En este estudio se identifica el proceso de interacción social de los niños con síndrome de Down (SD) en el sistema educativo ordinario de una ciudad en el interior de São Paulo (Brasil). En el estudio participaron 6 niños de 3 a 6 años de edad. Se filmaron vídeos de cada niño en cuatro situaciones de interacción social en dos ambientes diferentes (interior y exterior), lo que permitió analizar las habilidades interpersonales y de autoexpresión a través de la observación de 15 tipos de conductas. Los resultados revelan que el tipo de conducta “interactúa con otros niños”, dentro de la categoría de “habilidades interpersonales”, fue la más frecuente tanto en ambiente interior como en exterior, con una media de 27,5 y 28,3, respectivamente. Teniendo en cuenta las habilidades de autoexpresión, sólo la conducta “sonríe” se dio una cantidad de veces destacable en interiores, con una media de 8,16, mientras que las conductas “sonríe” e “imita a otros niños” tuvieron una presencia significativa en exteriores, con unas medias de 5,16 y 3, respectivamente. En conclusión, incluir niños con SD en el sistema educativo ordinario promueve en ellos nuevas formas de aprendizaje e interacción mediante el contacto diario con niños con desarrollo normal, lo que les permite adquirir habilidades de interacción social.
This study identifies the process of social interaction of children with Down's syndrome (DS) in the regular educational system of a city in the interior of São Paulo, Brazil. Six children aged from three to six years old participated in the study. Each child was videotaped in four situations of social interaction in two distinct environments (indoors and outdoors), which enabled the analysis of interpersonal and self-expression skills through the observation of 15 types of behaviors. The results reveal that the behavior type “Interacts with another child”, within the category “interpersonal skills”, was the most frequent both indoors and outdoors with an average of 27.5 and 28.3, respectively. With regard to “selfexpression skills”, only the behavior “Smiles” had a considerable number of occurrences indoors with an average of 8.16, while the behaviors “Smiles” and “Imitates other children” presented significant occurrence outdoors with averages of 5.16 and 3, respectively. The conclusion is that including children with DS in the regular educational system promotes new forms of learning and interaction for them through daily contact with children with typical development, enabling them to acquire social interaction skills.