La satisfacción sexual y las actitudes positivas hacia el uso del preservativo favorecen el uso del mismo. El objetivo general de este estudio es la evaluación y análisis de la relación entre la satisfacción sexual, las actitudes hacia el uso del preservativo y el uso del preservativo en adolescentes. Los participantes son 1504 adolescentes españoles escolarizados de ambos sexos (48.40% varones, 51.60% mujeres). Se trata de un estudio descriptivo de poblaciones mediante encuestas con muestras probabilísticas, de tipo transversal. En varones, una mayor actitud positiva hacia el uso del preservativo predice una mayor probabilidad de uso del mismo en la primera relación sexual vaginal y anal. La satisfacción sexual de la pareja predice una mayor probabilidad de uso del preservativo en la primera relación sexual oral, y la satisfacción sexual sobre la sintonía de la pareja se asocia con una menor probabilidad de uso del preservativo en la primera relación sexual oral. En mujeres, una mayor satisfacción sexual personal predice una mayor probabilidad de no haber utilizado el preservativo en la primera relación sexual vaginal. Además, en las mujeres, una mayor satisfacción sexual sobre la sintonía de la pareja incrementa las probabilidades de haber utilizado el preservativo en el debut sexual vaginal. Los porcentajes de varianza explicada son bajos. Se recomienda que en futuros estudios se analicen factores socioculturales relacionados con los roles de género que pudieran estar influyendo en las asociaciones entre la satisfacción sexual, las actitudes hacia el uso del preservativo y el riesgo sexual en adolescentes.
Sexual satisfaction and positive attitudes toward condom use promote its use. The main aim of this paper is to assess and analyze the relationship between sexual satisfaction, attitudes toward condom use, and condom use amongst adolescents. The participants were 1504 Spanish school adolescents of both sexes (48.40% male, 51.60% female). A descriptive study was conducted using cross-sectional surveys with probabilistic samples. An increased positive attitude towards condom use in males predicts higher likelihood of condom use in the first vaginal and anal intercourse. Partner sexual satisfaction predicts an increased likelihood of condom use in the first oral sexual intercourse. In addition, sexual satisfaction related to harmony with the partner is associated with a lower likelihood of condom use in the first oral sexual relationship. In females, greater personal sexual satisfaction predicts higher likelihood of not having used a condom in the first vaginal intercourse. Furthermore, higher sexual satisfaction in females – related to harmony with the partner – increased the likelihood of having used a condom during the first vaginal intercourse. The percentages of explained variance are low. It is recommended that future studies analyze sociocultural factors related to gender roles that may be influencing the associations between sexual satisfaction, attitudes toward condom use, and sexual risk amongst adolescents.
El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y las infecciones de transmisión sexual (ITS) constituyen importantes problemas sanitarios y sociales. Del total de nuevas infecciones por el VIH que se produjeron en un día en el año 2012, el 39% correspondían a jóvenes de entre 15 y 24 años (Joint United Nations Programme on HIV/AIDS [UNAIDS], 2013). Del total de los nuevos diagnósticos de VIH realizados en España durante el año 2012, el 44% se dieron en jóvenes de entre 15 y 34 años (Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad & Instituto de Salud Carlos III, 2013). Con respecto a las ITS, en Europa, la mayoría de los jóvenes sexualmente activos se encuentran en riesgo de infección por clamidia, y las mujeres menores de 24 años son las que registran el mayor número de infecciones (European Centre for Disease Control and Prevention, 2014). En España, según un informe publicado a finales del año 2013, el 41% de los casos de gonorrea diagnosticados en el año 2011 se produjeron en personas de entre 25 y 34 años, y el 65% de los casos de clamidia se diagnosticaron en jóvenes de entre 20 y 34 (Centro Nacional de Epidemiología. Instituto de Salud Carlos III, 2013).
El VIH es una infección que se transmite mayoritariamente por vía sexual, por lo tanto, es necesario implantar y reforzar actuaciones eficaces para prevenir la transmisión por esta vía (Díez, Oliva, Sánchez, Vives, Cevallos, & Izquierdo, 2012). Para su prevención, es necesario profundizar en el conocimiento de los factores que influyen en el uso o no del preservativo. Un uso correcto y sistemático del mismo es la mejor forma de prevenir las ITS y el VIH cuando se tienen relaciones sexuales. Respecto al uso del preservativo, en un estudio con una muestra representativa de adolescentes españoles, realizado por Teva, Bermúdez y Buela-Casal (2009), se destaca que el 10.8% de las mujeres y el 12.4% de los varones no utilizaron ningún método anticonceptivo en la primera relación sexual, y si se tenía en cuenta la relación sexual más reciente, los porcentajes se incrementaban: el 17.1% de las mujeres y el 13.7% de los varones no había usado ningún método anticonceptivo.
Por su parte, García-Vega, Menéndez Robledo, Fernández García y Cuesta Izquierdo (2012) hallaron porcentajes similares; encontraron que el 10.5% no utilizó ningún método anticonceptivo en la primera relación sexual. En otro estudio actual, Teva, Bermúdez, Ramiro y Ramiro-Sánchez (2013) observaron en adolescentes españoles que el 16.2% de los varones y el 13.9% de las mujeres no utilizaron el preservativo en la primera relación sexual, y que el 33.5% de los varones y el 38.4% de las mujeres hicieron un uso inconsistente del preservativo en las relaciones sexuales vaginales mantenidas en los dos últimos meses.
Algunos modelos explicativos como la Teoría de la Acción Planificada (Ajzen, 1991) y el Modelo de Creencias sobre la Salud (Rosenstock, 1974) conceden especial relevancia a factores de tipo cognitivo y afectivo (por ejemplo, los conocimientos, las creencias y las actitudes) que determinarían la ejecución de conductas de reducción del riesgo para la salud. Según la Teoría de la Acción Planificada (Ajzen, 1991), se considera que la actitud se determina por la evaluación positiva o negativa que hace la persona acerca de las consecuencias de realizar un comportamiento determinado y constituye una tendencia aprendida para dar respuesta del mismo modo a un objeto o situación (Ajzen & Fishbein, 1975).
Desde esta perspectiva, las actitudes favorables hacia las conductas de riesgo favorecerían la implicación en las mismas (López Larrosa & Rodríguez-Arias Palomo, 2010). Una conducta de riesgo sexual es no usar el preservativo, y las actitudes hacia el mismo son uno de los factores que influyen en su empleo. Así, las actitudes positivas hacia el uso del preservativo se han asociado con su uso habitual (Castro, Bermúdez, Buela-Casal, & Madrid, 2011; Giménez-García, Ballester-Arnal, Gil-Llario, Cárdenas-López, & Durán Baca, 2013; Reis, Ramiro, Gaspar Matos, & Alves Diniz, 2013; Ŝtulhofer, Graham, Boziĉević, Kufrin, & Ajdukovic, 2007) y constituyen uno de los mejores predictores de la intención del uso del preservativo (Newby, Brown, French, & Wallace, 2013).
Otro factor que puede ser importante por su influencia en el uso del preservativo es la satisfacción sexual. Esta se considera un derecho sexual del individuo y un componente clave de la sexualidad (Sánchez-Fuentes, Santos-Iglesias, & Sierra, 2014). Entre las diversas definiciones de la satisfacción sexual cabe destacar la propuesta por Lawrance y Byers en 1995 (véase también Byers, Demmons, & Lawrance, 1998), según la cual la satisfacción sexual se refiere a la respuesta afectiva que surge a partir de la evaluación subjetiva que hace el individuo acerca de las dimensiones positivas y negativas asociadas con su relación sexual. Por su parte, Rodríguez (2010) tuvo en cuenta también la comunicación verbal y no verbal con la pareja.
Así, podría afirmarse que la satisfacción sexual es un concepto amplio que incluye facetas relacionadas con la calidad de la relación de pareja y el ejercicio sexual, entre otras. En el desarrollo de una sexualidad saludable en los adolescentes, se ha considerado que es esencial el estudio de la satisfacción sexual y se ha puesto de manifiesto que tener vínculos afectivos con la pareja con la que se mantienen los primeros contactos sexuales se relaciona con una mayor satisfacción sexual (Higgins, Trussell, Moore, & Davidson, 2010).
Con respecto a las asociaciones entre satisfacción sexual y conducta sexual, se ha destacado que aquellos adolescentes que mantenían relaciones sexuales con más frecuencia, tenían un menor número de parejas sexuales y usaban el preservativo estaban más satisfechos a nivel sexual (Auslander, Rosenthal, Fortenberry, Biro, Bernstein, & Zimet, 2007). Otros estudios realizados en España se encuentran en la misma línea y muestran una asociación positiva entre el uso del preservativo y la satisfacción sexual en jóvenes (Lameiras, Núñez, Carrera, & Rodríguez Castro, 2008). Asimismo, se ha destacado que el uso de métodos anticonceptivos estaría determinado, en parte, por su influencia sobre la satisfacción sexual y el placer (Ruiz-Muñoz, Wellings, Castellanos-Torres, Álvarez-Dardet, Casals-Cases, & Pérez, 2013), por lo que si el individuo percibe que el uso del preservativo interfiere en su satisfacción sexual, no lo usaría.
Por otra parte, otros investigadores han observado en mujeres adolescentes que cuanto mayor era su satisfacción sexual, mayor era la frecuencia de las relaciones sexuales vaginales y de sexo no protegido (Sales, Smearman, Brody, Milhausen, Philibert, & DiClemente, 2013). Existen, por tanto, resultados contradictorios con respecto a la asociación entre la satisfacción sexual y la conducta sexual en adolescentes. Es más, a pesar de la importancia de esta variable, los estudios que evalúan la satisfacción sexual en adolescentes son escasos (Carpenter, 2010; Sánchez-Fuentes et al., 2014).
Se considera relevante analizar la actitud positiva hacia el uso del preservativo y la satisfacción sexual en muestras representativas de adolescentes debido a la escasez de estudios que evalúen ambas variables en este tipo de muestras. Por tanto, los objetivos del presente trabajo son:
- •
Analizar en población adolescente, las relaciones entre la actitud hacia el uso del preservativo, la satisfacción sexual y el riesgo en las relaciones sexuales vaginales, anales y orales en varones y mujeres.
- •
Analizar en población adolescente, la relación entre la actitud hacia el uso del preservativo y el uso del mismo en la primera relación sexual vaginal, anal y oral en varones y mujeres.
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Analizar en población adolescente, la relación entre la satisfacción sexual y el uso del preservativo en la primera relación sexual vaginal, anal y oral en varones y mujeres.
Por último, mencionar que en la redacción del presente trabajo se han tenido en cuenta, en la medida de lo posible, las normas propuestas por Hartley (2012).
MétodoParticipantesEn el estudio participaron 1504 adolescentes de entre 14 y19 años (Media edad = 16.30; desviación típica [DT] = 1.01). Del total de la muestra, un 48.40% eran varones y el 51.60%, mujeres. En la tabla 1 se recoge una información más detallada de las características sociodemográficas de la muestra.
Distribución de la muestra en función de diversas características sociodemográficas
Características | Varones (n=728) | Mujeres (n=771) | Total (n=1504) | |||
---|---|---|---|---|---|---|
n | % | n | % | n | % | |
Edad | ||||||
14 | 5 | 0.70 | 5 | 0.70 | 10 | 0.70 |
15 | 155 | 21.30 | 192 | 25.00 | 347 | 23.00 |
16 | 255 | 35.10 | 264 | 34.30 | 521 | 34.80 |
17 | 222 | 30.60 | 207 | 26.90 | 431 | 28.80 |
18 | 81 | 11.20 | 94 | 12.20 | 175 | 11.70 |
19 | 8 | 1.10 | 7 | 0.90 | 15 | 1.00 |
Orientación sexual | ||||||
Heterosexual | 703 | 97.10 | 738 | 96.10 | 1.445 | 96.50 |
Homosexual | 8 | 1.10 | 4 | 0.50 | 12 | 0.80 |
Bisexual | 8 | 1.10 | 25 | 3.30 | 33 | 2.20 |
Dudoso | 5 | 0.70 | 1 | 0.10 | 7 | 0.50 |
Experiencia sexual | ||||||
Sin experiencia sexual | 131 | 18.00 | 121 | 15.70 | 255 | 17.00 |
Experiencia sexual sin penetración | 276 | 37.90 | 281 | 36.40 | 558 | 37.10 |
Experiencia sexual con penetración | 321 | 44.10 | 369 | 47.90 | 691 | 45.90 |
Existen siete casos perdidos sobre los que no se informó de la orientación sexual; cinco casos perdidos sobre los que no se informó de la edad, y cinco casos perdidos sobre los que no se informó del sexo.
Para la recolección de datos sociodemográficos y de conducta sexual, se seleccionaron una serie de preguntas basándose en investigaciones previas (e.g., Teva et al., 2009). Se planteó una cuestión para distinguir a los adolescentes en función de su experiencia sexual (sin ningún tipo de experiencia sexual, experiencia sexual sin penetración, experiencia sexual con penetración). Los adolescentes que tenían experiencia sexual con penetración contestaban a las siguientes preguntas sobre conducta sexual:
- -
“La primera vez que tuviste sexo vaginal, ¿usasteis condón?”
- -
“En los últimos dos meses, ¿con cuántos chicos/as diferentes has tenido sexo vaginal?”
- -
“En los últimos dos meses, ¿cuántas veces, en total, has tenido sexo vaginal?”
- -
“De las veces que has tenido sexo vaginal, en los últimos dos meses, ¿cuántas veces usasteis condón?”
Este mismo tipo de cuestiones se plantearon en el caso del sexo anal. Con respecto al sexo oral, las preguntas fueron las siguientes:
- -
“La primera vez que tuviste sexo oral, ¿usasteis condón?”
- -
“En los últimos dos meses, ¿a cuántos chicos/as diferentes les has hecho sexo oral?”
- -
“En los últimos dos meses, ¿cuántas veces, en total, le has hecho sexo oral a un chico/a?”
- -
“De las veces que has hecho sexo oral, en los últimos dos meses, ¿cuántas veces usasteis condón?
Se calculó el índice de riesgo vaginal (IRV) en los últimos dos meses a partir de la siguiente fórmula (Bermúdez, Castro, Madrid, & Buela-Casal, 2010):
Donde NRV = número de relaciones sexuales vaginales mantenidas en los dos últimos meses; NRVP = número de relaciones sexuales vaginales con preservativo en los dos últimos meses; NP = número de parejas sexuales distintas en los dos últimos meses. Se utilizó esta misma fórmula para calcular los índices de riesgo anal y oral en los dos últimos meses. Si el índice de riesgo es = 0, se considera que no hay riesgo, y si el índice es > 0, se considera que hay riesgo.
Cuestionario sobre actitudes hacia el uso del preservativoAlgunos ejemplos de ítems de este cuestionario (Wingood & DiClemente, 1998) son: “Me parecería bien si mi pareja planteara la idea de usar un condón”; “Los condones te dan la sensación de seguridad”. Se realizó y utilizó una adaptación al castellano de este cuestionario. Este instrumento consta de ocho ítems con cinco alternativas de respuesta que van desde nada de acuerdo hasta completamente de acuerdo. El rango de puntuaciones oscila entre 8 y 40. El alfa de Cronbach en la presente muestra es de .64.
Cuestionario de satisfacción sexualSe llevó a cabo y utilizó una adaptación del cuestionario (DiClemente, Young, Painter, Wingood, Rose, & Sales, 2012) al castellano. Consta de seis ítems con una escala de respuesta tipo Likert que va desde nada importante hasta extremadamente importante. Algunos ejemplos de ítems son: ¿Cómo de importante es o sería para tu felicidad sexual que estés satisfecho/a sexualmente?; ¿cómo de importante es o sería para tu felicidad sexual que te sientas conectado/a con tu pareja como resultado de vuestras relaciones sexuales? Está formado por tres subescalas teóricamente independientes, con dos ítems cada una de ellas: (a) satisfacción sexual personal, que evalúa la necesidad de sentirse satisfecho sexualmente (α=.76); (b) satisfacción sexual de la pareja, que evalúa la necesidad de que esta se encuentre sexualmente satisfecha (α=.73), y (c) satisfacción sexual de la sintonía/conexión entre la pareja, que evalúa la necesidad de sintonía entre la pareja en la actividad sexual para la propia satisfacción sexual (α=.71). El rango de puntuaciones en cada subescala oscila entre 0 y 8, siendo el alfa de Cronbach en la presente muestra para la escala total de .85.
El cuestionario de actitudes hacia el uso del preservativo y el de satisfacción sexual se adaptaron lingüísticamente al castellano, dado que la redacción en su versión original estaba en inglés. En una primera fase, se realizó el proceso de traducción-retrotraducción de los ítems al castellano. Posteriormente, los ítems fueron revisados por diez jueces españoles expertos en sexualidad y adolescentes, que indicaron si el ítem se comprendía correctamente, o los cambios que se debían realizar. Una vez se llegó al 100% de acuerdo entre los jueces, los instrumentos fueron sometidos a evaluación por un grupo de adolescentes, a través de un grupo focal, a los que se les preguntaba sobre su comprensión de los ítems.
ProcedimientoLos participantes se seleccionaron mediante un muestreo aleatorio estratificado con afijación proporcional según la comunidad autónoma de España (17 comunidades autónomas y dos ciudades autónomas) y el tipo de centro educativo (público o privado). El tamaño de la muestra es representativo con un nivel de confianza del 97% y con un error de estimación del 3%. Los centros educativos a los que se acudió para recoger los datos se seleccionaron al azar a partir del registro estatal de centros docentes no universitarios.
Tras la selección de los centros, se contactó mediante correo electrónico y telefónicamente con los directores o jefes de estudios de los mismos. La selección de las aulas dentro de los centros de enseñanza se realizó en función de la disponibilidad. Los estudiantes cumplimentaron los cuestionarios en las aulas de sus centros de enseñanza durante las horas lectivas y se les proporcionó a todos las mismas instrucciones e información sobre el estudio. Los estudiantes guardaban una distancia física prudencial unos de otros de forma que no pudieran observar las respuestas de los compañeros ni ser observados.
Igualmente, el investigador encargado de la evaluación se situaba a distancia, acercándose a los alumnos únicamente en caso de que estos lo solicitasen para plantearle alguna duda. Se obtuvo el consentimiento informado por parte de los directores o tutores de los alumnos en los centros escolares y se informó a los estudiantes de que su participación era voluntaria y que sus respuestas eran confidenciales y anónimas.
Se trata de un estudio descriptivo de poblaciones mediante encuestas con muestras probabilísticas, de tipo transversal. Por último, el Comité de Ética en Investigación Humana de la Universidad de Granada (España) aprobó el estudio.
ResultadosDiferencias en los índices de riesgo, en la actitud positiva hacia el uso del preservativo y en la satisfacción sexual en función del sexoEn primer lugar, se calcularon los índices de riesgo vaginal, anal y oral, tal y como se comentó con anterioridad, para realizar posteriores análisis de regresión. En las mujeres, se halló que el IRV tenía una media de 0.23 (DT=0.57); en varones, la media era de 0.21 (DT=0.79) (t [627]=−0.25; p =.80). En el caso del índice de riesgo anal, la media en mujeres fue de 0.34 (DT=0.47) y en varones, de 0.28 (DT=0.75) (t (100)=−0.45; p=0.65); en cuanto al índice de riesgo oral, en mujeres la media fue de 0.79 (DT= 0.84) y en varones, de 0.77 (DT=1.05) (t [485] = −0.25; p =.80). Por tanto, no se hallaron diferencias significativas en los índices de riesgo vaginal, anal y oral en función del sexo.
Tras la obtención de los índices de riesgo, se calcularon las medias de las puntuaciones en la actitud positiva hacia el uso del preservativo y de las tres subescalas de satisfacción sexual. Se analizó si existían diferencias en dichas variables en función del sexo (tabla 2). Como se puede observar en dicha tabla, las mujeres tenían una mayor actitud positiva hacia el uso del preservativo y una mayor satisfacción sexual sobre la sintonía de la pareja en comparación con los varones. Por su parte, los varones mostraron mayores puntuaciones que las mujeres en satisfacción sexual personal y satisfacción sexual de la pareja.
Diferencias de medias en la actitud positiva hacia el uso del preservativo y los factores de satisfacción sexual en función del sexo
Varones (n=728) | Mujeres (n=771) | Comparación por sexo | d Cohen | Total (N=1504) | |
---|---|---|---|---|---|
Media (DT) | Media (DT) | t (gl) | Media (DT) | ||
Actitud positiva hacia uso del preservativo | 33.60 (4.41) | 35.36 (3.71) | −8.35 (1.423.65)* | −0.43 | 34.49 (4.61) |
Satisfacción sexual personal | 5.39 (1.77) | 4.97 (1.72) | 4.67 (1.497)* | 0.24 | 5.17 (1.76) |
Satisfacción sexual de la pareja | 6.12 (1.67) | 5.54 (1.65) | 6.82 (1.497)* | 0.35 | 5.82 (1.68) |
Satisfacción sexual sobre la sintonía de la pareja | 5.78 (1.66) | 6.31 (1.53) | −6.40 (1.497)* | −0.33 | 6.05 (1.63) |
DT: desviación típica; t: valor del estadístico t de student; gl: grados de libertad.
Para el análisis de la influencia de la actitud positiva hacia el uso del preservativo y de las diferentes medidas de satisfacción sexual (personal, de la pareja y de la sintonía con la relación) sobre los índices de riesgo, se empleó la regresión lineal. Se realizó una regresión por cada uno de los índices de riesgo (vaginal, anal y oral), de forma separada para ambos sexos. En el IRV, tanto el análisis para varones (F[4, 291] = 2.63; p = .035) como para mujeres (F[4, 336] = 7.24; p < .010) fueron significativos, pese a que el porcentaje de varianza explicada era muy bajo en ambos casos (varones: R2 = 0.02; mujeres: R2 = 0.07). En la tabla 3 se puede observar que, para el grupo de mujeres, la actitud positiva hacia el uso del preservativo era un predictor del IRV, de manera que una mayor actitud positiva hacia el uso del preservativo predecía un menor riesgo vaginal.
Coeficientes estandarizados y valores t de la actitud positiva hacia el uso del preservativo y los factores de satisfacción sexual en regresiones lineales en los índices de riesgo vaginal, anal y oral
Índice de riesgo vaginal | Índice de riesgo anal | Índice de riesgo oral | ||||||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Varones (n=292) | Mujeres (n=337) | Varones (n=56) | Mujeres (n=46) | Varones (n=259) | Mujeres (n=228) | |||||||
Beta | t | Beta | t | Beta | t | Beta | t | Beta | t | Beta | t | |
Actitud positiva hacia el uso del preservativo | −0.1 | −1.73 | −0.19*** | −3.61 | −0.34** | −2.73 | 0.1 | 0.063 | −0.11 | −1.72 | −0.99 | −1.49 |
Satisfacción sexual personal | 0.08 | 1.14 | 0.12 | 1.63 | 0.04 | 0.26 | 0.24 | 1.14 | −0.03 | −0.40 | 0.05 | 0.54 |
Satisfacción sexual de la pareja | 0.11 | 1.46 | 0.09 | 1.24 | −0.25 | −1.47 | −0.25 | −1.07 | 0.18 | 2.24 | 0.06 | 0.67 |
Satisfacción sexual sobre la sintonía de la pareja | −0.28 | −0.28 | 0.03 | 0.55 | −0.13 | −0.83 | 0.26 | 1.53 | 0.03 | 0.44 | −0.10 | −1.37 |
t hace referencia al valor t de Student.
Por lo que respecta al índice de riesgo anal, no se hallaron diferencias estadísticamente significativas en las mujeres, aunque sí en los varones (F[4, 55] = 3.72; p=.01; R2 = 0.17). La actitud positiva hacia el uso del preservativo era la única variable significativa de la regresión. Por tanto, una mayor actitud positiva hacia el uso del preservativo predecía un menor riesgo sexual anal en varones (tabla 3). Lo mismo sucedía en el caso del índice de riesgo en relaciones sexuales orales, donde el modelo en el grupo de mujeres no resultó significativo, pero sí en el grupo de varones (F[4, 258] = 2.91; p=.02; R2=0.03). Sin embargo, en este caso, no existían variables significativas en el modelo (tabla 3).
Valor predictivo de la actitud positiva hacia el uso del preservativo y de la satisfacción sexual sobre el uso del preservativo en la primera relación sexual vaginal, anal y oral en función del sexoPosteriormente, se analizó el uso del preservativo en la primera relación sexual (de tipo vaginal, anal y oral), en varones y mujeres de forma separada. Para ello, se emplearon regresiones logísticas multinomiales incluyendo la actitud positiva hacia el uso del preservativo y las medidas de satisfacción sexual como predictores. Para realizar dichos análisis, el uso del preservativo en la primera relación sexual vaginal, anal y oral se codificó como 1 y no usar el preservativo en dichas relaciones se codificó como 0. En la tabla 4 se presentan los resultados de los análisis de regresión logística multinomial.
Análisis de regresión logística multinomial de la actitud positiva hacia el uso del preservativo, la satisfacción sexual personal, la satisfacción sexual de la pareja y la satisfacción sexual sobre la sintonía de la pareja sobre el uso del preservativo en la primera relación sexual vaginal, anal y oral
Uso del preservativo en la primera relación sexual vaginal | Uso del preservativo en la primera relación sexual anal | Uso del preservativo en la primera relación sexual oral | ||||||||||||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Varones1 (n=314) | Mujeres2 (n=366) | Varones3 (n=63) | Mujeres4 (n=49) | Varones5 (n=293) | Mujeres6 (n=272) | |||||||||||||
Beta | Wald | OR | Beta | Wald | OR | Beta | Wald | OR | Beta | Wald | OR | Beta | Wald | OR | Beta | Wald | OR | |
Actitud positiva hacia el uso del preservativo | 0.11*** | 10.80 | 1.12 | 0.05 | 1.22 | 1.05 | 0.13* | 5.43 | 1.14 | −0.10 | 1.92 | 0.90 | −0.04 | 1.10 | 0.96 | 0.03 | 0.50 | 1.03 |
Satisfacción sexual personal | −0.15 | 1.46 | 0.86 | −0.48** | 8.63 | 0.62 | −0.18 | 0.82 | 0.84 | −0.24 | 0.84 | 0.79 | −0.15 | 1.86 | 0.86 | 0.03 | 0.06 | 1.03 |
Satisfacción sexual de la pareja | −0.15 | 0.91 | 0.86 | 0.24 | 1.78 | 1.27 | 0.22 | 0.76 | 1.25 | 0.27 | 0.64 | 1.32 | 0.34* | 5.37 | 1.40 | −0.15 | 0.83 | 0.86 |
Satisfacción sexual sobre la sintonía de la pareja | 0.09 | 0.52 | 1.09 | 0.29* | 4.12 | 1.34 | 0.00 | 0.00 | 1.00 | −0.39 | 1.66 | 0.68 | −0.25* | 4.30 | 0.78 | 0.14 | 0.83 | 1.15 |
En las pruebas de Wald los grados de libertad son = 1; OR: odds ratio
Respecto al uso del preservativo en la primera relación sexual vaginal, en el grupo de varones, el modelo resultó significativo (x2[4] = 17.45; p=.002) y el porcentaje de varianza explicado fue del 9%. En la tabla 4 se puede observar que la actitud positiva hacia el uso del preservativo era la única variable significativa en el modelo para los varones, de manera que una mayor actitud positiva hacia el uso del preservativo predecía una mayor probabilidad de su uso en la primera relación sexual vaginal (odds ratio [OR] = 1.12).
En el grupo de mujeres también se encontró un modelo significativo (x2[4] = 13.70; p=.008) y con una proporción de varianza explicada de 0,07 para el uso del preservativo en la primera relación sexual vaginal. Así, una mayor satisfacción sexual personal predecía una mayor probabilidad de no haber utilizado el preservativo en la primera relación sexual vaginal (OR = .62). Además, en las mujeres, una mayor satisfacción sexual sobre la sintonía de la pareja predecía una mayor probabilidad de haber utilizado el preservativo en el debut sexual vaginal (OR = 1.34) (tabla 4).
Respecto al uso del preservativo en la primera relación sexual anal, en varones se encontró que el modelo fue significativo (x2[4] = 17.45; p=.002; R2=0.18), siendo la actitud positiva hacia el uso del preservativo la variable significativa dentro del modelo (tabla 4). Así, una mayor actitud positiva hacia el uso del preservativo predecía una mayor probabilidad de su uso en la primera relación sexual anal (OR=1.14). En el grupo de mujeres, el modelo no fue significativo (x2[4] = 4.53; p=.34). Con relación al uso del preservativo en la primera relación sexual oral, en el grupo de mujeres el modelo tampoco fue significativo (x2[4] = 1.93; p = .75), aunque en el grupo de varones el modelo estaba cercano al nivel de significación estadística (x2[4] = 8.44; p=.08; R2=0.05). En el grupo de varones, la satisfacción sexual de la pareja predecía una mayor probabilidad de uso del preservativo en la primera relación sexual oral (OR=1.40), y la satisfacción sexual sobre la sintonía de la pareja se asociaba con una menor probabilidad de uso del preservativo en la primera relación sexual oral (OR=0.78) (tabla 4).
DiscusiónEl uso del preservativo reduce el riesgo de infección por el VIH y otras ITS y es la forma de protección que se utiliza con más frecuencia. Los resultados obtenidos en el presente estudio ponen de manifiesto que la actitud positiva hacia el uso del preservativo se asocia con un menor riesgo sexual vaginal (en mujeres) y anal (en varones). Asimismo, la actitud positiva se relaciona con una mayor probabilidad de uso del preservativo en la primera relación sexual vaginal y anal (en varones) y es más elevada en las mujeres en comparación con los varones. La mayor actitud positiva hacia el uso del preservativo que se observa en las mujeres en comparación con los varones, también se puso de manifiesto en otros estudios (Broaddus, Schmiege, & Bryan, 2011; Muñoz-Silva, Sánchez-García, Martins, & Nunes, 2009; Ŝtulhofer et al., 2007; Vouzounerakis, Moirasgenti, Kavaka, Panagopoulou, & Benos, 2013).
Aunque una mayor actitud positiva hacia el uso del preservativo no implica necesariamente una mayor conducta de uso (Espada, Ballester, Huedo-Medina, Secades-Villa, Orgilés, & Martínez-Lorca, 2013), recientemente en un estudio realizado en España se mostró que la aplicación de un programa de prevención en adolescentes produjo mejoras en las actitudes y se mantuvieron altos niveles de intenciones hacia el uso del preservativo (Espada, Orgilés, Morales, Ballester, & Huedo-Medina, 2012), por lo que es esperable que los adolescentes con actitudes positivas hacia el uso del preservativo lo utilicen, adoptando, por tanto, conductas sexuales saludables.
Los resultados obtenidos se encuentran en la línea de otras investigaciones donde se concluye que las actitudes positivas hacia el uso del preservativo se relacionan con un mayor uso del mismo y constituyen uno de los mejores predictores de dicho uso (Ŝtulhofer et al., 2007). Es más, en adolescentes españoles se ha puesto de manifiesto que la actitud positiva hacia el uso del preservativo predecía la experiencia sexual coital (Castro et al., 2011). La menor actitud positiva de los varones puede deberse a aspectos relacionados con la evaluación negativa que estos realicen sobre el uso del preservativo, por ejemplo, que sientan menos placer si lo usan, la falta de disponibilidad del mismo, etcétera (Martínez-Donate, Hovell, Blumberg, Zellner, Sipan, & Shillington, 2004).
Dado que los preservativos masculinos los utilizan los varones, ello podría suponer una situación de desventaja para la mujer (Lameiras-Fernández, Núñez-Mangana, Rodríguez-Castro, Bretón, & Agudelo, 2007). Esta mayor actitud positiva presente en las mujeres podría emplearse en los programas de prevención de VIH e ITS para fomentar el uso del preservativo tanto masculino como femenino en esta población. Se podría fomentar el desarrollo de las habilidades de negociación con la pareja para el uso del preservativo (Rotheram-Borus, Ingram, Swendeman, & Flannery, 2009) y la comunicación, lo que redundaría en la práctica de sexo seguro, así como en una mejora en la calidad de la relación entre los miembros de la pareja (Paleari, Regalia, & Fincham, 2010).
Respecto a la satisfacción sexual de los adolescentes, en este estudio se encuentra que los varones perciben una mayor necesidad de sentirse satisfechos sexualmente y de que la pareja también se encuentre sexualmente satisfecha. En cambio, las mujeres perciben mayor necesidad de sintonía con la pareja en la actividad sexual, para su propia satisfacción sexual. Estas diferencias entre varones y mujeres se pueden deber a factores y expectativas de tipo sociocultural relacionados con el comportamiento sexual de varones y mujeres (Castellanos-Torres, Álvarez-Dardet, Ruiz-Muñoz, & Pérez, 2013), por ejemplo, que el varón deba satisfacer sexualmente a la pareja, o a ideas y creencias que las mujeres tengan relativas al amor romántico y la pasión (Sánchez, Phelan, Moss-Racusin, & Good, 2012).
Otro aspecto que se debe considerar sería el de las intenciones para tener sexo: mientras que en ellos la intención de mantener relaciones sexuales se relaciona con la atracción física, en ellas se asocia, además, con el amor romántico (Díaz-Loving & Robles-Montijo, 2009). Así, las mujeres adolescentes mantendrían relaciones sexuales por amor y por contentar a la pareja, mientras que los varones lo harían motivados por el deseo (Rodríguez, 2010). De esta manera, se podría evidenciar la presencia de estereotipos y roles de género diferenciados para varones y mujeres con respecto al placer sexual y la satisfacción sexual (Olivier, Van der Meulen, Larkin, Flicker, & Toronto Teen Survey Research Team, 2013).
En futuros estudios deberían contemplarse estos factores y evaluar su relación con la satisfacción sexual, la actitud hacia el uso del preservativo y el uso del mismo en adolescentes, así como las percepciones sobre el uso del preservativo, puesto que la idea de que su uso disminuye la satisfacción sexual motivaría a no utilizarlo (Higgins, Hoffman, Graham, & Sanders, 2008).
Con respecto a los resultados sobre la satisfacción sexual y su influencia en el uso del preservativo, se puede concluir lo siguiente: en las mujeres, la satisfacción sexual sobre la sintonía con la pareja predecía una mayor probabilidad de uso del preservativo en la primera relación sexual vaginal. Así, esa sintonía/conexión con la pareja en la actividad sexual podría estar relacionada con una mayor confianza con la pareja, lo cual favorecería la comunicación entre ambos, y por tanto, un mayor uso del preservativo. En esta línea, la satisfacción sexual se ha relacionado con ciertas características de la interacción de la pareja, como la comunicación entre ellos (Rodríguez, 2010) asociándose con una mayor satisfacción sexual. A su vez, una mayor comunicación con la pareja se ha asociado con un mayor uso del preservativo (DiClemente, Salazar, Crosby, & Rosenthal, 2005).
Además, en el grupo de mujeres se halló que la satisfacción sexual personal se relacionaba con una menor probabilidad de uso del preservativo en la primera relación sexual vaginal. Es posible que las adolescentes percibieran el uso del preservativo como una barrera para la obtención de satisfacción sexual en el ámbito personal, por lo que las probabilidades de usar el preservativo disminuirían. Desde esta perspectiva, uno de los motivos que los jóvenes españoles han referido para no usar el preservativo era que se sentía más cuando no se usaba (Instituto de la Juventud, 2013).
Por otra parte, en los varones, la satisfacción sexual con la sintonía de la pareja disminuía las probabilidades de uso del preservativo en la primera relación sexual oral, mientras que la satisfacción sexual de la pareja incrementaba las probabilidades de usar el preservativo en esa ocasión. Así, no usar el preservativo podría relacionarse con una mayor conexión y confianza con la pareja y, por tanto, con una mayor satisfacción en este ámbito, mientras que se usa el preservativo en las relaciones sexuales orales como forma de satisfacer sexualmente a la pareja. Teniendo en cuenta que en la satisfacción sexual influyen factores tanto individuales como otros relativos al medio social y cultural del individuo (Sánchez-Fuentes et al., 2014), en futuras investigaciones habría que analizar cómo influyen dichos factores en las asociaciones entre la satisfacción sexual y el uso del preservativo en adolescentes, pues pudieran ser variables mediadoras y/o moduladoras de las relaciones entre ambas variables.
Puesto que se ha considerado que las prácticas sexuales constituyen un factor que puede afectar a la satisfacción sexual (Santos-Iglesias, Sierra, García, Martínez, Sánchez, & Tapia, 2009), el tipo de actividad sexual (sexo vaginal, oral, anal) podría ser una explicación de las diferencias mencionadas con anterioridad entre varones y mujeres. Igualmente, las razones para mantener sexo (por ejemplo, emocionales, físicas, etc.) que difieren entre varones y mujeres (Wolf, Morrell, & Halpern-Felsher, 2012) podrían estar en la base de estos resultados, lo cual habría que considerar en futuras investigaciones.
Se destaca que los resultados hallados en el presente estudio deben considerarse con cautela, pues las magnitudes de las varianzas explicadas son, en general, pequeñas. Además, la naturaleza transversal del estudio no permite establecer relaciones de causalidad. Otra limitación es que los datos se han recogido mediante autoinforme, por lo que pudieran existir efectos de deseabilidad social. No obstante, los adolescentes participaron de forma voluntaria y se les garantizó la confidencialidad y anonimato de sus respuestas, lo cual facilitaría que proporcionasen contestaciones veraces. Hasta donde los autores conocen, en la actualidad no existen cuestionarios validados que evalúen la satisfacción sexual en población adolescente española, por lo que son necesarios estudios al respecto.
Al evaluar la relación entre la satisfacción sexual y el uso del preservativo, los resultados ponen de manifiesto las asociaciones existentes entre las subescalas de la satisfacción sexual y las conductas sexuales protegidas en los adolescentes, y se encuentran diferencias significativas en función del sexo y del tipo de práctica sexual en el que se usa el preservativo. Este hecho es importante, pues la satisfacción sexual en adolescentes no ha sido tradicionalmente un tema de estudio frecuente y los estudios sobre el tema son escasos (Carpenter, 2010). En el presente estudio se han analizado aspectos de la satisfacción sexual no evaluados con anterioridad en adolescentes españoles y que aportan conocimiento al respecto. Se recomienda que en futuras investigaciones se analicen variables relativas a las intenciones para mantener sexo y usar el preservativo, así como factores socioculturales relacionados con los roles de género que pudieran estar influyendo en las asociaciones entre la satisfacción sexual, las actitudes hacia el uso del preservativo y el riesgo sexual en adolescentes.
FinanciaciónEste trabajo ha sido realizado gracias a la financiación del Ministerio de Economía y Competitividad. Dirección General de Investigación y Gestión del Plan Nacional de i+D+i (Referencia EDU2009-12545).