La evaluación nutricional longitudinal, debido a sus frecuentes alteraciones, es especialmente relevante en al anciano con deterioro cognitivo. El objetivo del presente estudio es valorar a lo largo del tiempo el efecto y la posible interacción del deterioro cognitivo y del envejecimiento en los parámetros nutricionales.
Material y métodosEstudio longitudinal prospectivo de 2años de seguimiento en 301 ancianos (233 mujeres y 68 varones) en el medio residencial, 51 de los cuales tienen criterios de demencia. Los parámetros antropométricos y bioquímicos se obtuvieron según técnicas normalizadas.
ResultadosLos ancianos con demencia presentan, en todos los parámetros estudiados, valores inferiores respecto a los ancianos sin demencia. En los pacientes con deterioro cognitivo los valores medios de los parámetros nutricionales permanecen estables y sin diferencias significativas tras 2años de seguimiento: índice de masa corporal 24,5±4,9 vs 24,2±4,1; pliegue tricipital 15,0±6,0 vs 14,7±6,9; circunferencia braquial 25,9±3,3 vs 25,7±3,5, y albúmina 3,7±0,3 vs 3,7±0,3. En los pacientes sin deterioro cognitivo los valores al final del estudio han descendido respecto a los valores basales, excepto el pliegue bicipital y los triglicéridos.
ConclusionesTras 2años de seguimiento no se observa descenso de los parámetros nutricionales estudiados en los ancianos con demencia; sin embargo, sí aparece un descenso en los ancianos sin deterioro cognitivo. Las causas de estas diferencias pueden ser múltiples. Son necesarios más estudios, con mayor número de ancianos y un mayor periodo de seguimiento, para validar estos hallazgos.
It is important to assess longitudinal nutritional parameters during the ageing process in order to determine body composition changes. This procedure is more relevant when dealing with institutionalised geriatric patients suffering from cognitive impairment. The aim of this study was to assess the interactions, if any, between mental status and several nutritional parameters in a cohort of elderly people.
Material and methodsA longitudinal prospective two years follow-up evaluation was performed on 301 elderly residents (233 females and 68 males) in a nursing home, of whom 51 of them fulfilled the clinical criteria for dementia. Both anthropometric and biochemical parameters were obtained annually, according to standard procedures.
ResultsThe dementia group had lower values when compared to the non-dementia group. Furthermore, nutritional values remained constant in the group with cognitive impairment (no significant differences were observed throughout the study period). BMI 24.5±4.9 vs 24.2±4.1; tricipital skinfold 15.0±6.0 vs 14.7±6.9; brachial circumference 25.9±3.3 vs 25.7±3.5, and albumin 3.7±0.3 vs 3.7±0.3. At the end of the study, the group without cognitive impairment showed lower values in all the parameters analysed when compared to the baseline ones, except for bicipital fold and plasma triglycerides.
ConclusionsOur study shows that there are no variations in the elderly with cognitive impairment, as regards the nutritional, anthropometric and biochemist parameters analysed. On the contrary, the group with normal cognitive status showed a reduction in most of the parameters. Further studies analysing larger populations of elderly people and over longer periods of time will provide more information to improve our knowledge on this important issue.
En geriatría la valoración nutricional es una herramienta fundamental para el conocimiento de la salud individual y colectiva de la población mayor1. La desnutrición proteico-calórica conduce a una pérdida de masa muscular, favoreciendo el deterioro funcional, mayor probabilidad de reingresos hospitalarios y del número de fallecimientos2. Aunque la población anciana institucionalizada en residencias presenta una elevada prevalencia de déficits nutricionales, son pocos los estudios nutricionales prospectivos realizados en ella3-6.
Debido a las controversias sobre factores nutricionales, envejecimiento y demencia7, nuestro objetivo plantea, mediante un estudio observacional y prospectivo en una cohorte de ancianos institucionalizados, detectar cambios en los parámetros nutricionales tras 2años de seguimiento, así como la posible influencia del género y el estado cognitivo.
Material y métodosDiseño y poblaciónSe diseña un estudio observacional y prospectivo, de 24meses de seguimiento, en mayores de 70años alojados en una residencia. Tras un estudio previo8, se implantó un programa de evaluación nutricional dentro del proceso de valoración geriátrica integral incluido en el protocolo de control anual de la residencia, iniciándose en el año 2003. Los datos nutricionales para este estudio se recogen de forma progresiva durante 8años. De 427 ancianos evaluados inicialmente y a los 2años se excluyen 101 ancianos por padecer una neoplasia o portar gastrostomía para nutrición enteral; 25 ancianos más no completan el estudio por diversas causas (falta de datos, alta, traslado, etc.).
Se realizó la valoración funcional mediante el índice de Barthel (IB). El estado cognitivo se valoró con la escala de deterioro global de Reisberg (GDS) y el Mini–Examen Cognoscitivo de Lobo (MEC). Los ancianos ingieren las dietas estándar del centro, que aportan entre 1.800 y 2.400kcal/día. El personal sanitario del centro supervisa y ayuda en las comidas a todos los ancianos con dependencia funcional o demencia severa.
Evaluación nutricionalLos parámetros antropométricos se obtuvieron según normas estandarizadas9: talla en cm, peso en kg, índice de masa corporal (IMC) en kg/m2, pliegues cutáneos en mm, tricipital (PT), bicipital (PB), subescapular (PE) y suprailíaco (PI). La circunferencia del brazo (CB) y la circunferencia muscular del brazo (CMB), obtenida mediante la fórmula: CB(cm)–[3,14×PT(cm)], en cm. Los parámetros bioquímicos, obtenidos de muestras sanguíneas en ayunas, son: albúmina (AB) en g/dl, proteínas plasmáticas totales (PrT) en g/dl, colesterol total (CT) en mg/dl y triglicéridos (TG) en mg/dl. Los criterios para evaluar la desnutrición fueron: IMC<21kg/m2 para la desnutrición calórica, e IMC<21kg/m2, CB<20cm, PT<7mm, CT<150mg/dl y AB<3,5 g/dl para la desnutrición proteico-calórica.
Análisis estadísticoLas variables de género y deterioro cognitivo se expresan en porcentaje sobre el total. Los estadios funcionales del IB y GDS se expresan en frecuencias. Los valores de los parámetros nutricionales y del MEC aparecen como media±desviación estándar. Las diferencias entre los grupos fueron evaluados por la prueba t de Student para muestras independientes y para datos pareados al confrontar los valores iniciales y finales. La comparación de porcentajes se efectuó mediante la prueba Chi-cuadrado. Se consideraron diferencias significativas valores de p<0,05. Para el análisis se empleó el software SPSS-18.0.
Aspectos éticosLos datos son obtenidos de la historia clínica y los registros de los pacientes, no realizándose ninguna determinación, maniobra o exploración que no estuviera dentro de la protocolización del centro o que no fuese clínicamente necesaria según las condiciones y patologías de los pacientes. Para la realización del examen físico, las determinaciones analíticas o las pruebas complementarias se informó a los pacientes o a sus familiares directos, obteniendo su consentimiento.
ResultadosLa muestra inicial de 301 ancianos (233 mujeres y 68 varones) tiene una edad media de 85,1±6,1años, siendo las mujeres más ancianas que los varones (85,9±5,8 vs 82,1±7,7años, respectivamente, p<0,01). El 16,9% (47 mujeres y 4 varones) cumplen criterios de demencia, según el DSM-IV-R. Los ancianos con demencia tienen una edad similar a los ancianos sin demencia (85,4±4,6 vs 85,0±6,8años). Sin embargo, funcionalmente los ancianos con deterioro cognitivo presentan valores medios de MEC, GDS e IB inferiores a los ancianos sin demencia (tabla 1).
Distribución de la población del estudio por presencia o ausencia de demencia con puntuaciones medias y frecuencias de MEC, GDS e índice de Barthel. Prevalencias (en porcentaje) de parámetros antropométricos y bioquímicos compatibles con desnutrición al inicio y tras 2 años de seguimiento
Parámetros | Demencia | No demencia | ||
---|---|---|---|---|
MEC | 6,9±5,9a | 25,3±6,0 | ||
GDS | 5,8±1,1a | 1,0±0,2 | ||
Barthel | 17,9±17,6a | 76,4±26,7 | ||
Frecuencia GDS 6-7 | 78,7% | – | ||
Barthel 55 o menor | 98,6%b | 17,7% | ||
Barthel 60 o mayor | 1,4%b | 82,3% | ||
Demencia | No demencia | |||
Inicial | Final | Inicial | Final | |
IMC<21 kg/m2 | 11,8%c | 14,1%d | 5,6% | 9,6% |
CB<20cm | 4,2%c | 9,4%d | 0,4% | 0,8% |
PT<7mm | 7,0%c | 5,6% | 2,0% | 3,9% |
CT<150mg/dl | 3,5%c | 6,6% | 7,1% | 9,9% |
AB<3,5 g/l | 20,7%c | 20,0%d | 13,7% | 9,2% |
Las alteraciones nutricionales, calórica y proteico-calórica, son más frecuentes entre los ancianos con deterioro cognitivo (tabla 1). La frecuencia de ellas en esta población oscila entre el 0,4 y el 20,7%, según la variable considerada. Todas las variables nutricionales analizadas, excepto la edad, son significativamente inferiores en los ancianos con demencia (tabla 2).
Comparación de parámetros nutricionales según la presencia o ausencia de demencia al inicio del estudio, y entre la medición basal y el control de seguimiento a los dos años
Demencia | No demencia | |||
---|---|---|---|---|
Inicial | Final | Inicial | Final | |
Número (%) | 51 (17%) | 250 (83%) | ||
Edad | 85,4±4,6 | 87,6±4,7c | 85,0±6,8 | 87,2±6,9d |
Peso | 54,6±11,6a | 54,3±10,2b | 65,9±13,7 | 63,0±14,2d |
IMC | 24,5±4,9a | 24,2±4,1b | 28,1±5,1 | 27,2±5,2d |
PT | 15,0±6,0a | 14,7±6,9b | 19,0±7,7 | 17,7±8,0d |
PB | 9,3±4,5a | 9,8±6,3b | 12,6±7,0 | 11,9±6,6 |
PE | 13,4±4,9a | 13,9±7,9b | 17,2±7,9 | 15,9±7,7d |
PI | 14,5± 4,6a | 13,2±6,7 | 15,9±7,4 | 14,0±7,0d |
CB | 25,9±3,3a | 25,7±3,5b | 29,3±4,5 | 28,1±4,3d |
CMB | 21,3±2,6a | 22,2±3,2 | 23,2±3,4 | 22,6±2,9d |
CT | 197±24a | 200±36 | 207±43 | 196±48d |
TG | 108±47a | 132±47c | 124±61 | 122±60 |
PrT | 6,4±0,5a | 6,4±0,4 | 6,9±0,6 | 6,7±0,7d |
AB | 3,7±0,3a | 3,7±0,3b | 4,0±0,4 | 3,9±0,4d |
p<0,05 entre ancianos con demencia y ancianos sin demencia al inicio del estudio (t de Student para datos independientes).
p<0,05 entre ancianos con demencia y ancianos sin demencia al final del estudio (t de Student para datos independientes).
En los ancianos con demencia, tras 2años de seguimiento no aparecen diferencias significativas entre las mediciones iniciales y finales, excepto los TG, que aparecen más elevados a los 2años en este grupo (tabla 2). Entre los ancianos sin demencia, tras 2años solo permanecen en valores similares a la determinación basal el PB y los TG. El resto de los parámetros disminuye respecto a la determinación inicial (tabla 2).
Por género, las mujeres, respecto a los varones, son más ancianas, presentan cifras inferiores en el peso, CMB, PrT y AB. Los datos son similares en IMC, PE, CB, CT y TG, y los valores antropométricos de PT, PB y PI, en la determinación inicial, son superiores a los de los varones (tabla 3).
Comparación de parámetros nutricionales según el género al inicio del estudio y entre medición inicial y el control de seguimiento a los 2 años
Mujeres | Varones | |||
---|---|---|---|---|
Inicial | Final | Inicial | Final | |
Número (%) | 233 (77%) | 68 (26%) | ||
Edad | 85,9±5,8a | 88,2±5,8b,c | 82,1±7,7 | 84,1±7,7d |
Peso | 61,6±12,9a | 59,3±12,8b,c | 72,1±14,6 | 69,0±15,1d |
IMC | 27,6±5,4 | 26,9±5,3c | 27,4±4,5 | 26,4±4,7d |
PT | 19,4±7,6a | 18,1±7,8b,c | 15,0±6,6 | 14,3±7,7 |
PB | 12,7±6,9a | 12,2±6,7b | 9,9±5,8 | 9,5±5,7 |
PE | 16,5±8,0 | 15,6±7,8 | 16,8±6,1 | 15,4±7,3 |
PI | 16,8±7,0a | 15,0±6,8b,c | 12,3±6,1 | 10,3±6,2 |
CB | 28,8±4,7 | 27,7±4,4c | 28,6±4,1 | 27,8±3,8d |
CMB | 22,8±3,4a | 22,2±3,0b,c | 23,7±3,3 | 23,5±2,6 |
CT | 206±39 | 200±47b,c | 201±44 | 184±44d |
TG | 122±61 | 128±60b | 119±57 | 112±54 |
PrT | 6,8±0,6a | 6,7±0,7 | 7,2±0,5 | 6,9±0,6d |
AB | 3,9±0,4a | 3,8±0,4 | 4,2±0,3 | 4,0±0,5d |
Todos los valores: media±desviación estándar
Una nutrición adecuada es esencial para que las personas mayores disfruten de un correcto estado de salud. La disminución del peso en los ancianos es un signo de alarma; este proceso, cuando es del 10% y aparece en un periodo corto, es grave, se relaciona con desnutrición proteico-calórica y un mal pronóstico10. Habitualmente los estudios nutricionales en ancianos son de carácter transversal. En el presente trabajo se analizan, de forma prospectiva, valores antropométricos y diversos parámetros bioquímicos durante un período de 24meses en una cohorte de ancianos alojados en una residencia. La valoración inicial de esta cohorte nos ha permitido demostrar que la evaluación nutricional es un indicador sencillo de salud y confirmar que las alteraciones nutricionales son más frecuentes en población geriátrica con demencia. También comprobamos que tras 2años de seguimiento la mayor parte de los parámetros analizados descienden entre los ancianos sanos. No obstante, entre los ancianos con demencia, a pesar de presentar determinaciones iniciales en todos los valores inferiores a las de los ancianos sin demencia, estas permanecen estables durante el periodo de seguimiento.
Un estudio prospectivo de 6meses sobre un pequeño grupo de 32 ancianos en la comunidad señaló que pueden estar en riesgo nutricional hasta el 80% de los ancianos11. Tras un año se confirma, en esa misma cohorte, que aunque la frecuencia de desnutrición permanece elevada, los parámetros antropométricos permanecen estables en los intervalos en los que se evalúan12. Nuestros resultados corroboran, en el grupo de ancianos con demencia, la estabilidad de los parámetros nutricionales con el paso del tiempo. Entre el 0,4 y el 20,7% de nuestra cohorte, dependiendo del parámetro evaluado, así como del género y de la presencia o ausencia de demencia, se puede considerar que presentan alteraciones nutricionales. Esta frecuencia es similar a la de la mayoría de los estudios publicados previamente8,11,12. Sus variaciones pueden deberse a las diferencias en los procedimientos de evaluación nutricional (Mini Nutritional Assessment [MNA], IMC, parámetros antropométricos, etc.), la ubicación de los ancianos, las patologías que padecen, etc.13. También puede ser el reflejo del denominado rango de heterogeneidad14: diferencias entre fenotipo-situación mórbida-función global, en un momento concreto de la vida en los individuos de una especie, y que presenta su máximo rango entre la población geriátrica. Habitualmente las cifras de prevalencia de desnutrición son mayores con la escala de cribado MNA que cuando se evalúan mediante un parámetro antropométrico como el IMC15.
El aumento de los TG, tras 2años de seguimiento, en el grupo de los ancianos con demencia es controvertido. Se ha comprobado, en modelos animales para la enfermedad de Alzheimer, que una elevación de los TG plasmáticos precede al depósito de β-amiloide cerebral16, no habiéndose descrito hasta ahora esa elevación en los humanos.
Los resultados de nuestro estudio resaltan la ausencia de descensos en los parámetros antropométricos y bioquímicos, en las personas con demencia, tras 2años de seguimiento. Esta circunstancia también se ha señalado en una pequeña serie de ancianos con demencia e institucionalizados durante 6meses de seguimiento17. El mantenimiento de los parámetros nutricionales en ancianos con demencia puede residir en varios factores. En primer lugar, presentar una situación de inicio más desfavorable. Todos los parámetros nutricionales medidos en este trabajo eran significativamente inferiores a los de los ancianos sin demencia. Esta situación puede representar un «efecto suelo», donde el descenso del IMC y de otros parámetros, si se produce, puede ser cuantitativamente menor y, en consecuencia, el tiempo necesario para detectar dichos cambios deba ser más largo. Otros factores relacionados con el mantenimiento de los valores antropométricos relativamente estables en los ancianos con demencia son los no biológicos: tipo de establecimiento, implicación del personal sanitario en las comidas ayudando a los pacientes con deterioro funcional, el tipo de dieta, etc. Todos ellos pueden influir en la situación nutricional del anciano18,19.
Como conclusión, el presente estudio, prospectivo y observacional de una cohorte de ancianos en el medio residencial muestra que los que padecen demencia presentan un peor estado funcional y una mayor frecuencia de parámetros nutricionales alterados que indican desnutrición calórica o proteico-calórica, comparados con los ancianos sin deterioro cognitivo. Sin embargo, el mantenimiento temporal estable, en los mayores con demencia, de los parámetros nutricionales analizados es novedoso. Estos hallazgos hacen necesarios más estudios, con mayor número de ancianos y con mayor tiempo de seguimiento para clarificar si pudiera estar presente un «efecto suelo» en los ancianos con demencia, o si realmente se produce un empeoramiento nutricional con el envejecimiento en todos los ancianos, independientemente de su estado cognitivo.
FinanciaciónEl presente estudio ha sido financiado por la Beca Nutricia de la SEGG.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses relacionado con los aspectos abordados en el presente artículo.