Diferenciar adecuadamente a las personas mayores con baja ejecución en pruebas cognitivas debida a la depresión de aquellas que presentan un deterioro cognidel deterioro cognitivo leve y de las asociado a demencias es todo un reto para la investigación gerontológica. La valoración de la plasticidad cognitiva, que ya se ha mostrado eficaz en el diagnóstico del déficit cognitivo asociado a edad, del deterioro cognitivo leve y de las demencias, podría mostrarse útil también en el diagnóstico diferencial entre depresión y trastorno cognitivo. Comprobar este supuesto es el objetivo de esta investigación, junto con éste se analizarán las diferencias entre ambos grupos en otras variables psicológicas.
Material y métodosLos participantes del estudio fueron un total de 50 personas mayores seleccionadas previamente sobre la base de los informes sanitarios respecto de su depresión y/o déficits cognitivos, a los que se les administraron el Test de Posiciones y el Auditory Verbal Learning Test of Learning Potential como medidas de plasticidad cognitiva, junto con el Mini Examen Cognoscitivo, el Cuestionario de Satisfacción con la Vida y la Escala de Depresión Geriátrica. También se recogieron datos sociodemográficos.
ResultadosLos resultados mostraron que las personas mayores depresivas no difieren de las personas no depresivas en plasticidad cognitiva, mientras que las personas con deterioro cognitivo sí presentaron una plasticidad cognitiva significativamente menor que las personas que no mostraron deterioro. Asimismo, se muestran diferencias entre grupos con y sin alta puntuación en depresión en satisfacción con la vida y el seguimiento de instrucciones.
ConclusiónLa plasticidad cognitiva parece ser una variable relevante en la diferenciación entre ancianos con bajo rendimiento cognitivo por depresión y ancianos con deterioro cognitivo.
A major challenge for gerontological research is to differentiate adequately between old adults with poor performance on cognitive tasks due to depression, and those who present cognitive impairment associated with dementia. In view of the fact that cognitive plasticity has already proved to be efficient in the diagnosis of age-associated cognitive impairment, mild cognitive impairment and dementia, the objective of this study is to investigate the possibility that it may also prove useful in the differential diagnosis of these two disorders.
Materials and methodsA total of 50 old adults participated in the study. These completed the Positions Test (PT) and the Auditory Verbal Learning Test of Learning Potential (AVLT-LP) as measures of cognitive plasticity. Participants also undertook the Spanish version of Mini Mental State (MEC), Life Satisfaction Questionnaire (LSQ) and Geriatric Depression Scale (GDS). Socio-demographic data were also collected.
ResultsWith regard to cognitive plasticity, depressed old adults do not differ from those without depression. On the other hand, old adults with cognitive impairment present less cognitive plasticity than those without cognitive impairment.
ConclusionCognitive plasticity appears to be a relevant variable in the differentiation between old people with low cognitive performance due to depression and old people with cognitive impairment.
Existe abundante bibliografía que analiza el papel que juega la depresión como factor de riesgo o predictor de una futura demencia1,2, poniendo en evidencia la alta comorbilidad entre estos trastornos3–5 y su capacidad para predecir el declive funcional6. Puesto que estos trastornos tienen una alta prevalencia tanto se analicen por separado como asociados7–9, de cara al tratamiento y al pronóstico es fundamental poder diferenciar: a) si las dificultades cognitivas observadas en un paciente son secundarias a un trastorno afectivo, lo que podría suponer que fuera un estado reversible10, o b) si constituyen un indicador de un proceso degenerativo incipiente y/o, al contrario, si los síntomas depresivos se deben a la toma de consciencia, por parte del anciano, de sus fallos cognitivos. Es pues de gran importancia clínica diferenciar entre deterioro cognitivo y pseudodemencia, entendida según el concepto acuñado por Kiloh (1961) como el deterioro cognitivo sin proceso neuropatológico aparente y frecuentemente asociado a una depresión11,12.
Hasta la fecha se han desarrollado diferentes líneas de investigación dirigidas a establecer este diagnóstico diferencial entre deterioro cognitivo y depresión. En primer lugar, podemos destacar las que analizan las características clínicas diferenciales entre el deterioro cognitivo en ancianos depresivos y los síntomas de depresión en las fases iniciales de la enfermedad de Alzheimer (EA), tales como el curso del deterioro cognitivo, la cantidad de quejas subjetivas cognitivas, la concentración o el tipo de recuerdos que permanecen intactos (nombres y fechas de nacimiento de familiares, por ejemplo)8,12,13.
La evaluación neuropsicológica proporciona una segunda alternativa de diagnóstico diferencial y una ayuda para planificar el tratamiento. En esta línea existen varias pruebas de screening que se han empleado para discriminar entre el perfil cognitivo de las personas con demencia y el de sujetos con depresión. Entre éstas está la Short Cognitive Evaluation Battery14, que demostró una sensibilidad del 94% y una especificidad del 85% para discriminar EA de una muestra control de ancianos sanos, pero que sólo mostró un 63% de sensibilidad y un 96% de especificidad en la discriminación de EA vs. ancianos con síntomas depresivos. Los test de screening basados en el recuerdo mediante claves15 se han mostrado un método eficaz para diferenciar pacientes de EA de individuos depresivos y controles sanos, pero con un poder de discriminación menor cuando se emplean para diferenciar entre personas con deterioro cognitivo leve y personas con depresión. El Addenbrooke′s Cognitive Examination16,17 también se ha mostrado capaz de diferenciar los cambios cognitivos observados en trastornos del estado de ánimo de las demencias incipientes (los grupos con demencia incipiente registraron una diferencia estadísticamente significativa tanto en relación con el grupo control como con el grupo de trastorno depresivo, mientras que el grupo depresión no se diferenciaba del control)18. El MiniMental State Examination19, utilizado mayoritariamente para estimar la severidad del deterioro cognitivo, también ha sido aplicado para diferenciar depresión de demencia, pero le falta sensibilidad para detectar el deterioro cognitivo asociado a depresión debido a su escasa dificultad, al reducido número de habilidades cognitivas que evalúa y hacia la distinta sensibilidad que muestra hacia la edad, la educación y la etnia20.
Recientemente se ha estudiado21 la utilidad de los marcadores lingüísticos y mnésicos en el diagnóstico diferencial, encontrando ciertas diferencias significativas entre depresivos y personas con deterioro, resultados que, hasta la fecha, no se han plasmado en la elaboración de una batería o prueba que discrimine claramente entre ambos trastornos. Otros autores han intentado relacionar los déficits en ejecución de los ancianos depresivos en una tarea de memoria (el AVLT [Auditory Verbal Learning Test]) con aspectos motivacionales, demostrando que la administración de esta prueba con unas instrucciones modificadas puede aumentar significativamente la ejecución de ancianos depresivos frente a controles22.
Otra de las prácticas más utilizadas hoy por hoy para el diagnóstico diferencial, junto con la evaluación neuropsicológica, es el diagnóstico coadyuvante y su correspondiente tratamiento. Este diagnóstico consiste en administrar un tratamiento antidepresivo al anciano y dejar pasar un tiempo para ver si existe mejoría cognitiva23. Esta aproximación ha arrojado resultados positivos cuando estos trastornos, cognitivos y/o afectivos, se asocian a otros problemas de salud6,24.
Otras variables que pueden ser tenidas en cuenta para el diagnóstico diferencial de depresión y demencia pueden ser, por un lado, la calidad de vida percibida y, por otro, la reserva cognitiva. En cuanto a la calidad de vida, se ha observado que los sujetos con síndrome depresivo así como aquéllos con una pobre salud física la valoran peor que los sanos y que los sujetos con EA23. En lo referido a la reserva cognitiva, la presencia de consciencia del déficit cognitivo están positivamente relacionados con una alta reserva cognitiva25.
En definitiva, la investigación sobre el diagnóstico diferencial entre deterioro cognitivo leve (DCL) y pseudodemencia, aunque productiva, no ha establecido hasta el momento una metodología o criterios concluyentes.
La evaluación de la denominada plasticidad cognitiva ha sido utilizada para facilitar el diagnóstico y el pronóstico de personas que presentan algún deterioro cognitivo. El término plasticidad cognitiva fue acuñado por Baltes y Willis26 y se refiere básicamente a la diferencia entre el desempeño individual y previo entrenamiento y la ejecución potencial o nivel de desempeño que una persona puede manifestar en condiciones óptimas de entrenamiento y/o ayudas. Para realizar la evaluación de este cambio potencial, se desarrolló un procedimiento conocido como testing-the-limits27, que consiste en la aplicación repetida de un test tradicional de inteligencia y/o aptitudes introduciendo como fase intermedia una o varias sesiones de entrenamiento sobre la tarea que compone el test. Siguiendo esta estrategia se obtienen tres medidas del sujeto: el pretest o línea base de ejecución, el postest o ejecución conseguida tras el entrenamiento y la diferencia postest-pretest, puntuación que se considera indicadora de la plasticidad cognitiva del anciano; esto es, esta diferencia nos indicaría cuánto puede mejorar un sujeto cuando se le administra un entrenamiento sistemático o, dicho de otro modo, sería la evaluación conductual del constructo plasticidad cognitiva28,29.
Las investigaciones realizadas en este contexto parecen confirmar que las personas mayores sanas tienen mayor plasticidad cognitiva que las personas con DCL y/o demencia28,30–32. Sin embargo, cuando se las compara con personas adultas más jóvenes, los ancianos presentan una menor plasticidad cognitiva33,34. Además, han demostrado que la medida de plasticidad se puede utilizar como diagnóstico diferencial entre personas sanas, con DCL y con demencia32,35,36, e incluso parece ser útil como marcador de riesgo de una futura demencia en personas sanas y/o personas con DCL con mayor capacidad predictiva que otras medidas de ejecución cognitiva32,37. La plasticidad cognitiva se ha utilizado también de ayuda para predecir los efectos del entrenamiento cognitivo a largo plazo en personas mayores, e incluso se ha intentado su mejora en personas con enfermedad de Alzheimer a través de programas de entrenamiento38,39.
Por ello, constatada la utilidad de la evaluación de la plasticidad cognitiva tanto para el diagnóstico diferencial como para el pronóstico y la intervención en personas mayores con deterioro cognitivo asociado a la edad y/o a demencias, en la presente investigación tratamos de estudiar la utilidad de la evaluación de la plasticidad cognitiva como un posible índice discriminativo eficaz para el diagnóstico diferencial entre personas depresivas que presentan baja ejecución cognitiva y personas que presentan deterioro cognitivo o están en primeras fases de demencia. También tendremos en cuenta otras medidas, como satisfacción con la vida y algunas variables sociodemográficas. Por ello, los objetivos que nos planteamos en el presente estudio son los siguientes:
- 1.
Establecer si existen diferencias significativas en determinados datos sociodemográficos así como en medidas de satisfacción con la vida y presencia de sintomatología depresiva entre personas con y sin deterioro, por un lado, y entre personas mayores depresivas y no depresivas, por otro lado.
- 2.
Analizar las diferencias entre los grupos establecidos (deterioro-no deterioro y depresión-no depresión) en la ejecución del Mini Examen Cognoscitivo (MEC)40.
- 3.
Determinar si existen diferencias significativas en las medidas de plasticidad cognitiva entre personas con deterioro y no deterioro y entre personas mayores con o sin depresión.
Participaron un total de 50 personas mayores, cuyas edades estaban comprendidas entre los 70 y los 94 años, con una media de 83,54 años y una desviación típica de 5,56. El 82% de la muestra fueron mujeres y el 18% restante fueron hombres. De ellos, un 42% sabía leer y escribir, un 34% tenía estudios primarios completos, un 22,5% secundarios y un 2% superiores. Todos los participantes vivían en residencias de personas mayores.
InstrumentosMini Examen Cognoscitivo40. Utilizado como un instrumento de screening para la detección de deterioro cognitivo. Las funciones cognitivas que explora, y que se presentan frecuentemente alteradas en la población de personas mayores, son orientación espacial y temporal, concentración, cálculo, memoria inmediata y a largo plazo, lenguaje, seguimiento de instrucciones y praxias. La validez de esta prueba ha sido confirmada por diferentes autores41,42.
Escala de Depresión Geriátrica (GDS)43. Diseñada específicamente para ser aplicada en personas mayores con la finalidad de distinguir entre ancianos depresivos y no depresivos. Está constituida por 30 ítems sobre afecto, inactividad, irritabilidad, aislamiento, pensamientos angustiosos y juicios negativos, no incluye ítems sobre síntomas somáticos. La escala original ha sido validada con dos criterios independientes (la escala de Zung y la escala de Hamilton) con buenos resultados: 0,84 y 0,83, respectivamente. También presenta buenas correlaciones con el Inventario de Depresión de Beck (0,78 y 0,74 al cabo de seis meses)23. Según una revisión, varias versiones de la GDS ofrecen, en comparación de otras escalas evaluadas, los mínimos estándares de calidad, mostrando los mejores datos en validez de criterio y constructo de las escalas de depresión en mayores44.
Cuestionario de Satisfacción con la Vida (CSV)45. Cuestionario de cinco ítems con siete alternativas de respuesta (1=estoy totalmente en desacuerdo a 7=en total acuerdo) que se utiliza como medida de la valoración general que la persona hace de su vida, comparando lo que ha conseguido —sus logros— con lo que esperaba obtener —sus expectativas—. La versión en castellano de esta escala ha mostrado buenas propiedades psicométricas, tanto en la población adolescente46 como en mujeres embarazadas y puérperas47.
AVLT-PA (Auditory Verbal Learning Test of Learning Potential [Potencial de Aprendizaje])48. Versión adaptada para la medida de plasticidad del clásico test de memoria verbal de Rey49, que consiste, en su versión original, en la presentación de 15 palabras que el participante tiene que repetir inmediatamente después de oírlas. En la versión PA, la lista de palabras es presentada un total de 6 veces consecutivas. Las primeras dos aplicaciones (A1, A2) son consideradas el pretest y sirven para determinar una línea base de rendimiento. Se llevan a cabo de manera estándar, sólo dando instrucciones al participante antes de la primera aplicación (A1). Las siguientes dos aplicaciones (A3, A4) son la parte de entrenamiento. En esta parte se da reforzamiento al participante sobre su actuación, recordándole palabras que no menciona y animándolo a mantener la atención en la prueba. Las dos presentaciones finales (A5, A6) son el postest de la prueba y vuelven a hacerse de la forma estándar de la prueba. La medida de ganancia se establece como medida de plasticidad cognitiva y es calculada a partir de la diferencia de las puntuaciones postest con las del pretest. Esta prueba muestra unas propiedades psicométricas adecuadas, es decir, tiene una buena consistencia interna y posee validez de constructo, de criterio y predictiva50.
Test de Posiciones (TP)50,51. Se trata de una adaptación del test de fijación de posiciones de Rey49. Esta versión consta de cuatro láminas compuestas cada una por una cuadrícula con 25 cuadrados, en los que se encuentran situadas en diferentes lugares cinco cruces. La tarea consiste en aprender y memorizar la localización de las cruces de cada lámina de manera que el sujeto pueda reproducirlas en una cuadrícula en blanco con el mismo formato que la lámina original. Para la realización de la prueba, el sujeto cuenta con la ayuda del entrenador, quien le proporciona más o menos ayudas en función de su nivel de rendimiento inicial. Las puntuaciones de ganancia son obtenidas sobre la base de la mejora mostrada por el sujeto después del entrenamiento sobre cada lámina y son establecidas de acuerdo con la ayuda que necesita para realizar la tarea correctamente. La puntuación de ganancia total es calculada por la suma de las puntuaciones de cada una de las tarjetas, y es considerada como la medida de plasticidad cognitiva. La fiabilidad y validez de esta prueba ha sido confirmada50.
Ficha de datos sociodemográficos. Además de los datos sociodemográficos convencionales (edad, nivel educativo, estado civil, etc.) se recogieron: a) los referidos al número de personas con las que se relacionaban dentro y fuera de la residencia (apoyo social percibido); b) el tiempo, en meses, que llevaban viviendo en la residencia; c) el tratamiento con medicación antidepresiva, y d) la capacidad funcional (uso de andador o silla de ruedas, problemas de audición y/o visión, falta de movilidad en las manos, etc.).
ProcedimientoLas personas mayores fueron seleccionadas sobre la base de la información dada por los profesionales de las residencias acerca de síntomas que podrían indicar un posible deterioro cognitivo y/o depresión. Una vez informados sobre el objetivo de nuestro trabajo y solicitado su consentimiento para participar en nuestra investigación, cada persona fue evaluada individualmente en dos sesiones de 45 min. En la primera sesión se evaluaron el funcionamiento cognitivo (con el MEC), el estado emocional (con la GDS) y se recogieron datos sociodemográficos de cada participante. En la segunda sesión se llevaron a cabo las dos medidas de plasticidad cognitiva (con el AVLT-PA y el TP) junto con medidas de satisfacción con la vida (con el CSV).
DiseñoSe ha realizado un diseño cuasiexperimental de caso típico con dos factores: deterioro vs. no deterioro y depresión vs. no depresión. Para ello, la muestra total fue dividida en 4 subgrupos sobre la base de las medidas obtenidas en el MEC y el GDS por separado. En función a la puntuación obtenida en el MEC se crearon los subgrupos deterioro y no deterioro, ajustándose el criterio de esta prueba al nivel educativo de los ancianos evaluados. Se seleccionaron para el grupo con deterioro aquellos que puntuaban entre 15 y 24-27 en el MEC, y para el grupo no deterioro aquellos que puntuaban entre 28 y 35. Al dividirlos en dos grupos quedaron constituidos por 20 sujetos con deterioro (40%) frente a 30 sin deterioro (60%). Por otro lado, el GDS también permitió formar dos subgrupos: el grupo depresivo con una puntuación en el GDS comprendida entre 11 y 22 y el no depresivo con una puntuación por debajo de 11. El grupo de depresivos quedó formado por 25 sujetos (50%), al igual que el grupo no depresivo (50%), el 18,75% eran ancianos con baja puntuación en depresión y deterioro cognitivo y el 31,25% con baja puntuación en depresión y alta en el MEC, esto es sin deterioro; el 22,90% con alta puntuación en depresión y baja en el MEC, con deterioro, y el 27,10% con altas puntuaciones en el MEC y en depresión.
Para establecer diferencias en plasticidad cognitiva, funciones cognitivas, depresión, satisfacción con la vida y variables sociodemográficas entre personas mayores con o sin deterioro cognitivo y entre personas mayores con o sin depresión, dado el reducido tamaño de la muestra, se utilizó la prueba t de Student para muestras independientes, y para estudiar las diferencias debidas a los dos factores (ejecución cognitiva y depresión) se realizó un análisis unidimensional multivariante con los grupos establecidos según los dos factores conjuntamente. Todos los análisis estadísticos fueron llevados a cabo con la versión 15 del programa estadístico SPSS.
ResultadosRespecto al primer objetivo, con el que pretendíamos establecer si existen diferencias significativas en determinados datos sociodemográficos así como en medidas de satisfacción con la vida y presencia de sintomatología depresiva entre personas con y sin deterioro cognitivo por un lado, y entre personas mayores depresivas y no depresivas por otro lado, la prueba t de Student de diferencia de medias para muestras independientes muestra (tabla 1) que entre personas con y sin deterioro sí existe una diferencia significativa en el apoyo social percibido dentro de la residencia a favor de las personas sin deterioro cognitivo (t=−2,452; p=0,018); sin embargo, no se encontraron diferencias significativas en las medidas de depresión, satisfacción con la vida y demás variables sociodemográficas registradas entre estos dos grupos. Entre personas con o sin depresión, por otro lado, se hallaron puntuaciones significativamente más altas en el CSV (t=−3,225; p=0,002) y en el consumo de medicación antidepresiva (t=−2,846; p=0,007) en el grupo sin depresión, mientras que en las demás variables no se registraron diferencias significativas.
Diferencias entre los participantes con y sin deterioro cognitivo por un lado, y entre los participantes con y sin depresión por otro lado, en la Escala de Depresión Geriátrica (GDS), el Cuestionario de Satisfacción con la Vida (CSV) y en algunas variables sociodemográficas
n | Media | Desviación típica | t de Student | p | |
Deterioro/no deterioro | |||||
GDS | |||||
Deterioro | 20 | 9,45 | 6,755 | −1,169 | p=0,250 |
No deterioro | 30 | 11,57 | 5,469 | ||
CSV | |||||
Deterioro | 20 | 22,80 | 5,845 | 0,869 | p=0,389 |
No deterioro | 30 | 21,13 | 7,682 | ||
Edad | |||||
Deterioro | 20 | 84,15 | 5,779 | 0,622 | p=0,532 |
No deterioro | 30 | 83,13 | 5,476 | ||
Ingreso | |||||
Deterioro | 20 | 26,55 | 18,286 | 0,430 | p=0,669 |
No deterioro | 30 | 24,17 | 20,518 | ||
Apoyo dentro | |||||
Deterioro | 20 | 1,60 | 2,010 | −2,452 | p=0,018 |
No deterioro | 30 | 3,30 | 2,891 | ||
Apoyo fuera | |||||
Deterioro | 20 | 6,10 | 4,541 | −1,598 | p=0,117 |
No deterioro | 30 | 8,40 | 5,587 | ||
Medicación antidepresiva | |||||
Deterioro | 20 | 1,35 | 0,489 | 0,119 | p=0,906 |
No deterioro | 30 | 1,33 | 0,479 | ||
Discapacidad | |||||
Deterioro | 20 | 0,75 | 0,639 | −0,754 | p=0,455 |
No deterioro | 30 | 0,90 | 0,759 | ||
Depresión/no depression | |||||
GDS | |||||
Depresión | 25 | 15,84 | 3,496 | 11,480 | p=0,001 |
No depresión | 25 | 5,60 | 2,769 | ||
CSV | |||||
Depresión | 25 | 18,88 | 6,346 | −3,225 | p=0,22 |
No depresión | 25 | 24,72 | 6,458 | ||
Edad | |||||
Depresión | 25 | 83,20 | 5,323 | −,429 | p=0,670 |
No depresión | 25 | 83,88 | 5,883 | ||
Ingreso | |||||
Depresión | 25 | 27,16 | 18,232 | 0,736 | p=0,465 |
No depresión | 25 | 23,08 | 20,860 | ||
Apoyo dentro | |||||
Depresión | 25 | 2,92 | 2,197 | 0,786 | p=0,436 |
No depresión | 25 | 2,32 | 3,119 | ||
Apoyo fuera | |||||
Depresión | 25 | 8,12 | 5,118 | 0,857 | p=0,396 |
No depresión | 25 | 6,84 | 5,444 | ||
Medicación antidepresiva | |||||
Depresión | 25 | 1,16 | 0,374 | −2,846 | p=0,007 |
No depresión | 25 | 1,52 | 0,510 | ||
Discapacidad | |||||
Depresión | 25 | 0,84 | 0,800 | 0,0001 | p=1,000 |
No depresión | 25 | 0,84 | 0,624 |
Respecto del segundo objetivo (tabla 2), al analizar mediante la prueba t de Student para muestras independientes la diferencia entre grupos en el desempeño en las funciones cognitivas que evalúa el MEC, se hallaron diferencias muy significativas entre personas con deterioro y sin deterioro cognitivo, a favor de los segundos, en la puntuación total del MEC (t=−10,742; p<0,001) y en casi todas las áreas que esta prueba evalúa. Más concretamente, se encontraron diferencias muy significativas en orientación temporal (t=−8,102; p<0,001); orientación espacial (t=−3,525; p=0,002); cálculo (t=−7,98; p<0,001); concentración (t=−3,62; p<0,001); memoria a largo plazo (t=−5,067; p=0,001); en praxias constructivas (t=−3,021; p=0,003), y diferencias significativas en lenguaje (t=−2,171; p=0,039). No se hallaron, sin embargo, diferencias significativas en memoria inmediata y seguimiento de instrucciones. Sin embargo, cuando se comparó la puntuación total obtenida en el MEC entre personas con depresión y sin depresión, no se encontraron diferencias significativas. En el desempeño en las distintas áreas cognitivas del MEC tampoco se encontraron diferencias entre dichos grupos, excepto en seguimiento de instrucciones, en el que los ancianos sin depresión puntuaron significativamente más alto (t=−2,546; p=0,016).
Diferencias entre personas con deterioro y sin deterioro cognitivo y entre personas con y sin depresión en la puntuación total y en las distintas áreas cognitivas evaluadas por el Mini Examen Cognoscitivo (MEC)
Deterioro/no deterioro (n=20/30) | Media | Desviación típica | t de Student | p |
Depresión/no depresión (n=25/25) | ||||
MEC (puntuación total) | ||||
Deterioro | 20,85 | 3,031 | 10,742 | p<0,001 |
No deterioro | 29,97 | 2,798 | ||
Depresión | 26,76 | 4,684 | 0,578 | p=0,566 |
No depresión | 25,88 | 5,995 | ||
Orientación temporal | ||||
Deterioro | 1,75 | 1,118 | 8,102 | p<0,001 |
No deterioro | 4,23 | 0,971 | ||
Depresión | 3,48 | 1,475 | 1,063 | p=0,293 |
No depresión | 3,00 | 1,708 | ||
Orientación especial | ||||
Deterioro | 3,90 | 0,968 | 3,525 | p=0,002 |
No deterioro | 4,73 | 0,521 | ||
Depresión | 4,48 | 0,714 | 0,675 | p=0,503 |
No depresión | 4,32 | 0,945 | ||
Memoria inmediata | ||||
Deterioro | 3,00 | 0,000 | 1,000 | p=0,326 |
No deterioro | 2,97 | 0,183 | ||
Depresión | 2,96 | 0,200 | 1,000 | p=0,327 |
No depresión | 3,00 | 0,000 | ||
Cálculo | ||||
Deterioro | 1,55 | 1,432 | 7,980 | p<0,001 |
No deterioro | 4,33 | 0,758 | ||
Depresión | 3,32 | 1,574 | 0,403 | p=0,689 |
No depresión | 3,12 | 1,922 | ||
Concentración | ||||
Deterioro | 0,95 | 0,826 | −3,620 | p=0,001 |
No deterioro | 1,97 | 1,159 | ||
Depresión | 1,80 | 1,190 | 1,500 | p=0,140 |
No depresión | 1,32 | 1,069 | ||
Memoria a largo plazo | ||||
Deterioro | 0,45 | 0,686 | 5,067 | p<0,001 |
No deterioro | 1,63 | 0,964 | ||
Depresión | 1,24 | 1,012 | 0,541 | p=0,591 |
No depresión | 1,08 | 1,077 | ||
Lenguaje | ||||
Deterioro | 4,40 | 0,754 | 2,171 | p=0,39 |
No deterioro | 4,80 | 0,407 | ||
Depresión | 4,60 | 0,645 | 0,469 | p=0,641 |
No depresión | 4,68 | 0,557 | ||
Seguimiento de instrucciones | ||||
Deterioro | 3,85 | 0,366 | 1,331 | p=0,190 |
No deterioro | 3,67 | 0,606 | ||
Depresión | 3,56 | 0,651 | 2,546 | p=0,016 |
No depresión | 3,92 | 0,277 | ||
Praxias constructivas | ||||
Deterioro | 1,00 | 0,725 | 3,210 | p=0,003 |
No deterioro | 1,63 | 0,615 | ||
Depresión | 1,32 | 0,802 | 0,581 | p=0,564 |
No depresión | 1,44 | 0,651 |
Tomada de Lobo et al, 1979.
Respecto del tercer objetivo, que se dirigía a determinar si existían diferencias significativas en las medidas de plasticidad cognitiva entre personas con deterioro y no deterioro y entre personas mayores con o sin depresión, en primer lugar hemos intentado determinar si existen diferencias significativas en medida de plasticidad cognitiva entre personas con deterioro y no deterioro por un lado, y entre depresivos y no depresivos por otro lado. Como muestra la tabla 3, los análisis realizados mediante la prueba t de Student de diferencia de medias para muestras independientes mostraron diferencias significativas entre personas con o sin deterioro cognitivo en la puntuación de ganancia total del TP (t=3,023; p=0,004) y la puntuación pretest del AVLT-PA (t=4,1; p<0,001), y en la puntuación de ganancia del AVLT (t=2,700; p=0,011) a favor de las personas sin deterioro. Respecto a la medida de plasticidad cognitiva entre personas con o sin depresión, la tabla 3 muestra que estas personas no presentan diferencias entre sí en ninguna de las medidas utilizadas para evaluar plasticidad cognitiva.
Diferencias entre personas con o sin deterioro y entre personas con y sin depresión en distintas medidas de plasticidad cognitiva: puntuación de ganancia (PG) del Test de Posiciones (TP), puntuación pretest del Auditory Verbal Learning Test (AVLT) of Learning Potential y PG del AVLT (AVLT-PG) of Learning Potential
Media | DT | t de Student | p | |
Deterioro/no deterioro | ||||
TP | ||||
Deterioro | 1,70 | 4,281 | 3,023 | p=0,004 |
No deterioro | 8,23 | 10,611 | ||
pre-AVLT | ||||
Deterioro | 5,85 | 2,033 | 4,100 | p<0,001 |
No deterioro | 8,97 | 3,337 | ||
AVLT-PG | ||||
Deterioro | 4,20 | 4,008 | 2,700 | p=0,011 |
No deterioro | 7,10 | 3,241 | ||
Depresión/no depresión | ||||
TP | ||||
Depresión | 6,16 | 9,737 | 0,413 | p=0,682 |
No depresión | 5,08 | 8,746 | ||
pre-AVLT | ||||
Depresión | 7,52 | 3,454 | 0,431 | p=0,668 |
No depresión | 7,92 | 3,095 | ||
AVLT-PG | ||||
Depresión | 6,68 | 3,976 | 1,387 | p=0,172 |
No depresión | 5,20 | 3,559 |
DT: desviación típica.
En segundo lugar, hemos intentado determinar, a través de la prueba t de Student para muestras independientes, si existen diferencias entre los grupos deterioro y no deterioro y entre depresivos y no depresivos en las distintas aplicaciones del AVLT-PA. La figura 1 muestra diferencias muy significativas entre los grupos deterioro y no deterioro en las sucesivas aplicaciones del AVLT-PA (A1: t=3,354; p=0,002. A2: t=3,007; p<0,001. A3: t=5,653; p<0,001. A4: t=4,549; p<0,001. A5: t=5,443; p<0,001. A6: t=4,719; p<0,001), diferencias que no son significativas entre los grupos depresivos y no depresivos. Además, se observó que conforme se avanzaba en las aplicaciones, se producía una mejora del rendimiento en todos los grupos, manteniéndose, en general, entre ellos las diferencias en ejecución que existían desde el inicio.
Por último, a través de un análisis unidimensional multivariante hemos examinado las puntuaciones de ganancia obtenidas por los grupos establecidos utilizando conjuntamente los dos factores. Así, el análisis realizado (tabla 4) muestra la existencia de diferencias significativas en la puntuación de ganancia del TP (F=6,258; p=0,016) y la puntuación de ganancia del AVLT-PA (F=6,639; p=0,013) debidas al deterioro, mientras que no aparecen diferencias significativas relacionadas con la depresión ni con la interacción deterioro-depresión.
Análisis de las puntuaciones de ganancia obtenidas en el Test de Posiciones (TP) y en el Auditory Verbal Learning Test of Learning Potential (AVLT-PA) por los grupos establecidos por los dos factores
Media | DT | F de Fisher | p | |||
TP | ||||||
Deterioro | Depresión | 2,00 | 4,036 | |||
No depresión | 1,50 | 4,602 | Deterioro cognitivo | 6,258 | 0,016 | |
n=20 | Total | 1,70 | 4,281 | |||
No deterioro | Depresión | 8,12 | 11,062 | 0,002 | 0,964 | |
No depresión | 8,38 | 10,437 | Depresión | |||
n=30 | Total | 8,23 | 10,611 | |||
Total | Depresión | 6,16 | 9,737 | |||
No depresión | 5,08 | 8,746 | Deterioro cognitivo, depresión | 0,022 | 0,883 | |
n=50 | Total | 5,62 | 9,176 | |||
AVLT-PA | ||||||
Deterioro | Depresión | 4,88 | 3,314 | |||
No depresión | 3,75 | 4,495 | Deterioro cognitivo | 6,639 | 0,013 | |
n=20 | Total | 4,20 | 4,008 | |||
No deterioro | Depresión | 7,53 | 4,064 | |||
No depresión | 6,54 | 1,664 | Depresión | 1,003 | 0,322 | |
n=30 | Total | 7,10 | 3,241 | |||
Total | Depresión | 6,68 | 3,976 | |||
No depresión | 5,20 | 3,559 | Deterioro cognitivo, depresión | 0,004 | 0,950 | |
n=50 | Total | 5,94 | 3,809 |
El primer objetivo de este trabajo era, siguiendo los resultados planteados en diferentes investigaciones realizadas sobre el diagnóstico diferencial entre deterioro y depresión que ya planteamos en la introducción12,19,23, establecer diferencias en distintas variables sociodemográficas así como en medidas de satisfacción con la vida y de ejecución cognitiva entre las personas con deterioro cognitivo y sin deterioro por un lado, y entre ancianos con alta puntuación en depresión y no depresivos por otro lado. Los resultados obtenidos ponen de manifiesto que las personas con deterioro cognitivo presentan un apoyo social significativamente menor que aquéllas sin deterioro. Esto podría deberse a que el deterioro cognitivo crea una barrera en el uso de recursos sociales y una mayor dificultad en mantener relaciones recíprocas52. Entre personas mayores depresivas y no depresivas, por otro lado, aparecen diferencias significativas en nivel de satisfacción con la vida. Estos resultados son similares a los hallados en el estudio de Scocco et al (2006)23, en el que se observó que los sujetos con síndrome depresivo percibían su calidad de vida más pobre que los sanos y que los sujetos con EA. Por otra parte, también aparecen diferencias en medicación entre depresivos y no depresivos a favor de los segundos, esto nos hace pensar que el estar recibiendo medicación hace que las personas se encuentren mejor y ello se detecta en el GDS.
En segundo lugar, el único ítem del MEC que parece discriminar entre grupos es el de seguimiento de instrucciones. Los datos señalan que las personas depresivas presentan menor puntuación que las no depresivas únicamente en esta función cognitiva de las evaluadas por el MEC. Sí existen, como era de esperar, diferencias significativas entre mayores con deterioro cognitivo y mayores sin deterioro en todas las funciones cognitivas del MEC, salvo en memoria inmediata y seguimiento de instrucciones.
El tercer objetivo, y el más importante, fue determinar si existen diferencias en plasticidad cognitiva entre depresivos y no depresivos y entre personas con deterioro cognitivo y no cognitivo. Los datos obtenidos ponen de manifiesto que existen diferencias significativas entre ancianos con y sin deterioro en las puntuaciones de ganancia del TP y del AVLT-PA, y en el pretest y en todas las fases de aplicación del AVLT-PA. Estas diferencias también se han encontrado en diversos estudios28,33,37, como el estudio de Calero et al (2000)28, en el que se halló una interacción significativa entre las puntuaciones de ganancia obtenidas en TP y en AVLT-PA, y el deterioro cognitivo.
Lo más interesante es que entre personas con depresión y no depresión no se encontraron diferencias significativas en ninguna medida de plasticidad cognitiva. Como en el trabajo de Scheurich et al (2007)22, los ancianos depresivos que reciben instrucción o entrenamiento mejoran significativamente en tareas de memoria, mientras que estos efectos no se dan en ancianos con deterioro cognitivo. Estos resultados, junto con otro estudio25 en el cual se encontró que los síntomas depresivos estaban positivamente relacionados con una alta reserva cognitiva, nos pueden sugerir que las personas mayores depresivas, aun presentando baja ejecución, no presentan baja plasticidad cognitiva, como es el caso de las personas con deterioro, y por lo tanto, nos podemos ayudar de esta diferencia en plasticidad para realizar un correcto diagnóstico diferencial.
Estos resultados se han visto confirmados en el análisis unidimensional multivariante, en el que tomando las dos variables (deterioro y depresión) para clasificar a los sujetos vemos cómo no aparecen relaciones significativas entre baja plasticidad cognitiva y depresión, ni examinada por separado ni conjuntamente con el deterioro cognitivo —cuando se da una pseudodemencia— en ninguna de las dos pruebas de plasticidad utilizadas; esto es, que los sujetos depresivos, aun presentando una baja ejecución cognitiva, como puede ser una puntuación en el MEC indicativa de deterioro, presentan una puntuación de ganancia en las pruebas de plasticidad similar a la de los que forman parte del grupo de no deterioro.
En definitiva, y como conclusión de los resultados presentados, podemos deducir, con la necesaria cautela, que la satisfacción con la vida aparece como una variable relevante en la diferenciación entre grupos de depresivos vs. deterioro cognitivo, tal y como han planteado otros autores; asimismo, el seguimiento de instrucciones, pero sobre todo que las pruebas de evaluación de plasticidad cognitiva parecen mostrarse eficaces a la hora de diferenciar entre personas mayores depresivas que muestran una pobre ejecución cognitiva y personas mayores con deterioro cognitivo.
Es necesario, no obstante, ampliar esta investigación a muestras mayores y más representativas, con un diagnóstico mucho más preciso y mayor control sobre otras variables que pueden estar influyendo sobre los resultados de plasticidad cognitiva y sobre los síntomas depresivos. Sería interesante en un futuro comparar los resultados obtenidos en plasticidad cognitiva por depresivos que no se medican con aquellos que sí toman antidepresivos, así como hacer un seguimiento en un estudio longitudinal que corrobore el diagnóstico y que valore los posibles efectos de los tratamientos farmacológicos y/o conductuales sobre los indicadores diagnósticos establecidos.