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Vol. 58. Núm. 218.
Páginas 277-282 (enero 2013)
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Formación del Estado, revolución pasiva y desarrollo desigual en México
State Formation, Passive Revolution and Uneven Development in Mexico
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Emilio Allier Montaño
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El libro Revolution and the State in Modern Mexico fue acreedor, en el año 2012, del premio al mejor libro otorgado por la British International Studies Association. Su autor, Adam Morton, es Profesor Asociado de Economía Política en la Universidad de Nottingham. Sus áreas de especialidad son las relaciones internacionales, la economía política de México y los estudios gramscianos.

Justamente, es a partir de la articulación de estas áres de investigación que construye el argumento central de su libro: una caracterización de la formación del Estado capitalista mexicano acorde a los conceptos de revolución pasiva y desarrollo desigual y combinado; este argumento lo construye a partir del análisis de los distintos momentos clave de la historia moderna mexicana, de la Revolución hasta la instalación del neoliberalismo.

Con el fin de abordar los argumentos del autor, hemos dividido su presentación en tres secciones: la primera revisa y explica el argumento central del libro; la segunda busca dar cuenta de las contribuciones del trabajo de Morton a la investigación histórica, sociológica, económica y política sobre México y, finalmente, la tercera sección, regresa sobre algunos puntos centrales de la obra y los evalúa con mayor detalle.

Esta rica y detallada “sociología histórica” del Estado moderno mexicano, focaliza y sintetiza su análisis alrededor de dos ejes centrales:

  • i)

    la (re)descripcióny (re)conceptualización de esta historia en términos de “revolución pasiva”, y

  • ii)

    la contextualización y explicación de dicha dinámica como parte de un “proceso de desarrollo desigual y combinado” al interior de la expansión del mercado y las formas de producción capitalistas durante el siglo XX (Morton, 2011:3).1

Siguiendo estos ejes, Morton sostiene que la formación del Estado mexicano, a partir de la Revolución y hasta nuestros días, obedece a un proceso de revolución pasiva permanente (Morton, 2011: 23, 237). Gracias a ésta, las élites políticas y económicas nacionales han logrado la constitución de un mercado capitalista integrado al mercado internacional en forma desigual y combinada.

Es en una densa base analítica gramsciana, que Morton sostiene parte del estudio de las dinámicas de la revolución pasiva (Morton, 2011:4,35,207). La lógica de estas dinámicas se define en dos movimientos distintos pero complementarios: i) las formas violentas de cambio político impulsado por las masas, las cuales son redirigidas hacia la restauración del sistema y el Estado capitalista (la Revolución mexicana), y ii) los cambios políticos y económicos que permiten la reproducción de dicho Estado sin violencia y sin la intervención de las grandes masas. Es decir, aquellos procesos de reforma lanzados por una élite que reproducen la lógica del Capital tanto en sus dimensiones regionales, nacionales como internacionales (la instalación del modelo neoliberal a partir de los años ochenta) (Morton, 2011: 63).

Estas dimensiones espaciales son abordadas detalladamente por el autor. Siguiendo a Trotsky (1980: 28), Morton afirma que la formación del mercado capitalista en México ha obedecido a una lógica de desarrollo desigual y combinado (Morton, 2011: 34). Esto implica que a nivel supranacional no todos los Estados pueden alcanzar el mismo grado de desarrollo. En respuesta a ello, el autor analiza las dinámicas de crecimiento nacional al interior de un marco de desarrollo internacional. Por otro lado, en el terreno doméstico, dicha lógica de desarrollo capitalista conlleva la creación de una territorialidad y espacialidad fragmentada y seccionada acorde a diferentes niveles de desarrollo. Atendiendo a dicha fragmentación, el autor recorre y analiza detalladamente las diferencias en el crecimiento al interior del propio Estado mexicano (Morton, 2011: 13-15).

Como se mencionó, el eje articulador de esta territorialidad fragmentada se sostiene gracias a un constante proceso de revolución pasiva. De esta forma, Morton reescribe de forma inédita y propositiva la historia de la modernización en México. Las áreas de contribución de la obra se delimitan a dos ámbitos interconectados que se relacionan con la naturaleza de la propia investigación: por un lado, el trabajo interviene en la esfera de las relaciones internacionales y de la economía política internacional. En este sentido, hay dos aspectos que deben subrayarse: el primero es que el libro constituye el primer estudio en Latinoamérica enfocado enteramente al entendimiento de la formación del Estado capitalista en relación con el proceso de revolución pasiva (Morton, 2011:4). Es decir, a lo largo de las páginas, el autor va construyendo un laboratorio en el cual experimenta ampliamente las capacidades analíticas de la teoría gramsciana. El terreno de experimentación se enmarca en relación con un contexto y un caso específicos: México y América Latina. En segundo lugar, este trabajo contribuye de manera substancial al estudio de la política económica internacional. Dicha contribución se sustenta al operacionalizar en extenso la teoría troskista en el contexto del capitalismo contemporáneo de la mano de las categorías de desarrollo desigual y combinado para el caso del Estado capitalista mexicano.

Por cierto, y esta es una de las particularidades que resaltan de la obra, este terreno de intervención conlleva una discusión con diversas corrientes analíticas del estudio de los procesos de globalización y mundialización. Entre ellas, tres son las que se destacan: el marco analítico elaborado a partir del concepto de posthegemonia (Beasly-Murray 2003; Arditi, 2007), los estudios del sistema mundo (Wallerstein, 1974) y la teoría de la dependencia (Slater, 2004) (Morton, 2011: 10,41).

De este modo, el texto contribuye de manera substancial a la sociología histórica del Estado mexicano, movilizando a lo largo de la obra una extraordinaria cantidad de evidencia y de fuentes primarias. Cada uno de los capítulos del libro despliega un análisis empírico sustentado en una gran cantidad de datos obtenidos gracias al uso oportuno de diversas herramientas metodológicas de investigación. De la misma forma, cada uno de los capítulos proporciona un desarrollo teórico que se articula atendiendo a las especificidades del material empírico. En otras palabras, no existe una imposición de la teoría sobre el análisis empírico (Morton, 2011: 19). El manejo equilibrado de teoría e investigación empírica permite al autor reescribir la historia de la sociedad mexicana, tarea que aborda a lo largo de ocho capítulos agrupados en dos secciones.

En el primer capítulo formula las hipótesis de trabajo y revisa de manera somera los aspectos teóricos que son fundamento de la investigación. En el segundo, analiza el resultado de la Revolución y la formación del Estado nacional capitalista. Este análisis se diferencia de forma crítica de otros trabajos que consideran la guerra civil como una revolución burguesa (Gilly, 2007) (Morton, 2011: 46). Según este análisis, la Revolución mexicana y el período cardenista restauraron (y en muchas ocasiones simplemente continuaron), prácticas pre-revolucionarias. Sin embargo, a ojos de Morton, la Revolución no arrojó la formación de una burguesía lo suficientemente consolidada. Entonces, el Estado (en asociación con dicha protoburguesía), tomó las riendas del proceso de modernización capitalista. Por ello la Revolución de 1910 no puede ser conceptualizada tan sólo como un proceso burgués de restauración.

El siguiente apartado se enfoca en el proceso de reorganización de las clases introducido por medio del modelo de sustitución de importaciones. Morton pone un especial énfasis en la redistribución espacial producto de esta reorganización de clases y regiones desigualmente desarrollas. El capítulo cuatro investiga la consolidación de la burguesía nacional en los años setentas y ochenta, a la vez que se enfoca en el impulso conjunto de Estado y burguesía en la construcción de un mercado en concordancia con la globalización capitalista. El capítulo quinto se embarca en los procesos y discursos ideológicos que dieron lugar a este mercado. En particular, el capítulo analiza el papel desempeñado por la inteligencia mexicana a través de la figura de Carlos Fuentes y diversas manifestaciones culturales. Vale la pena mencionar el agudo y sugerente examen que Morton realiza alrededor de “la literatura arquitectónica” del Monumento a la Revolución (Morton, 2011: 97).

La siguiente sección investiga el proceso de democratización. A ojos del autor, dicho proceso es un aspecto quintaesencial de la formación del Estado capitalista y del mercado económico y político contemporáneo (Morton, 2011: 26). Las instancias y organizaciones democratizadoras son analizadas con gran cuidado. De esta forma surge la relación ideológica de dichas instancias con los discursos promovidos por las superpotencias capitalistas y la formación de una subjetividad modelada por principios individualistas. El último capítulo busca los trazos de la resistencia frente a la creación de estos espacios capitalistas. El Neo-Zapatismo se muestra como el paradigma de resistencia al modelo neoliberal y a una democratización confeccionada para la reproducción de las formas preexistentes de acumulación capitalista.

Finalmente, las conclusiones del libro arriesgan una consideración del modelo teórico desarrollado por Morton más allá del caso mexicano. El autor sugiere que el continuo de la revolución pasiva y el desarrollo desigual y combinado constituyen el punto de referencia nodal de la formación del Estado postcolonialista. Morton considera que esta cualidad arroja un modelo metodológico aplicable a casos con características similares. (Morton, 2011: 237).

Las tesis y postulados de David Morton son polémicos. Secciones enteras del libro son dedicadas a demarcar la justificación de su intervención en relación con el cúmulo previo de estudios sobre el Estado mexicano. Morton discute las virtudes de su trabajo contra el telón de fondo de dos perspectivas recurrentes en los estudios sobre el tema: el modelo corporativista del Estado y los estudios culturales enfocados en la diversidad social creada por el desarrollo desigual (Morton, 2011: 6-10). Con respecto a estos últimos, el autor sostiene que existe un acierto en el análisis de las disparidades regionales que constituyen el foco de estos estudios. Sin embargo, la fragmentación regional es sólo un aspecto del proceso modernizador en México. Los estudios culturales son ciegos al desarrollo desigual a nivel supranacional y a las luchas de clase que subyacen bajo las identidades culturales y regionales. Por otro lado, el modelo corporativista del Estado y su progresiva separación de la sociedad civil, reciben gran atención por parte del autor. Morton considera que dicha aproximación es igualmente ciega a las luchas y contradicciones de clase. Ello es resultado de la conceptualización de una aguda diferencia entre el Estado y la sociedad civil. Esta diferenciación artificial olvida el papel fundamental del Estado en la economía política de la sociedad civil. Como Morton sostiene, el Estado participa de manera activa en la construcción de la sociedad civil y de la política económica del “libre” mercado. De este modo, el autor adelanta el concepto gramsciano de Estado integral (Gramsci, 1971: 220 citado en Morton, 2011:19) para desarmar esta imposibilidad analítica y reforzar el nicho de su intervención académica.

El texto de Morton constituye una aportación singular al estudio de la política económica nacional e internacional. Sin embargo, la amplitud de su contribución conlleva ciertos riesgos.

En este punto, nos interesa prestar especial atención al uso del concepto de “revolución pasiva” y a la pertinencia que conlleva su extensión a una figura o proceso permanente.

Como el propio Morton expone, la revolución pasiva es un proceso contrapuesto a la hegemonía (Morton, 2011: 10) concebida como relación compleja establecida entre dos polos: la coerción y el convencimiento ideológico. En este sentido, la hegemonía no es un simple efecto de dominación. Con acuerdo a la relación existente entre estos dos ejes es posible hablar de hegemonía orgánica (equilibrio entre ideología y coerción), en declive (la coerción empieza a ganar terreno a la ideología) o fallida (la coerción se privilegia sobre la ideología). La hegemonía fallida implica una dinámica en la cual se puede hablar de la existencia de una revolución pasiva (Gramsci, 1971: 59, Gramsci, 2007:75 citado en Morton, 2011:21). Esto quiere decir que en la revolución pasiva, la interpelación ideológica tiene un papel secundario en la reproducción del Estado capitalista.

Si lo anterior es correcto, la revolución pasiva permanente implicaría una predominancia de la coerción para la reproducción del sistema. Bien podría ser este el caso de la formación del Estado mexicano. Sin embargo, para hacer avanzar su argumento en este sentido, Morton debe prestar más atención a dos puntos importantes: el análisis de los procesos ideológicos y de las formas de coerción social.

Un análisis detallado de estos puntos puede arrojar resultados mixtos. Es innegable que durante la década de los años sesenta y setenta, el Estado mexicano se caracterizó por un uso particular y definido de represión. Sin embargo, y por otro lado, las elecciones del 2000 fueron resultado de un proceso de internacionalización ideológica extraordinariamente potente. Morton reconoce esta problemática (Morton, 2011: 165).

El trabajo de Adam Morton, Revolution and State in Modern Mexico: The Political Economy of Uneven Development, investigación sólida, bien documentada y propositiva, es una referencia obligada para los estudios gramscianos, la relaciones internacionales y la sociología histórica de la modernización en México.

Bibliografía
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Posdoctorante asociado al Posgrado del Colegio de Estudios Latino Americanos de la Universidad Nacional Autónoma de México, (México). Programa de Fortalecimiento del Posgrado Nacional del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. Doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de Essex, Reino Unido. Sus áreas de especialización son: Análisis del discurso y la ideología, seguridad y democracia en México.

Todas las traducciones del texto original en inglés son del autor de esta reseña.

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