Ya ha transcurrido algo más de un mes desde la celebración del que siempre será "nuestro Congreso", ya que, aunque hemos celebrado muchos anteriores y todos ellos con merecido éxito, éste ha sido y será "muy especial", ya que en él hemos logrado reunir a las figuras más destacadas de la Andrología de todo el mundo, y de alguna forma las hemos hecho partícipes de este gran foro andrológico internacional. También es "nuestro Congreso" ya que, desde que en Seúl (Corea del Sur) recibimos por abrumadora mayoría la confianza y la responsabilidad de organizarlo, en él habíamos puesto grandes dosis de ilusión, dedicación, esfuerzo y también, por que negarlo, algunos momentos de desánimo, por las frecuentes dificultades que se debían superar, sin contar la "guinda" final que suponía tener que enfrentarse contra un inesperado enemigo, la crisis económica global, la cual nos ha amenazado de forma continua en los últimos meses, al tiempo que amparaba y escudaba, como excusa excelente, a algunas de las empresas en las que habíamos puesto nuestra confianza y que, en algunos casos, finalmente no fue así. Pero a pesar de ello, hemos salido adelante con nuestro proyecto y creo que podemos decir que lo hacemos con la cabeza bien alta, ya que hemos logrado los objetivos que nos fijamos al inicio de esta compleja aventura: mostrar al mundo, sin complejos, nuestro nivel andrológico, tanto científico como clínico, al tiempo que demostrábamos que la ANDROLOGÍA, así con mayúsculas, no se debe escribir imprescindiblemente tan sólo en inglés, y que los andrólogos hispanos podemos tutearnos con los líderes de nuestra especialidad, al tiempo que somos capaces de asumir y resolver cualquier reto organizativo, por ambicioso que éste sea, siendo capaces de seguir con orgullo y dignidad la brillante senda que hace más de 30 años nos marcaron nuestros prestigiosos maestros cuando "sembraron" en Barcelona lo que ahora es la International Society of Andrology (ISA).
La insólita, y difícilmente repetible, gestación de estos 4 eventos en un solo "parto", y todo ello bajo el gran paraguas del International Congress of Andrology (ICA), ha durado 4 largos años de intenso trabajo, de infinidad de correos electrónicos y postales, de incontables reuniones y de alguna noche de insomnio, pero bien está lo que bien acaba y, por tanto, ahora creemos que ha valido la pena.
Sería injusto no reconocer que en este éxito ha sido fundamental el buen trabajo realizado por el Comité Científico, que bajo la extraordinaria tutela de una valiosa mujer, la Dra. Christina Wang (fig. 1), logró crear un programa científico atractivo y de gran nivel, capaz de atraer incluso a los más escépticos, al tiempo que de forma magistral se evitaba cualquier tipo de personalismo. Este programa científico, unido a los indiscutibles atractivos de la milenaria Barcelona, ciudad de gran belleza y de extraordinaria riqueza cultural y gastronómica, conformaron una fórmula magistral que, sin duda, fue la clave de este éxito, que se evidenció con la asistencia de más de 700 delegados de más de 60 países a lo largo y ancho del mundo.
Figura 1. Dra. Cristina Wang.
Pero en una crónica, por breve que ésta sea, se deben relatar algunos de los hechos vividos. Así finalmente llegó el temido, y al mismo tiempo deseado, día 7 de marzo, fecha adelantada a la prevista en el proyecto inicial del Comité Organizador, en el cual hubiéramos preferido el escenario de un clima más primaveral para realizar "nuestro Congreso"; en principio se pensó en celebrarlo hacia la primera quincena de junio, pero el estudio de fechas y ante los posibles conflictos de intereses con otros eventos relevantes, de carácter tanto nacional como internacional, nos aconsejó modificar nuestro deseo y adelantarlo a unos días en que las condiciones climáticas podían ser desfavorables a nuestros intereses.
El sábado 7 de marzo amaneció soleado y a las 8 h, con la rigurosa puntualidad que mis amigos ya me saben perdonar, se iniciaron los cursos precongreso. La expectativa inicial, a pesar de lo atractivo de los temas, parecía escasa a juzgar por el número de inscritos, pero ante el interés despertado y el alto número de asistentes, en pocos minutos la organización, gracias a la sobrada eficacia de la secretaria técnica (que estuvo a la altura de los más exigentes), triplicó el aforo de la sala, lo que permitió un inicio espléndido y con un alto contenido científico, que eran los mejores augurios de lo que iban a ser todas las sesiones del Congreso.
Como ya he dicho, los cursos precongreso fueron un excelente "aperitivo" de lo que vendría después, se pudo "tapear" con diversos temas atractivos, que iban desde la maduración espermatogénica in vitro, pasando por los nuevos criterios de la Organización Mundial de la Salud en la valoración seminal, hasta la controversia de la actitud del clínico ante el varicocele. El "reparto" era absolutamente sugerente, con la participación de los andrólogos más destacados, Bishop, Nagano, Bassas, Rapjpert de Meyts, Simoni, Krausz, McLachlan, Cooper, Turek, Nieschlag, Vermaeve, Schelegel, Hargreave y Puigvert. Con unos ponentes de esta talla no era nada sorprendente el interés y el éxito que despertaron estos cursos, que probablemente pasarán a la historia de cómo deben diseñarse este tipo de programas, una vez más mérito del eficaz Comité Científico.
Al inicio de la tarde se celebró la ceremonia oficial, con una conferencia magistral, que resultará inolvidable para todos los que tuvimos la suerte de asistir, en la que David Page supo demostrar, una vez más, que el alto nivel científico y docente no deben estar reñidos con la simpatía y el buen humor. Finalmente, nuestros colegas de la Orquesta Ars Medica, a los que estamos profundadamente agradecidos, pusieron el broche de oro a las sesiones formales de esa primera jornada.
Las jornadas siguientes fueron consecuentes con la primera y el altísimo nivel científico obtuvo la respuesta de una muy numerosa asistencia de entusiastas delegados, que llenaba las salas y que creemos satisficieron en todo momento sus expectativas, incluso las de los más exigentes.
Pero tampoco fallamos en lo lúdico. Así, el lunes día 9 tuvo lugar la cena del Congreso, con más de 600 asistentes y que tuvo lugar en el mismo hotel y escenario, donde hace más de 30 años se celebró la Reunión Andrológica que dio origen a la ISA. Este recuerdo nostálgico no deslució en absoluto la velada, con un menú alagado por los más exigentes en el arte culinario, cena que finalizó con un alegre y amigable ambiente festivo, como no podía ser menos.
Finalmente, el día 10 de marzo, ya clausuradas las jornadas del ICA, se inauguraba de forma ya más relajada y entre amigos el programa "hispano", perfectamente elaborado por los delegados del Comité Científico conjunto de la Asociación Española de Andrología (ASESA) y ANDRO, que bajo la dirección de Antonio Martín-Morales supieron estar a la altura que exigían las circunstancias, tarea nada fácil, aún menos después de celebrarse un evento internacional. Sin lugar a dudas, también fue un gran éxito, con un programa de gran nivel y que logró, una vez más, unir y hermanar a los andrólogos iberoamericanos. El broche de oro fue la cena que organizó la ASESA, en la que una vez más, y como ya es tradicional, se unieron los ricos y variados "sabores" de la cocina hispano-criolla con los sones de los ritmos caribeños, que animaban el alegre ambiente que se creó, regado por ron y cachaça. Todo esto ocurría en un encantador marco a orillas del cautivador mediterráneo y con unas vistas romántica de la encantadora noche estrellada barcelonesa.
Como responsable del Comité Organizador, no quisiera alargar excesivamente esta "crónica", pero no sería de justicia acabarla sin agradecer a mis compañeros su inestimable ayuda, sus ánimos en algunos momentos difíciles, a la Secretaría Técnica su gran colaboración y su eficaz profesionalidad, a todos los ponentes su esfuerzo y trabajo, también a la industria farmacéutica, sin cuya colaboración no hubiera sido posible este evento y, finalmente, a todos los delegados asistentes, ya que sin duda son ellos la clave real del éxito.
Finalmente, y para acabar, deseo expresar mi gratitud a los que creyeron en nuestro ambicioso proyecto, al tiempo que desde estas líneas quisiera testimoniar nuestro recuerdo agradecido a los que nos precedieron y enseñaron en este camino andrológico y que, lamentablemente, no pudieron estar presentes para disfrutar de la consecuencia del trabajo iniciado por ellos. Nuestra gratitud, cariño y agradecimiento seguirán siempre muy vivos en nuestros corazones.