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Vol. 86. Núm. 4.
Páginas 1115-1116 (diciembre 2015)
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Duellman, W. E. 2015. Herpetology at Kansas, a centennial history. Ithaca, New York, Estados Unidos de América: SSAR. 360 p. Cómo se ha hecho una herpetofauna latinoamericana: historia de la herpetología en KU
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Oscar Flores-Villelaa,b
a Departamento de Biología Evolutiva, Museo de Zoología, Facultad de Ciencias, Universidad Nacional Autónoma de México. Apartado postal 70-399, 04510 México D.F., México
b Department of Biology, University of Texas, Arlington, Texas, Estados Unidos de América
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Este libro es una historia muy personal del desarrollo de la Herpetología en la Universidad de Kansas (KU, por sus siglas en inglés), sin duda alguna, uno de los centros de educación en esta disciplina más importantes de los Estados Unidos de América y del mundo. El libro consta de 30 capítulos, con un prefacio del autor y un prólogo de Kraig Adler, literatura citada e índice alfabético. El libro está dedicado a los estudiantes de Herpetología de la KU. El primer capítulo contiene una historia breve de lo que hoy es el «Biodiversity Institute» de la KU, antes el Museo de Historia Natural, el cual desde 1941ha tenido solo 4 directores.

A lo largo del libro, Duellman escribe en tercera persona, aun cuando habla de sí mismo en el capítulo 5 y a lo largo del texto. Varios de los capítulos tratan de los curadores y otras personas importantes asociadas a la colección, iniciando con Edward Harrison Taylor, para seguir con Henry Sheldon Fitch, John Marshall Legler, William Edward Duellman, Charles William Myers, Linda Trueb (2 capítulos), Joseph Thomas Collins, John Edward Simmons, así como los 2 curadores actuales Rafe Mark Brown y Richard Elliott Glor. El último capítulo contiene biografías cortas de 138 exalumnos graduados del programa herpetológico de la KU, casi todas con su respectiva fotografía. Únicamente 2 de ellos son mexicanos. También hay un capítulo en el que se dan detalles del trabajo de 8 estudiantes, de la década de 1970, relativamente desconocidos, con algunas excepciones. En otros capítulos a lo largo del libro (7, 10, 11, 12, 15, 16, 21 y 23) se menciona el trabajo particular de algunos otros exalumnos de la KU que han desarrollado carreras importantes dentro de la Herpetología. En los capítulos 7, 17 y 18 se habla de la colección; el capítulo 19 está dedicado a la biblioteca de Herpetología. En el capítulo 29, Duellman hace una comparación del programa de Herpetología de la KU con otras instituciones. Reseñaré a continuación algunos de los capítulos más importantes.

Con toda razón Duellman le da crédito a Edward H. Taylor de ser el creador del programa de Herpetología en la KU y el pionero moderno en el estudio de los anfibios y reptiles de México. No obstante, Taylor hizo un trabajo muy importante en casi todo el mundo y con casi todos los grupos de anfibios y reptiles y otros vertebrados, en combinación con sus actividades extracurriculares para el gobierno de su país (Borrel, 2013).

Las contribuciones de Henry Fitch en ecología e historia natural de reptiles han sido clave en el desarrollo de estudios de este tipo por otros investigadores. Duellman nos relata su papel como superintendente de la Reserva de Historia Natural de la KU, su apasionante vida y su amor por el trabajo de campo. Los trabajos de Fitch con especies neotropicales siguen siendo casi la única fuente de información sobre la biología de muchos reptiles de México y Centro América. Es una pena que la KU reemplazara a Fitch por un ecólogo teórico, que en palabras de Duellman, solo ha tenido contacto con el campo observando aves.

Duellman acredita la modernización de los métodos de catalogación en la colección a John Legler; el cual actuó como estudiante y curador a la vez, entre la transición de la administración de Taylor y la de Duellman. Legler logró catalogar cerca de 13,000 ejemplares, entre todas sus actividades; una gran hazaña para un estudiante.

Duellman dedica el capítulo 5 a sus primeros años como curador de la colección herpetológica de la KU. Relata el despegue de esa sección en el Museo de Historia Natural bajo su dirección, así como el inicio de trabajos en México y Centro América. Este trabajo de campo se expandiría eventualmente a Sudamérica y otras partes del mundo. En este capítulo también describe los trabajos de los primeros estudiantes y el enorme incremento, en número de ejemplares, que tuvo la colección. En el capítulo 18, narra el crecimiento de la colección, el cual fue muy limitado al principio de su fundación. Para 1920 la colección solo tenía 380 ejemplares catalogados, en 1930 este número se incrementó a 7,333 y creció a 21,252 al inicio de la década de 1940. Los esfuerzos de E. R. Hall, director del Museo en la década de 1950, elevaron el número de ejemplares catalogados a 28,058; en 1950, antes de la llegada de Duellman, la colección herpetológica de la KU tenía 51,848 ejemplares. La administración de Duellman y, posteriormente de Trueb, han llevado la colección a 330,000 ejemplares (datos del 2010), más del doble de los que tenía en la década de 1970 (Wake et al., 1975). Esta enorme colección ha sido el producto de las diferentes investigaciones de los curadores y estudiantes de la KU, así como a la adquisición de otras colecciones huérfanas, en palabras de Duellman, las cuales han contribuido con cerca de 100,000 ejemplares.

Duellman no pierde el tiempo con palabras de halago o falsas lisonjas; cuando es necesario pone los puntos sobre las «íes» y critica abiertamente los grandes y pequeños egos y errores de las personas que han pasado por la KU, aunque no menciona los propios. Hasta donde he podido preguntar entre colegas y amigos, que tienen información de primera mano, no hay falsos señalamientos en las páginas del libro; Duellman documenta todos sus juicios y críticas.

En los capítulos 24, 25 y 27, Duellman comenta, no sin cierta nostalgia, cómo ha cambiado el enfoque en los estudios de museo con organismos. Aunque en la KU se sigue la tradición de mantener colecciones activas con nuevos enfoques, no puedo dejar de comentar la suerte por la que han y están pasando varias colecciones. No se han reemplazado a los curadores que se retiran o han sido reemplazados por personas que no valoran o no saben cómo trabajar con organismos. Parece que en la KU este no es el caso, y los programas de investigación de R. M. Brown y R. E. Glor prometen continuar con la tradición del trabajo de museo de historia natural. En otras palabras la Herpetología en la KU está en muy buenas manos.

En el capítulo 28, Duellman nos habla sobre su «retiro», a pesar del cual no ha dejado de ser tan productivo como siempre lo ha sido. Este libro es un producto tangible de la capacidad de trabajo y la amena escritura de la que goza Bill Duellman, ¿tendrá más planes para el futuro?

Sin duda alguna, el programa de Herpetología de la KU es uno de los más exitosos en los Estados Unidos de América. Duellman nos da números muy contundentes al respecto; no obstante, como bien señala, ya no hay muchos programas de herpetología tan activos como el de la KU, y comenta cómo han declinado programas que han sido trascendentales en la historia de la disciplina, como el de su alma mater, la Universidad de Michigan.

Este libro es muy ameno de leer y tiene muchas historias e información difícil de encontrar en otras publicaciones, inclusive históricas. El libro está ampliamente ilustrado con fotografías y algunos dibujos. Las fotografías ilustran a los personajes de la historia en la KU en diversas situaciones, ya sea de trabajo o de esparcimiento, incluyendo algunas con situaciones extrañas, como la de un connotado investigador que usa anteojos cuando se mete a la alberca. En conclusión, el libro de Duellman es una gran contribución a la historia de la Herpetología y vale la pena leerlo; me permito congratular al autor por otro excelente trabajo que ha salido de su pluma.

Agradecimientos

A M. Benabib por sus comentarios al texto. A la Dirección General de Asuntos del Personal Académico de la Universidad Nacional Autónoma de México por el apoyo de estancia sabática en la Universidad de Texas, Estados Unidos de América, así como a las autoridades de la Universidad de Texas, Arlington por su apoyo.

Referencias
[Borrel, 2013]
B. Borrel.
The spy who loved frogs.
Nature, 501 (2013), pp. 150-153
[Wake et al., 1975]
D.B. Wake, R.G. Zweifel, H.C. Dessauer, G.W. Nace, E.R. Pianka, G.B. Rabb, et al.
Collections of preserved amphibians and reptiles in the United States. Committee on Resources in Herpetology.
Society for the Study of Amphibians and Reptiles Herpetological Circular, 3 (1975), pp. 1-22
Copyright © 2015. Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Biología
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