Queridos lectores: en este número encontrarán nuevamente una amplia selección de artículos muy interesantes sobre métodos acupunturales muy diversos. En primer lugar, publicamos la segunda parte del estudio de T. Dorsher y J. Fleckenstein que aborda la estrecha relación existente entre puntos gatillo y puntos de acupuntura. Se trata de dos desarrollos basados en la biología humana acaecidos en épocas diferentes. Por su parte, D. Mayor aborda en su artículo el tratamiento de la isquialgia con distintas formas de electroacupuntura. En este artículo destaca, sobre todo, que el autor muestra cómo se puede hacer uso de la colección de estudios de electroacupuntura probablemente más extensa del mundo: www.electroacupunctureknowledge.com. Mayor nos remite al reconocido experto finlandés en electroacupuntura y acupuntura láser A. Pöntinen, que propone tratar las isquialgias con una combinación de puntos dolorosos locales y segmentarios, puntos gatillo periféricos del campo del dolor referido y puntos de acupuntura de los canales de la vesícula biliar y de la vejiga. El autor añade con entusiasmo: Lo bonito de la acupuntura es que nunca hay un único camino correcto para llevar a cabo el tratamiento.
También me gustaría atraer nuestra atención muy especialmente hacia el breve comentario de R. Pothmann que figura en la sección de Ciencia e Investigación. Se refiere al estudio Acupuntura láser en niños con cefalea: estudio doble ciego, aleatorizado, bicéntrico y controlado con placebo. En este estudio hay que subrayar los resultados clínicos. Con tan sólo cuatro sesiones de tratamiento láser se pudo reducir tanto la frecuencia de las cefaleas como su duración e intensidad. El segundo aspecto a destacar es que se pudo demostrar una notable diferencia entre el tratamiento láser real y el placebo. Además, se trataba de un estudio a doble ciego, es decir, ni los niños ni los terapeutas sabían si el aparato láser funcionaba o estaba desactivado. En los últimos años ya habíamos contemplado con bastante frecuencia la aparición de estudios que no mostraban una diferencia significativa entre la acupuntura verdadera, el placebo y la acupuntura simulada —véase también mi editorial del primer número de este año—. Y este tema nos va a ocupar todavía mucho tiempo. Naturalmente, el láser es la técnica más adecuada para realizar estudios controlados con placebo o tratamientos simulados.
Pero también celebro este estudio por otro motivo. Durante mucho tiempo no he sido muy amigo del láser. No había realmente ningún fundamento para ello, pero en mis años de formación en China, entre 1979 y 1985, no había entrado en contacto con esta técnica. Aprendí la acupuntura clásica aplicada con la aguja, con la que podía percibir las profundidades y, al cabo de cierto tiempo, saber en qué tejido me encontraba; el cuerpo era para mí aparentemente algo vítreo. Por el contrario, el láser lo consideraba un impedimento metálico entre el paciente y yo. Naturalmente, adquirí un aparato láser para poder tratar a niños y pacientes muy miedosos. Pero nunca estuve completamente convencido, aunque a veces la dificultad residía más bien en el detalle. Hace dos años decidí hacerme con un nuevo aparato láser de 30 MW y, como suele suceder, en las siguientes semanas tuve a bastantes niños pequeños en la consulta con asma alérgica. Apliqué el láser en los puntos clásicos habituales, es decir, en IG 4, P 7, IG 20, Ex-HN 3 (Yintang), P 1, Ren 17 y V 13, así como en V 12, acompañándolos con auriculoterapia en el punto 78 y el de los pulmones. ¡Los resultados fueron excelentes! En todos los niños el asma desapareció. Sobre la alergia aún no puedo formular una afirmación clara, ya que para eso se requiere un período de observación más prolongado. Más tarde acudieron a la consulta niños con cistitis recidivantes, y también aquí el tratamiento láser mostró un gran éxito.
Para que no piensen que me han sobornado los fabricantes de los aparatos láser, en este número de la revista encontrarán asimismo un artículo sobre el tratamiento acupuntural con agujas de niños intranquilos en el punto no indoloro H 3. Resumiendo: una vez más, todos los caminos llevan a Roma. Y nunca es demasiado tarde para cambiar los hábitos más arraigados, incluso después de más de 30 años de práctica clínica de acupuntura.