La comunidad científica internacional acepta que el consumo de drogas de abuso o de sustancias psicoactivas por conductores de vehículos a motor supone un incremento del riesgo de sufrir un accidente. Por ello, en los últimos años los distintos países de la Unión Europea han ido modificando su legislación sobre seguridad vial con el objetivo de adaptarla a los nuevos conocimientos existentes. Por regla general, dichas regulaciones establecen que la determinación del consumo de drogas se realizará «in situ» en fluido oral, siendo necesaria la confirmación de dichos resultados. Tras la revisión exhaustiva de la información existente sobre dispositivos de detección, métodos de confirmación y posible correlación entre concentraciones obtenidas en saliva y las existentes en sangre, podemos concluir que los conocimientos actuales no permiten establecer una relación directa entre una determinada concentración en fluido oral y la posibilidad de sufrir un accidente de tráfico, a pesar de que se sabe que el consumo de drogas de abuso afecta a la conducción.
The international scientific community agrees that the use of drugs or psychoactive substances by drivers has an increased risk of suffering a road accident. Therefore, in recent years, various European Union countries have modified their legislation on road safety in order to adapt them to current knowledge. These regulations generally include the provision for determining drug use “in situ” in saliva, with the results being confirmed where necessary. After a comprehensive review of existing information on detection devices, confirmation methods, and possible correlation between saliva and blood concentrations, we can conclude that a relationship between a given salivary fluid concentration and the possibility of having an accident cannot yet be established, even although it is known that drugs consumption impairs driving.
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