Sr. Editor:
En las últimas décadas estamos asistiendo a un auge de las alternativas a la hospitalización convencional (hospitalización domiciliaria, unidades de corta estancia, hospitales de día médicos, etc.) encaminadas a optimizar los limitados recursos sanitarios y mejorar su eficiencia. El incremento de pacientes crónicos, pluripatológicos y frágiles ha favorecido esta tendencia, orientada a propiciar una mayor autonomía de los pacientes1. El hospital de día es consecuencia de una necesidad asistencial, cuyo principal elemento no es tanto su estructura, como el hecho de que promueve un cambio cultural en el modelo asistencial tradicional, y permite organizar las posibilidades asistenciales, diagnósticas y terapéuticas de forma más racional y ágil que la rígida estructura de las salas de hospitalización convencional2.
El hospital de día geriátrico (HDG), como unidad de atención ambulatoria integral a pacientes ancianos frágiles, es conceptualmente diferente del hospital de día médico, con una actividad más amplia que abarca, no sólo los cuidados médicos y de enfermería, sino también, y de forma prioritaria, la rehabilitación, el mantenimiento de la capacidad funcional, la valoración integral y, en ocasiones, los cuidados sociales3,4. En España, los HDG se han desarrollado e implantado progresivamente en los hospitales generales a medida que se ha desarrollado la especialidad de geriatría, aunque de forma desigual en todo el territorio nacional5. Así, en Andalucía es la medicina interna la que está aplicando su campo de conocimiento especializado a los cuidados generales de estos pacientes en este nivel asistencial6,7.
A continuación, exponemos nuestra experiencia, analizando la actividad y la producción del hospital de día médico en un hospital comarcal desde su creación hasta la actualidad, con especial énfasis en las diferencias asistenciales entre ancianos frágiles y pacientes adultos. Para ello se realizó análisis descriptivo de la actividad de nuestro hospital de día médico durante el período comprendido entre el 1 de abril de 2004 y el 30 de marzo de 2007 (3 años). El hospital de día médico de nuestro centro dispone de 12 camas y 8 sillones, con actividad en días laborables. La asistencia de los pacientes se realiza sobre la base de un protocolo de derivación previamente establecido. Durante ese período hubo 6.171 ingresos en hospitalización convencional en nuestro servicio.
Se han incluido 2.353 casos atendidos en el hospital de día durante el período de estudio, de los cuales 665 (28,3%) se definieron como ancianos frágiles (≥ 75 años con enfermedades subyacentes, en alto riesgo de dependencia). Los principales resultados se exponen en la tabla 1. La edad media±desviación estándar de los ancianos frágiles fue de 80,1±4,4 años (rango: 76-97) y en el grupo de adultos de 54,7±14,8 años (rango: 16-74), sin que hubiera diferencias entre sexos en ambos grupos (el 46,5% y el 51,1% de varones, respectivamente). El grupo de ancianos frágiles tuvo más visitas sucesivas que el grupo de adultos, así como mayor procedencia del área de hospitalización convencional (el 51 y el 41,5%, respectivamente; p<0,01; odds ratio [OR]=1,47; intervalo de confianza [ic] del 95%, 1,22-1,76) y de atención primaria (el 9,5 y el 4,9%, respectivamente; p<0,01; OR=2,05; IC del 95%, 1,43-2,92) y menor de otros servicios del hospital (el 25,3 y el 41,7%, respectivamente; p<0,01; OR=0,47; IC del 95%, 0,38-0,58), y fue similar cuando procedían del área de urgencias. El motivo de asistencia más frecuente en ambos grupos fue el procedimiento terapéutico; pero ambos grupos difirieron en cuanto a las afecciones motivo de atención. Fueron más frecuentes la anemia en los ancianos frágiles y las neoplasias en el grupo de adultos. Del total de pacientes que procedían del área de hospitalización convencional, 107 (31,6%) ancianos frágiles fueron altas precoces, frente a 298 (42,6%) adultos (p<0,01; OR=0,62; IC del 95%, 0,47-0,82). Mediante la asistencia en el hospital de día se estimó que se había evitado la hospitalización convencional en 92 (13,8%) ancianos frágiles y 361 (21,4%) adultos (p<0,01; OR=0,59; IC del 95%, 0,45-0,76).
Diferencias asistenciales entre pacientes ancianos frágiles y adultos en el hospital de día médico de un hospital comarcal
Ancianos frágiles (n=665) | Adultos (n=1.688) | p | |
Visita (%) | |||
Primeras | 39,1 | 45,5 | |
Sucesivas | 60,9 | 54,5 | < 0,05 |
Procedencia (%) | |||
Hospitalización | 51 | 41,5 | |
Urgencias | 14,3 | 12 | |
Otros servicios | 25,3 | 41,7 | |
Atención primaria | 9,5 | 4,9 | < 0,01 |
Procedimiento (%) | |||
Evaluación clínica | 28,1 | 33,1 | |
Diagnóstico | 27,5 | 31,2 | |
Terapéutico | 44,4 | 35,7 | < 0,05 |
Afección principal (%) | |||
Anemia | 31,1 | 12,4 | |
Neoplasia | 19,4 | 25,3 | |
Digestiva | 14,6 | 18,1 | |
Infecciosa | 8,9 | 8,3 | |
Cardiológica | 7,5 | 7,6 | |
Otras | 18,6 | 28,3 | < 0,05 |
El hospital de día médico supone una alternativa asistencial eficiente a la hospitalización convencional en los hospitales comarcales puesto que favorece la accesibilidad y la continuidad asistencial. Promueve una asistencia coordinada, ágil y ambulatoria, sin los perjuicios del ingreso ni la prolongación de la estancia hospitalaria, racionalizando los recursos sanitarios. Dado el alto número de ancianos frágiles atendidos en los hospitales de día médicos como el nuestro, se deberían incorporar estrategias y metodologías que mejoraran los resultados en términos de salud y de gestión clínica. El uso de la valoración geriátrica integral como metodología de trabajo en este grupo específico de población de riesgo permitiría una mejor aproximación a las clásicas áreas afectadas en los pacientes con fragilidad (médico, funcional, afectivo y social), con una mayor coordinación multidimensional y atención integral8,9. En este sentido se han comunicado experiencias exitosas10.