Cuando miramos, desde nuestra posición latinoamericana, los avances ocurridos en nuestra profesión, sea en la práctica clínica, la docencia y/o la investigación, en los países que conforman la región, es menester realizar una breve reflexion al respecto:
En una América latina signada por decadas de sucesivos sobresaltos socioeconomicos, con modelos sanitarios que no siempre han satisfecho las necesidades de los usuarios, la fisioterapia, ha logrado consolidar una posición importante, como disciplina del área de la salud, cuyos antecedentes, en el claustro universitario, tienen más de sesenta anos de trayectoria.
La preocupación por el diseño de las currículas de grado, al haber alcanzado el nivel de licenciatura, las leyes que regulan el ejercicio de la profesión a través del estado o los colegios profesionales, hablan de un progresivo crecimiento profesional, que sin embargo deja espacios sin ocupar, cuya area de incumbencia pertenece a la fisioterapia. Espacios vacíos, que en el andar del tiempo, otros se han ocupado de llenar.
La apertura de nuevos centros de formación, en universidades privadas, que duplican holgadamente en la region a las universidades públicas, ha sido un fenómeno que se aprecia en todos nuestros países, sin excepción. Esto se traduce en un aumento indiscriminado de profesionales que se vuelcan al mercado laboral, cuyo número no conocemos con exactitud.
Cabe preguntarse entonces, si el perfil de esos profesionales condice con la realidad del perfil epidemiológico del país y por ende con las necesidades de la comunidad, que en definitiva es la destinataria de la prestacion del servicio. Y este no es un dato menor, al momento de interrelacionar datos poblacionales con cantidad de profesionales en ejercicio.
Concluimos diciendo que es imprescindible propiciar desde nuestras organizaciones el dialogo permanente entre gremio y academia, ya que la construción de ese espacio es el que permitirá, sin lugar a dudas, planificar acciones que consideren todos los aspectos senalados anteriormente.