Autoanticuerpos en la práctica clínica, J. Font Franco García, M. Carrasco, M. Ramos Casals, R. Cervera Segura, M. Ingelmo Morín. 317 páginas, 27 figuras y 60 tablas. Barcelona: Masson, 2001.
La detección de autoanticuerpos constituye un elemento muy valioso en el diagnóstico de las enfermedades autoinmunes. En la práctica, el significado de los autoanticuerpos es complejo. Su simple presencia no implica un papel patógeno, ni siquiera la existencia de enfermedad. El libro tiene como objetivo dar a conocer el valor patógeno de los autoanticuerpos, su papel en el desarrollo de las enfermedades autoinmunes y su valor diagnóstico o pronóstico.
El texto, dividido en tres partes, está bien estructurado y es fácil de leer. La primera parte aporta los conocimientos básicos, incluyendo los métodos de detección de anticuerpos y los mecanismos inmunopatogénicos, en particular el papel de los linfocitos y de los fármacos en su producción. El capítulo 5 merece una mención especial porque resume las situaciones clínicas en las que está indicado el estudio de los diferentes autoanticuerpos.
La segunda parte del texto aborda el significado de los autoanticuerpos en las enfermedades autoinmunes sistémicas, incluyendo el lupus eritematoso sistémico, el síndrome de Sjögren primario, la artritis reumatoide, las vasculitis sistémicas, la enfermedad mixta del tejido conjuntivo, el síndrome antifosfolípido y las crioglobulinas. Se echan en falta capítulos dedicados a los autoanticuerpos en la esclerodermia, la polimiositis y los síndromes de superposición del tejido conjuntivo, incluyendo los anticuerpos anticentrómero, los anticuerpos dirigidos contra la topoisomerasa I (Scl-70), los anticuerpos antisintetasas (histidil-sintetasa o Jo 1), los anticuerpos anti-PM-SCL y otros anticuerpos antinucleolares. La tercera parte del libro está dedicada a los autoanticuerpos en las enfermedades autoinmunes organoespecíficas. Los autores revisan sucesivamente las enfermedades de origen autoinmune cutáneas (pénfigo y otras enfermedades ampollares autoinmunes intraepidérmicas o subepidérmicas), hepáticas (hepatitis autoinmunes, cirrosis biliar primaria y colangitis esclerosante primaria), renales (síndrome de Goodpasture), endocrinológicas (diabetes mellitus tipo 1, tiroiditis y otras endocrinopatías autoinmunes), neurológicas (miastenia gravis, síndrome de Guillain-Barré y otras enfermedades neurológicas autoinmunes), hematológicas (púrpura trombocitopénica idiopática, anemia hemolítica autoinmune y otras citopenias autoinmunes) y obstétrico-ginecológicas (endometriosis, fallo ovárico prematuro y síndrome antifosfolípido obstétrico).
En conclusión, a pesar de las lagunas mencionadas, la lectura de este texto es recomendable a los médicos que deseen iniciarse en el campo de las enfermedades autoinmunes o actualizar sus conocimientos clínicos. En particular, por su sencillez y sentido práctico, puede ser de gran utilidad a los médicos internos-residentes de medicina interna, reumatología y otras especialidades médicas.