Los demostrativos este, ese y aquel (y sus variantes morfológicas) pueden funcionar como determinantes o como pronombres. Funcionan como determinantes si acompañan –determinan– a un sustantivo actuando con valor deíctico (es decir, como «señaladores contextuales» mediante los cuales se nos remite a un elemento ya conocido por el contexto situacional)1,2, como en los ejemplos siguientes:
- 1)
Nos parece que esta operación ha evolucionado en el sentido correcto, acercándose cada vez más al concepto de procedimiento mínimamente invasivo3
- 2)
De este modo se conformó para el análisis una serie de 59 pacientes: 30 abordados por vía convencional y 29 por laparoscopia4
Por el contrario, funcionan como pronombres si sustituyen o se refieren a un sustantivo, con un claro valor anafórico (esto es, tomando el significado de un elemento que ha aparecido previamente en el texto)1,2, como en los ejemplos 3 y 4:
- 3)
La reconstrucción la realizamos en esta etapa con un montaje clásico en un asa. Ésta [se refiere a asa] es ascendida por vía transmesocólica5
- 4)
Previa anestesia local, se progresó el catéter por la fosa nasal hasta el esófago, y a través de éste [nos remite a esófago] se determinó la localización y presión de EEI6
Esta posibilidad de doble función no se da con las formas de género neutro esto, eso y aquello, ya que estas actúan siempre como pronombres, nunca como determinantes (un demostrativo esto no puede acompañar a ningún sustantivo, ya que el español carece de sustantivos de género neutro, por lo que, por consiguiente, comete una falta de ortografía quien acentúe dichas formas):
- 5)
La mediana de estancia hospitalaria aumentó un día (…) en los pacientes con drenaje. Esto [es decir, el enunciado anterior: el hecho de que la estancia hospitalaria aumentara] se debió a que ningún paciente fue dado de alta a las 24h de la intervención7
- 6)
Una de las primeras hipótesis atribuyó al sistema simpático la causa de la protrusión ocular. *Ésto se debió a que en el hipertiroidismo hay signos y síntomas de hiperactividad simpática8
Tradicionalmente, para distinguir la función de los demostrativos en un texto, se atildaban cuando actuaban como pronombres –ejemplos 3 y 4–, y no se les aplicaba esa tilde diacrítica cuando funcionaban como determinantes –ejemplos 1 y 2–. No obstante, tal y como analiza Gómez Torrego9, las normas ortográficas anteriores a 2010 (como la de 1959 y la de 1999) permitían ya prescindir de la tilde en los pronombres cuando no se diera la posibilidad de ambigüedad, y en esa línea continúa el Diccionario panhispánico de dudas, de 200510, permitiendo la acentuación gráfica únicamente cuando sean pronombres y exista riesgo de ambigüedad.
De ahí que la nueva normativa académica, de 2010, permita prescindir de la tilde diacrítica de los pronombres demostrativos, incluso en casos en los que exista posibilidad de doble interpretación: a) porque, prosódicamente, no existe una oposición de formas tónicas y átonas, tradicional en el empleo de la tilde diacrítica (tanto los determinantes como los pronombres demostrativos son siempre tónicos), y b) porque el propio contexto comunicativo sería capaz de resolver las posibles ambigüedades de interpretación11. Esta novedad será la que analizaremos en el número posterior.