Objetivos: Evaluamos la utilidad de la tecnología de impresión 3 D para la planificación preoperatoria en el tratamiento de las fracturas intraarticulares de radio distal en relación a la mejora de la técnica quirúrgica, los resultados radiológicos y clínicos.
Material y métodos: Un total de 30 pacientes con fracturas 2 B y C de la clasificación de la AO fueron intervenidos por un solo cirujano con placa volar, divididos en dos grupos de forma aleatoria, 15 de ellos mediante planificación convencional (radiología simple y TC) y 15 añadiendo un modelo 3 D de la fractura y la simulación previa de la intervención. Se registró el tiempo de la simulación, el tiempo quirúrgico en minutos, el tiempo de radioscopia en minutos, la pérdida de material expresada en tornillos desechados en quirófano. A los 6 meses de seguimiento se realizó una evaluación funcional de la muñeca basado en el cuestionario PRWE y análisis radiológico completo por un observador independiente y cegado.
Resultados: No se observaron diferencias estadísticamente significativas en el cuestionario PRWE (p = 0,22), tampoco observamos diferencias en los valores radiológicos, salvo en relación al escalón articular (p = 0,028) lo cual representa una significación estadística, pero en ambos grupos la mediana fue de 0,0 (0,0-0,0). Tampoco vimos diferencias estadísticamente significativas en los tiempos quirúrgicos (p = 0,745), de radioscopia (p = 0,819) o en la pérdida de material de síntesis (p = 0,779).
Conclusión: La impresión 3 D no ha mejorado los parámetros estudiados en relación con los pacientes intervenidos de rutina.
Objectives: We evaluated the utility of 3 D printing technology for preoperative planning in the treatment of intra-articular fractures of the distal radius in relation to the improvement of surgical technique, radiological and clinical results.
Material and methods: A total of 30 patients with 2 B and C fractures of the AO classification were operated on by a single surgeon with a volar plate, randomly divided into two groups, 15 of them with conventional planning (Rx and CT) and 15 adding a 3 D model of the fracture and the previous simulation of the intervention. Simulation time, surgical time in minutes, radioscopy time in minutes, loss of material expressed in lost screws were recorded. Clinical evaluation based PRWE questionnaire and full radiographic analysis was done for all patients with a mean follow-up of 6 months by an independent, blinded observed.
Results: No statistically significant differences were observed in the PRWE questionnaire (p = 0.22), nor were we observed differences in the radiological values, except in relation to the articular step (p = 0.028), which represents statistical significance, but in both groups the median was of 0.0 (0.0–0.0). We also did not see statistically significant differences in surgical times (p = 0.745), radioscopy (p = 0.819) or in the loss of synthesis material (p = 0.779).
Conclusions: 3 D printing has not improved the parameters studied in relation to routinely operated patients.