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Vol. 2. Núm. 3.
Páginas 174-182 (julio - septiembre 2014)
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Vol. 2. Núm. 3.
Páginas 174-182 (julio - septiembre 2014)
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Cambios maxilares en sentido anteroposterior y vertical con el uso de máscara facial en pacientes con secuela de labio y paladar hendidos unilaterales del Hospital General «Dr. Manuel Gea González»
Anteroposterior and vertical maxillary changes with facial mask use in patients with unilateral cleft lip palate sequelae from General Hospital «Dr. Manuel Gea González»
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A. Akarawan Ponglertnapakorn*, Manuel Yudovich Burak§,1
Autor para correspondencia
my11ron@yahoo.com.mx

Dirección para correspondecia:
, Julio César Quiroz Barrios||
* Estudiante de tercer año del Curso de Especialización en Ortodoncia, Hospital General «Dr. Manuel Gea González»
§ Jefe de la División de Estomatología-Ortodoncia, Hospital General «Dr. Manuel Gea González»
|| Adscrito a la División de Estomatología-Ortodoncia, Hospital General «Dr. Manuel Gea González»
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Tablas (5)
Cuadro I. Promedio pre y postoperatorio de las mediciones verticales.
Cuadro II. Respuesta al tratamiento según el tipo de medición vertical.
Cuadro III. Clasificación de las mediciones verticales de cara en relación con los parámetros de normalidad.
Cuadro IV. Promedio pre y postoperatorio de las mediciones sagitales y longitud del maxilar.
Cuadro V. Respuesta al tratamiento según el tipo de medición sagital y la longitud del maxilar.
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Resumen

El labio y paladar hendidos es una malformación congénita que puede afectar los mecanismos respiratorios, deglutorios, articulatorios, del lenguaje, la audición y la voz. A los pacientes que les falta un crecimiento maxilar adecuado presentan una relación esquelética maxilomandibular clase III por retrusión maxilar. El tratamiento ortopédico con máscara facial en estos pacientes con secuela de labio y paladar hendidos unilaterales durante un periodo adecuado puede estimular y redirigir el crecimiento del maxilar. En este trabajo se estudiaron 90 expedientes (antes y después del tratamiento) de pacientes con secuela de labio y paladar hendidos unilaterales completos (fisura labio-alveolo-palatino) que fueron atendidos en la División de Estomatología-Ortodoncia del Hospital General «Dr. Manuel Gea González» durante los años de 1996 a 2007, y que fueron tratados con máscara de protracción facial con apoyo frontomentoniano y un aparato intraoral con un tornillo de expansión rápida palatina con caras oclusales de acrílico. Para evaluar los cambios maxilares en sentido anteroposterior y vertical. Se utilizó la prueba t, de Wilcoxon y χ2 (SPSS v.10). Se concluyó que el uso de la máscara facial en estos pacientes aumenta la dimensión vertical y reduce la discrepancia maxilomandibular por una estimulación del crecimiento maxilar hacia abajo y adelante.

Palabras clave:
Labio y paladar hendidos
máscara facial
Abstract

Cleft lip and palate is a congenital malformation which can affect breathing, swallowing, language articulation, audition and voice. These patients show an insufficient maxillary growth and a class III skeletal malocclusion due to maxillary retrusion. Orthopedic treatment of the unilateral cleft lip and cleft palate patient by means of a facemask during the right time can stimulate maxillary growth. This study reviewed 90 clinical charts (pre and post treatment) of patients with complete unilateral cleft lip and cleft palate, treated from 1996 to 2007 with rapid palatal expansion through an occlusal acrylic plate and facemask at the Orthodontic Department, General Hospital «Dr. Manuel Gea Gonzalez» in Mexico City. To evaluate the sagittal and vertical maxillomandibular change the Student’s T test, Wilcoxon test and χ2 test (SPSS v.10) were used. Our results show that the use of this appliance increases vertical dimension and reduces maxillomandibular discrepancy due to downward and forward growth of the maxilla.

Key words:
Cleft lip and palate
facemask
Texto completo
Introducción

El labio y paladar hendidos es una malformación congénita cuya incidencia en México es de 1:850 recién nacidos vivos. Puede afectar los mecanismos respiratorios, deglutorios, articulatorios, del lenguaje, la audición y la voz. Esta malformación repercute notablemente no sólo a nivel estético, sino también a nivel social. También es un problema importante de salud pública. Generalmente, a estos pacientes les falta un crecimiento maxilar adecuado y pueden presentar una relación esquelética maxilomandibular clase III por retrusión maxilar. También puede aumentar el problema dependiendo del tipo de fisuras labio-alveolopalatinas y de las características del proceso de cicatrización. La rehabilitación de esta alteración requiere de un trabajo multidisciplinario con la realización de intervenciones quirúrgicas durante las diversas etapas del crecimiento del paciente, con la subsecuente afectación del crecimiento de las estructuras relacionadas. El tratamiento ortopédico con máscara facial en pacientes con secuela de labio y paladar hendidos unilaterales durante un periodo adecuado puede estimular y redirigir el crecimiento del maxilar, obteniendo cambios verticales y anteroposteriores en su dimensión y posición. Al mejorar el perfil facial podemos reducir la complejidad o, incluso, la necesidad quirúrgica.

En los pacientes no afectados clínicamente la mordida cruzada anterior puede corregirse con tres a cuatro meses de expansión maxilar y protracción, dependiendo de la severidad de la maloclusión. La mejoría de la sobremordida y de la relación molar puede obtenerse con cuatro a seis meses adicionales de protracción maxilar. En un ensayo clínico la corrección del resalte o sobremordida fue el resultado del movimiento hacia adelante del maxilar (31%), del movimiento hacia atrás de la mandíbula (21%), del movimiento labial de los incisivos superiores (21%) y del movimiento lingual de los incisivos inferiores (20%). La relación molar se corrigió a una relación dental clase I o clase II mediante una combinación de movimientos esqueléticos y de movimientos diferenciales de los molares superiores e inferiores. La pérdida del anclaje se observó durante la protracción maxilar con el movimiento mesial de los molares superiores. La sobremordida fue mejorada por la erupción de los molares superiores e inferiores. La altura facial total fue aumentada por el movimiento hacia abajo del maxilar, la rotación hacia abajo del maxilar y el movimiento hacia atrás de la mandíbula.1

Los pacientes con maloclusión esquelética de clase III se presentan a menudo con un perfil facial cóncavo, una zona nasomaxilar retrusiv. y un tercio inferior facial prominente. El labio inferior sobresale a menudo en relación con el labio superior. El tratamiento con expansión y protracción maxilar puede rectificar los perfiles faciales de los tejidos esqueléticos y blandos, como también mejorar la posición de los labios. Estos cambios a menudo llevan a compensaciones dentales.

Ngan (1997), estudió a los pacientes tratados con ocho meses de protracción maxilar, los maxilares avanzaron un promedio de 2.1mm. En paciente testigos sin tratamiento los maxilares sólo adelantaron 0.5mm. En promedio, con tratamiento la mandíbula se posicionó 1.0mm hacia atrás, y sin tratamiento avanzó 1.7mm. Además, sin tratamiento, los incisivos compensaron la discrepancia esquelética por proinclinación de los incisivos superiores y retroinclinación de los incisivos inferiores.1

Los pacientes con secuelas de labio y paladar hendidos demuestran frecuentemente la deficiencia esquelética del maxilar, que resulta en mordida cruzada anterior o posterior, unilateral o bilateral. En casos de discrepancia maxilar, la posición hacia adelante y hacia abajo del maxilar debería mejorar la oclusión y el perfil. Por consiguiente, el tratamiento ortopédico de protracción maxilar con la máscara facial para mejorar la retrusión maxilar se ha recomendado por más de dos décadas. Sin embargo, muchos estudios de protracción ortopédica en los pacientes con secuela de labio y paladar hendidos se han basado en informes de casos y de grupos pequeños. Además, no se presentan estudios del cambio del uso de máscara facial en el sentido vertical.2–5

Cefalométricamente, la relación sagital maxilomandibular se puede valorar por variables angulares; por ejemplo, ángulo ANB (es el ángulo que mide la línea trazada del punto más posterior de la concavidad anterior del perfil óseo del maxilar superior; el punto más anterior de la sutura frontonasal y el punto más posterior de la concavidad anterior del perfil óseo del borde anterior de la mandíbula).

En 1977 Hasund estudió niños noruegos con oclusión normal; encontró un ANB de -4.5 a 8.5 grados (promedio 2.5 grados). Tindlund (1993) encontró un ANB de 3.5 a 4.6 grados en pacientes de los seis a los nueve años de edad. Holdaway (1956) y Ha-sund (1977) mencionaron que un ANB de 0 a 4 grados considerado como valor favorable después de la pubertad.6–9

Tindlund (1994), estudió el cambio horizontal del maxilar después de usar la protracción ortopédica en 72 pacientes con secuela de labio y paladar hendidos antes de los 10 años de edad. Se encontró que en el grupo favorable (63% del total de los casos) se presentó el ANB aumentado (3.3 grados), el maxilar adelantado (1.8mm) y los dientes superiores avanzados (3.6mm).10 Gavidia (1997), reportó el resultado del uso de un aparato ortopédico para intruir la premaxila utilizando headgear con tracción occipitocervical y un capuchón para sujetar la premaxila y apoyo craneal para producir cambios posicionales de la premaxila. Encontró que su uso actuó inhibiendo el crecimiento vertical de la misma y que ocasiona retrusión en sentido anteroposterior, por lo que el aparato cumplió con el propósito para el cual fue creado.11

Métodos

Este trabajo es un estudio comparativo (antes y después), abierto, observacional, retrospectivo y longitudinal. Se estudiaron 90 expedientes de pacientes con secuelas de labio y paladar hendidos unilaterales completos que fueron atendidos en la División de Estomatología-Ortodoncia del Hospital General «Dr. Manuel Gea González» durante los años de 1996 a 2007, tratados con máscara de protracción facial con apoyo frontomentoniano y un aparato intraoral con un tornillo de expansión rápida palatina con caras oclusales de acrílico (Figura 1). Para evaluar los cambios maxilares en sentido anteroposterior y vertical con el uso de máscara facial en pacientes con secuela de labio y paladar hendido unilateral tomando de referencia los valores basales siguientes:

Figura 1.

(A) Máscara de protracción facial con apoyo frontomentoniano, y (B) un aparato intraoral con un tornillo de expansión rápida palatina con caras oclusales de acrílico.

(0.19MB).

Sentido horizontal; se valoran:

  • 1.

    Posición de maxilar

    • SNA (Steiner): es el ángulo formado por los planos Silla-Nasion (S-N) y Nasion-Punto A (N-A). Valor de la norma es 82°

    • Convexidad maxilar (Ricketts): es la distancia entre el punto A y el plano facial (N-Pg). Valor de la norma es 2.0mm a la edad de 8.5 años. Disminuye 0.2mm por año.

    • Profundidad maxilar (Ricketts): es el ángulo formado por el plano de Frankfort y el plano N-A. Valor de la norma es 90°±3°.

    • Longitud craneal anterior (Ricketts): es la distancia entre centro de cráneo y Nasion. Valor de la norma es 55±2.5mm.

  • 2.

    Relación maxilomandibular

    • ANB (Steiner): es el ángulo formado por los planos Silla-Nasion (S-N) y Nasion-Punto B (N-B). Valor de la norma es 2°.

    • Convexidad facial (Jarabak): está formado por la intersección del plano N-A y el plano A-Pg. Los valores negativos (plano A-Pg por delante de N-A) indican perfiles cóncavos (clase III). Los valores positivos (plano A-Pg por detrás de N-A) indican perfiles convexos (clase II).

  • 3.

    Tamaño del maxilar

    • Longitud maxilar efectiva (Co-A) (McNamara): es la distancia que existe entre la parte más superior y posterior del cóndilo (Co) y la máxima concavidad del contorno de la maxila (punto A). Valor de la norma de las mujeres es 91.0±4.3mm y de los hombres es 99.8±6.0mm.

Sentido vertical; se valora la dimensión vertical del maxilar con los siguientes valores:

  • Altura maxilar (N-Cf-A): es el ángulo formado por los planos Nasion-Cf-Punto A. Valor de la norma es 53° a la edad de 8.5 años. Aumenta 0.4° por año ± 3.0°.

  • Altura facial posterior superior (Bigerstaff): es la distancia que existe entre la sutura frontoesfenoetmoidal (Se) y el punto más posterior de la espina nasal posterior (Enp). Valor de la norma es 54.7±4.4mm.

  • Altura facial anterior superior (Bigerstaff): es la distancia que existe entre el punto Nasion (N) y la espina nasal anterior (Ena). Valor de la norma es 59.7±3.9mm.

  • Altura facial anterior inferior (Bigerstaff): es la distancia entre la espina nasal anterior (Ena) y el mentón (Me). Valor de la norma es 79.5±6.2mm.

  • Altura facial posterior (Bigerstaff): es la distancia que existe entre punto Silla (S) y el punto Gonion (Go). Valor de la norma es 88.2±5.9mm.

  • Altura facial anterior (Bigerstaff): es la distancia que existe entre el punto Nasion (N) y el punto Mentón (Me). Valor de la norma es 136.8±7.9mm.

En cada una de las secuencias y por cada una de las mediciones se exponen los promedios obtenidos antes y después del tratamiento, los porcentajes de cambios favorables y desfavorables en forma global por sexo y grupos de edad, además, el porcentaje de mediciones pre y postratamiento que se encontraban dentro de la norma (ver valores normales para las mediciones en los antecedentes) y por fuera de ella, clasificando a las mediciones como bajas, normales y altas. Para estimar si los cambios en los promedios obtenidos fueron de importancia se utilizó la prueba t para muestras pareadas, en los casos donde se encontraron restricciones para su uso se utilizó la prueba de Wilcoxon, y para las diferencias en los porcentajes la prueba χ2. Se empleó el paquete estadístico SPSS v.10 para el análisis de los datos.

Con respecto al estudio de Tindlund (1994), si la diferencia entre los valores pretratamiento y postratamiento se presentan iguales o de más de 1.5 grados o milímetros, se clasificaron en grupo favorable. Si la diferencia entre los valores pretratamiento y postratamiento se presentan en menos de 1.5 grados o milímetros, se clasificaron en grupo desfavorable.10

El cambio esperado como respuesta exitosa al tratamiento es que las dimensiones expresen un aumento.

Se empleó la normacefalométrica para efectuar las mediciones. Éstas se realizaron en forma directa sobre radiografías laterales de cráneo estandarizadas, tomadas por un único laboratorio de radiología e imagen, antes del uso de la máscara y al término del estudio. Las unidades de medida fueron en grados y en milímetros.

Resultados

Del total de la muestra estudiada, 45 (50%) fueron del sexo masculino y 45 (50%) del sexo femenino. Así mismo, 42 (46.7%) presentaron secuelas de labio y paladar hendidos unilaterales del lado derecho y 48 (53.3%) del lado izquierdo. El promedio de edad inicial en la muestra fue de 8.11 años (deviación estándar [DE] 1.9, intervalo de confianza [IC] 95%: 7.7–8.5), y al término del estudio de 11.15 años (DE 2.0, IC 95%: 10.7–11.6), no se encontraron diferencias significativas en el promedio de edad por sexo ni por tipo de secuelas de labio y paladar hendidos en el pre ni postratamiento.

Para el análisis de la información se agruparon los pacientes con base en la respuesta al tratamiento ortopédico y se consideró una respuesta favorable a todos los pacientes que mostraron un cambio igual o superior de 1.5 grados o milímetros con respecto al valor inicial, en caso contrario, se calificó como respuesta desfavorable. Adicionalmente, las edades se agruparon de la siguiente forma: de 6 a 7 años (47.8%), de 8 a 9 años (30%) y de 10 a 14 años (22.2%), con el fin de estudiar los cambios según la estructura etaria, bajo el supuesto que la respuesta favorable sería mayor en los dos primeros grupos de edad, en vista de que se encuentran en pleno crecimiento y desarrollo.

Plano vertical

En el cuadro I podemos apreciar los promedios pre y postoperatorios de las mediciones en el plano vertical. Los promedios postoperatorios en todas las medidas fueron superiores al promedio preoperatorio, mostrando una fuerte significancia estadística en la diferencia a un nivel menor de .001 en todos los valores. Se observa también que el porcentaje de las diferencias en los promedios pre y postoperatorio osciló en un aumento de la medida entre 8.0 y 9.6%, tomando de referencia el valor preoperatorio.

Cuadro I.

Promedio pre y postoperatorio de las mediciones verticales.

MedicionesMediaDesv. est.Intervalo de confianza (95%)Prueba t pareada
Inferior  Superior 
Alantsu
Pre  47.9  3.9  47.1  48.8  ---- 
Post  51.7  3.9  50.9  52.5  ---- 
Diferencia  3.8 (8.0%)  ----  ----  ----  < 0.001 
Alantin
Pre  65.3  5.8  64.1  66.5  ---- 
Post  71.4  6.0  70.2  72.7  ---- 
Diferencia  6.1 (9.3%)  ----  ----  ----  < 0.001 
Alpossu
Pre  39.7  4.6  38.7  40.6  ---- 
Post  43.5  4.5  42.5  44.4  ---- 
Diferencia  3.8 (9.6%)  ----  ----  ----  < 0.001 
Alfacon
Pre  111.4  7.4  109.8  113.0  ---- 
Post  120.7  7.5  119.1  122.3  ---- 
Diferencia  9.3 (8.4%)  ----  ----  ----  < 0.001 
Alfacpo
Pre  67.9  5.8  66.6  69.1  ---- 
Post  73.8  6.1  72.6  75.1  ---- 
Diferencia  6.0 (8.8%)  ----  ----  ----  < 0.001 

En el cuadro II se aprecia que en todas las mediciones del plano vertical se obtuvo una respuesta favorable en un alto porcentaje, es decir, entre el 70 al 92.2% de los pacientes obtuvieron un aumento de 1.5mm o mayor en las cinco dimensiones verticales, la prueba χ2 muestra que la diferencia de respuestas favorables respecto a las respuestas desfavorables es significativa a un nivel menor de .001.

Cuadro II.

Respuesta al tratamiento según el tipo de medición vertical.

Mediciones  χ2 sig. (95%) 
Alantsu
Favorable  70  77.8  ---- 
Desfavorable  20  22.2  < 0.001 
Alantin
Favorable  74  82.2  ---- 
Desfavorable  16  17.8  < 0.001 
Alpossu
Favorable  63  70.0  ---- 
Desfavorable  27  30.0  < 0.001 
Alfacon
Favorable  83  92.2  ---- 
Desfavorable  7.8  < 0.001 
Alfacpo
Favorable  77  85.6  ---- 
Desfavorable  13  14.4  < 0.001 

En el cuadro III observamos el porcentaje de mediciones verticales que se encontraban en los estándares normales y por abajo o arriba de los mismos, tanto en el pre como en el postoperatorio. En el cuadro se aprecia en todas las mediciones la disminución porcentual que estaban por abajo en el preoperatorio y un aumento directamente proporcional de las que se clasificaron como normales, las diferencias evaluadas mediante la χ2 entre los porcentajes de los dos momentos, antes y después, mostraron una significancia estadística importante a un nivel menor a .001. Es decir, la respuesta al tratamiento permitió que un porcentaje importante de los individuos alcanzara parámetros de normalidad en el sentido vertical, oscilando entre el 8.3 al 23.3% de los individuos.

Cuadro III.

Clasificación de las mediciones verticales de cara en relación con los parámetros de normalidad.

MedicionesPreoperatorioPostoperatorioDiferencia procentualχ2 sig. (95%)
NOMALAN1
Bajo  89  98.9  78  86.7  -12.2  < 0.001 
Normal  1.1  12  13.3  12.2  < 0.001 
NOMALAI1
Bajo  81  90.0  60  66.7  -23.3  < 0.001 
Normal  10.0  30  33.3  23.3  < 0.001 
NOMALFP1
Bajo  90  100.0  82  91.1  -8.9  < 0.001 
Normal  0.0  8.9  8.9  < 0.001 
NOMALFC1
Bajo  89  98.9  76  84.4  -14.5  < 0.001 
Normal  1.1  14  15.6  14.5  < 0.001 

Cabe señalar que los resultados por grupos de edad no manifestaron diferencias estadísticas significativas, ni en los promedios pre y postoperatorios ni en la respuesta favorable o desfavorable, aunque es importante resaltar que los promedios y los porcenta jes sí fueron ligeramente mayores en los grupos de seis a nueve años comparado con el grupo de diez o más años de edad.

Plano sagital y longitud del maxilar

El cuadro IV muestra los promedios de las mediciones en el plano sagital tanto en el pre como postoperatorio. A diferencia de lo ocurrido en el plano vertical, en este plano los cambios significativos en el promedio se manifestaron sólo en SNA, longitud craneal anterior y convexidad maxilar. La diferencia porcentual entre el promedio pre y postoperatorio fue muy variable, oscilando desde valores negativos, -0.4% en profundidad maxilar, hasta 33.3% en convexidad maxilar. Respecto a la longitud del maxilar, cuyos promedios pre y postoperatorios se pueden apreciar también en el cuadro IV, sí muestran una diferencia estadística significativa a un nivel de .001 con un incremento de 5.8% de la media.

Cuadro IV.

Promedio pre y postoperatorio de las mediciones sagitales y longitud del maxilar.

      Intersvalo de confianza (95%) 
Mediciones  Media  Desv. est.  Inferior  Superior  Prueba t pareada 
Sna
Pre  77.8  4.3  76.9  78.0  ---- 
Post  78.8  3.9  78.0  79.6  ---- 
Diferencia  1.0 (1.2%)  ----  ----  ----  0.021 (.041)* 
Convexidad maxilar
Pre  1.8  3.2  1.1  2.5  ---- 
Post  2.4  3.4  1.7  3.1  ---- 
Diferencia  0.6 (33.3%)  ----  ----  ----  0.058 (.046)* 
Profundidad maxilar
Pre  87.7  3.9  86.9  88.5   
Post  87.4  3.9  86.6  88.2   
Diferencia  -0.3 (-0.4%)        0.469 (.678)* 
Anb
Pre  2.2  3.0  1.6  2.8  ---- 
Post  2.7  3.0  2.1  3.3  ---- 
Diferencia  0.5 (21.2%)  ----  ----  ----  0.162 (.144)* 
Convac
Pre  7.9  18.1  4.1  11.7   
Post  8.2  17.2  4.6  11.8   
Diferencia  0.2 (3.0%)        0.738 (.762)* 
Longitud craneal
Pre  52.1  3.5  51.4  52.8  ---- 
Post  54.6  3.4  53.9  55.3  ---- 
Diferencia  2.5 (4.7%)  ----  ----  ----  <0.001** 
Longitud del maxilar
Pre  80.0  6.0  78.7  81.3  ---- 
Post  84.6  6.0  83.3  85.9  ---- 
Diferencia  4.6 (5.8%)  ----  ----  ----  <0.001** 
*

= Con la prueba de Wilcoxon.

**

= Con ambas pruebas, t pareada y Wilcoxon.

El cuadro V confirma la variabilidad encontrada en el cuadro de resultados anteriores. En el plano sagital las respuestas consideradas como desfavorables o menores a 1.5 grados fueron superiores (entre un 55.6 a 63.3%) a aquellas que fueron favorables, excepto para la longitud craneal anterior que obtuvo un 57.8% de respuesta favorable.

Cuadro V.

Respuesta al tratamiento según el tipo de medición sagital y la longitud del maxilar.

Mediciones  χ2 sig.(95%) 
Sna
Favorable  38  42.2  ---- 
Desfavorable  52  57.8  0.140 
Convmax
Favorable  36  40.0  ---- 
Desfavorable  54  60.0  0.058 
Profmax
Favorable  34  37.8  ---- 
Desfavorable  56  62.2  0.020 
Anb
Favorable  33  36.7  ---- 
Desfavorable  57  63.3  0.011 
Convac
Favorable  40  44.4  ---- 
Desfavorable  50  55.6  0.292 
Longcra
Favorable  52  57.8  ---- 
Desfavorable  38  42.2  0.140 
Longitud del maxilar
Favorable  66  73.3  ---- 
Desfavorable  24  26.7  < 0.001 

En la (figura 2) se muestra la longitud maxilar, donde la respuesta favorable fue mayoritaria en un 73.3% de los pacientes.

Figura 2.

El cambio de la longitud de maxilar.

(0.05MB).
Discusión

El tratamiento ortopédico temprano con el uso de la protracción de la máscara facial se ha recomendado para tratar la retrusión del tercio medio en los pacientes con secuelas de labio y paladar hendidos. Varios estudios clínicos han mostrado el efecto favorable de estimular el crecimiento maxilar cuando se empieza en la etapa de dentición mixta temprana (Ishikawa y cols., 1996; Irie y Nakamura, 1975; Rygh y Tindlund, 1982),2,3,12 dado que el crecimiento de las suturas circunmaxilares está activo (Björk, 1966)13 desde antes de los 12 años de edad y según Delaire y cols. (1976)14 antes de los nueve años de edad.

Los resultados de este estudio concuerdan con los de Dolagire,14 demuestran cambios maxilares mayores en los grupos de seis a nueve años.

En sentido sagital, los resultados reportados en este estudio varían con los resultados de estudios anteriores (Rygh y Tindlund, 1982; Delaire y cols., 1976; Subtelny, 1980).3,14,15 Esta diversidad de resultados puede deberse a múltiples factores; por ejemplo, la variabilidad de los desórdenes esqueléticos o su gravedad, la cooperación del paciente, la frecuencia de aparatos rotos, etcétera. Según Bergland (1967),16 otro factor importante son las secuelas de cicatrización del labio y paladar hendidos que pueden modificar el efecto del aparato. Sin embargo, no hubo diferencias significativas con lo reportado en la literatura en los estudios de Sarnas y Rune (1987),17 que estudiaron a siete pacientes con secuelas de labio y paladar hendidos unilaterales. Además, encontramos que las respuestas totales consideradas como desfavorables o menores a 1.5 grados fueron superiores (entre un 55.6 a 63.3%) a aquellas que fueron favorables.

Nuestro estudio presentó un cambio favorable de SNA de 42.2% en 90 casos, comparado con el estudio de Tindlund (1994),4 donde el cambio favorable fue en 63% de 72 casos, y de Ranta (1989)18 que presentó el aumento de SNA solamente en cinco casos de 14 pacientes.

Para la longitud maxilar la respuesta favorable fue estadísticamente significativa (p<.001), en un 73.3% de los pacientes (el promedio del cambio fue de 4.6mm) comparado a el estudio de Tindlund (1994)4 que presentó un promedio 1.8mm. Esta discrepancia en los resultados sugiere cambios en la mandíbula suficientes para establecer una línea de investigación futura.

Todos los pacientes en preoperatorio presentaron una deficiencia de crecimiento vertical del maxilar. Después del tratamiento con el aparato de protracción con la máscara facial, el promedio postoperatorio de las medidas verticales del maxilar y la mandíbula fue superior al promedio preoperatorio (de 3.8 a 9.3mm), mostrando una fuerte significancia estadística en la diferencia (p<.001), o sea que el cambio significativo fue favorable en un 70–92.2% (p<.001). Buschang (1994)19 estudió a 21 pacientes con secuelas de labio y paladar hendidos unilaterales y encontró que el aumento vertical fue solamente en la dimensión vertical mandibular.

Conclusiones

El uso de la máscara facial en pacientes en crecimiento con secuelas de labio y paladar hendidos aumenta la dimensión vertical y reduce la discrepancia maxilomandibular por una estimulación del crecimiento maxilar hacia abajo y adelante.

El resultado final depende también de factores individuales: patrón genético, manejo de las fisuras labio-palatinas, el cambio funcional resultado de una biomecánica correcta, la cooperación del paciente o la combinación de estos factores.

Hay que tener presente que este tratamiento es sólo una primera etapa; en la mayoría de los casos es necesario un tratamiento ortodóncico individualizado o, incluso, una cirugía ortognática para garantizar un resultado óptimo.

Lecturas Recomendadas
[—]
M.T. Rodríguez.
Labio y paladar fisurados. Aspectos generales que se deben conocer en la atención primaria de salud.
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