Estamos viviendo una de las épocas más inquietantes e inciertas de nuestra historia profesional y personal. La pandemia originada por la COVID-19ha cambiado completamente nuestra actividad profesional y la forma de ver la vida. Es una época de zozobra, que siempre recordaremos con tristeza y amargura. Además, ha coincidido con mi entrada en la SEAP como miembro de la directiva en calidad de presidente electo. Sé que no es la mejor forma de comenzar una etapa tan importante, pero desgraciadamente, las circunstancias siempre tienen mayor y mejor capacidad de elección que uno mismo. La incertidumbre no me ha originado en ningún momento duda, sino mayor entusiasmo para sortear las circunstancias y desarrollar mis máximas capacidades para afrontar las tareas encomendadas e implantar las ideas que con gran ilusión trataré de definir durante mi periodo asignado.
En estas últimas semanas he aprendido de mis predecesores a gestionar una situación tan complicada como la que hemos sufrido. En unos días nos hemos encontrado con salas de autopsias ocupadas por cadáveres, la actividad habitual interrumpida y nuestros compañeros trabajando fuera de los laboratorios, ayudando a los enfermos, tratando de salvar vidas. Ha sido un periodo inesperado, que ha transformado temporalmente nuestra actividad y ha demostrado la capacidad de respuesta de los servicios de anatomía patológica ante eventos adversos. La SEAP ha respondido de forma contundente, adaptándose constantemente a las circunstancias. Así, inicialmente aconsejó no realizar autopsias por la dificultad que entrañaba llevarlas a cabo en esos momentos tan difíciles, para posteriormente diseñar nuevos planes, publicados sucesivamente, de manejo de tejidos infectados y de realización de autopsias con todas las medidas de seguridad. Este diseño ha permitido conocer el estado de las salas de autopsias de nuestro país, modernizar muchas de ellas para alcanzar los estándares de seguridad máximos y lo más importante, estar en primera línea de la sanidad nacional como nunca lo habíamos estado. No hay más que recordar la infinita cantidad de entrevistas de los distintos medios de información a patólogos. Televisiones públicas o privadas, las radios más influyentes y los diferentes periódicos de difusión nacional, internacional o local han buscado las voces más representativas de nuestra especialidad. Nunca hubiéramos pensado haber logrado de forma tan rápida y tan eficaz uno de nuestros principales objetivos, dar a conocer nuestra actividad y enseñar al mundo que los patólogos somos los médicos invisibles que diagnosticamos la enfermedad y que conocemos como nadie las causas de las mismas y sus mecanismos fisiopatológicos.
Cuando por fin podamos solventar los problemas generados de esta situación tan anómala, y volvamos a nuestra actividad convencional, serán tiempos de empezar a llevar a cabo los objetivos que de forma colegiada nos planteamos el presidente actual y yo mismo, para hacerlos efectivos en 2 periodos consecutivos de legislatura. Estos objetivos se extrajeron de las respuestas de todos los socios de la SEAP a una encuesta que realizó el presidente actual, con la connivencia de la junta directiva, con el fin de que el trabajo que con tanta ilusión nos disponemos a realizar sea efectivo y responda a las inquietudes y problemas que todos juntos padecemos y sufrimos. Creemos que es muy importante que nuestro esfuerzo responda claramente a vuestras inquietudes y que, tratando de solucionarlas, podamos haceros la vida mucho más fácil y más beneficiosa. Creemos que las inquietudes que nos habéis planteado en la encuesta, que se han convertido en los objetivos de estas 2 legislaturas, sean también asumidas por próximos dirigentes y que la dirección de la SEAP sea un continuo de respuesta a todos los problemas que inexorablemente padecemos.
Considero, sin lugar a dudas, que hemos afrontado la pandemia con la máxima dignidad, que hemos estado en el frente en los momentos necesarios y que actualmente estamos colaborando de forma notoria a avanzar en el conocimiento y tratamiento de esta abominable enfermedad. Hemos sido capaces de transformar una desgracia en una oportunidad para hacernos más visibles. Espero que en algún momento podamos salir completamente de este ostracismo para convertirnos en los médicos visibles.