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Revista Española de Geriatría y Gerontología
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Inicio Revista Española de Geriatría y Gerontología La vida humana ante el proceso de envejecimiento
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Vol. 44. Núm. 3.
Páginas 119 (mayo - junio 2009)
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EDITORIAL
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La vida humana ante el proceso de envejecimiento
Human life and aging
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Reinald Pamplona
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Estudios de la Organización Mundial de la Salud constatan que las personas viudas muestran índices de salud física y mental menores que el resto de la población de la misma edad cronológica. La viudedad y el aislamiento social son condiciones frecuentes en nuestros mayores. Asumiendo esta premisa, Arranz et al, en el trabajo que se publica en el presente número de la Revista Española de Geriatría y Gerontología1, diseñan un modelo animal de soledad durante la vejez con el objetivo de estudiar en el mismo los cambios en el perfil cognitivo, conductual e inmunitario a los que conduce el aislamiento social en esta etapa tardía de la vida.

Las propiedades sistemáticas de la vida animal, descriptivamente consideradas, contemplan, entre otras: a) la existencia de un medio interno, cuya composición puede ser mantenida dentro de los límites fisiológicos correspondientes a la vida normal de la especie en cuestión; b) la capacidad para mantener la normalidad funcional del organismo en su conjunto y de sus órganos; c) la existencia de una adecuada correlación entre todas las partes integrantes del organismo, células, tejidos, órganos, aparatos y sistemas, a la que contribuyen los sistemas inmunitario, endocrino y nervioso, y d) la conservación, bajo forma de «huella» mnémica, del significado biológico que poseen las varias vicisitudes de la relación con el medio. Sin esa huella, el curso de tal relación no podría convertirse en conducta, no pasaría de ser una simple cadena de reacciones.

Lo más propio y esencial del comportamiento del hombre, incluso reducido su examen a la mera observación conductista, es la condición proyectiva de la vida humana. La conducta humana se nos muestra de forma específica a través del proyecto, la memoria, la búsqueda y la exploración, la espera, el juego, la comunicación, el aprendizaje y la invención, como escalón hacia la condición humana, hacia el psiquismo, que tiene su realidad y fundamento en la estructura y el dinamismo de nuestro cerebro.

El psiquismo y la conducta del hombre son expresión sistemática de la estructura dinámica del cuerpo humano. De todo el cuerpo. Con su función propia, también el páncreas y el bazo actúan en esa doble realización —psiquismo y conducta— de lo que el hombre es. Pero es evidente que entre todos los órganos de nuestro cuerpo es el cerebro el que en la génesis y en la ejecución del psiquismo y de la conducta tiene un papel central.

Si la vida humana es la realización y la expresión de una peculiar estructura de la materia, el proceso de envejecimiento y el hecho de la muerte lo podríamos contemplar como un deterioro y descomposición de esa estructura que, además de afectar al todo de su actividad específica, es por completo irreversible.

En este escenario, ¿cómo no va a verse afectada una persona si se ve despojada de un proyecto, de su memoria, de su capacidad de aprendizaje, de su capacidad de ensimismarse y de todo aquello que nos hace humanos? La conclusión del trabajo de Arranz et al es irrefutable; el aislamiento y la soledad durante la vejez exacerban la involución mental e inmunitaria durante este período, y esto a pesar de haber mantenido una vida social normal durante las etapas vitales anteriores.

El trabajo de Arranz et al nos abre, desde la experimentación, una línea para seguir, un mundo en el que explorar las interacciones que se establecen entre sociedad e individuo, la repercusión y efecto en y del proceso de envejecimiento. Además, nos da a intuir, o por qué no decirlo, nos demuestra la indisociable relación existente entre la unidad biopsicosocial que es el hombre y la salud. Un excelente trabajo y estímulo para los estudios sobre la vida humana ante el proceso de envejecimiento que debería desembocar en medidas de salud pública.

Como escribió el profesor Laín Entralgo2: lo que soy, lo que somos diría yo, es el resultado de un proceso biográfico. Textualmente: «materia creada, término específico de una filogénesis, resultado de un proceso embriológico individual, obra cotidiana de mi pertenencia a una sociedad y a una historia, consecuencias de una serie de decisiones o concesiones mías ante mi sociedad y ante la historia; todo ello se ha juntado para que yo sea lo que soy. Y mi cuerpo y no otra cosa ha sido el agente y en cierta medida el autor de esto que soy: una estructura material que siente, piensa y quiere, y que un día se ha de comer la tierra».

Bibliografía
[1]
L. Arranz, L. Giménez-Llort, N.M. De Castro, I. Baeza, M. De la Fuente.
El aislamiento social durante la vejez empeora el deterioro cognitivo, conductual e inmunitario asociado a la edad.
Rev Esp Geriatr Gerontol, (2009),
[2]
Laín Entralgo P. Cuerpo y alma. Estructura dinámica del cuerpo humano. Madrid: Espasa-Calpe; 1991.
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