Besides the usual measures to control surgical site infection (SSI) (instrument sterilisation, surgical wear, clean surfaces, HEPA filters, and correct surgical technique, etc), there are some simple measures, based on type I evidence which also work synergically (bundle): hair cutting with a machine instead of a razor, antibiotic prophylaxis, blood glucose monitoring and patient temperature during surgery. To this bundle of measures should be added another: antisepsis of the surgical field, on the patient and on hands and forearms, and surgical equipment. In the last few years alcohol solutions have been introduced in place of chlorhexidine and povidone iodide for antisepsis of surgical equipment, with very good results, and in a recent multicentre clinical trial (January, 2010) it was shown that 2% chlorhexidine in alcohol could reduce SSI by half compared to the use of povidone iodide. For these reasons, I believe that we should introduce these behavioural changes to reduce SSI, with a minimum of cost.
Para controlar la infección de localización quirúrgica (ILQ) se han descrito, además de otras medidas habituales (esterilización de instrumental, atuendo quirúrgico, limpieza de superficies, filtros HEPA, correcta técnica quirúrgica, etc.), unas medidas sencillas, basadas en evidencia tipo I, que además actúan sinérgicamente (bundle): corte del vello con maquinilla en lugar de rasurado, profilaxis antibiótica, control de la glucemia y la temperatura del enfermo intraquirófano. A estas medidas del bundle habría que añadir otra: antisepsia del campo quirúrgico, en el enfermo, y de las manos-antebrazos, en el equipo quirúrgico. En los últimos años se están introduciendo soluciones alcohólicas en lugar de clorhexidina o povidona iodada para la antisepsia del equipo quirúrgico, con muy buenos resultados, y recientemente (enero, 2010) se ha demostrado con un ensayo clínico multicéntrico que la clorhexidina al 2% en alcohol puede reducir a la mitad la ILQ, respecto de la utilización de povidona yodada. Por todo ello, creo que debemos implementar estos cambios de conducta para lograr reducir, sin apenas coste, la ILQ.