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Vol. 3. Núm. 3.
Páginas 120-124 (septiembre 2010)
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Dr. Rajan Sankaran: "Things happen"
Entrevista con el Dr. Rajan Sankaran
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Teresa Garcíaa, María Teresa Herreríasa
a Médicos homeópatas, miembros de la AMHB y del Grupo de estudio del método Sankaran de Barcelona
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Realizamos la entrevista a Rajan Sankaran durante el Seminario de Casos en Vivo en Herrsching (Munich) que tuvo lugar del 29 de abril al 2 de mayo de 2010, donde acuden regularmente a impartir cursos diversos componentes de la escuela de Bombai.

Esta entrevista surgió del pensamiento y las posibilidades algunos meses antes, pero se precipitó en el mundo material a tan sólo unos pocos días de ésta, cuando reunimos el efectivo de valor suficiente para cubrir la tasa del miedo, y el Universo y Sankaran dijeron "sí".

La alegría y la música de la Fiesta de la Cerveza nos acompañaron en un viaje lleno de sincronicidades y aprendizaje.

Fuimos unos 90 asistentes en el seminario, y el buen nivel previo del grupo en la práctica del método facilitó el debate y la comprensión de los casos. Va nuestro agradecimiento por la cálida acogida de los/las compañeros/as alemanes/as, y por la proximidad y buena disposición de Rajan Sankaran y de su colega Sudhir Baldota.

T. G. (Teresa García). El método que ha estado desarrollando desde el inicio de su práctica hace casi 30 años, comienza con el uso del repertorio, pasa por la delusión y llega a la sensación vital y la energía. En este proceso muestra también la idea de 7 niveles de experiencia, que también pueden aplicarse a cualquier evento o fenómeno. ¿Podría describir cómo sería la experiencia de la salud en cada uno de los 7 niveles?

R. S. (Rajan Sankaran). Salud significa "en ningún nivel". Salud significa no estar en un nivel concreto. Salud es la flexibilidad de estar en el nivel necesario según el momento.

Así que, cuando vas a comprar un billete de tren o de avión necesitas estar en el nivel 2, el nivel de los Hechos. Supongamos que estás enamorado, estás en el nivel emocional. Cuando miras una película, nivel de la delusión. Cuando estás jugando con los niños, nivel de la sensación.

Así que, en un estado saludable tienes que estar en el nivel que se necesita en ese momento, y debe haber flexibilidad para pasar de un nivel a otro.

Cuando estás en meditación estás en 7.º nivel, pero no puedes estar en meditación todo el tiempo, a veces tienes que estar en el nivel de los hechos, el nivel de la emoción, nivel de la sensación, nivel de delusión...

T. G. Pero usted dice que para escoger la potencia del remedio utilizamos el nivel en el que la persona vive sus experiencias mayoritariamente...

R. S. Eso sería la enfermedad. En la enfermedad la persona queda atascada en un nivel, en un reino, en un miasma. Pero en la salud puede estar en cualquier nivel. Esto quiere decir que salud significa la libertad de estar donde tienes que estar en ese momento.

T. G. ¿Cuál sería la relación entre la homeopatía clásica y esta otra manera de ver la práctica de la homeopatía?

R. S. No es otra manera, es sólo un poco más profunda. Puedes ver la homeopatía en términos de síntomas o en términos de la imagen emocional de los remedios... Como Pulsatilla, suave, docilidad, llanto; o como Lycopodium, cuadrado, dictatorial... Así que puedes ver Pulsatilla como los síntomas tales como ausencia de sed o deseo de aire libre, o bien como emocional, tales como docilidad y llanto. De esta manera, se puede ver Pulsatilla en el nivel de los hechos, la emoción, la delusión o la sensación. A medida que profundizas más, entras también más profundamente en la comprensión del remedio.

De la misma manera, puedes comprender al paciente en términos de síntomas, o en términos de su configuración emocional, o cómo percibe el mundo, o cuál es su experiencia interior más profunda.

Así se puede percibir un nivel cada vez más profundo. Hasta ahora los homeópatas se encontraban principalmente en el nivel de los síntomas, a veces en el nivel emocional, a veces en el nivel de la delusión, pero creo que para avanzar es importante profundizar más aún. Y así apareció la idea del nivel de la sensación y el nivel de la energía.

Así que yo no veo ninguna diferencia. No veo que esto sea una manera y lo otro otra. Es la misma manera, más profunda.

T. G. ¿Dónde cree que están los límites en la aplicación de su método? ¿En qué tipo de pacientes? ¿Qué parte de la comunicación o la enseñanza encuentra que es más difícil de transmitir a los/as médicos/as?

R. S. Básicamente no hay problema. Sólo se trata de una comprensión más profunda de la homeopatía.

Así que el método es coherente. Si nos lleva desde los síntomas, a las emociones, a la delusión, a la sensación... todo forma parte de este método, por lo que no es una calle estrecha de un solo sentido. Es como que todo está en ella. Por lo tanto, tiene las mismas limitaciones que cualquier otra homeopatía.

Pero para llegar al método de la sensación y al nivel de la sensación en un paciente hay algunas dificultades. En primer lugar, la destreza del médico y, por otra parte, la disposición del paciente para entrar en su experiencia. Éstas son algunas dificultades a las que nos enfrentamos, pero cuanta más experiencia menos dificultad hay. A medida que te vuelves más hábil eres capaz de llevar al paciente contigo a un nivel más profundo de experiencia.

Y para enseñar... creo que... es bastante fácil de enseñar y de practicar una vez aprendes cómo hacerlo. Es como todo. Las cosas parecen muy difíciles al principio, como conducir un coche o utilizar el teléfono móvil, primero no entiendes nada y después de un tiempo se vuelve automático.

De la misma manera, también este ir a la sensación del paciente se vuelve automático. Con un poco de práctica ves que es natural, que cada persona cuando le preguntas "¿qué siente?", explica algunas emociones; si preguntas "¿qué percibe?", entonces explica delusión; o en ese sueño o en esa situación "¿qué experimenta interiormente?", llega a la experiencia de la sensación.

De modo que es fácil. Encuentro que con un poco de práctica se vuelve cada vez más fácil.

T. G. Durante los últimos años, también han surgido otras nuevas formas de practicar la homeopatía, como la de Shölten o la de Todd Rowe y su investigación de los ecosistemas. En su opinión, ¿dónde cree que todas ellas se encuentran entre sí?

R. S. Creo que la verdad es la misma y hay diferentes maneras de mirar la misma cosa. Y la forma ideal no sería mirar un método, otro método, tercer método, cuarto método... y entonces buscar dónde se encuentran entre sí. Ésta no es la mejor manera, sino tomar cualquier método y profundizar en él, y en la profundidad del mismo estará la verdad, que es común a todos los métodos. Así que en este momento creo que hay verdad en todo. Yo no voy a ver que éste es mi método, que ése es su método, o el del otro...

Creo que estamos diciendo lo mismo en diferentes idiomas. Se puede decir una frase en alemán, español, inglés, italiano... pero significa lo mismo. Así que en ese punto todas las cosas confluyen.

Sucede lo mismo con la toma del caso. En la toma del caso podemos ir a los sueños del paciente, a sus intereses y aficiones, a su queja principal, y así en diferentes parcelas, y entonces ver lo que tienen en común. Ésa es una posibilidad.

La segunda es tomar cualquier experiencia del paciente, tal vez un sueño, ir cada vez más y más profundo en ella, y cuando se llega a la experiencia central puedes ver que todas las demás cosas están hablando el mismo idioma. Ésta es otra manera de llegar a la verdad. Yo prefiero este camino.

Así, que yo sugeriría a los estudiantes que en vez de confundirse en lo que está diciendo uno o lo que está diciendo el otro o lo que dice otro más y tratar de encontrar lo que es similar, es preferible tomar un camino, profundizar en él, experimentarlo totalmente y entonces verás la verdad de todos en el mismo punto.

No les llevará a ningún lugar utilizar la técnica de esta persona o la técnica de aquella persona. Una vez sabes cuál es la verdad, una vez sabes cuál es tu destino, entonces no importa si coges un tren, un autobús, un avión o vas caminando... llegarás allí. Pero si no sabes hacia dónde vas, entonces estás confundido, ¿debo hacer esto?, ¿debo hacer aquello? Debemos ser conscientes.

T. G. Como hemos visto en el caso de la mujer de esta mañana, el hecho de conectar con la sensación vital, sentirla y expresarla, ¿puede ser en sí mismo una experiencia sanadora para la paciente?, ¿de qué manera?

R. S. Sí, seguro. La conciencia y el entrar en la experiencia es en sí un proceso de curación y, por ejemplo, la mujer de esta mañana creo que va a estar muy bien incluso sin un remedio. Pero lo que encontramos con la experiencia es que esta mejoría no dura demasiado tiempo, que la persona tiende a recaer de nuevo y a presentar síntomas otra vez. Entonces es necesario el remedio porque está bajo nuestro control, podemos cambiar la potencia, podemos repetirlo... podemos hacer algo con el remedio.

Pero trabajar sólo con la capacidad de la persona de ser consciente y cada vez que la persona recae, profundizar otra vez ahí... es un poco difícil, requiere tiempo.

Así pues, encontramos que aunque este recorrido es muy curativo en sí mismo, por la experiencia sabemos que ese tipo de conciencia no es lo suficientemente profunda como para que la persona pueda curarse completamente en una sola sesión y que pueda durar de manera permanente, no. Ella se sentirá mejor durante los próximos 1, 2 o 3 meses, puede sentirse muy bien y de nuevo, poco a poco, algunos de los síntomas volverán y entonces el remedio será necesario.

T. G. En la práctica de su método explica que durante la visita tenemos que ser "el observador sin prejuicios", para ver los niveles del paciente y los nuestros también, con el fin de mantenernos en el nivel 7 para poder escuchar "la otra canción". ¿Me pregunto cómo esta experiencia con el/la paciente afecta al o a la homeópata en sí mismo/a?

R. S. Sí, sí que tiene un efecto en ti, y el efecto es que te conviertes en el observador o testigo del proceso de la otra persona, y de la misma manera aprendes a ser testigo de tu propio proceso. Así que al aprender cómo observar a alguien más y lo que está sucediendo en la otra persona, empiezas a aprender cómo observar lo que está sucediendo dentro de ti y te conviertes también en testigo de tu propio estado. Y cuando te conviertes en testigo de algo, de cualquier fenómeno, del estado de otra persona o del tuyo, quedas desapegado de lo que está allí. Entonces ves que tu propio estado no eres tú, de la misma manera que ves que el estado del paciente no es el paciente. El paciente tiene un estado que no es el paciente, asimismo, tú tienes un estado y no eres tú. Entonces, ¿quién eres tú? Así se desarrolla lentamente en el homeópata esa conciencia de quién eres realmente. Se ve a sí mismo lejos de su propio patrón, su propia emoción, su propia percepción, su propia experiencia. Da un paso atrás y mira desde una distancia.

Eso es lo que la toma del caso nos enseña. Tú haces que el paciente también dé un paso atrás y observe lo que está pasando. Así, nosotros también aprendemos a dar un paso atrás y ver lo que está sucediendo. De esa manera, comenzamos a identificarnos no con ese patrón sino con el observador, con el testigo. Éste es un paso hacia el encuentro del silencio de nosotros mismos, un paso más.

Sería de esperar que un homeópata después de escuchar varios cientos o miles de experiencias de otras personas se vuelva más silencioso interiormente.

Porque él ve tantos patrones, tantas personas diferentes, tantos patrones... y ve que él es también como uno de esos patrones y se vuelve algo más silencioso interiormente.

T. H. (Teresa Herrerías). Estar en silencio, éste es un estado muy difícil...

R. S. Difícil.

T. H. Creo que a veces para mí es lo más difícil. Estudio y trabajo con este método desde hace 6 años e intento estar quizás no exactamente en silencio sino vacía, y a veces es muy difícil con algunos pacientes y para mí misma. En relación con esto me pregunto cómo podemos llegar a permanecer así, con una sensación o estado de más calma.

R. S. (Ríe). La respuesta es realmente muy simple... (risas). La respuesta es que tú sabes cómo llegar a cualquier lugar porque tú ya eres silencio. Pero lo que sucede es que nosotros nos identificamos con el ruido. Pensamos que somos mente y cuerpo, pero una investigación simple sobre nuestra propia naturaleza mostrará lo que realmente somos, que es silencio. Es tan simple que puedes hacer 3 ejercicios:

Si simplemente respiras y empiezas a observar la respiración, entonces te das cuenta de que tú no estás respirando, de que la respiración está sucediendo, de que tú no sales en la foto. Intenta detener la respiración durante 5 min a ver qué pasa... entonces te das cuenta de que la respiración es automática.

Tú piensas "estoy respirando", pero en realidad eso no es cierto, los pulmones están respirando, la respiración está sucediendo de manera automática. El corazón está latiendo automáticamente. La digestión está sucediendo automáticamente. Así que no eres la respiración, no eres el corazón, no eres la digestión... ¿quién eres?

Entonces piensas "no, yo soy la mente". Entonces empiezas a mirar la mente y ves que el pensamiento viene, el pensamiento se va, la emoción viene, la emoción se va, pensamiento-emoción, pensamiento-emoción, pensamiento-emoción. Intenta parar el pensamiento... no puedes parar, como no puedes detener tu respiración.

Así que vuelves a ver que tú no estás pensando, el pensamiento está sucediendo, la emoción está sucediendo.

Entonces, ¿qué es tu propia mente?, ¿cómo puedo decir "esto soy yo"? Eso no es el yo... no puedes hacer nada.

Y entonces, ¿quién eres? No eres tu respiración, no eres tu mente, ¿quién eres?

Entonces dices, "yo soy simplemente el observador", eso es todo lo que puedo hacer: mirar, porque todo es automático. Yo soy sólo el observador, y el observador está siempre tranquilo y en silencio. En realidad esto no es aún cierto, pero está a un paso de la verdad.

T. H. Yo intento sentarme y pensar "de acuerdo, yo sólo observo, me observo a mí y observo al paciente, o a las personas", pero tengo que pensar "estoy haciendo esto".

R. S. Eso es un pensamiento también. Esto es de 7.º nivel. Yo soy el observador, y esto es un poco demasiado lejos... pero la última pregunta que tienes que hacerte es, ¿quién es éste que dice que "yo soy el observador"? ¿Quién es el "Yo" que dice "yo soy el observador"? Ésa es la última pregunta. Y entonces, en ese momento te das cuenta de que no hay nadie ahí, es sólo el silencio. Ésa es tu verdadera naturaleza.

Así que no hay que ir a ningún lugar, ya está ahí, no puedes alejarte de ello. Lo único que pasa es que nos identificamos con la mente y el cuerpo, ése es nuestro problema. En el momento que has eliminado toda identificación lo único que perdura es el silencio, el vacío... (se encoge de hombros. Risa). Así que es muy simple... (risas).

T. H. Sí, porque es muy simple, es muy difícil...

R. S. Muy simple, si... (risas). En el momento en que lo quieres, no está ahí, porque es el ego quien quiere... "yo quiero"...

Yo no quiero nada. Yo no quiero ninguna cosa. No pasa nada, sólo silencio. Todo pasa... cuerpo, mente, pensamientos, emociones... Pero tú no estás ahí, es sólo esa máquina que funciona, eso es todo.

T. G. Al hablar de esto, podría parecer que no tienes que hacer nada, pero usted hace muchas cosas...

R. S. Muchas cosas suceden... (risas). Yo no hago nada. El río fluye, los árboles crecen, dan sus frutos, los animales también se alimentan y crecen, luchan, tienen hijos, mueren... todo sucede. ¿Tú crees que el animal lo hace? Sólo sucede. Es como cuando nosotros hacemos cosas, pensamos que estamos haciendo... no estamos haciendo nada.

T. G. ¡Uau! Tendré que sentirlo o reflexionarlo...

R. S. Es muy sencillo, tú no has nacido, tú no te has dado a luz a ti misma, tú no te vas a quitar la vida... así tú vives la vida, no a ti misma...

T.G. Pero en la vida, en su vida, ha hecho muchas cosas en el ámbito del conocimiento de la homeopatía. ¿Cuál es la inspiración para ello? ¿Cuál ha sido la inspiración en su práctica? No entiendo bien... (llaman a la puerta, entra su colaborador Sudhir Baldota y Rajan Sankaran nos presenta).

R. S. Aquí las compañeras españolas, de Barcelona. Ellas saben todas las respuestas, pero tratan de preguntarme... (risas) Así que estamos jugando un pequeño juego... Ellas hacen como que no saben, yo finjo que sé. Es sólo un juego... (risas).

T. G. Entonces, ¿cuál es la inspiración para hacer estas cosas o para no hacer nada?, porque aparentemente vemos muchas cosas...

R. S. La respuesta es muy simple también. La respuesta es que no lo sé, no soy yo en absoluto. Todo ocurre a través de este instrumento de cuerpo y mente. Mentalmente puedo dar razones de que hice esto por esta u otra razón, o con esta o aquella intención, pero la verdad es que no lo sé.

La verdad es que sucede a través tuyo. Todo lo que hice no tiene mérito. No creo que yo lo hice. No hay "Yo" ahí. ¿Por qué lo hice?, no lo sé. Simplemente me sentí como para hacerlo. Es como preguntarse por qué el río fluye... simplemente lo hace, así es como es.

Pero cada uno de nosotros nace y vive con su propia naturaleza o destino o propósito, nosotros no sabemos cuál es el plan global aquí. Nosotros pensamos que lo hacemos... pero, ¿quién soy yo? Tú sabes cómo me desenvuelvo, pero está vacío. Yo no soy nada. Nada puede hacer nada.

Así que el cuerpo-mente nace y lleva a cabo una función y se va... ¿Por qué lo hace? ¿Por qué me estás haciendo estas preguntas?, ¿cuál es tu intención? No creo que lo sepas tampoco... porque te apetecía hacerlo.

Así que creo que hay cosas que realmente no sabemos y no creo que sepamos nunca, porque no es el "Yo" quien va a hacer algo o va a saber porqué lo hizo (silencio. Ríe).

T. H. Las cosas suceden.

R. S. Las cosas suceden... No me siento muy conectado con lo que hice o con lo que estoy haciendo. No creo que sea mío, ya sabes... es como dar a luz a un niño. Yo puedo decir "he dado a luz a este niño, este es mi hijo", pero, ¿es realmente mi hijo?, ¿realmente le di a luz?, ¿o sucedió que el hijo vino a través de mí?

T. G. Sucedió que vino...

R. S. Yo creo que sí, yo creo que sí. No pienso que yo tuviese el control. Yo pienso que tomé esa decisión y que he criado este niño, pero ¿lo he criado yo o se ha criado el niño a través de mí... él mismo? (silencio).

No sabemos la respuesta a la mayoría de las preguntas, lo siento... (risas).

Lo mejor que podemos hacer es simplemente dejarnos llevar y hacer lo que es en ese momento lo que sentimos que queremos hacer. Eso es la salud, ¿no?

La salud es la libertad de hacer lo que viene a ti en el momento para cumplir tu propósito. Eso es lo que Hahnemann escribió en el parágrafo 9 del Órganon: "Que en el estado de salud del hombre el espíritu como Dynamis gobierna con poder ilimitado para que el espíritu dotado de razón que habita este organismo pueda utilizar este instrumen to para el más elevado propósito de nuestra existencia".

Así que en la salud damos la libertad al espíritu para actuar a través de nosotros. Eso es.

T. H. Sin ruidos externos tal vez podemos escuchar esto, pero hay mucho ruido...

R. S. Mucho ruido... eso es la enfermedad, sí. Gracias.

Munich, 30 de abril de 2010


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