Sr. Director: Agradecemos las matizaciones aportadas por Rodríguez Heredia et al1 a nuestro artículo2. Efectivamente ya habíamos advertido (y enviado la correspondiente fe de errores) un error en la trascripción de uno de los datos: donde dice 17.602 consultas (p. 49 y p. 52) debe decir 7.602.
En segundo lugar, entendemos que, al tratar en los centros de salud a un gran número de pacientes con procesos mecanicodegenerativos, se contribuye a evitar el colapso de la consulta hospitalaria y se aumenta así el tiempo dedicado a cada enfermo en el hospital. No obstante, la implantación de la UCRAP ha generado un progresivo aumento de su demanda, lo que podría llevarnos a la masificación de estas consultas extrahospitalarias, por lo que podrían generarse listas de espera paralelas.
Como Rodríguez Heredia et al apuntan, es evidente que antes de salir del hospital hay que dotar a los servicios o unidades de reumatología del personal suficiente para ello. La figura del reumatólogo-consultor no es la panacea asistencial pero, en nuestra opinión, sirve de puente efectivo entre el hospital y el área de salud, realizando una gestión compartida de pacientes junto con el médico de familia, y permitiendo mejorar el conocimiento de nuestra especialidad por parte de la población. Además, lejos de generar autosuficiencia en los médicos de atención primaria, ha provocado mayor demanda de la especialidad.
En este año de funcionamiento de la UCRAP se ha creado la necesidad de la reumatología en atención primaria, y aunque no lo citamos explícitamente en nuestro trabajo esto abre una importante bolsa de empleo para futuros reumatólogos y, lo más importante, permite un mejor tratamiento de nuestros enfermos, más temprano, más cómodo y con un mayor conocimiento de su entorno social.