Se ha efectuado un estudio en profundidad de los diarios clínicos de Hahnemann conservados en el Institut für Geschichte der Medizin en Stuttgart (Alemania). Ello ha permitido obtener interesantes informaciones sobre el ejercicio práctico del maestro: su toma del caso, sus prescripciones y sus recomendaciones higiénico-dietéticas. Además, se han podido obtener datos concretos de interés histórico social sobre pacientes, honorarios y otros médicos en relación con Hahnemann. Toda esta documentación se presentará en forma de libro en un futuro próximo.
En este artículo, se presenta un breve resumen de la evolución de las prescripciones del maestro a lo largo de los más de 40 años estudiados. Como conclusión, puede afirmarse que Hahnemann mantuvo toda la vida su espíritu investigador incansable a la búsqueda de la mejor forma de prescripción y que sus escritos publicados siempre estaban basados en su práctica.
We conducted a detailed study of the clinical journals of Hahnemann preserved at the Institut für Geschichte der Medizin in Stuttgart (Germany). This yielded interesting information about the practical exercise of the master: the anamnesis, his prescriptions and dietary recommendations. Furthermore, it has been possible to obtain precise data of historic social interest about patients, fees and physicians in relation with Hahnemann. All of this documentation will be published in the next future.
In this paper, we present a brief summary of the evolution of the prescriptions of the master over the 40 years studied.
In conclusion, it can be stated that Hahnemann has never abandoned his tireless work in the search for the best way of prescribing and that his published writings always founded on his practice.
Introducción
Gracias al estudio de los diarios clínicos de Hahnemann se ha podido verificar la incesable labor de investigación del maestro a lo largo de toda su vida.
En el Institut für Geschichte der Medizin (IGM)[1] se conservan los diarios clínicos que llevaba Hahnemann durante las consultas para registrar las historias de sus pacientes. Se trata de libros/cuadernos manuscritos por el homeópata que abarcan un período desde alrededor de 1800 hasta justo antes de su fallecimiento en 1843. Dentro del marco de las tesis doctorales patrocinadas por el IGM se iniciaron las transcripciones de dichos diarios con el objetivo de llegar finalmente a publicarlos todos. Con buen criterio, no se siguió un orden cronológico estricto, sino que se escogieron diferentes períodos. Lo acertado de esta decisión se ha visto con los años. En la actualidad, el proyecto ha quedado estancado después de que se hayan transcrito y publicado 12[2] de los 55 diarios clínicos (D) conservados[3]. Sin embargo, por suerte, ahora se dispone de varias transcripciones de la primera época (D2-D6, D7), de períodos intermedios (D16, D19, D22), de los últimos 5 años de Hahnemann en Alemania (D34, D36, D38) y de la época parisina (DF2, DF5)[4].
Ciertamente puede resultar tedioso leer un diario clínico transcrito. En la época alemana, Hahnemann iba anotando cronológicamente los pacientes tal como se presentaban en su consulta, cosa que modificó en cierta medida en la época francesa, al reservar siempre unas páginas para cada paciente. Por tanto resulta bastante complicado hacer el seguimiento de un caso y, al ver solo retazos, a veces las prescripciones no son comprensibles. La consecuencia ha sido que el interés general por estas transcripciones no ha sido el esperado y el proyecto se ha interrumpido.
No obstante, para poder seguir la evolución de Hahnemann y entender muchos de sus escritos teóricos, estos diarios son de fundamental importancia y para ello realmente hacen falta las transcripciones.
Todo ello, me ha inducido a estudiar los diarios en su conjunto. Para hacer este trabajo, básicamente he recurrido a los diarios transcritos que, al ser de diferentes épocas, permiten una visión bastante amplia de la evolución de Hahnemann. Para completar esta imagen, decidí hacer también revisiones puntuales de los no transcritos; lo cual me llevó a ver que cada uno de estos diarios, a su manera, alberga un enorme interés, sobre todo en relación con la posología, la aplicación de remedios (mucho más numerosos de los que publicó en sus escritos), las potencias, etc. Con lo cual, el estudio puntual se ha convertido, en la medida de lo posible, en un examen más amplio (que no aspira a ser completo) de los no transcritos.
En el ejemplo de la evolución de su forma de prescribir quiero exponer, pese a la dificultad[5], una breve pincelada de la extensa información que me ha ofrecido este estudio. Mi intención es publicar en breve un libro sobre el conjunto de los diarios clínicos de Hahnemann.
Para avanzar cronológicamente en el tiempo, en este artículo he utilizado una división de los períodos que podría considerarse arbitraria.
Sin embargo, quizá como primer dato, habría que explicar que Hahnemann nunca modificaba bruscamente una forma de prescripción o un tipo de potencia para pasar a algo completamente nuevo. En todos los diarios nos encontramos con las prescripciones habituales en un momento dado, a las que poco a poco se van incorporando innovaciones, las cuales pueden o no progresar para convertirse en habituales. También ocurre que, a la par, vuelve a retomar otras formas de prescripción, anteriormente quizá abandonadas, incorporándolas con ciertas modificaciones en las potencias o en la frecuencia o forma de administración. Hahnemann, el eterno investigador, en busca de la manera más rápida, suave y permanente de restablecer la salud.
Alemania
Época de 1801 a 1807 (D2-D6)
Como ya se ha dicho, de la época inicial disponemos de 5 diarios transcritos que abarcan los años 1801[6] a 1807.
Es una época en la que se ve que Hahnemann todavía no tiene una metodología concreta para la dilución de los remedios. En sus prescripciones, al final de la consulta, se encuentran complicados quebrados de diferentes diluciones distintas para cada uno de los remedios. Por ejemplo, en D3, se visita una paciente de 29 años que, por enfado, tiene cefalea y dolor abdominal. La cefalea empeora al abrir los ojos, que parece que se le vayan a caer, y mejora acostándose. Como prescripción recibe:
6 onzas + 1/80 m Puls. N.º 1
8 onzas + 1/38.400.000 Cham. N.º 2
Nux 1/12m
lo que significa que la dosis n.º 1 contiene 1 gota de la 80 millonésima parte de 1 grano[7] de Pulsatilla en 6 onzas de líquido; la dosis n.º 2, 1 gota de la 38.400 millonésima parte de un grano de Chamomilla en 8 onzas de líquido y, por último, 1 gota de la 12 millonésima parte de un grano de Nux-v. (sin indicación de la cantidad de líquido portador).
De hecho se trata de una serie que Hahnemann solía administrar a los pacientes que vivían más alejados, para que la fueran tomando a determinados intervalos. Además cabe destacar que concretamente los 3 remedios del ejemplo son los más empleados en estos primeros años, siendo Cham. su remedio para el enfado, como muchas veces lo llamaba.
Entre las tomas de los remedios, y para que estos pudieran seguir actuando, Hahnemann prescribía placebos. Apenas hay anotaciones en cuanto a cómo y con qué frecuencia el paciente debía tomarse lo prescrito, ya que debía dar las instrucciones de viva voz a los pacientes. No obstante, en algunos pacientes, se lee que debían tomar un número de gotas ascendente (1, 2, 3, 4) o, en casos agudos, 2 gotas cada 2 h.
Como dato curioso vemos que Hahnemann podía administrar los remedios y, sobre todo, el placebo en diferentes colores (amarillo, rojo, azul), una práctica que abandonaría en posteriores diarios y cuyo objetivo no se ha podido descifrar todavía.
Época de 1806 a 1819 (D6-D18)
A partir de D6 abandona las complicadas divisiones de antaño, para limitarse solo, en ocasiones, a hablar de remedios "completos" (ganze), cuando se refería a los no diluidos (es decir, tinturas madre), remedios "fuertes" (starke), referidos al primer grado de dilución, remedios "finos" (dünne), los del segundo grado, y remedios "más finos" (dünnste), como aquellos que representaban la máxima dilución a la que había llegado con un determinado remedio.
Todo hace pensar, pues, que ya ha desarrollado una metodología de dilución uniforme pasando de grados "al azar" a pasos preestablecidos, tal como publicaría más adelante[8]. Dicha dilución quedaba reflejada en los diarios de forma relativizada en función del grado que había alcanzado en un determinado remedio. Si registraba únicamente el remedio (sin indicar la dilución) es que ese remedio solo lo utilizaba a una única dilución y no le hacía falta registrarla. Por ejemplo, en D6 se visita una paciente que se cansa rápidamente y que recibe Ferrum más finos (dünnste) en 3 dosis. Exactamente de qué dilución se trata, no se puede saber, pero sí que se trata de la máxima a la que había llegado con este remedio.
En la época de D6 también introduce los glóbulos. Las anotaciones permiten descubrir que el tamaño de estos parece captar todo su interés. Habla, entre otros, de glóbulos "minus" (más pequeños), "med" (medianos) y "majus" (grandes), describiéndolos minuciosamente en la prescripción para ver la influencia que pudieran tener en el efecto del remedio.
En D8 (1809), un paciente con retención urinaria y hernia recibe Clematis en glóbulos grandes. Como en muchas otras prescripciones, nada se dice del grado de dilución, solo el nombre del remedio y el tamaño del glóbulo.
D6 también es el diario en el que introduce la olfacción como vía de administración de los remedios. Si bien en este diario solo se encontraron 2 olfacciones (de Cocculus e Ipecacuanha), a partir de este momento, en mayor o menor medida, será una práctica que ya nunca abandonará. La olfacción se producía con el glóbulo en un frasquito en seco o en líquido, y podía ser "fuerte" (a través de ambas narinas) o "suave" (una narina).
En D11 (1814) se presenta un paciente con problemas oculares y pesadez de cabeza que recibe olfacción de Arsenicum en líquido.
Las otras formas de administrar los remedios (o placebos) eran en líquido (disueltos en agua con o sin alcohol) o en seco (en polvo o en glóbulos). En esta época, el único remedio que siempre daba en seco era Mercurius.
Cabe destacar que ya entonces solía aplicar la misma pauta para remedios y placebo, se supone que era para que el paciente no apreciara la diferencia.
En cuanto a los placebos, cabe reseñar que inicialmente utilizaba lo que denominaba "Conchae" o "Nullmittel" (traducción literal: remedios cero). Los placebos "Conchae" proceden de la concha de las ostras (es decir, calcárea carbónica). En su Apothekerlexikon (Diccionario Farmacéutico), Hahnemann hablaba de esta sustancia como recomendable en acidez gástrica, pero por lo demás no le adjudicaba ningún efecto. Ese debió ser el motivo por el que inicialmente lo utilizara como placebo. A partir de D6 incorpora la lactosa como placebo. Es a partir de D16 que se percata de que las Conchae pueden tener un efecto medicamentoso y se empiezan a encontrar prescripciones, primero de Calcium aceticum y posteriormente de Calcium carbonicum.
Avanzando en el tiempo, en D16[9] (1817-1818)[10], la importancia del tamaño de los glóbulos sigue manteniéndose, pero a estas indicaciones se añaden especificaciones más detalladas y frecuentes en cuanto a si administra el remedio en seco o en líquido. Vuelven a adquirir importancia las indicaciones sobre diluciones/potencias. Si bien siguen encontrándose diferentes tipos de diluciones relativas para distintos remedios, ya empiezan a imponerse las centesimales, llegando hasta la 30CH (en D16).
Para reflejar las dosis centesimales omite las complicadas divisiones y pasa a utilizar cifras romanas: I, CH3 (1/1.000.000); II, 6CH; III, 9CH, y así hasta X, 30 CH (es decir, en este momento solo aplica los pasos de 1 millón a otro).
En las últimas páginas de D15 (fig. 1) se constata que un niño muy inquieto recibe cicuta virosa 3 minuso/IV, es decir, 3 glóbulos pequeños a la 12CH (la forma de escribir de Hahnemann normalmente era un quebrado del glóbulo por la potencia administrada).
Figura 1. Página 556 de D15 escrita el 30 de septiembre y el 1 de octubre de 1817. De arriba abajo se suceden los siguientes pacientes: paciente Zeibig, que recibe Cinchona 2 minim (2 glóbulos pequeñísimos); paciente Kummer II, que recibe Puls. (no indica nada más); paciente Hartmann, que recibe 8§ (= 8 dosis de placebo); paciente Lenz, que recibe Bryonia minus con 9§ (placebo); paciente Delius, que recibe Cicuta virosa 3 minuso/VI (18CH) y 6§, y paciente Kummer, que recibe Puls minus y 12§.
Época de 1818 a 1821 (D19-D22)
Hasta mitades de D19[11] (1819-1820), Hahnemann sigue prescribiendo de la forma habitual ya expuesta: se encuentran potencias centesimales concretas, pero también las diluciones relativas. Sigue indicando el tamaño de glóbulos y las administraciones pueden ser en seco (principal), líquido u olfacción. Con Thuja llega incluso hasta la 90CH (en D17 y D18 [1818-1819] solo había llegado a la 60CH con este remedio).
Entonces se ve un cambio paulatino en la forma de prescribir que se extenderá hasta principios de D22 (1821)[12].
Abandona las referencias al tamaño de los glóbulos, así como las diluciones relativas para anotar potencias concretas para determinados remedios: Arsenicum (X), Aurum (IV), Belladonna (X), Manganum aceticum (III), Nitric acidum (I), Nux vomica (X, XX), Stannum (IV, X). Poco a poco, las potencias van subiendo (XXX, 90CH) y va administrando series de diferentes potencias de un solo remedio (sobre todo con Sulphur).
Mientras que en la primera parte de D19 se, ven sobre todo, prescripciones en seco, en la segunda mitad abundan las prescripciones en líquido. Llega incluso a dibujar frasquitos graduados que los pacientes debían prepararse para la toma del remedio.
En esta época, Sulphur va adquiriendo un protagonismo inusitado en comparación con los restantes remedios. Empieza a probar este remedio en todas las potencias, sucesiones y formas de administrar imaginables.
De la forma líquida, en la que todavía no se detalla la potencia, pasa a administrar Sulphur, primero en 1/100 (1CH) y después 1/10.000 (2CH) con una pauta de 4-6 veces al día. De la 2CH pasa a la X (30CH), de la 30CH a la XX (60CH), de la 60 CH a la XXX (90CH) y de la 90CH a lo que el denominó "nuevo método de alternancias". Como ejemplos, diferentes páginas de D19:
— Pág. 328: 1 gota de 1/10.000, 3 veces al día, 5 gotas.
— Pág. 331: 1 gota de X, 4 gotas 3 veces al día.
— Pág. 433: 1 gota de XX, 6 veces.
— Pág. 518: 1 gota de XXX, todas las mañanas 1 gota.
— Pág. 547: en n.º 1, 1 gota IV; en n.º 5, XXX; en n.º 9, IV; en n.º 13, XXX, lo que significa que de una serie de al menos 13 dosis, las n.º 1, 5, 9 y 13 llevaban diferentes potencias de Sulphur (12, 90, 12 y 90CH, respectivamente).
En D20, época de actividad frenética, ya que este diario solo abarca 5 meses en sus 513 páginas, el uso de Sulphur es casi exclusivo, hasta el punto de que en las prescripciones omite hacer mención del remedio y solo vemos por referencias posteriores que había prescrito ese remedio. Los pacientes reciben larguísimas series del remedio con potencias que suben, bajan, se alternan y casi todas las dosis llevan alguna potencia del verum. Llega incluso a utilizar todas las potencias intermedias. Es decir, hasta entonces para las centesimales había empleado cifras romanas para los pasos de millón (I: 1CH, II: 3CH, etc., por tanto un paso de millón), mientras que en D20 se ven todos los pasos intermedios expresados entonces en cifras árabes.
Por ejemplo, las prescripciones podían tener el aspecto que se muestra en la tabla 1.
Registrándose en la fila superior los sobres numerados que llevaban el remedio y debajo las correspondientes potencias del remedio. Se ve claramente que no todas las dosis llevaban remedio y que las potencias eran consecutivamente ascendentes. En este caso, el paciente habría recibido 24 dosis, empezando la serie con la potencia 21. Siguiendo los casos se ve que en las siguientes visitas vuelve a empezar con la numeración de los sobres, pero las potencias son inmediatamente siguientes a la última administrada (en este caso, la nueva serie empezaría con la potencia 33). Los sobres intermedios no registrados llevaban placebo de idéntico aspecto que los sobres con el remedio (fig. 2).
Figura 2. Página 340 de D20 del 24 de mayo de 1820. Se visitan los siguientes pacientes: paciente Hoffert, con 18 dosis matutinas que están numeradas y se ve que llevan potencias ascendentes las dosis 1, 3, 4, 7, 9, 11, 13, 15 y 17 (las restantes no anotadas son placebo), además le prescribe 18#& nocturnas; paciente Freudenberger, solo recibe 6 dosis, cada una con el remedio a potencias ascendentes de 32 a 37; paciente Ehmann, que recibe calomel solubilis (mercurius) a la 12CH (IV); paciente Hothan, con 8 dosis llevando remedio las numeradas con 1, 3, 5 y 7; paciente Kessling, con una serie de sobres numerados de 1 a 8 que llevan las potencias ascendentes de 36 a 43.
La transcripción de este diario sería interesantísima[13], ya que todo hace pensar que cubre el período de inicio de sus experimentaciones en cuanto a la psora, siendo Sulphur el remedio genuino. Aún tardaría 8 años en publicar la primera edición de las EECC.
Al final de D24 (1822) se encuentra una lista de los síntomas que había ido observando en esos últimos años (a partir de D20) y que atribuía a la psora. Estos síntomas pasaron a la introducción de la psora en el primer volumen de las EECC.
Si bien a partir de este momento, Sulphur seguirá siendo siempre el remedio más frecuentemente utilizado y con el que iniciaba casi todos sus tratamientos, en posteriores épocas esta "euforia sulfúrica" desciende hacia mediados de D21 (1820-1821) y en D22, para dar paso a otros remedios que también aplica en diferentes potencias.
Ha dejado las potencias intermedias. La 30CH, junto con otras más bajas (2, 3 y 6CH) son las que se administran con mayor frecuencia. En D22[14] sigue utilizando Thuja a la 60CH. A lo largo de este diario se aprecian épocas definidas en las que experimenta con determinados remedios como Stannum, Nitracidum y Phosac. Es, por tanto, una época de probar remedios, más que de buscar la potencia más ajustada.
En cuanto a Sulphur, de las anotaciones se desprende que Hahnemann utilizaba este remedio como pionero en sus experimentaciones/innovaciones. Superada la época de probar con todas las potencias del remedio, pasó a experimentar con los tiempos de sucusión o trituración, por lo que al signo de Sulphur[15] se le añadía "5 min" o "10 min", o con las formas de prepararlo, con 100, 200 o 400 gotas.
Las prescripciones pasan a ser series de remedios, entre los que siempre intercala, además de placebos, Sulphur.
Así, un paciente en D22 con molestias gástricas y tenia, recibe en una visita 32 dosis, de las que la n.º 1 llevaba Sulphur, la n.º 11 Staphisagria, la n.º 17 Sulphur y la n.º 27 Bismuthum. En la siguiente visita, 2 meses después, recibe otra serie de 32 dosis, de las que la n.º 1 es Arsenicum, la n.º 8 Sulphur, la n.º 20 Filix mas y la n.º 27 Sulphur. Al cabo de otros 2 meses vuelve a recibir otra serie de 32 dosis. Es decir, que al recibir 32 dosis y visitarse cada 2 meses, es de suponer que debía ir tomando los sobrecitos que recibía en días alternos. Las dosis no referenciadas solo debían llevar placebo, mientras que las referenciadas llevaban el correspondiente remedio. El ejemplo, evidentemente, se refiere a un paciente externo que se visitaba con menor frecuencia. Sin embargo, en los pacientes que se visitaban con más frecuencia se ve la misma pauta, aunque distribuida por las distintas consultas.
Época de 1821 a 1828 (D23-D31)
En los siguientes diarios, D23 a D25 (1821-1823)[16], se puede hablar de una época de experimentación con "series fijas" de remedios. Se observa como en muchas primeras visitas administra primero Nux-v. y luego Sulphur.
Así, un aprendiz de 15 años con terrible sudor en las manos recibe 14 dosis matutinas, en las que la n.º 1 lleva Nux-v. y la n.º 3 Sulphur, más 14 dosis nocturnas, solo con placebo.
A esta serie inicial se añaden luego como "fijos" Nitricum acidum, Petroleum y después Graphites. Durante este tiempo, con raras excepciones, emplea estos 5 remedios en casi todos los pacientes.
Sabemos que Petroleum es uno de los principales antipsóricos de Hahnemann, estrechamente relacionado con Graphites. La adecuación de estos remedios a enfermedades prolongadas y profundas es patente. Por otra parte, Nitric acidum es un excelente remedio para antidotar los efectos de Mercurius, medicamento tan empleado y sobredosificado en aquella época. Si a ello añadimos Sulphur como antipsórico por excelencia, podemos entender esta sucesión de remedios como el intento de llegar a la profundidad del caso y allanar el camino hacia la salud o la posibilidad de que actúe el remedio "constitucional".
No debemos olvidar que nos encontramos en la época justo anterior al inicio de la 2.ª edición de la MMP y tan solo 6 años antes de la publicación de la 1.ª edición de las EECC.
Las pocas referencias a las potencias en estos 3 diarios y en la primera mitad de D26 (1823-1824), hacen pensar que en casi todos los remedios debería haber estado utilizando la misma potencia (salvo que se descubra lo contrario con su transcripción completa).
En la época de D26 a D29 (1823-1826) vuelven a aumentar las indicaciones de potencias, bajas (IV, V) e intermedias (X). Salvo Thuja, que sigue empleando a la 60CH, los demás remedios se mueven entre estas potencias bajas e intermedias. Las administraciones pueden ser en seco o en húmedo, cosa que no siempre registra en el diario. La frecuencia de las tomas tampoco se indica siempre. Después de la administración del remedio suelen seguir de 5 a 10 días de tomas de placebo, hasta que el paciente pasa al siguiente remedio (p. ej., cuando Hahnemann le prescribe una serie).
En estos diarios, las referencias a la potencia ya son frecuentes. Sin embargo aumentan mucho más hacia finales de D30 y en D31 (1826-1828), lo cual es comprensible, ya que pasan a ser muy diversas: I, II, 100II, III, IV, VI, X (equivalentes, respectivamente, a 3CH, 6CH, 7CH, 12CH, 18CH, 30CH).
También vuelve a la utilización de la olfacción como vía de administración de remedios. Se encuentran largas series en las que el paciente solo ha de oler los remedios. Más adelante volverá a reducir la frecuencia de las olfacciones, limitándola en D34 (1830) al antidotaje de remedios que habían actuado demasiado fuerte y retomándola con un papel estelar a partir de D36 (1831-1832) como vía de administración principal de los remedios.
Época de 1828 a 1835 (D31-D38)
Avanzando en el tiempo, hacia 1830 (D34)[17], la potencia fundamental que utiliza Hahnemann es la X (= 30CH), lo cual ya se entrevé en D32 y D33 (1828-1830).
En D34, los pacientes suelen recibir Sulphur en las primeras visitas, siguiéndole, en la mayoría de las ocasiones, Calcarea o Lycopodium. Algo que también parece ocurrir en los 2 diarios clínicos inmediatamente precedentes.
En global, en la época de 1828 a 1831, las administraciones de remedios parecen espaciarse más, llevando casi siempre solo la primera dosis 1 o varios glóbulos del remedio. Son contadas las ocasiones en que repite remedios o prescribe rápidas sucesiones de estos. Lo normal es encontrarse prescripciones como: 24 dosis alternas, con n.º 1 Kali-c.oo/X (es decir, el paciente ha de tomar 24 dosis, en días alternos, de los que solo la n.º 1 lleva 2 glóbulos de Kalium carbonicum a la 30CH; el resto son placebos).
Hacia finales de D35 y en D36[18] (1831-1832) vuelve a una mayor frecuencia de dosificación, en la que va aumentando consecutivamente el número de glóbulos. Podemos leer prescripciones como: 24, n.º 1 Puls.o, n.º 2 Pulsoo y así hasta n.º 12 Puls.12; es decir, que no cambia ni remedio ni potencia, solo va aumentando el número de glóbulos. Esta pauta la aplicó a una niña sordomuda y muy rebelde.
Quizá viera que este tipo de prescripciones provocaba un efecto muy potente, por lo que hacia finales de D36 y en D37 (1832-1833) volvería a recurrir a la olfacción, como método más suave.
En el último diario en Alemania, D38[19] (1833-1835), no hay ninguna prescripción de potencias superiores a la 30CH. Más bien se encuentran series de remedios en potencias descendentes o variadas, con cambios del número de glóbulos y diferentes frecuencias de administración. Así podemos observar los siguientes tipos de prescripciones:
— 9 dosis llevando n.º 1 Sulphoo/VIII, n.º 2ooo/VI, n.º 3 Sulphoooo/II, n.º 4 Sulphooooo/I, n.º 5oooooo/0.
— 12 dosis llevando n.º 1 Rhus-t.o/VI, n.º 2 Rhus-t.o/IV.
Mientras que desde 1829 hasta 1834, las tomas se hacían mayoritariamente en seco, en D38 (primavera de 1835) retoma las administraciones del remedio disuelto en agua y tomado a base de cucharas, en vaso o taza. En la primera época, aún alterna las administraciones líquidas con olfacciones, pero después la toma en líquido pasa a ser la forma exclusiva de administración.
Las tomas pueden ser de una sola vez o fraccionadas en varios días, para cuya conservación añade aguardiente. En las tomas sucesivas el paciente ha de ir removiendo el contenido durante 2, 5 y 10 min (en orden creciente conforme va tomando el remedio). Así se encuentran, por ejemplo, las siguientes prescripciones:
— 7 dosis para las noches, n.º 1 Ars.o/X en una taza de agua, la primera noche remover 2 min, la segunda 5 min, la tercera 10 min.
— 14 dosis cada 2 noches, n.º 1 Sulph.o/IV en 2 noches, 1 cuchara.
— Hepar sulphuriso/X, agitar durante 5 min.
París (DF2-DF14)
Y llegamos a la época parisina, que puede dividirse en 3 períodos, en cuanto al tipo de prescripciones.
Cabe destacar que, desde que en 1835 (todavía en Köthen) empezara otra vez a administrar los remedios en líquido, ya no abandonaría nunca esta práctica. También la olfacción para la administración de remedios seguiría ocupando un papel destacable. Los cambios se producen, sobre todo, en el tipo de potencias.
Época de 1835 a 1838
En la primera época se ven las potencias acostumbradas de X = 30CH (la más frecuente), así como de IV = 12CH, VI = 18CH, VIII = 24CH. Hahnemann entrega el remedio en seco y el paciente ha de mezclarlo en casa según las indicaciones más o menos complicadas del médico. Por ejemplo:
— Hep-s.o/VIII en 14 cucharas de agua y una cuchara de aguardiente; de ello coger 2 cucharaditas cada mañana y 2 cada noche.
— Sulphuro/X mezclar a partes iguales de agua y aguardiente, metiendo 400 gotas en el primer frasco, agitar 5 veces. Coger de ello 1 gota, introducirla con 2 cucharas de agua en un segundo frasco y tomar 2 veces al día 2 cucharaditas.
Las tomas realmente son diarias. Cuando, en la siguiente consulta, Hahnemann ve que el remedio ha actuado y no quiere repetirlo, prescribe al paciente la misma pauta que había recibido anteriormente, pero en placebo.
Las administraciones en seco, por ejemplo, directamente en la lengua en la consulta, o únicas son muy aisladas, al igual que las olfacciones de los remedios.
Época de 1838 a 1840
En la segunda época, después de haberse movido durante los últimos años entre la 3 y la 30CH, hace un salto y llega a potencias cercanas a la 200CH, manteniendo, eso sí, las administraciones en líquido.
Como siempre, el primer remedio en mostrar estas innovaciones es Sulphur. Encontramos potencias de 158, 163, 185, 190, etc. en orden ascendente, descendente o variado. Por ejemplo, a intervalos de 1 semana pueden verse las siguientes prescripciones a un paciente: Sulph.o/163; Sulph.o/158; Sulph.o/196; Sulph.o/197. Es decir, que en 1 semana el paciente recibe Sulphur en la potencia 163 que ha de disolver en agua de la forma que Hahnemann le indicase y tomar una determinada cantidad (1 o más cucharaditas) con cierta frecuencia (a diario, cada 2 días, por las noches, etc.). A la siguiente semana recibía la siguiente potencia, en este caso, la 158. Así sucesivamente (fig. 3).
Figura 3. Páginas 16/17 de DF11. Se aprecian los tratamientos efectuados en el año 1841 en la paciente Ernestine Cantillon (pág.
16), y en 1840 a los pacientes Hippolyte Routier y William Kerr (pág. 17). En la imagen se ven tanto la letra de Hahnemann (centro de la página 16 párrafos iniciados con 17 y 26) y la letra de Melanie, mucho más regular (párrafos iniciados por 30, 24 y 16 arriba en la página 16).
Pero no solo se encuentran potencias tan elevadas. Hay casos en los que prescribe potencias cercanas a la 100, como 95.
A las potencias tan elevadas, le sigue una época con potencias intermedias: 25, 26, 31, 32CH, etc., también en órdenes, sobre todo, descendentes.
Experimenta también con las sucusiones de estas potencias. En ocasiones deben agitarse 100 o 200 veces.
En esta segunda época parisina, las olfacciones vuelven a adquirir un papel estelar en 1839.
Época de 1840 a 1843
Poco a poco nos acercamos hacia el final y nuevamente encontramos una innovación en su metodología que inicia con Sulphur.
Entre 1840 y 1843 se aprecia una forma completamente nueva de registrar las potencias, las LM o Q. En orden siempre ascendente, empieza a anotar: Sulph.o/5o, o/6o, etc. (el signo del glóbulo debajo de la cifra árabe que refleja la potencia) (fig. 3).
Los pacientes debían tomar los remedios disueltos en 1 o 2 vasos, de los que debían tomar 1 cuchara determinadas veces al día.
Este tipo de potencias no se encuentran con mucha frecuencia en las anotaciones[20]. Al principio solo se ven con Sulphur, pero le siguen otros remedios como Belladonna, Hepar sulphuris, Calcarea carbonica, Lycpodium, etc.
Las potencias a las que llegó con los diferentes remedios divergen mucho. Como era habitual en él, con Sulphur, siendo su remedio "pionero", llegó hasta una 30Q; entre los remedios que le siguieron con este tipo de potencias, el de potencia más elevada descubierto en los diarios es Lycopodium, con una 14Q.
Tal como relata Haehl[21], Hahnemann disponía de un botiquín destinado a los "medicaments au globules". Tenía cabida para 1.716 frasquitos. Contenía numerosos remedios, normalmente en las potencias de 1 a 10, exceptuando los remedios más comunes, como Sulphur, Mercurius, etc., que llegaban hasta la 30.
Como se ha visto en esta recopilación de las prescripciones de la época parisina, ya no varió la forma de prescripción en líquido y en dosis frecuentes, sino únicamente el tipo de potencias.
Conclusiones
El estudio de los diarios clínicos de Hahnemann ofrece una valiosa información sobre la práctica del maestro a lo largo de unos 40 años. Aquí se ha hecho únicamente una breve recopilación de los tipos de prescripciones y cómo las fue modificando. Pero, la información global obtenida para el libro es amplísima y abarca temas muy diversos, como por ejemplo la forma concreta en que Hahnemann tomaba los casos, qué tipos de tratamientos imponía aparte del estrictamente homeopático, qué clase de placebos utilizaba, cómo recopilaba síntomas para sus materias médicas, cuándo y cómo empezó a utilizar determinados remedios, el número de remedios que conocía Hahnemann (muy superior al de las materias médicas publicadas), los honorarios que cobraba y un largo etcétera. Incluso se ha podido saber algo más sobre las experimentaciones suyas propias y de su familia.
En cuanto a las prescripciones, viendo las constantes evoluciones, ampliaciones y cambios, es comprensible que fuera reacio a indicar determinadas posologías, sobre todo en sus primeros escritos.
Las constantes modificaciones vistas a lo largo de los años muestran claramente su afán de encontrar la dosis más justa, la potencia más eficaz y suave y la frecuencia más idónea.
Después de una época inicial sin metodología exacta de dilución y posteriormente con diluciones relativas, el tipo concreto de potencias que más estuvo utilizando fueron las centesimales en todas sus vertientes y solo en los últimos años introduce las potencias Q.
La vía de administración más empleada siempre fue la oral, ya sea en líquido o en seco. En determinados tiempos también recurrió a la olfacción.
Otros aspectos que interesaban a Hahnemann y que quedaron reflejados en los diarios eran si el tipo de glóbulos podía influir en el efecto de los remedios, si el efecto de los remedios cambiaba si se agitaban diferentes veces o minutos, y la forma de ir subiendo, bajando o intercalando las potencias.
Recibido el 14 de octubre de 2012; aceptado el 15 de enero de 2013
Correo electrónico:acuonautas@ono.com
Bibliografía recomendada
No publicada
Hahnemann S. Krankenjournale D2-D38 y DF2a a Df14 (1800-1843). Institut für Geschichte der Medizin, Stuttgart (Alemania). Cuadernos manuscritos, no publicados que se encuentran en la biblioteca del Instituto de Historia de la Medicina de la Fundación Robert Bosch
Spielmann T. Die homöopathische Praxis Samuel Hahnemanns an-hand seines Krankenjournals D19 (1819/1820). Tesis doctoral no publicada, presentada en 2005/2006 en el Instituto de Historia de la Medicina de Zurich.
Publicada
Bussmann J. Samuel Hahnemann; Krankenjournal D6 (1806-1807). Kommentarband; Hrsg. Von R. Jütte. Heidelberg: Haug Verlag; 2002.
Ehinger G. Das homöopathische Praxisbuch von Samuel Hahnemann aus den Jahren 183/1832. Diss. Medizinische Fakultät Charité der Humboldt. Berlin: Universität zu Berlin; 2005.
Fischbach Sabel U. Samuel Hahnemann; Krankenjournal D34; 1830. Kommentarband. Heidelberg: Haug Verlag; 1998.
Haehl R. Samuel Hahnemann. Sein Leben und Schaffen. 2 Bände. Leipzig: W. Schwabe; 1922.
Hahnemann S. Chronische Krankheiten. Vol. I-V. Leipzig (Alemania); 1835-1839.
Hahnemann S. Organon der Heilkunst. 6.ª ed. Berg am Starnberger See: O. Verlag; 1985
Hahnemann S. Reine Arzneimittellehre. Vol. I-IV. 2.ª y 3.ª ed. Dresden und Leipzig: Arnoldsche Buchhandlung, 1822-1833. Heidelberg: Facsimile, Karl Haug Verlag; 1979.
Henne H. Transkription der Krankenjournale D2, D3 u. D4. Heidelberg: Haug-Verlag; 1992 (D2); 1996 (D3) u. 1997 (D4). Michalowski A. Krankenjournal DF 2. Transkription und Übersetzung. Heidelberg: F. Haug-Verlag; 2003.
Michalowski A. Krankenjournal DF 5. Transkription und Übersetzung. Heidelberg: F. Haug-Verlag; 1992.
Mortsch M. Samuel Hahnemann: Krankenjournal D 22 (1821), Kommentar zu D 22. Stuttgart: Haug Verlag; 2008.
Papsch M. Samuel Hahnemann: Krankenjournal D38; 1833-1835; Kommentarband. Hrsg. R. Jütte. Stuttgart: Haug Verlag; 2007.
Schuricht U. Samuel Hahnemann: Krankenjournal D16 (1817-1818). Hrsg. von R. Jütte. Heidelberg: Haug Verlag; 2004.
Stahl M. Briefwechsel zwischen Samuel Hahnemann und Clemens von Boenninghausen. Heidelberg: Haug Verlag; 1997.
Varady H. Kommentar zu D5 (1803-1806). Medizinische Fakultät der Ludwig-Maximilians. München: Universität München; 1987.
Nota adicional
Tuve el gran honor de conocer al Dr. Banerji en la consulta de Montse Assens y Natalia Eres cuando estuvo en Barcelona. De hecho, gracias a esta experiencia he podido aplicar algunas de las recomendaciones de su protocolo en pacientes oncológicos sometidos a quimio y radioterapia, en los que resulta sumamente útil para aumentar defensas (probado por analítica), así como para mitigar los efectos secundarios de estas terapias.
Sin embargo, el motivo de esta nota es otro. Leí en su momento, con gran interés, el artículo "Experiencia catalana en PBHRF (protocolo Banerji) un nuevo abordaje homeopático para tratar de curar el cáncer". En modo alguno quiero enmendarle a nadie la plana, pero quisiera aclarar una afirmación que parece "haber sacudido" a algunos homeópatas, y así reconciliarnos con "la memoria histórica que tenemos de Hahnemann".
Banerji afirma que Hahnemann, alentado por las experiencias de Julius Aegidi (1795-1874), tuvo intención de añadir a su 6.ª edición del Organon un parágrafo en el que aconsejaba la práctica de los remedios dobles en enfermedades crónicas, cosa que no hizo por presiones del colectivo homeopático.
Al parecer, Aegidi[22], en contacto con Maximillian Stoll (1742-1788), un médico de Colonia (Alemania) que utilizaba remedios dobles, se aventuró a emplear también este método.
Inicialmente, Hahnemann se opuso de pleno a esta metodología, escribiendo una dura carta a Aegidi el 28 de abril de 1833 recriminándole su utilización y promulgación de los remedios dobles[23].
No obstante, en contestación a dicha carta, Aegidi parece haberle planteado al maestro argumentos muy contundentes para la administración de remedios dobles, con lo que Hahnemann empezó a dudar. En su siguiente carta a Aegidi, el 15 de junio de 1833[24], le explica que, de por sí, no tenía prejuicios frente a este método, sobre todo porque Aegidi limitaba dicha administración a "casos en los que deben administrarse 2 remedios (en máxima dilución o por olfacción), los cuales se ajustan homeopáticamente en igual medida al caso, solo desde otra vertiente". En esta carta, Hahnemann compara la práctica de Aegidi con su propio modo de proceder al administrar Hepar sulphuris (es decir, Calcarea más Sulphur) o Cinnabaris (es decir, Mercurius más Sulphur).
A la par, Hahnemann confiesa a Boenninghausen, en una carta del 17 de junio de 1833, haber empezado a probar la olfacción simultánea de 2 remedios para ver si podía ir bien. Meses después, el 15 de septiembre de 1833, Hahnemann escribe nuevamente a Boenninghausen diciéndole que, si bien había planeado hablar sobre los remedios dobles en la 5.ª edición del Organon, retiró ese comentario de su manuscrito. Al parecer, su intención se había hecho pública, aun antes de que se publicara, causando gran revuelo entre los homeópatas. Hahnemann decidió entonces retirar el comentario para evitar la errónea interpretación que se le estaba dando. El 16 de octubre de 1833, en otra carta enviada a Boenninghausen, le comunica que, de los múltiples experimentos hechos con la doble olfacción, solo 1 o 2 salieron bien.
Como conclusión, Hahneman zanja el tema con Aegidi en una carta del 9 de enero de 1834, exponiéndole sus serias dudas al respecto, y con Boenninghausen, en una carta del 18 de septiembre de 1836 desde París, denominando la práctica de los remedios dobles como "terrible herejía que dará la estocada final a la verdadera homeopatía."
El último diario clínico (D 38) de su época alemana cubre el período de noviembre de 1833 a junio de 1835. En su transcripción, no se ha podido encontrar ninguna administración de remedios dobles. Tampoco en la revisión del diario que abarca 1831-1832 (D36) y parte de D37 (1832-1833)[25] se han encontrado indicios de semejante práctica.
En los restantes diarios clínicos, Hahnemann nunca utilizó en sus pacientes remedios dobles. Como se ha podido ver en el anterior artículo, sí que administraba series de remedios (que podían ser muy frecuentes), pero no se tomaban a la vez, sino con intervalos de días o semanas en donde los pacientes solo recibían placebo.
Se ha encontrado un único caso concreto de una paciente en París que, en 1835, recibe Natrium muriaticum 24CH (en plus) a tomar cada mañana y Hepar sulphuris 6CH (en plus), que la paciente debía tomar por las noches (una noche lo debía tomar por vía oral y otra friccionando el agua con el remedio en la piel). Estrictamente, ni siquiera esto es un remedio doble, si bien se simultanean 2 remedios. La paciente de 37 años, con cefaleas, sofocos y ansiedad solo toma esta combinación durante 9 días, siguiendo después exclusivamente con Hepar sulphuris. En otros casos puede encontrarse una olfacción de un remedio directamente en la consulta y la prescripción de otro que el paciente debía tomar al día siguiente por vía oral.
Por tanto, puede afirmarse que, revisados los diarios clínicos, es imposible hablar de Hahnemann como prescriptor de remedios dobles.
Entonces, ¿de dónde viene la afirmación de los Dres. Banerji? Como todos sabemos, el manuscrito original de la 5.ª edición del Organon, con añadidos del puño y letra de Hahnemann para la siguiente edición, se encuentra en la biblioteca de la Universidad de California en San Francisco (UCSF). Hoy en día podemos ver el original del Organon[26], inclusive la transcripción de Haehl[27], por Internet. La UCSF Library lo ha puesto a disposición de todo el mundo.
Allí puede verse que no hay ningún añadido que hable de remedios dobles, como tampoco se encuentra en la transcripción de Haehl.
Sin embargo, Arthur Lutze publicó en 1865 una supuesta "6.ª edición del Organon" de Hahnemann. En dicha versión, con añadidos del propio Lutze, sí que se habla de remedios dobles. Concretamente, Lutze añade el parágrafo 274b (que no se encuentra en la 6.ª manuscrita del maestro) como si fuera el párrafo que, en su momento, Hahnemann "se viera obligado" a retirar de la 5.ª edición. Para incluir este párrafo se basa en la ya mencionada carta de Hahnemann enviada el 15 de junio de 1833 a Aegidi.
Esta nota sigue con una larga explicación de Lutze con ejemplos de su propia experiencia exitosa con la utilización de los remedios dobles. Lutze añade, además, una crítica atribuyendo la no publicación de este parágrafo en la 5.ª edición del Organon a la obcecación y falta de entendimiento del colectivo de homeópatas que rodeaban a Hahnemann.
Lutze omite por completo las experiencias y la postura final de Hahnemann al respecto.
Supongo que la afirmación de los Dres. Banerji se basa en este parágrafo del Organon de Lutze.
En conclusión, puede decirse que si bien Hahnemann parece haber experimentado con remedios dobles (tal como el mismo reconoció en la carta a Boenninghausen) durante un breve período de 1833, desistió inmediatamente de esta práctica y no volvió a retomarla nunca. Tampoco tuvo intención alguna de incluir este tema en la 6.ª edición. En su práctica clínica, en la que demostradamente siempre estuvo investigando para encontrar la dosis mínima, más suave y eficaz, no tuvieron cabida los remedios dobles.
[1]El Instituto de Historia de la Medicina de Stuttgart perteneciente a la Fundación Robert Bosch guarda una importante colección del legado de Hahnemann, entre ellos los diarios clínicos.
[2]D7 está en preparación y D19, si bien terminado, no se ha publicado.
[3]Se han perdido el primer diario clínico alemán y el primero de la época francesa.
[4]Ambos transcritos y traducidos del francés al alemán por Arno Michalowski.
[5]No dejan de ser 40 años de constante evolución y avance.
[6]Henne (transcriptor de D2-D4) situó el inicio en 1801, aunque también puede haber sido antes. D5 fue transcrito por H. Varady y D6 por Bussmann.
[7]Grano ~ 0,065 g.
[8]Ver MMP, 1.ª edición, introducción al segundo volumen en 1816, que da indicaciones más precisas con relaciones de dilución de 1:1.000 y después de 1:10 (p. ej., en Arsenicum) o de 1:1.00, 1:10.000 y 1:50.000 (en el caso de Ferrum).
[9]La transcripción y el comentario de D16 son de Ulrich Schuricht.
[10]Hahnemann está viviendo en Leipzig.
[11]Transcrito por Thorsten Spielmann.
[12]A mitad de este diario clínico, Hahnemann se traslada a Köthen. Es la época posterior a la muerte de Schwarzenberg, que supuso un grave revés para el maestro.
[13]Además, al final, se encuentra una gran parte del tratamiento de Schwarzenberg.
[14]Transcrito y comentado por M. Mortsch.
[15]Hahnemann solía utilizar el signo alquímico de Sulphur para registrarlo en los diarios. También recurría a símbolos alquímicos en otros remedios.
[16]Hahnemann ya se encuentra en Köthen.
[17]Transcrito y comentado por U. Fischbach.
[18]Transcrito y comentado por G. Ehinger.
[19]Transcrito y comentado por M. Papsch.
[20]De hecho, en el diario transcrito DF5 no aparecen nunca.
[21]Haehl R. 1922; Vol. 2; Cap. 24; anexo 24; pág. 439.
[22]Karl Julius Aegidi (1794-1874), médico homeópata, amigo y alumno de Hahnemann.
[23]Para esta y las siguientes cartas a Boenninghausen, ver Cap. 8 E.6.
[24]Lutze, quien publicara en 1865 la supuesta 6.ª edición del Organon de Hahnemann, recurre a esta carta como justificación para añadir un parágrafo (274b) en pro de los remedios dobles, aduciendo que el propio Hahnemann era partidario de dicha práctica.
[25]Evidentemente sería necesaria la transcripción completa de este diario para encontrar quizá alguno de los experimentos con olfacciones de remedios dobles en pacientes. De todos modos, la comprobación puntual abarca páginas salteadas de los meses de marzo a agosto y no se ha podido encontrar nada.
[26]Link de la página web en la que puede visualizarse este Organon: http://www.library.ucsf.edu/sites/all/files/digital_ collections/organon/organon.htmll
[27]Link de la página web en la que puede visualizarse la transcripción de Haehl: http://www.library.ucsf.edu/sites/all/files/ digital_collections/haehl/haehl.html