Recientemente se ha reflexionado en un editorial de Revista Española de Geriatría y Gerontología1 sobre la utilidad de las guías de práctica clínica (GPC), para intentar reducir la posible variación sustancial en la prestación de asistencia sanitaria para pacientes con el mismo problema clínico y de las características diferenciales añadidas que presentan dichas GPC para su aplicación en las personas mayores2. Un aspecto interesante es el conocer lo que opinan los potenciales candidatos a utilizar en su día a día las GPC de las mismas3. Por ello, el objetivo de este trabajo es conocer la opinión sobre las GPC en geriatría de los socios de la Sociedad Española de Geriatría (SEGG) con responsabilidad clínica asistencial.
Así, para conocer su opinión se envió por correo electrónico una encuesta a todos los miembros de la SEGG, tras dar la conformidad de las preguntas la junta de la SEGG. Respondieron a la encuesta 327 especialistas en geriatría (especialista senior el 51% y jefe de sección/servicio el 20%, el resto eran médicos residentes), con un rango de edad de 27-65 años; siendo el 37% mayores de 50 años. Todos los encuestados manifestaron haber consultado alguna GPC; el 47% de los encuestados refirió que consultaba las GPC de forma habitual, el 50,5% de manera ocasional y un 2,5% casi nunca. A la pregunta de si estaban familiarizados con el sistema AGREE4 de valoración de las GPC contestaron afirmativamente el 74% de los encuestados y no, el resto; el 85% manifestaron estar familiarizados con la clasificación de niveles de evidencia y grados de recomendación. Los objetivos principales por la que realizan los encuestados una consulta en las GPC son: resolver dudas o problemas clínicos (84%), estudio personal (42,3%) y tareas de investigación (18%). El especialista en geriatría consulta las GPC sobre todo para temas en relación con las enfermedades crónicas (70%) y los síndromes geriátricos (60%), aunque también para enfermedades agudas (57%) y aspectos diversos de gestión del proceso asistencial (13,41%). Se preguntó sobre la percepción de la situación real de seguimiento y cumplimiento de las GPC en geriatría en España; el 32% de los encuestados consideró que las recomendaciones se siguen adecuadamente, el 45% que no, debido al desconocimiento de las mismas y el resto que no al no existir suficiente información en las mismas para el paciente mayor. Por último, se preguntó con relación a la transparencia, el 48% confían completamente en las GPC, pero un 49,85% considera que existen demasiados miembros del panel de expertos con conflictos de intereses y el 54% opinan que confían con alguna duda sobre si se detallan adecuadamente los conflictos de intereses y un 2% no confía en las GPC pues cree que están demasiado influenciadas por la industria farmacéutica.
Se trata de una encuesta que tiene como principal fuerza la importante respuesta de participación de los socios de la SEGG y como limitación el posible sesgo de que participaran los socios más familiarizados con consultar las GPC. En el momento de analizar las respuestas, los autores son conscientes de que habrían clarificado, quizás, más algunas preguntas respecto a algunos aspectos y, quizás, ampliado alguna posibilidad de respuesta como es el hecho de si se valora también como un aspecto negativo la posible influencia de la administración en algunas GPC o evidentemente alguna tan interesante como: ¿Crees útiles las guías de práctica clínica en pacientes ancianos con comorbilidad o con fragilidad?
La participación de expertos en geriatría en las GPC, su valoración y difusión por parte de los grupos de trabajos de la SEGG deberían ser útiles para mejorar la implicación5 y la difusión de dichas GPC, y con ello conseguir la mejor asistencia en las personas mayores.
A todos los miembros de la SEGG que participaron en la encuesta.