores han venido confiando en tres filtros primarios: 1) la revisión por parte de pares; 2) el recuento de las citas; 3) la puntuación del factor impacto de la publicación. Otros filtros utilizados por los lectores incluyen las visitas a las páginas web de la publicación, las descargas, las sesiones de búsqueda y demás. Ninguna de estas mediciones nos habla acerca de aquello que deberíamos medir, tal como la satisfacción del lector, su mejora del conocimiento, la medida en que la información afecta a los resultados de su investigación o a la atención clínica, o si ha servido de ayuda a los nuevos descubrimientos. Estas cuestiones son difíciles de responder, pero no serán contestadas sin nuevas mediciones.

Existen más documentos y lectores que nunca, lo que ha incrementado la importancia de las mediciones bibliométricas del valor del artículo. Dichas mediciones aportan una visión más variada y detallada de los logros de una publicación y del modo en que el contenido beneficia a los facultativos en el mundo clínico y de investigación. Además del recuento de citas contamos con registros de utilización que nos relatan el modo en que los usuarios se desenvuelven en las páginas web de las publicaciones, clasificaciones expertas sobre la calidad del artículo, páginas web de etiquetado social y uso compartido de referencias, blogs y cobertura de los medios en periódicos, y las redes sociales. Ya no serán necesarios dos o tres años para la medición del impacto; las páginas web como Facebook son indicadores instantáneos de las tendencias. La clave para el futuro será la gestión de las mediciones a partir de fuentes múltiples, para dotar al usuario de un resumen comprensible y no de una simple lista de mediciones y números, que es con lo que ahora contamos. En breve cada vez más publicaciones publicarán estos nuevos filtros que ayuden a sus lectores a encontrar artículos de valor. Este campo está en sus inicios y se precisa más investigación a fin de normalizar los datos. Los expertos deberán investigar patrones y relaciones entre los datos de utilización y las citas, que permitan a los usuarios el descubrimiento de artículos de interés que se les hubieran pasado por alto.

En 1992, hace más de veinte años, se publicó la primera revista médica únicamente electrónica: la Online Journal of Current Clinical Trials. Duró sólo cuatro años, pero se abrió paso en la era de la publicación en Internet, lo cual constituyó una buena nueva para los editores, y también para los autores y lectores de publicaciones. Algunos pensaron que Internet revolucionaría pronto la edición de publicaciones. El resultado fue que el cambio no se produjo con tanta rapidez como muchos pensaron. Sin embargo, ahora estamos preparados ante los grandes cambios; de hecho, muchos ya están aquí puesto que la publicación de ediciones electrónicas se ha convertido en norma, y cuestiones tales como la publicación con acceso abierto, el impacto de los medios sociales, los modos creativos de presentación de artículos y los avances electrónicos forman parte del nuevo paisaje digital.

A medida que entramos en el mundo del futuro de las publicaciones no debemos olvidar que las editoriales, los editores y autores han tenido 350 años para desarrollar un formato altamente eficiente cuyo contenido añade nueva información a la crónica de los logros anteriores. Las publicaciones aseguran el mérito científico a través de un proceso de revisión por parte de pares, y crean una calidad de producción con la que los lectores se identifican, bien se trate de una publicación clínica generalista, o una revista de especialidades. Durante siglos, el artículo científico ha sido considerado como la unidad menor de la comunicación académica pero puede que este no siga siendo el caso. Cuando se editó la primera publicación en 1662, también se utilizó una tecnología emergente, la imprenta, para difundir el conocimiento académico. Ahora estamos en situación de ver que Internet sustituye a los métodos de acceso tradicionales con algoritmos que filtran, clasifican y distribuyen información especializada a medida que se produce. Según Jason Priem, uno de los líderes del movimiento de nuevas editoriales, los autores pueden crear historias, tales como participaciones en blogs, y difundirlas y archivarlas en una red abierta llena de enlaces, comentarios, anotaciones y discusiones. La revisión de los pares estará abierta a cualquiera, y emergerán nuevas maneras de medir para determinar el valor de los trabajos científicos3.

Según lo describe Priem3, imaginémonos levantándonos cada mañana recibiendo un correo electrónico de nuestro servicio personal de filtrado recomendando las cinco cosas más importantes a leer dicho día. Uno ve artículos que acaban de publicarse, que ya han sido leídos, discutidos y recomendados por otros, dentro de su campo de interés. Parecen satisfacer nuestras necesidades específicas de lectura, no porque el contenido original sea mejor, sino porque existe valor añadido y mejora de acceso. Su calidad no será evaluada por las opiniones individuales sino por una síntesis de las evaluaciones de una comunidad completa.

La exhibición y la distribución no siguen vinculados a la imprenta, lo que significa que la cuantificación del valor de una publicación y de un artículo serán diferentes. El prestigio de una publicación se deriva a menudo del factor de impacto, que se basa exclusivamente en la frecuencia en que se cita un artículo en la publicación. En el sistema actual, a menudo se tardan meses en publicar un artículo, y dos años en medir su impacto. En la revisión abierta de los pares tras la publicación, los lectores enviarán instantáneamente una revisión a un depósito público online. Dicho depósito enlazará dicho documento con todas sus revisiones, para presentar a los lectores automáticamente una información evaluativa. Cada médico o investigador puede enviar una revisión, o acceder a la revisión de otra persona. Este tipo de edición homólogo a homólogo podrá ayudar a los lectores a comprender y juzgar el valor de un documento. Es importante resaltar que los revisores no deciden lo que se publica. Su influencia depende del modo en que puedan convencer a la comunidad de lectores de la importancia de lo que están diciendo4.

El siguiente paso a futuro podría ser que los documentos originales no necesiten obligatoriamente a las publicaciones para poder formar parte de la literatura científica. Las publicaciones en Internet podrían ser instantáneas, con información evaluativa disponible de inmediato. Si el peso de la crítica y la importancia del documento lo justifican, los autores podrían optar por revisar el documento. Probablemente los trabajos importantes acumularían más revisiones, y las publicaciones prestigiosas como RECOT evolucionarían hacia portales web que controlaran la distribución de los documentos y sus revisiones tras su publicación, para facilitar una mayor interacción por parte de una comunidad de usuarios. La empresa editora de RECOT, Elsevier, está tratando de diseñar el artículo online del futuro. Se está concentrando casi exclusivamente en lograr que el contenido sea más reconocible y legible en los dispositivos portátiles. Se optimizará el contenido para el explorador del móvil. Para obtener el máximo valor del contenido, Elsevier se guía por tres principios: mejorar la tipografía para que sea más fácilmente legible, presentar el contenido en la parte derecha de la pantalla del lector, y proporcionar una barra lateral de comentarios para enriquecer este contenido. El resultado final será el de artículos más interactivos, pero también con más facilidad de acceso y distribución5.

El futuro de las publicaciones médicas será aquel en el que el acceso y la distribución de la información sean muy diferentes a corto plazo. Ojalá que estos cambios sean beneficiosos para las editoriales y para los millones de médicos que utilizan los artículos publicados a la hora de tomar decisiones que ayuden a prevenir enfermedades, a tratar al enfermo, y a explorar modos para reducir la carga del dolor y la enfermedad.

Bibliografía
[1]
Vaquero J. Indexación en Medline/PubMed. Rev Esp Cir Ortop Traumatol 2013 Ene-Feb;57(1):5.
[3]
Scholarly Kitchen Podcast: Jason Priem on Altmetrics, Today and Tomorrow. 1 de Julio de 2013.
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