Lorenzo, amigo
Somos muchos los que compartimos momentos entrañables con Lorenzo, y es difícil reflejar a través de un texto su carisma personal, especialmente si quien intenta poner las palabras no es un experto en expresión escrita. Para ser sincero, se me escapa de entre los dedos según recorro las líneas de su biografía que nunca sé bien dónde comienzan o por qué acaban donde acaban, y en compilar recuerdos que no sé a ciencia cierta qué describen o en qué se inspiran. Tengo que confesar que me siento superado por el aluvión de sensaciones que se me viene encima, abrumado por lo que Lorenzo significa, no sólo para mí, sino para muchos amigos y compañeros que lo respetamos, lo admiramos y, sobre todo, lo queremos.
Al conocer la gravedad de su dolencia, se hizo de un cuaderno, a modo de diario, con unas anotaciones en el texto de un poema de Borges, "yo fui una de esas personas que vivió sensata y prolíficamente cada minuto de su vida; claro que tuve momentos de alegría. Pero si pudiera volver atrás trataría de tener solamente buenos momentos. Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, sólo de momentos; no te pierdas el ahora". Y continúa, "si pudiera vivir nuevamente mi vida trataría de cometer más errores, no intentaría ser tan perfecto, me relajaría más".
Lorenzo Guirao, su trayectoria
Su trayectoria política y profesional siempre estuvo en perfecta congruencia con ese proverbio que dice: "cuanto más se sabe, menos se cree". Así ha extraído del binomio básico sociedad-política ingeniosas valoraciones que una y otra vez alumbraron ideas en quienes le han oído o leído. Le han sobrado ideas en un mundo tantas veces falto de ellas. Poseía, además, una enorme capacidad de trabajo, adornada a menudo de anécdotas y de ironía. Ironía tantas veces crítica sin ser malévola y quizás calificable mejor como "escepticismo realista" en un entorno complicado, como lo es la responsabilidad política de un alto cargo de la Administración Pública. Dada su condición, años después de abandonar los cargos de responsabilidad política decía que "perdono que me vilipendiaran, que me vituperaran y que sufriese acoso moral y judicial después de ser alto cargo, pero reivindico el respeto a la mayoría de la clase política y de los altos cargos de la Administración que hacen una labor imprescindible y nunca adecuadamente considerada ni recompensada".
A partir de esa actitud suya, son también muchos los que han aprendido las esencias del respeto a los otros, del culto a la tolerancia, de la fidelidad a la verdad. Por eso, Lorenzo Guirao despierta sentimientos imperecederos de admiración y gratitud.
Lorenzo Guirao, un médico preocupado y provocador
Como médico, el Dr. Guirao ha sido querido y admirado por sus pacientes y por sus colegas, con una visión progresista de la atención a los problemas de salud. Él mismo se autodefinía como "médico de mi barrio, de mi calle, de Alguazas (entre dos aguas)" donde ha ejercido durante 22 años y en donde como reconocimiento a la trayectoria que realizó le designaron pregonero de las fiestas en 2005. Gran comunicador, disfrutaba explicando con anécdotas y ejemplos mundanos las cuestiones más delicadas, consiguiendo desdramatizar los momentos más duros.
Lorenzo Guirao fue un médico preocupado por acercar los avances de la ciencia a la sociedad, y la divulgación científica fue uno de sus muchos objetivos. Consideraba que tanto profesionales sanitarios como pacientes deben saber para poder opinar con responsabilidad a partir del conocimiento; esto le llevó a ser un provocador con gran sentido común. Defensor convencido de que la clínica y la investigación deberían estar en perfecta simbiosis, formó un equipo de investigación al que vio crecer a lo largo de los años concretándose en la "Asociación para la Investigación de las Disfunciones Sexuales en Atención Primaria". Como presidente de ésta, estimulaba la iniciativa de los miembros de su equipo, promovía la colaboración entre distintos grupos y el trabajo multidisciplinar y, sobre todo, dejaba hacer. No obstante, había que asumir un riesgo: más trabajo.
Su currículum es sencillamente impresionante, imposible de recoger aquí toda la esencia de su obra; quizás quede para una biografía de su vida y de su obra que alguien, algún día, debería realizar. Mientras tanto, ahí van unas cuantas pinceladas: el Dr. Guirao es miembro de ASESA y académico europeo de andrología, pero además ha estado comprometido en diversas sociedades profesionales e institucionales, trabajando en este caso como asesor para el Consejo Interterritorial del Ministerio de Sanidad. Se suele utilizar el número de publicaciones en revistas científicas y textos especializados como indicador de la fructífera carrera de un investigador. En este sentido, llama la atención no sólo la cantidad sino la calidad de artículos, tanto en el campo de la andrología y salud sexual como en otras múltiples facetas de la atención primaria. Destacar los trabajos en cirugía ambulatoria, incontinencia urinaria, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, asma, hipertensión, diabetes, síndrome metabólico, menopausia, fibromialgia y dolor en procesos osteoarticulares.
Decía Juan Ramón Jiménez que los hombres inteligentes son superiores, pero mucho más superiores son los hombres inteligentes de profundos sentimientos. Después de la breve semblanza como médico humanista que he bosquejado, es evidente que al Dr. Guirao no le faltaba inteligencia por ningún lado, pero al mismo tiempo rebosaba de sentimientos y sensibilidad en todas las vertientes de su personalidad.
Lorenzo Guirao, solidario
Hay supervivencia en el momento en que hay huella, y esta huella en Lorenzo resulta consustancial a su experiencia y al deseo irrenunciable a dar su vida a los demás. Fruto de su empeño por sacar adelante tareas imposibles y hacer su bandera de los que más le necesitaban, recibió el Premio Regional Solidario en el año 2005. Por todo eso, y por tantas otras cosas que se quedan en el tintero, Lorenzo renuncia a la posibilidad de poner un punto final a su historia prefiriendo hacerla avanzar.
Lorenzo Guirao, sus valores
Ante todo, era un hombre de una vitalidad y energía titánicas, con una fuente inagotable de capital intelectual; con una actitud innovadora, creativa y una capacidad de liderazgo difícilmente sustituible. Además, era persona sencilla, humilde y, hasta cierto punto, tímida. Jamás le escuché vanagloriarse de sus enormes méritos; es más, cuando relataba alguna historia o anécdota que guardaba alguna relación con sus cargos o sus labores de alto nivel, pasaba como de puntillas con una levísima referencia rápida y cargada de timidez que apenas se podía captar. Una cualidad que sólo poseen los grandes hombres que no necesitan de autoalabanzas y elogios fáciles.
Disfrutaba con las pequeñas cosas y le gustaba trabajar en la sombra. En los momentos difíciles siempre encontraba una solución imaginativa, lanzaba una idea genial o simplemente desmitificaba el aparente problema con una original sentencia impregnada de fino humor. Se va un hombre que siempre sabía afrontar bien las situaciones, por un lado riguroso, reflexivo y ecuánime, por otro, enormemente caballeroso y portador de una innegable calidad humana.
Entre las cosas ante las que mostraba especial sensibilidad estaban su tierra y los toros. Le preocupaba sobremanera la modernización, el bienestar y la imagen exterior de su ciudad natal, Cieza. Por otro lado, los toros fueron su pasión, y aunque currista convencido (era socio de la peña de Camas), siempre sacaba a colación anécdotas desde Juan Belmonte a Cesar Girón, aunque en este último caso para decir que "yo nunca recordaré a la salida al ruedo y ante el miedo escénico eso de ¡cornás pa tos!". A nosotros nos toca recordar que Lorenzo siempre ha sido "genio y figura" y ahora que inicia una nueva singladura le aclamamos con ¡suerte maestro!
Lorenzo detestaba la tristeza, quizá por ello, a pocos días de irse para siempre, aún esgrimía una sonrisa que nos sirve, sin duda, como otra lección magistral de un ser humano ciertamente excepcional. Su presencia siempre irradiaba seguridad y paz, y con ese sentimiento lo recordaremos siempre.
Al final y en sus propias palabras "ya vendrá el verano que dejará mi curso ¡nos reuniremos consumándonos, viviremos queriéndonos y moriremos llorándonos!".
Murcia a 12 de septiembre de 2009
Uno de sus amigos y colaboradores:
Luis García-Giralda Ruiz
Médico de Atención Primaria y socio de ASESA.