El presente monográfico aborda una cuestión esencial en el momento actual y futuro de la Gerontología como es la generación de conocimiento nuevo en este campo, o dicho de otra manera: la I+D en vejez.
Para ello se han reunido diversas aportaciones de distintos especialistas que contienen algunas de las claves que deben determinar y definir la manera de hacer esta I+D. Así, en este monográfico el lector encontrará:
Una I+D que tiene a la persona mayor y sus necesidades como elemento central. No se trata de partir de una tecnología, de un método, y después de su conveniente desarrollo llegar a la persona. El planteamiento que tienen los artículos de este monográfico, y por lo tanto la investigación que los sustenta, tiene como eje angular a la persona. El desarrollo de conocimiento, de tecnología, de un tratamiento, está en función de las necesidades de esas personas, y no al revés. La persona mayor ocupa, en estas prácticas, un lugar central y predominante. Por eso encontrarán trabajos que analizan y cuentan de una manera fundamental con la opinión de los mayores, a los que tantas y tantas veces hemos dado intelectualmente la espalda al desestimar sus opiniones, que como verán no suelen coincidir mucho con la de los expertos. Así, la I+D en vejez no parte de la supremacía de los investigadores y profesionales con respecto a las necesidades y demandas de los usuarios de su investigación y desarrollo, sino precisamente al revés. Además, contar con los usuarios (en la medida necesaria) supone un planteamiento ético ineludible.
Una visión interdisciplinaria. Podrán observar médicos trabajando con ingenieros, biólogos con psicólogos, sociólogos con farmacéuticos, grupos interdisciplinarios en pos de un trabajo común, donde cada uno con su disciplina pone humildemente sus conocimientos, técnicas y habilidades al servicio de un objetivo común. No se trata de imponer disciplinas ni profesiones, sino de un reconocimiento mutuo en una labor conjunta.
Verán que las metodologías utilizadas también son diferentes y se ajustan a las necesidades de los objetivos de los proyectos. Hay trabajos basados en metodología cualitativa que tienen un indudable interés para poder comprender en profundidad las cuestiones que abordan, sin ningún ánimo conclusivo. Encontrarán otros trabajos basados en métodos cuantitativos, empíricos, que utilizan la estadística para arrojar luz donde existen sombras y ver, por ejemplo, si esas diferencias son o no debidas al azar. No obstante, y en todos los casos, los trabajos son rigurosos, porque el rigor es un distintivo común a todos ellos.
Asimismo encontrarán temas muy diversos: de desarrollos tecnológicos al ocio; de rehabilitación de accidente cerebrovascular, por medio de robots, al diseño de materiales que faciliten el empowerment de las personas mayores; de intervenciones sobre personas con deterioro cognitivo grave a análisis genético; de mecanismos de reparación neuronal a la detección de caídas. Ésta es la riqueza de la Gerontología: su diversidad de campos, de colores, de formas, de acercamientos, de soluciones. La cuestión es si realmente somos capaces de lidiar con toda esta complejidad y entender, no de una manera plana y unidimensional, este proceso de envejecimiento y esta vejez a la que nos dedicamos y a la que debemos y queremos aportar calidad.
Este monográfico pretende recoger una I+D centrada en la persona, interdisciplinaria, diversa en métodos y áreas, rigurosa y compleja. Al menos ése ha sido el intento, que el lector deberá juzgar.
Pero, además, este trabajo conjunto de muchos profesionales pretende ser un poco innovador en sí mismo, señalando no todos, pero sí algunos posibles campos, caminos y métodos «nuevos» para hacer I+D+i en vejez, o dicho de otra manera, mejorar la calidad de vida de las personas mayores y sus familias.
La extensión de este monográfico impide hablar en él de innovación (de esa «i» minúscula que aparece junto a la «I+D»), de esa investigación que acaba haciéndose realidad práctica en los procesos asistenciales, de cuidado, etc. Su importancia es indudable y aquí, aunque mínimamente, se quiere destacar porque es un elemento fundamental para la mejora de la calidad de vida que antes se comentaba, es lo que hace «real en la vida de las personas la investigación».
Por último, agradecer tanto la confianza de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología como la de los responsables de la revista en este monográfico; y reconocer la inestimable aportación de todos los autores que han tomado parte y han hecho de este monográfico una realidad tan compleja y atractiva como lo es la propia Gerontología.