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Inicio Revista Española de Reumatología Situación laboral de los reumatólogos formados en España entre 1990 y 1999
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Vol. 29. Núm. 2.
Páginas 36-42 (febrero 2002)
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Situación laboral de los reumatólogos formados en España entre 1990 y 1999
Employment patterns among rheumatologists trained in Spain between 1990 and 1999
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Alberto Alonso Ruiza, Marcelo Calabozo Raluya, Emilio Martín Molaa, Pere Benito Ruiza, Jordi Carbonell Abellóa
a Sociedad Española de Reumatología.
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Figura 1. Reumatólogos formados entre 1990 y 1999.
Figura 2. Reumatólogos formados entre 1990 y 1999 en cada comunidad autónoma.
Figura 3. Situación laboral de los 324 reumatólogos formados entre 1990 y 1999.
Figura 4. Situación laboral según el año de formación MIR.
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Fundamento: Durante los últimos 20 años la reumatología española ha experimentado un importante desarrollo científico y asistencial. Sin embargo, la presencia de reumatólogos en paro ha sido una preocupación constante. Método: En otoño de 2000 la Sociedad Española de Reumatología (SER) realizó un estudio descriptivo transversal de la situación laboral de los reumatólogos españoles, mediante una encuesta dirigida a los jefes de las unidades docentes en que se había formado a los reumatólogos que terminaron su período MIR entre 1990 y 1999. Resultados: Durante los últimos 10 años se formaron 324 reumatólogos, oscilando entre 27 y 37 por año (media, 32,4); Madrid (108), Cataluña (65) y Andalucía (54) formaron al 70%. La situación laboral de los 324 reumatólogos era: 192 (59,3%) trabajaban como reumatólogos en el sector público, 51 (15,7%) en la reumatología privada, 11 (3,4%) eran becarios, 38 (11,7%) realizaban un trabajo no reumatológico, 24 (7,4%) estaban en paro y 8 (2,5%) en otras situaciones laborales. El 62,5% (15 de 24) de los reumatólogos en paro y un 63,6% (7 de 11) de los becarios habían terminado la especialidad en los últimos 2 años. Discusión: Este estudio cuantifica por primera vez la situación laboral de los reumatólogos que terminaron la especialidad en los últimos 10 años. El porcentaje de paro era del 7,4%, si bien el número de los becarios o los que no trabajaban como reumatólogos fue más elevado. Es recomendable monitorizar estas cifras y valorar la posibilidad de realizar estudios sobre la calidad del trabajo en reumatología.
Palabras clave:
Reumatología
Desempleo
Situación laboral
Background: Over the last 20 years, Spanish rheumatology has made significant scientific and clinical progress. However, the number of unemployed rheumatologists has been a constant cause for concern. Methods: In autumn 2000, the Spanish Society of Rheumatology performed a descriptive, cross-sectional study of employment patterns among Spanish rheumatologists through a questionnaire sent to the Heads of Teaching Units that had trained rheumatologists who finished their period of residency between 1990 and 1999. Results: Over the previous 10 years, 324 rheumatologists had been trained. Between 27 and 37 were trained per year (mean: 32.4). Seventy percent of rheumatologists were trained in Madrid (108), Catalonia (65) and Andalusia (54). The employment pattern among the 324 rheumatologists was as follows: 192 (59.3%) were working as rheumatologists in the public sector, 51 (15.7%) had gained employment as rheumatologists in the private sector, 11 (3.4%) were grant holders, 38 (11.7%) were working outside rheumatology, 24 (7.4%) were unemployed and 8 (2.5%) were in other occupations. A total of 62.5% (15/24) of the unemployed rheumatologists and 63.6% (7/11) of the grant-holders had finished their training period within the previous 2 years. Discussion: This is the first study to quantify employment patterns among rheumatologists finishing their training period in the last 10 years. Unemployed rheumatologists accounted for 7.4%, although the percentage of grant-holders and those working outside the specialty was higher. These figures should be monitored and the possibility of studies of quality of work in rheumatology should be evaluated.
Keywords:
Rheumatology
Employment pattern
Unenployment
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Introducción

La reumatología ha experimentado cambios importantes durante los últimos 25 años. De ser una subespecialidad de medicina interna con dedicación fundamental al estudio y tratamiento de las enfermedades articulares inflamatorias, ha pasado a un planteamiento más generalista, abarcando todo el campo de la patología médica del aparato locomotor1.

En 1977 había 191 reumatólogos en España. En el momento actual la Sociedad Española de Reumatología (SER) tiene 783 socios numerarios. La actividad científica ha crecido en cantidad y calidad: en 1991 se presentaron 7 trabajos en el Congreso Americano de Reumatología y 64 en 2000. La SER ha sido un elemento catalizador en el desarrollo de la especialidad y ha influido poderosamente en que la reumatología ocupe un lugar más importante dentro del campo de la patología médica del aparato locomotor.

Sin embargo, la presencia permanente de reumatólogos en paro o con dificultad para encontrar trabajo en nuestra especialidad2-4 ha sido, probablemente, el aspecto más negativo y preocupante durante los últimos años, contrastando con el pujante desarrollo científico de la especialidad. En el Plan Estratégico de la SER5 se acordó "que la SER promueva un estudio riguroso y en profundidad de las necesidades reales de reumatólogos...". Es complejo conocer cuántos especialistas se necesitarán en los próximos años, teniendo en cuenta que las recomendaciones de los organismos internacionales son meramente orientativas. El número de puestos de trabajo (públicos o privados) dependerá fundamentalmente de la demanda del mercado sanitario, sin duda difícil de prever.

En cualquier caso, el trabajo inicial debe ser obtener datos acerca de la situación laboral de los reumatólogos en el momento actual. A pesar de existir una inquietud permanente2,3 y de manejarse diversas cifras, los datos disponibles son escasos. En 1996 Naredo y Usón publicaron la cifra de 95 reumatólogos en paro en un editorial con el título "Trozos de realidad: reumatólogos en paro"2. A pesar de considerar en paro a reumatólogos que desarrollan un trabajo diferente a la reumatología, no deja de ser una cifra importante, especialmente teniendo en cuenta que representa un ascenso desde 19 reumatólogos en paro en 1989 a 90 en 19962.

La Junta Directiva de la SER decidió en otoño de 2000 realizar un estudio que permitiera conocer la situación laboral del colectivo de reumatólogos, con el convencimiento de que se trata de un dato básico para elaborar cualquier planteamiento de futuro.

Método

Se realizó un estudio descriptivo transversal de la situación laboral actual de los reumatólogos españoles que terminaron la especialidad vía MIR en los últimos 10 años.

En noviembre de 2000 enviamos una encuesta a todos los jefes de unidades docentes con el listado de los reumatólogos que habían terminado la especialidad entre 1990 y 1999. El listado de reumatólogos fue obtenido a través del Ministerio de Educación (Subdirección General de Especialidades en Ciencias de la Salud). Se solicitó información sobre la situación laboral en ese momento, incluyendo al reumatólogo en una de las 5 situaciones descritas en la tabla 1. En el caso de reumatólogos que trabajaban en los sectores público y privado simultáneamente, se les incluyó siempre en el sector público, considerando la actividad principal. En el caso de realizar un trabajo simultáneo en la reumatología privada, ser becario o bien desempeñar otro trabajo no reumatológico, decidimos su ubicación en el trabajo que resultara fundamental en ese momento. Se consideró que el reumatólogo estaba en paro cuando no realizaba trabajo alguno en el momento de la encuesta (noviembre-diciembre de 2000).

No se evaluaron los datos sobre el tipo de relación laboral en el sector público (estatutario, interino, contrato laboral), las características de la consulta privada o los detalles del trabajo no reumatológico. Es decir, no era el objetivo del estudio analizar la calidad del trabajo que realizaba el reumatólogo.

La respuesta a la encuesta fue rápida y muy completa, de forma que recibimos la información de la mayor parte de las unidades docentes durante el mes de diciembre de 2000. En los casos restantes se realizó la encuesta por vía telefónica. Asimismo, completamos las encuestas hablando directamente con el jefe de la unidad. En aquellos casos (muy infrecuentes) en que el jefe de la unidad desconocía completamente la situación laboral de alguno de los reumatólogos, se obtuvo información a través de la SER o de otros compañeros, de forma directa o indirecta, hasta conocer la situación de los 324 reumatólogos. Los últimos datos, recogidos por teléfono a través del jefe de unidad, la SER u otros medios, se obtuvieron entre los meses de enero y marzo de 2001. Se utilizó el SPSS para realizar el estudio estadístico, que consistió en el análisis de las frecuencias absolutas y relativas en todos los parámetros evaluados. La secretaría de la SER facilitó los medios humanos y materiales para el desarrollo de la encuesta. Los resultados de este estudio fueron presentados en forma de póster en el Congreso Nacional de la SER en Madrid, en junio de 2001.

Resultados

Durante los 10 años comprendidos entre 1990 y 1999 terminaron la especialidad vía MIR en España 324 reumatólogos (173 mujeres y 151 varones). De los 324 reumatólogos, 288 (88,9%) eran socios numerarios (médicos españoles, especialistas en reumatología, con título otorgado por el Ministerio de Educación y Ciencia, y los que habiendo realizado su formación en el extranjero tengan convalidado su título en España) de la SER en el momento del estudio. La distribución según el año de finalización de la especialidad se aprecia en la figura 1. El número de reumatólogos que terminaron la especialidad por año osciló entre 27 (año 1990) y 37 (año 1997), con una media de 32,4. La distribución por comunidades autónomas (fig. 2) demuestra que fue en Madrid (108 reumatólogos; 33,3% del total) donde más reumatólogos se formaron, seguida de Cataluña (65 reumatólogos; 20,1% del total) y Andalucía (54 reumatólogos; 16,7% del total). Entre las 3 comunidades formaron 227 reumatólogos, el 70% de todos los que terminaron su formación MIR en la década pasada. En la tabla 2 se presenta el listado de las 33 unidades docentes con el número de reumatólogos formado en cada una, oscilando entre los 23 del Hospital Ramón y Cajal y uno del Hospital Virgen de la Nieves, con una media de 9,8 reumatólogos por centro. Si tomamos las unidades que formaron por encima de esta media (más de 10 reumatólogos), tenemos que 10 de las 33 unidades formaron a más de la mitad (166 de los 324) de los reumatólogos.

Figura 1. Reumatólogos formados entre 1990 y 1999.

Figura 2. Reumatólogos formados entre 1990 y 1999 en cada comunidad autónoma.

La encuesta demostró que, de los 324 reumatólogos, 192 (59,3%) trabajaban en el sector público y 51 (15,7%) en el privado. Fueron considerados becarios 11 (3,4%), al ser éste su ingreso fundamental. Otros 38 (11,7%) desarrollaban un trabajo no reumatológico y 24 (7,4%) estaban en paro en el momento de realizar la encuesta (fig. 3). Los 8 (2,5%) restantes no podían ser incluidos con facilidad en las 5 situaciones laborales descritas (trabajo fuera de España en situación laboral no conocida, 3; inicio de otra especialidad médica, 4; incapacidad laboral permanente, 1).

Figura 3. Situación laboral de los 324 reumatólogos formados entre 1990 y 1999.

Si observamos mediante un gráfico de áreas la distribución en las diferentes situaciones laborales según el año de finalización de la especialidad (fig. 4), podemos apreciar que en el porcentaje de los reumatólogos cuya actividad es privada, así como en aquellos cuyo trabajo no es de reumatólogo, no influye demasiado el año de finalización de la especialidad. Sin embargo, el porcentaje de becarios y parados es superior entre los que terminaron en los últimos 2 años, mientras que el porcentaje de los reumatólogos que trabajan en el sector público disminuye. Durante los años 1998 y 1999 terminaron la especialidad 15 de los 24 (62,5%) reumatólogos en paro y 7 de los 11 (63,6%) becarios. Sólo 6 de los 38 (15,7%) reumatólogos que trabajaban en una actividad no reumatológica habían terminado en los últimos 2 años.

Figura 4. Situación laboral según el año de formación MIR.

Discusión

Con el objetivo de disponer de datos sobre la situación laboral de los reumatólogos españoles y siguiendo las recomendaciones del Plan Estratégico de la SER, hemos realizado un estudio descriptivo y transversal de toda la población de reumatólogos que terminaron su formación desde 1990 a 1999.

Decidimos realizar el estudio tomando la población de reumatólogos de la última década por considerar que el problema del desempleo se encontraría fundamentalmente en médicos que habían terminado su formación recientemente. El estudio de toda la población, y no de una muestra, disminuye considerablemente el sesgo, y en este estudio cabía esta posibilidad. Para obtener la información existen dos posibilidades: encuestar a los reumatólogos o a responsables de los servicios donde se formaron. La primera posibilidad la desechamos por presentar indudables problemas: habitualmente, el índice de respuesta a una encuesta enviada por correo es muy bajo y la posibilidad de localizar telefónicamente a los 324 reumatólogos reviste, sin duda, una gran dificultad. Sin embargo, es mucho más fácil localizar a 34 jefes de unidad e incluso obtener la información por teléfono o correo electrónico. La calidad de la información obtenida fue muy alta, pues los fefes de unidad conocían la situación laboral de la mayor parte de los reumatólogos que habían formado, al menos para poder situarlos en una de las 5 posibilidades planteadas en la encuesta. Sólo en casos puntuales fue necesario recurrir a tutores, compañeros de residencia o a la SER.

La encuesta no ha pretendido estudiar la calidad y otras características del trabajo que desarrollan los reumatólogos. No se solicitó información sobre el tipo de relación laboral (contrato, interinidad, relación estatutaria o funcionarial), duración de los contratos, rendimiento de las consultas privadas o ingresos obtenidos. Esto habría representado otro tipo de encuesta, complementaria de la que se realizó, que sin duda habría aportado datos muy interesantes. Sin embargo, su diseño es complejo y obligaría a solicitar información muy precisa y personal de cada encuestado, que en muchos casos sería difícil de obtener.

La encuesta aporta algunos datos generales de indudable importancia. La mayor parte de los reumatólogos (88,9%) pertenece a la SER, lo que refleja sin duda el papel dinamizador de la especialidad que tiene nuestra sociedad. El número de reumatólogos que terminan la especialidad anualmente se ha mantenido estable a lo largo de la década y coincide con los que comenzaron la especialidad 4 años antes: entre 1986 y 1995 se convocaron 321 plazas de reumatología6, cifra prácticamente igual a los 324 que terminaron entre 1990 y 1999. Madrid, Cataluña y Andalucía formaron 3 de cada 4 reumatólogos en la pasada década. También existe una gran diferencia entre el número de reumatólogos formados en las distintas unidades: más de la mitad de los reumatólogos se forman en 10 unidades (menos del 30%). Diversas razones, como el número de habitantes, el desarrollo histórico de la especialidad y la actividad científica pueden explicarlo.

De los 324 reumatólogos, sólo 24 (7,4%) estaban en paro, sin duda una cifra inferior a la que esperábamos. Sin embargo, otros 38 (11,7%) realizaban un trabajo no reumatológico (guardias, trabajo en la industria farmacéutica, médico general, otros), probablemente en algunos casos por no encontrar trabajo en el área de la reumatología y en otros por no poder o no desear desplazarse de su lugar de residencia. Separamos los 11 (3,4%) becarios por considerar que se trataba de una situación laboral definida, si bien se trata de un grupo con gran precariedad en el empleo y no introducido completamente en el mundo laboral de la reumatología. La suma de estos 3 grupos da una cifra de 73 (22,5%). Si bien esta cifra se aproxima a la de Naredo y Usón2, no consideramos que todos entren de forma indiscriminada en el mismo grupo, pues es bien distinta la situación de paro (no realiza ningún trabajo) del resto de las situaciones laborales que, aunque más o menos satisfactorias, proporcionan unos ingresos básicos para vivir. Además, buena parte de los reumatólogos en paro (15 de 24; 62,5%) y becarios (7 de 11; 63,5%) habían terminado la especialidad en los últimos 2 años. Sin embargo, sólo 6 de los 38 (15,7%) reumatólogos que desarrollaban un trabajo diferente había finalizado su formación en 1998 y 1999. Esto hace pensar que se trata de grupos muy distintos, que probablemente la situación de paro o becario es transitoria y que los compañeros que no desarrollan una actividad reumatológica constituyen un grupo de actividad más estable, si bien poco satisfactoria, al no dedicarse a la especialidad para la que fueron formados. Esto no deja de ser una hipótesis a partir de un estudio descriptivo transversal. Para llegar a unas conclusiones demostradas sería necesario un estudio longitudinal (retrospectivo o prospectivo) de una cohorte de reumatólogos que hubieran finalizado la especialidad, recogiendo las sucesivas situaciones laborales a lo largo de varios años.

El grupo más numeroso ­243 (75%)­ está constituido por los que trabajan como reumatólogos, tanto en el sector público (192 reumatólogos) como en el privado (51 reumatólogos). Es evidente que la situación laboral de este grupo es muy variable (diferencias en el tipo de contrato, grado de estabilidad laboral, ingresos), tal vez no menos que la de los grupos comentados anteriormente y similar a la de otras profesiones.

Adecuar la oferta (reumatólogos que se forman) a la demanda (reumatólogos necesarios) es un objetivo evidente, pero difícil de alcanzar. Es necesario tener información precisa de la situación laboral del colectivo (que no existía hasta el momento actual de forma precisa), que esa información esté actualizada, un cierto grado de previsión de las necesidades dentro de varios años y capacidad para poder decidir el número de reumatólogos que se formarán. Este último aspecto es especialmente problemático, puesto que la Comisión Nacional de la especialidad puede hacer recomendaciones, pero la decisión pertenece a la Administración.

La recomendación sobre el número de reumatólogos por habitante que se necesita varía ampliamente7, oscilando desde 1/45.000 habitantes recomendado por la ACR8, hasta 1/150.000 del Reino Unido9. En España, en 1997 había en el sector público 433 reumatólogos (1,07/100.000 habitantes), cifra intermedia a las citadas y probablemente en la media de nuestro entorno geográfico y económico7. Además, hay que tener en cuenta que esta cifra se refiere al sector público y, si valoramos el número de socios numerarios de la SER (783), nos colocamos en una cifra de 1,9/100.000 habitantes, aun asumiendo que el 10% de los reumatólogos puede no pertenecer a la SER.

Sin embargo, hay datos para pensar que la demanda de atención reumatológica puede aumentar los próximos años1. En el estudio de Ballina10, sólo el 3,4% de los pacientes que tienen síntomas de aparato locomotor consulta al reumatólogo, mientras que el 26,5% lo hace al traumatólogo. Además, las derivaciones a traumatología desde atención primaria son de las más frecuentes (16%) junto con ginecología y oftalmología11. Probablemente existe desde hace años un paso progresivo de la demanda de traumatología a reumatología, que tenderá a incrementarse en un futuro según se extienda el concepto de que el reumatólogo es el médico del aparato locomotor. En cualquier caso, hay que tener en cuenta que la demanda de reumatólogos dependerá del mercado sanitario, tanto público como privado, y las recomendaciones nacionales o internacionales sobre necesidad de reumatólogos tendrán escasa utilidad.

Un esfuerzo continuado por parte de todos los reumatólogos, liderado por la SER y dirigido a delimitar con claridad el concepto de reumatólogo como médico del aparato locomotor en la población general, probablemente será fundamental para el futuro de la reumatología en España. La extensión de este concepto y la derivación habitual de la patología médica del aparato locomotor al reumatólogo introducirán calidad y disminuirán los costes del manejo de esta patología12,13.

En conclusión, esta encuesta refleja de forma precisa por primera vez, la situación laboral de toda la población de reumatólogos que terminaron su formación en la última década (donde con toda probabilidad se puede encontrar la bolsa de paro o subempleo). El paro es menos elevado de lo esperado, pero existe un subgrupo importante de reumatólogos que no trabaja como tal. La encuesta se debe repetir periódicamente con objeto de monitorizar la situación laboral de las últimas promociones de reumatólogos. Un estudio orientado a conocer la calidad del trabajo, tanto reumatológico como no reumatológico, sería también de gran utilidad. Estos datos, permanentemente actualizados, son fundamentales para poner en marcha estrategias sobre la demanda y la oferta de atención reumatológica.

Agradecimientos

Los datos facilitados por los jefes de las unidades docentes han sido el material esencial con el que se ha realizado este trabajo. A todos ellos nuestro agradecimiento por su rápida y eficaz colaboración. Agradecemos a Matilde Ledesma (Subdirectora General de Especialidades Médicas) el listado de los reumatólogos formados durante la última década. El trabajo de la secretaría de la SER fue fundamental para poder llevar a cabo este estudio. Nuestra gratitud a Esther Loaces y Silvia Rubio por su entusiasta y profesional ayuda.

Jefes de unidades docentes

Sergio García Pérez (Puerta del Mar, Cádiz). Eduardo Collantes Estévez (Reina Sofía, Córdoba). Domingo Salvatierra Ríos (Clínico Universitario San Cecilio, Granada). Manuel Guzmán Úbeda (Virgen de las Nieves, Granada). Magdalena Pérez Busquier (Carlos Haya. Málaga). Alicia García López (Virgen del Rocío, Sevilla). Federico Navarro Sarabia (Virgen Macarena. Sevilla). Carlos Armas Ramírez de Verger (Hospital Clínico de Zaragoza, Zaragoza). Amado Rodríguez Pérez (Ntra. Sra. de Covadonga, Oviedo). Tomás González García (Hospital Universitario de Canarias, Santa Cruz de Tenerife). Vicente Rodríguez Valverde (Marqués de Valdecilla, Santander). José Muñoz Gómez (Hospital Clínico Provincial. Barcelona). Cristina Arnal Guimera (Valle de Hebrón. Barcelona). Jordi Carbonell Abelló (Hospital de la Esperanza. Barcelona). Pere Benito Ruiz (Hospital del Mar, Barcelona). Daniel Roig Escofet (Hospital del Bellvitge, Barcelona). César Díaz López (Santa Cruz y San Pablo, Barcelona). Cayetano Alegre de Miguel (Hospital de Enfermedades Reumáticas. Barcelona). Xavier Tena Marsa (Germans Trias i Pujol. Barcelona). Fausto Galdo Fernández (Juan Canalejo, La Coruña). Juan Gómez-Reino Carnota (Clínico Universitario de Santiago, Santiago de Compostela). Luis Carreño Pérez (Gregorio Marañón, Madrid). Emilio Martín Mola (La Paz. Madrid). Juan Ángel Jover Jover (Clínico Universitario San Carlos, Madrid). Isabel Mateo Bernardo (12 de Octubre, Madrid). Juan Beltrán Gutiérrez (Ramón y Cajal, Madrid). Antonio Larrea Gayarre (Puerta de Hierro, Madrid). Armando Laffon Roca (La Princesa, Madrid). Gabriel Herrero-Beaumont Cuenca (Fundación Jiménez Díaz. Madrid). Pedro Castellón de Arce (Virgen de la Arrixaca, Murcia). Eliseo Pascual Gómez (Hospital Universitario de Alicante, Alicante). Manuel Figueroa Pedrosa (Ntra. Sra. de Aranzazu, San Sebastián). José Miguel Aramburu Albizuri (Basurto, Bilbao). Alberto Alonso Ruiz (Cruces, Baracaldo).

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