En nuestro último congreso nacional en Palma, se celebró un justo y reconocido homenaje al Dr. Simón Marina Avendaño, algunos se pueden preguntar qué motivos tuvo la Junta Directiva para consensuar dicho homenaje, ya que afortunadamente el Dr. Marina sigue en ejercicio y en plenitud de facultades y, tal vez, en nuestra cultura, nos han acostumbrado a celebrar los reconocimientos al final de una etapa y en demasiadas ocasiones, al final de una vida, con lo que lógicamente no tan sólo el protagonista no lo disfruta, sino que además los asistentes se ven privados de la correspondencia del homenajeado y la alegría de celebrar conjuntamente dicha satisfacción, aún más cuando se trata del reconocimiento público a los evidentes méritos de un amigo.
Por todo ello, personalmente tengo la convicción de que los homenajes deben disfrutarse en los momentos más álgidos de la trayectoria de un profesional y, por lo tanto, comparto con la Junta Directiva de ASESA de que ya era el momento de reconocer al Dr. Marina lo que ha hecho y hace por la andrología tanto nacional como internacional.
Hacer un breve paseo por la trayectoria profesional del Dr. S. Marina es hacer un repaso a la historia de la andrología española que, en este caso, va paralela a la de más allá de nuestras fronteras, ya que es aquí, en España, donde se realizaron las reuniones que darían origen al I Congreso Internacional de Andrología y a la formación de la que hoy es conocida como la Sociedad Internacional de Andrología (ISA), por lo tanto fue en Barcelona donde se concibió el embrión de la andrología mundial.
El 15 de septiembre de 1970 fue un día clave en la vida profesional del Dr. S. Marina, ya que fue cuando la Fundación Puigvert contrató a este ya inquieto y ambicioso endocrinólogo gaditano, de tan sólo 29 años, para colaborar estrechamente con un hombre de gran inteligencia, trato afable y muy querido por todos, el entrañable Dr. José M. Pomerol, creador de la Unidad de Andrología de la Fundación.
El tándem Pomerol-Marina fue imparable y, fruto de su buen trabajo y colaboración, ellos lograron que Barcelona fuera el centro mundial de la andrología, como así se ha reconocido años después con la celebración en 2009 del 9.° Congreso Internacional de Andrología en esa ciudad.
A principios de los ochenta, y tras diversas reuniones, en el Colegio de Médicos de Barcelona, con un grupo de médicos con inquietudes andrológicas, entre los que tuve el honor de encontrarme, se originó la Asociación Española de Andrología, cuyo primer presidente electo fue el Dr. J.M. Pomerol y en cuya Junta Directiva el Dr. S. Marina fue elegido secretario, para ocupar la presidencia en la siguiente Junta Directiva elegida en 1985.
Los méritos profesionales del Dr. S. Marina son innumerables; se relacionó con los profesores y maestros más destacados de la andrología mundial, tales como el ya mentado Pomerol, Mancini, los matrimonios Steinberger y Schoysman, Bedford, Egozcue y un largo etcétera de personalidades que fueron interaccionando y enriqueciendo los conocimientos y la personalidad del Dr. S. Marina.
No cabe duda de que entre algunas de las características que podrían definir al Dr. S. Marina destaca su carácter pionero y emprendedor, que lo ha llevado a asumir empresas y riesgos, según razonados argumentos; así estuvo entre los iniciadores de la FIV en España, creó el primer banco de espermatozoides en nuestro país, inició las técnicas de reproducción asistida para parejas serodiscordantes, y un largo etc.
Hoy el Dr. Simón Marina sigue al frente de un prestigioso centro de reproducción y cuenta con la muy valiosa colaboración de su hijo David y su sobrino Fernando, con los que parece asegurarse la continuidad de la saga de los Marina en la andrología.
Pero cuando se habla de una persona de las cualidades humanas del Dr. S. Marina, sería injusto no mencionar su carácter alegre y afectivo y su inteligente sentido del humor, lo que, sin duda, ayudó a crear el amigable ambiente que preside y define a ASESA.
Estas líneas pretenden reflejar el sincero agradecimiento de ASESA por su esfuerzo y sus enseñanzas, que no se limitan al campo de la ciencia, ya que, si es preciso y la ocasión lo requiere, Simón es capaz de bajar al ruedo, enfrentándose a todo "riesgo" y nos brinda con maestría unos pases toreros ante un bravo novillo, en una plaza de toros, con su público entregado y aclamándole, como recordamos los ya menos jóvenes de nuestra querida ASESA.
Toda esta gratitud y este afecto quedaron bien patentes en el cálido, justo y entrañable homenaje que se le dispensó en nuestro Congreso, que una vez más, nos permitió constatar el carácter de "leyenda viva", cuando escuchamos entonar al Dr. Pedro Gutiérrez el ya conocido "Simón Marina, Simón, voz de toda la andrología, que te sigue como guía, vamos de nuevo Simón...", remedando el canto que el grupo canario Los Sabandeños le dedicó a Simón Bolívar, o al Dr. Fran Juárez que, a su vez, y plagiando y versionando a Antonio Machado, declamaba:
"Anoche cuando dormía soñé,
¡bendita ilusión!,
que un espermio no corría...
y lo empujaba Simón
y fue tal el empujón
y puso tal valentía
que aquella matriz baldía
se convirtió en barrigón"
Simón, en ASESA nos sentimos orgullosos de tenerte como miembro de honor de nuestra asociación, y los que además gozamos del privilegio de tu amistad, que sin duda somos una gran mayoría, deseamos expresarte una vez más nuestro agradecimiento y cariño, con el sincero deseo de que sigas ayudándonos, enseñándonos y asesorándonos durante muchísimos años.
Correo electrónico: 8658jlb@comb.es (J.L. Ballescà)