INTRODUCCION
Según la CIF (Clasificación Internacional del Funcionamiento, la Discapacidad y la Salud) 1 se define la discapacidad como la limitación en una actividad que produce una restricción en la participación, o también como la dificultad en la capacidad para realizar una actividad que condiciona una desventaja social.
En los países europeos la demencia es una de las patologías más frecuentes, estimándose una prevalencia de 6,4 %.
Es un trastorno dependiente de la edad, y el porcentaje de personas afectadas varía según dicha variable; para el grupo de edad de 65 a 69 años la prevalencia es de 0,8 %, mientras que para el grupo de edad mayor de 90 años este índice llega a 28,5 %
Por tipo de demencia la más frecuente es el Alzheimer, cuyas cifras de prevalencia serán de 0,6 % para el primer grupo de edad y en torno al 20 % para el segundo.
Dada la tendencia al envejecimiento poblacional, es esperable, por las tasas de incidencia, que se incrementen los casos proporcionalmente a la edad: de 0,9/1.000/año entre 65 y 69 años a 24,2/1.000/año, en el grupo de 85 a 90 años 2.
Desde que Alois Alzheimer descubriera la enfermedad en 1898 y que en 1911, el doctor Labora hiciera su primera publicación en lengua española de su primer paciente con Enfermedad de Alzheimer 3, dicha afección neurológica llamada "mal del siglo", ocupa el cuarto lugar como causa de muerte en el anciano 4.
Según los últimos estudios epidemiológicos, es padecido por 29 millones de personas en todo el mundo 5. Cerca de 450.000 personas están afectadas en España 6 y este número se duplicará de aquí al 2020 siendo uno de los problemas de salud más graves al que se enfrenta la sociedad 7.
La enfermedad de Alzheimer es un trastorno progresivo del cerebro 8, caracterizado por los cambios degenerativos de las células nerviosas corticales y de las terminaciones nerviosas cerebrales.
Las alteraciones principales son: cognitivas, conductuales y psicomotoras. En estas últimas, provocadas por la afectación del área motora situada en el lóbulo frontal 9,10, es donde el fisioterapeuta tiene su principal labor.
En el Congreso sobre Alzheimer celebrado en Barcelona en octubre de 2000, el doctor Martínez Lage recordaba que "es necesario implementar a partir de la edad adulta actividades intelectuales estimulantes, ejercicio físico y un estilo de vida que aumenta la neuroplasticidad y la formación de nuevas neuronas" 10.
Como decía Ramirez et al 11 el ejercicio físico continuado contribuye al incremento de la calidad de vida, independencia y nivel de integración social de los ancianos, y también aporta beneficios físicos y psicológico 12-16; resultados confirmados a través de estudios epidemiológicos prospectivos 11 y aunque en los mayores con Alzheimer tenemos una afección neurológica asociada a su vejez los beneficios son los mismos.
García y Vela 17 indican lo necesario que resulta la fisioterapia para paliar el deterioro que sufren estas personas, así como también para disminuir o eliminar los síntomas que provoca esta discapacidad y con ello favorecer y mejorar la calidad de vida de estos pacientes, consiguiendo los objetivos propuestos 18-21.
OBJETIVOS
Con este estudio pretendemos conseguir los siguientes objetivos:
1. Determinar el déficit de discapacidad que presentan los enfermos de Alzheimer para poder aplicar el tratamiento.
2. Comprobar la eficacia terapéutica obtenida en la recuperación psicomotora de dichos enfermos.
MATERIAL Y MÉTODOS
El presente estudio, fue realizado en el periodo de tiempo comprendido entre septiembre de 2003 y septiembre de 2004. Se usó un diseño longitudinal prospectivo para la evaluación de los enfermos del centro de estancia diurna A.F.A. "vitae" (Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer) de San Fernando (Cádiz). Las variables que se tuvieron en cuenta fueron sexo, edad, tiempo de evolución de la enfermedad, fase en la que se encuentra el enfermo, tiempo de tratamiento fisioterápico, colaboración de la familia y patologías asociadas.
Se utilizaron las siguientes escalas de valoración 22-24.
1. Escalas de la vida diaria (ADL) como BDRS, RDRS-2, IDDD, BAYER ADL.
2. Escalas de actividades básicas de la vida diaria, como son: Escala de valoración de la incapacidad física y cognitiva de la Cruz Roja Española, el Indice de Barthel, el Indice de Barthel, modificación de Granger el al, el Índice de Katz, Escala de Norton modificada.
Es de considerar la escala de Tinetti, para la evaluación del equilibrio y la marcha 7.
3. Escala de actividades instrumentales de la vida diaria como la de Lawton y Brody.
4. Escala de actividades avanzadas de la vida diaria como la Escala de salud funcional de Rosow y Breslau.
5. Escala GDS de Reisberg.
Se utilizaron los parámetros más relevantes de cada escala, enfocando la elección a los objetivos que queríamos alcanzar, para poder dividir la evaluación de los enfermos de fase I y II, en una valoración global (tabla 1) y una valoración de las capacidades psicomotoras (tabla 2) y así poder comprobar la eficacia terapéutica.
Según la puntuación obtenida se hizo una estratificación de dichos enfermos en Grupo 1 y Grupo 2 a los que se les realizaron los tratamientos que se muestran (tabla 3).
Los enfermos con una puntuación entre 0 y 20 puntos pertenecían al Grupo II.
Los enfermos con una puntuación entre 21 y 40 puntos se incluían en el Grupo I.
El Grupo I estaba compuesto en su mayoría por ancianos en Fase I, aunque en él existían 4 enfermos que se encontraban en fase II.
Para la recolección de datos, que nos permitían medir las variables de interés, utilizamos la siguiente ficha (tabla 4).
El tratamiento aplicado en dicho centro estaba basado en la Teoría de Barry Reisberg 20, conocida con el nombre de Retrogénesis y basada en parte en la psicología madurativa de Piaget. Según esta teoría la desintegración progresiva de las funciones cognitivas se van perdiendo de forma paralela pero a la inversa a como el niño progresa en su camino hacia la juventud. Las estrategias terapeúticas rehabilitadoras estarán dirigidas en dicho sentido 25. La terapia se dividía en dos partes: una actividad individual y otra grupal 26.
El programa se estructuró en sesiones de 30 minutos, efectuadas con una periodicidad de 5 veces por semana.
El programa varió según el grupo en que se encontraba el paciente:
1. Grupo I: Taller avanzado de Psicomotricidad.
2. Grupo II: Taller adaptado de Psicomotricidad y fisioterapia personalizada.
Los familiares de los enfermos que se encontraban en fase III recibían un protocolo de asesoramiento para cambios posturales, movilizaciones pasivas y ejercicios respiratorios de mantenimiento para que los realizaran en el domicilio.
RESULTADOS
La población de estudio estaba compuesta por 70 personas.
Del total de enfermos, 56 fueron mujeres (80 %) y 14 hombres (30 %). Tanto en Fase 1 como en Fase 2 existe un mayor porcentaje de mujeres que de hombres (fig. 1).
Fig. 1. Porcentaje de hombres y mujeres en cada fase.
El intervalo de edad fue entre 55 y 90 años siendo la edad media de 74 años (fig. 2).
Fig. 2. Número de enfermos por edades.
La desviación típica fue 45.
El tiempo medio de evolución de la enfermedad fue de 4 años para los enfermos de Fase I y de 9 años para los de Fase II (fig. 3).
Fig. 3. Número de enfermos según los años de evolución de la enfermedad.
Las patologías asociadas fueron Diabetes, Hipertensión arterial, ACVA (fig. 4).
Fig. 4. Porcentaje de enfermos con patologías asociadas.
Se evaluaron a todos los enfermos con la escala funcional, realizándose una estratificación de los enfermos en Grupo I (17 enfermos que suponían el 24 %) y Grupo II (compuesto por 53 enfermos que constituían un 76 %).
En el estudio que nos ocupa se definieron tres tipos de respuestas: Mejora, empeoramiento y sin cambios.
En el segundo control, realizado en septiembre de 2004, tras un año de tratamiento fisioterápico, se encontró que 53 enfermos (76 %) mejoraron sustancialmente en su puntuación global, 4 enfermos (6 %) sufrieron una regresión importante y 13 enfermos (18 %) mantuvieron una puntuación similar a la obtenida 12 meses antes.
Al comparar ambos controles, apreciamos una mejora de la funcionalidad media en los dos grupos (fig. 5).
Fig. 5. Resultados en la Evaluación Funcional de los Grupos I y II.
Refiriéndonos a la edad y al tiempo de evolución de la enfermedad, los enfermos que empeoraron en la puntuación en la escala son de edades muy dispares, apreciándose un deterioro significativo en los enfermos más jóvenes y con un tiempo de evolución corto, lo que sugiere de la importancia de un diagnóstico precoz de la enfermedad. Sin embargo en enfermos de edades avanzadas y de largo tiempo de evolución el deterioro no fue tan significativo.
Referente al sexo, no se encontró diferencias significativas a tener en cuenta en los controles, simplemente que desde el principio el número de mujeres afectadas fue siempre mayor que el de hombres.
Si atendemos a las patologías asociadas:
a) La diabetes no influyó significativamente en la mejoría, regresión o el mantenimiento de los enfermos.
b) La hipertensión arterial se tuvo en cuenta en el tratamiento a la hora de hacer los ejercicios, pero no influyó en los resultados.
c) En la población de estudio había 2 pacientes con ACVA. Uno de ellos tenía depresión posterior al ACVA y anterior al Alzheimer. Dicho paciente estaba en el grupo de los que puntuaron menos en la escala.
En cuanto a otras variables de interés, estuvo la colaboración de la familia. El 80 % de los pacientes que obtuvieron una mejor puntuación, tenían las familias con mayor grado de colaboración.
DISCUSION
Nuestros objetivos a alcanzar, con el tratamiento realizado, son similares a los del programa de Asistencia Fisioterápica a Residencias de la Tercera Edad del Principado de Asturias 14.
Como dicen Martínez-González y Gómez-Conesa, los programas de fisioterapia para personas mayores de 65 años han mostrado tener una importante capacidad preventiva para seguir promocionando la salud en dicho sector 27. Según los mismos autores que realizaron un estudio cuasiexperimental comprobaron que la aplicación de un programa de fisioterapia junto con diferentes actividades psicosociales, en pacientes de 75 años con deterioro cognitivo aportaba beneficios notables 28, coinciendo con nuestros resultados.
Cuanto más en pacientes con EA en los que aproximadamente el 53 % presentan patologías osteo-musculares, además de patologías respiratorias, alteraciones vasculares periféricas, diabetes, etc. 29.
Otro estudio realizado en el Instituto Nacional de Neurología de Washington 30 así lo confirma.
En el estudio realizado en el centro asistencial "Castilla" de Alicante comprobaron como la práctica regular de de ejercicios físicos hace que el paciente geriátrico mantenga su capacidad funcional mejorando el equilibrio y flexibilidad y siendo menor el deterioro de la coordinación en el grupo experimental.
Martínez Lage obtiene buenos resultados con la "estimulación cognitiva", técnica empleada en nuestro estudio, para mantener o mejorar las capacidades cognitivas, las capacidades funcionales, la conducta y la afectividad 31,32.
Es por ello destacar que la aplicación de terapias farmacológicas se debe complementar con el tratamiento no farmacológico 33, entre las que destaca la fisioterapia.
También es de especial interés tener en cuenta otras terapias, a las que nosotros no podíamos acceder, que utilizaron otros investigadores, pero en los que tuvieron resultados muy positivos, pero ligeramente inferiores a los conseguidos en nuestro estudio, como fueron Llibre y Samper que obtuvieron una respuesta de regresión o mejoría en el 60 % de los casos con magnetoterapia y ozonoterapia combinada, al mes de tratamiento, frente a nuesto 76 % 34.
Tárraga 35 utilizando el Programa de Psicoestimulación Integral (PPI) consiguió mejoras clínico-funcionales e instrumentales tras su aplicación durante 54 semanas, periodo de tiempo ligeramente superior al de nuestro estudio.
Los resultados de Tárraga y Boada fueron de un mantenimiento prácticamente estable durante un año en la evolución clínica del deterioro y las actividades de la vida diaria, igual que nosotros en un porcentaje pequeño de nuestros pacientes, en los que la mayoría obtuvieron una ligera mejoría en sus habilidades.
Coincidimos con otro estudio realizado por el equipo médico de Quavitae en la Residencia Parque de los Frailes en Leganés, Madrid en el que se observó que la psicoestimulación en pacientes con deterioro cognitivo en estado moderado retrasaba los efectos del Alzheimer, sobre todo en criterios de tiempo concluyendo que el tratamiento conjunto de fisioterapia y terapia ocupacional produce una mejora significativa de la situación física y funcional y que la colaboración del anciano y el tratamiento precoz influyen favorablemente en los resultados.
Por todo lo expuesto con anterioridad podemos afirmar que estamos de acuerdo con la mejoría que pueden obtener este tipo de pacientes, provocándose un freno a la evolución irreversible con la fisioterapia y el entrenamiento de las habilidades motoras; pese a ello son pocos los estudios de investigación realizados con enfermos de Alzheimer, por lo que creemos que se debe seguir investigando en distintas estrategias terapeúticas del Alzheimer, teniendo una visión más globalizadora de la persona con Alzheimer sin infravalorar sus capacidades residuales y teniendo en cuenta la importante aportación de la fisioterapia dentro del equipo multidisciplinario.
Es importante continuar en la búsqueda de estrategias de cribado cognitivo como son los test que evalúen las capacidades funcionales (psicomotricidad y actividades de la vida diaria) o cognitivas específicas (memoria, praxias constructivas) para detectar precozmente la enfermedad de Alzheimer y así poder realizar cuanto antes el tratamiento y poder retrasar su proceso involutivo.