Presentamos el caso de un varón de 93 años que es sometido a una prueba radiológica con contraste baritado para el estudio de una disfagia progresiva «mixta» —faríngea y esofágica—, ya que presentaba algún paroxismo de tos con la deglución e intolerancia a los alimentos sólidos. El paciente había ingresado en dos ocasiones (6 y 2 años previos al episodio actual) por cuadros de infecciones respiratorias no condensantes sin documentación microbiológica. Antecedentes de patología vascular importante (IAM antiguo y claudicación intermitente). Dentro de su valoración integral geriátrica el paciente es independiente para las actividades básicas de la vida diaria (índice de Barthel 100/100), no presenta deterioro cognitivo. Vive con su hermana. Está limitado por disnea grado IV NYHA y como síndromes geriátricos presenta disfagia y estreñimiento. Acude a realizarse la prueba y sufre episodio de disnea brusca durante la misma que obliga a su interrupción. En el Servicio de Urgencias se realiza la placa que se presenta (fig. 1). Muestra un infiltrado alveolar bilateral en ambos lóbulos inferiores en los cuales se dibuja un broncograma aéreo por el material de contraste. El paciente es tratado con antibioterapia empírica (cefalosporinas+clindamicina) con buena evolución, siendo dado de alta para seguimiento por Servicio de Rehabilitación (deglutoria). Tres meses después, el paciente es capaz de ingerir líquidos tras las sesiones de rehabilitación y no ha vuelto a broncoaspirar.
Discusión. El estudio esófago-gastro-duodenal está considerado de primera opción (junto a la esofagoscopia) para el estudio de la disfagia con sospecha de patología esofágica1. Para la disfagia acompañada de aspiraciones al inicio de la deglución, tos o regurgitación nasal iniciaríamos su estudio con una evaluación otorrinolaringológica y una videofluoroscopia, dada la velocidad con la que se produce esta función. El bario, al contrario que otros materiales frecuentes broncoaspirados, es un material inerte, pero pese a ello, su aspiración puede ser una amenaza vital2. Según una serie anatomopatológica, representa el 22% de las aspiraciones que requieren tratamiento quirúrgico urgente o diferido (solo por detrás de la comida)3. Tiende a depositarse en el alveolo y escasamente en el intersticio, lo que condiciona un efecto shunt de la hipoxemia. El tratamiento que se propugna para esta entidad es el dictado por el sentido común y el juicio clínico dada la no existencia de estudios prospectivos controlados en esta complicación4. En caso de hipoxemia severa se debe realizar una broncoscopia urgente y aspiración del material (no el lavado por la diseminación del material que se produciría), apoyada por cobertura antibiótica de amplio espectro. No es raro el manejo conservador de estas aspiraciones, a menudo producidas en pacientes añosos con pluripatología y deterioro cognitivo5. En nuestro paciente hubo mejoría clínica y radiológica franca espontánea sólo con tratamiento antibiótico, posiblemente por las características inertes del bario que evitaron la neumonitis química y la sobreinfección bacteriana. Sin embargo, es frecuente que las imágenes alveolares se mantengan durante meses e incluso años posteriormente a la aspiración. Con educación de la deglución y enseñanza de maniobras antiaspirativas se consiguió adecuada hidratación y alimentación en el ingreso, y a solicitud del propio paciente se desestimaron otras pruebas diagnósticas en su estudio. De acuerdo a los casos publicados, parece haber mayor morbimortalidad en los pacientes ancianos que sufren esta complicación6,7.