El investigador español, Manuel Castells, es doctor en Sociología por las universidades de París y la Complutense de Madrid, docente de diversas universidades de Europa y Estados Unidos, así como miembro del Alto Comité de Expertos sobre la Sociedad de la Información, nombrado por la Comisión Europea. Es autor destacado, no sólo por su visión sobre la “sociedad red”, que actúa como estructura interactiva para la transmisión de la información y del conocimiento, sino también por su discurso académico articulado por la comunicación y los flujos informativos. Su obra ha alcanzado una significativa difusión y reconocimiento mundial, que le ha valido numerosos premios, medallas universitarias y doctorados honoríficos de universidades de Europa, América y Asia.
La Galaxia Internet: Reflexiones sobre Internet, empresa y sociedad presenta un estudio sobre la red de redes, desde diferentes enfoques, en el que Castells vincula a la sociedad informacional con las redes informáticas interactivas. Estas redes, dice el autor, han creado nuevas formas y canales de comunicación, así como modos de desarrollo informacional en los que se conectan la cultura y las fuerzas productivas, estableciendo así nuevas formas de interacción, control y cambios sociales.
Si bien la presente reseña se centra en esta obra en particular, se revisaron también otros de sus trabajos, en los que analiza la función de Internet como instrumento que interactúa con el conjunto de la sociedad. Internet, más que medio de comunicación, es un medio de interacción y de organización y representa una nueva forma de relación en la que se basa la sociedad red.
La obra explica cómo la red conecta o desconecta de forma selectiva a individuos, grupos, regiones o incluso países, según su importancia, debido a que las sociedades se estructuran cada vez más en torno a una posición bipolar entre la “red” y el “yo”, y de ahí que se produzca una división o brecha social. El objetivo de Castells es argumentar teóricamente por qué deben formularse políticas orientadas a impulsar y difundir el conocimiento, mediante el acceso a Internet, así como a favorecer la capacidad de interacción, de cooperación y de intercambio, y por ende, el desarrollo individual y colectivo.
Circunstancialidad y reflexiones en torno a InternetPartiendo de las ideas de que Internet (1) emerge de la interacción entre la ciencia y la investigación; (2) fue desarrollado con una arquitectura informática abierta y de libre acceso; (3) fue creado con la pretensión de ser un instrumento de comunicación libre y, (4) es considerado un medio esencial de comunicación, la disponibilidad de Internet no puede limitarse tan solo a unos cuantos sectores, sino que su acceso debería ser posible para todos los grupos sociales (Castells, 2009: 25).
Sin embargo, a pesar de su demostrada importancia, sólo una tercera parte de la población del planeta tiene acceso a Internet, lo que genera un fenómeno de relevancia social, cultural, política y económica que el escritor llama “divisoria digital” o brecha digital, la cual consiste en la creación de un mundo dividido entre quienes tienen acceso a la red y quienes no lo tienen (Castells, 2001: 275-304).
Por su parte, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (ocde) asevera que la brecha digital está determinada por la distancia entre individuos, áreas residenciales o geográficas de los diferentes niveles socioeconómicos, en relación con sus oportunidades para acceder a Internet, marcando diferencias tanto entre los países como dentro de ellos (ocde, 2001: 49). En consecuencia, la divisoria digital es la separación que existe entre aquellas personas que usan Internet como parte de sus actividades diarias y aquellas que no lo hacen, ya sea por factores económicos, culturales o tecnológicos.
Castells plantea que cuando la información y el conocimiento se encuentran en la red, pero no se cuenta con las herramientas y habilidades necesarias para hacer uso de ellos, también existe una divisoria tecnológica y digital. Para el autor la riqueza de Internet radica en saber dónde está la información, cómo buscarla, cómo procesarla y cómo transformarla en conocimiento. Esa capacidad de aprender a aprender, de saber qué hacer con lo que se aprende, se convierte en una capacidad socialmente desigual y relacionada con el origen social y familiar y con el nivel cultural (Castells, 2012: 15)
Desde este enfoque tecnológico, señala el autor, la información que se encuentra en Internet puede localizarse de manera cada vez más rápida y fácil, pero esto varía entre quienes cuentan con una computadora, tienen acceso a la red de redes y/o saben cómo utilizar las nuevas tecnologías. A pesar de su continuo crecimiento, estas posibilidades no están disponibles en cualquier momento, en cualquier lugar o para cualquier persona.
En este contexto, la divisoria digital aparece como un concepto vinculado a la disponibilidad y calidad de los artefactos y servicios involucrados que dependen en una proporción pertinente de factores externos a los usuarios. Es por esto que, entre una brecha digital referida a desigualdades tecnológicas, se encuentra aquella que busca ampliar los beneficios del uso eficiente de la tecnología. Por tanto, la gestión tecnológica debe incluir la planeación y coordinación, así como los objetivos estratégicos y operacionales, que permitan una alineación entre tecnología, recurso humano y conocimiento generado y asimilado; alineación que estimule el aumento en la calidad de los servicios ofrecidos, en disponibilidad, accesibilidad y competitividad en el sector.
De acuerdo con el autor, desde una perspectiva política, Internet también tiene una relación directa con las actividades públicas o gubernamentales, tanto a nivel de partidos, como de dirigencias o gobiernos de distintos tipos, y aunque debería de ser un instrumento de participación ciudadana extraordinario, dinámico, de cambio social, de información y de relación interactiva, su uso se limita a exponer información susceptible de opinión, pero sin que se pueda saber qué pasa con esa opinión expresada. Por ello, los objetivos que se deben alcanzar con el uso de Internet son: la desburocratización de la política; una mayor participación ciudadana, permanente, e interactiva; e información constante de doble vía, con la que se pueda provocar un cambio en la política (Castells, 2001: 159-192).
Desde esta óptica, el diseño de perfiles en función del tipo de uso de Internet se convierte en una interfaz de interacción entre la observación, análisis de la divisoria digital y la formulación e implementación de políticas públicas. Si las tecnologías aumentan la eficiencia mediante la automatización de procesos y la integración informática de servicios en la gestión pública generando transparencia en los procesos y cercanía a la ciudadanía; se abre la posibilidad de una nueva relación política con los ciudadanos, como la posibilidad de participar en el diseño de políticas públicas, de comunicarse con autoridades y de investigar sobre la acción pública.
En este sentido, desde una perspectiva social, afirma Castells, Internet ha convertido, complementado y articulado los distintos medios de comunicación, permitiendo interactuar y canalizar información, que puede llegar a la sociedad en tiempo real y que continúa procesándose en tiempo real. Esto es, la red de redes funciona como un medio masivo, continuo e interactivo al que pueden acceder distintos usuarios de modo sincrónico y asincrónico, por lo que representa un sistema conector del sistema multimedia, que permite una comunicación horizontal de ciudadano a ciudadano (Castells, 2009: 187)
Desde el punto de vista económico, Castells destaca el uso de Internet como un medio de adquisición de bienes y servicios, por lo que el acceso al mismo está vinculado con el desarrollo económico. Así, Internet no es consecuencia del desarrollo, sino una condición previa y necesaria de él. Castells concibe a la red como un medio facilitador que permite a sus usuarios (en función de la eficiencia de su interacción) obtener diferentes formas de empoderamiento socioeconómico, a diferencia de los que no disponen de él, lo que representa un motivo suficiente para promover el abatimiento de la divisoria digital (Castells, 1996: 213)
De esta forma, la adquisición de bienes y servicios puede ser un elemento revelador de la eficiencia del uso de Internet, que parece distinguir la divisoria digital originada por la falta de acceso y su equivalente, confirmando la debilidad en su consumo y que muestra la desigualdad en el acceso a los beneficios de la dimensión económica. Por tanto, en esta nueva economía basada en las empresas que funcionan con y a través de Internet, el desarrollo es impulsado por aquéllas de alta tecnología, de creación de equipos y de programas de software que lo aplican a su propia organización. Sin embargo, a partir de ahí se crea un nuevo modelo de organización empresarial, transformado por la capacidad de articular directamente el mercado, los insumos, los proveedores y la organización interna de la empresa on-line, así como la transformación del funcionamiento del capital –centro de la economía y de los mercados financieros globalizados. De esta forma, la articulación y la interdependencia del mercado global financiero permite el desarrollo de la transacción financiera electrónica y de mercados financieros, bursátiles o electrónicos sin un lugar físico, en donde los inversionistas tienen una capacidad de reacción casi instantánea, que altera con esa misma rapidez los mercados y las finanzas mundiales y, por consiguiente, la economía.
Desde el punto de vista educativo, para el autor la brecha digital no sólo se vincula con la falta de infraestructura, sino también con la disponibilidad de educación sobre el uso de Internet (ocde, 2008). Este enfoque subraya, por tanto, la necesidad de tener habilidades y capacidades para utilizar la tecnología, además de la posibilidad de disponer de computadoras, dado que resulta inútil contar con infraestructura y acceso a instrumentos tecnológicos si no se consideran las necesidades y capacidades de los usuarios. Por tanto, además de la conectividad y un acceso equitativo, también son imprescindibles la capacitación y utilización correcta.
Así, además de aprender a buscar y transmitir información y conocimientos, de construir y difundir mensajes audiovisuales, de capacitar a las personas para que puedan intervenir y desarrollarse en los nuevos entornos virtuales, en el uso creativo de los recursos humanos y materiales, es imprescindible asumir la responsabilidad de la educación para la sociedad de la información, por ser ésta la vía que contribuye a disminuir la desintegración digital.
Al respecto, cuando se lleva a cabo una labor de alfabetización, sea tecnológica, digital, académica o informacional, es necesario conocer los campos y disciplinas a fin de que se puedan aplicar el modelo de alfabetización adecuado. Éste debe comprender el uso de capacidades instrumentales para el acceso a conocimientos y procesos de formación, que faciliten un aprendizaje eficaz mediante la transformación de actitudes y la concepción de información que también se basa en una perspectiva de saberes. A partir de ello se crea una cultura digital para la sociedad, en la que la información conforma sitios web y estructura jerarquías para socializar y recrear negocios y conocimientos, mediante un comportamiento dimensional con habilidades en las que se introduce el análisis y la reflexión sobre el carácter multimodal a través de la comunicación. Asimismo, es imprescindible una alfabetización informacional, que fomente el pensamiento crítico y promueva el aprendizaje autónomo, el cual, mediante la instrumentación de mecanismos de comunicación enfocados a la interacción y formación con el uso de las nuevas tecnologías contribuya al desarrollo social y de las habilidades intelectuales, tecnológicas e informacionales.
Para Castells un denominador común en los ámbitos económico, social y cultural es el acceso a Internet y sus efectos de desarrollo, por lo que constituye un factor estratégico para elevar la educación, la competitividad empresarial, impulsar el crecimiento económico y generar más fuentes de empleo. Por ello, Internet es una herramienta poderosa y revolucionaria que abre las puertas de una nueva era.
ConclusionesManuel Castells ve en Internet un instrumento de comunicación bidireccional que integra modelos comunicativos interactivos, proporciona canales de información y formación, y garantiza el ingreso a una fuente inagotable de conocimientos, a una diversidad de contenidos y servicios que han cambiado las formas de aprender, de comerciar y de comunicarse, con un impacto a nivel internacional. Por ello, tener acceso a Internet posibilita la expresión de procesos, intereses, valores e instituciones sociales, y funge como una infraestructura tecnológica y como medio organizativo que permite el desarrollo de nuevas formas de relación social construidas en torno a las redes de información.
Internet, como forma de comunicación, es para Castells no sólo una práctica de producción y apropiación tecnológica, sino que se despliega con la propagación de la tecnología y se diversifica, materializando la sociedad de la información que constituye la base material de la sociedad-red. Por tanto, el acceso a la información y comunicación a través de Internet cumple la función de integrar a una comunidad, con lo que se convierte en un elemento constitutivo de la sociedad misma y resulta indispensable para el proceso formativo, informativo y comunicativo que permite el desarrollo individual y colectivo.
Sobre la autoraMiryam Georgina Alcalá Casillas es doctorante en Derecho por la Universidad Autónoma de Aguascalientes, becaria del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, maestra en Derecho de la Información y licenciada en Derecho por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (umsnh). Se desempeña como profesora asociada B en la Facultad de Derecho de la umsnh y tutora de la Licenciatura en Seguridad Pública de la Universidad Virtual del Estado de Michoacán y del Campo de Comunicación y Lenguaje del Centro de Educación Virtual de Colegio de Bachilleres del Estado de Michoacán. Sus líneas de investigación son: Derecho Internacional y Nuevo Orden Mundial, Derecho de las Telecomunicaciones e Internet. Entre sus publicaciones se encuentran: “Insuficiencia del pluralismo informativo externo” (Revista Pensamiento Americano, 2016) e “Impacto de la concentración mediática en el pluralismo informativo” (derecom.com, 2013).