En el último tiempo cobró notoriedad que la Organización Mundial de la Salud (OMS) con la vigencia de la nueva Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE 11) convalidaría «vejez con enfermedad» según interpretación de no pocas instituciones1 y actores. Sin embargo, las investigaciones avalan que envejecemos desde que somos concebidos2. Así, resulta relevante hacer algunas observaciones que permitan esclarecer qué hay en juego.
La búsqueda de la fuente de la juventud existió desde que existe la humanidad. Cambian las formas y cambian las palabras, pero no el interés por un mercado de consumidores que en 2020 se estimó en 60.000 millones de dólares3, una industria antienvejecimiento que no cesa en sus esfuerzos por imponer productos, suplementos y obtener fondos para la investigación.
La CIE es una clasificación que estandariza todo aquello que hace al diagnóstico clínico, epidemiológico y gestión de la salud. Lo que no figura allí no existe, esto implica financiación o poder llegar al mercado. En su última revisión en 20184 se quitó el término «senilidad» por «vejez» y se agregó un código para condiciones «asociadas a la vejez»; esta fue aprobada por la Asamblea Mundial de la Salud a donde acuden delegaciones de los países miembros.
Este cambio fue iniciativa de un lobby vinculado a la investigación biomolecular y la industria antienvejecimiento como Biogerontology Research Foundation y la International Longevity Alliance. Son los que utilizan expresiones como guerra contra el envejecimiento, conquista de la juventud eterna o derrota de la vejez, lenguaje bélico que denota no estar dispuestos a darse por vencidos fácilmente. En 2018 no se escucharon voces disonantes que alertaran sobre la jugada.
Del otro lado tenemos a la OMS, una institución desprestigiada por la gestión de la pandemia, con serios conflictos de intereses y una capacidad técnica mermada por su falta de financiamiento5. Además, las desavenencias políticas incumben a la hoy unidad de cambio demográfico y envejecimiento saludable, su responsable actual y los pasados… una lucha de egos de alto nivel. Un lobby poderoso y una OMS débil es la arena perfecta para una hoguera que está siendo alimentada erradamente.
Volviendo a si vejez es enfermedad… ¿debieron pasar 3 años para una exacerbación profundamente semántica? La revista JAGS6 en 1954 hablaba ya del envejecimiento como enfermedad compleja; si fuera así en el mundo habría más de 6.000 millones de enfermos y casi un 12% de pacientes en estadio avanzado. Todos los mayores de 60 años del mundo.
Se sabe que no toda enfermedad se asocia a envejecer, y muchas enfermedades que progresan con la edad están relacionadas al envejecimiento. Sería algo así como que el envejecimiento provoca la maduración de la enfermedad por causa de la edad7. Ahora, pensar que la OMS que acaba de declarar (y luego veremos los verdaderos alcances y logros). Década del Envejecimiento Saludable 2020-2030, afirma que la vejez es una enfermedad equivale a pegarse un tiro en el pie; con un poco de reflexión y análisis debería alertar sobre la verdadera naturaleza de la polémica. Así una pregunta simple puede tener diferentes interpretaciones y diferentes e interesados actores que quieren hacer pesar su rol sea un lobby, la OMS y hasta individuos de egos inflamados.
La idea de detener, revertir o enlentecer el envejecimiento existe desde que existe el ser humano. Estas polémicas no hacen más que desviar la atención sobre darnos cuenta de que envejecer debería ser celebrado, que vivir con sentido y calidad es mejor que cantidad o pensar qué tipo de OMS queremos una vez que la pandemia termine y algunos egos se desinflamen.