"Todo lo que pasa en la naturaleza es resonancia o pulsación"
Niels Bohr
¿Hacia dónde avanza la medicina? Pues desde luego, no en una sola dirección.
Hay una parte de la medicina que evoluciona hacia la ingeniería genética; hacia la obtención de fármacos más potentes en la imposición de sus efectos sobre el organismo; hacia la obtención de más vacunas, etc.
Pero hay otra parte de la medicina que, aunque minoritaria, es cada vez más numerosa y avanza hacia otra comprensión del funcionamiento del organismo, de la salud y de la enfermedad1.
Comprende que hay un cuerpo físico, pero también un cuerpo más sutil de naturaleza electromagnética2 cuya alteración tiene una incidencia fundamental en las funciones del cuerpo físico; en el gobierno de las emociones y, en consecuencia, en las funciones hormonales, inmunológicas, etc.3. En los últimos años hay un número creciente de estudios científicos que ponen en evidencia esta realidad que otras medicinas (los meridianos en la Medicina Tradicional China, los chakras en la Medicina Ayurvédica, etc.) tradicionales ya han utilizado en el tratamiento de los enfermos.
Una visión de la realidad que la física cuántica ya estableció para la ciencia en general pero a la que muchos científicos —especialmente en medicina y biología— siguen permaneciendo ajenos.
La información biológica funciona por pulsación y resonancia.
Pulsación (léase dilución/sucusión) y resonancia (léase similitud), ¿no son un marco teórico mucho más acorde para una explicación científica de la acción del medicamento homeopático?
Al fin y al cabo, si el 70% de nuestro cuerpo es agua y el agua es capaz de captar los mensajes vibratorios del entorno4 ¿por qué no debería ser sensible nuestro cuerpo a la información del medicamento homeopático cuando este entra en resonancia con nosotros?