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Inicio Revista Médica del Hospital General de México Homenaje al Maestro Dr. Don Fernando Ortiz Monasterio
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Vol. 74. Núm. 2.
Páginas 57-58 (abril 2011)
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Homenaje al Maestro Dr. Don Fernando Ortiz Monasterio
Tribute to Dr. Fernando Ortiz-Monasterio
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Francisco P. Navarro Reynosoa
a Director General del Hospital General de México, Secretaría de Salud
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Hace unos pocos días, asistí al merecidísimo homenaje al Maestro y Doctor Honoris Causa por la UNAM, Fernando Ortiz Monasterio, mejor conocido como FOM.

Puedo decirles que en el Hospital General de México, la figura del Maestro ha sido de gran tradición y que se consolidó a través de los años. Esa figura del maestro que mostraba el mecanismo tradicional y aplicable de la trasmisión de conocimiento, del maestro al alumno, elemento esencial para que la formación de un médico en ciernes o de un especialista. Esa figura era la que los alumnos siempre admiramos, seguimos e imitamos, el roll model de los sajones.

En el libro de pensamientos del Dr. Ignacio Chávez, a propósito del homenaje al Maestro José Terrés, connotado clínico del siglo pasado dice: "Fue el maestro uno de los pocos que en nuestro medio se dedicaron a escribir. Todas sus obras tiene su sello personal inconfundible; no son la simple recopilación de lo que han dicho y repetido los demás, sino la expresión de lo que había pasado por el tamiz de su propia observación y de su crítica, el mérito del maestro no era leyéndolo como mejor podía apreciarse, era oyéndolo exponer su tema, era en el comentario y en la crítica donde su talento alcanzaba su mayor relieve, por una rara fortuna este hombre de tan grandes merecimientos no era un misántropo ni un inadaptado para la lucha, al contrario, trabajó intensamente, revivió e inició congresos, fundó sociedades de beneficencia, impulsó investigaciones científicas, escribió libros, publicó folletos, sustentó conferencias y en todas partes inyectó la energía de su voluntad triunfadora y de su entusiasmo sereno y noble, fue un hombre recto, íntegro, que no ganó nunca complacencias con el engaño. Sabía cuál era su deber y lo cumplía siempre, sin debilidades y sin violencias, sin importarle que su conducta le restara un cliente o le creara una animosidad. Predicaba esa conducta y era el primero en recorrerla, podía no amársele, pero nadie podía negarle su estimación y su respeto. Fue seguramente una de las figuras de su tiempo que despertaron mayor respeto y admiración, la inteligencia del maestro no se expresó nunca por chispazos de intuición o por concepciones audaces y atrevidas, propias de los investigadores románticos, capaces de revolucionar el mundo. Fue en cambio, una voluntad férrea al servicio de un talento clarísimo, gastaba en la obra más noble y la búsqueda de la felicidad humana". Todos y cada uno de estos conceptos son aplicables y describen a la perfección al que fue, es y seguirá siendo mi Maestro: el Dr. Fernando Ortiz Monasterio.

Me pregunto y me respondo: El Maestro Ortiz Monasterio nunca me dio una clase en el aula, siempre me enseñó en la vida cotidiana. Él, mi Maestro Fernando Ortiz Monasterio ha cumplido cabalmente con todos lo que hemos sido sus admiradores, pero lo más importante ha cumplido más que completamente con el paciente; trayectorias y comportamientos como los suyos siempre serán un ejemplo a seguir.

A mí me ha quedado claro quienes me enseñaron y me continúan enseñando día con día; ellos, mis maestros trabajan y me enseñan, están presentes y me enseñan y yo trabajo y aprendo, estoy presente y aprendo, así sigue siendo el método educativo, más que enseñar, ahora se requiere educar, aprender de lo bueno y de lo malo, construyendo y proponiendo, sabiendo bien a que me comprometo y como debo dar resultados, no sólo los pienso sino los hago, de ahí la frases cortas que hemos ido construyendo:

"Ver que se vea, hacer que se haga, oír que se oiga, sentir que se sienta, gritar que se grite, educar que se eduque, soñar que se sueñe, poder que se pueda, imaginar que se imagine, soñar que se sueñe, pensar que se piense, trasmitir que se trasmita, proyectar que proyecte". Frases cortas que traducen planteamientos concretos con acciones concretas y que hablan de estrategias

Nuestros maestros han tenido liderazgo, pero debemos de pensar que ese liderazgo lleva consigo responsabilidad, no es ni privilegio ni pedestal; el ejemplo de nuestros maestros nos ha dejado grandes preceptos: compromiso, entereza, constancia, resultados, cercanía, hechos, no discursos, fortaleza cívica, amor a México, recuerdo del pasado, construcción de futuro y compromiso con el presente, ese es el legado que nos han dejado. La figura de FOM está vigente, pero requiere incorporar estos grandes preceptos para poder continuar la transformación de todas nuestras instituciones en instituciones modernas en infraestructura, eficientes, fuertes, serias, referentes y que puedan proyectarse hacia la comunidad. El resto, nos toca a todos.


Correo electrónico: f.navarro@salud.gob.mx

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