El trabajo interdisciplinario es una de las fuentes de generación de experiencias y conocimiento más enriquecedoras que poseemos en una universidad, especialmente cuando se trata de dos campos del conocimiento tan contrastantes pero a la vez tan dependientes en su quehacer cotidiano, como la ortodoncia y la cirugía; dos especialidades de la odontología, que han estado relacionadas en la UNAM desde su creación debido a la relación de ambas áreas en la solución de problemas dentofaciales.
Hablamos de una tarea compleja, ya que la atención de los pacientes que demandan nuestro servicio puede otorgarse en ambas especialidades con manejos y resultados distintos a un mismo padecimiento. La atención de la salud de un paciente puede tener soluciones a veces opuestas en ortodoncia y cirugía; y contrario a lo que pareciera un conflicto, esta situación constituye una oportunidad extremadamente valiosa para la enseñanza y la generación de experiencias de aprendizaje que son el objetivo primordial de una institución educativa, el simple ejercicio académico de confrontar dos formas de pensamiento y dos campos del conocimiento diferentes en un mismo problema, en este caso la salud del paciente, constituyen la posibilidad de crear distintas soluciones desde posiciones también distintas.
El trabajo de ambas especialidades en nuestra institución, se ha desarrollado buscando en la atención de la salud de nuestros pacientes, el análisis, la discusión, la síntesis y las conclusiones sobre los casos de manejo complejo; tal es el caso de las maloclusiones y las desarmonías dentofaciales, que son el campo donde ambas especialidades confluyen. En esta clase de padecimientos, el manejo interdisciplinario es primordial para la enseñanza de la ortodoncia y de la cirugía, pero también lo es para la correcta solución de los problemas de salud la población que lo necesita.
Desafortunadamente es común encontrar en las clínicas de la UNAM, y en el ejercicio de nuestra profesión, pacientes que han sido tratados por ambas especialidades de manera «exclusiva» y lo menciono precisamente así, ya que parecería que el área de conocimiento y de trabajo le perteneciera a una sola especialidad, lo cual provoca que los resultados sean palpablemente limitados en el mejor de los casos o definitivamente malos, cuando se pretende corregir casos complejos con recursos limitados a una sola de las especialidades, cirugía sin ortodoncia, ortodoncia sin cirugía.
Nada más contrario al espíritu universitario y lo que se pretende en una universidad, que el hacer propio y exclusivo lo que es universal, los resultados en muchos casos son desafortunados debido a la intención de resolver problemas complejos desde un solo punto de vista, el de la ortodoncia o el de la cirugía. Por fortuna la cercanía entre ambas especialidades en nuestra universidad existe y el trabajo interdisciplinario también, el beneficio es siempre en ambos campos pero especialmente en los resultados de manejo conjunto, nadie posee la verdad absoluta y nuestros alumnos deben formarse con un amplio criterio, lo que implica precisamente hacerlo extenso al de los campos de conocimientos afines, esto se logrará en la medida que el trabajo multidisciplinario fructifique en la solución de problemas de salud en conjunto.
Falta más trabajo interdisciplinario, falta más interés en compartir espacios, conocimiento, material de trabajo, con el propósito de fortalecer esta difícil pero fructífera tarea de atender la salud de los pacientes, con el apoyo y participación de los demás, para enseñar y aprender con el conocimiento y aportaciones de áreas afines, la tarea de divulgación que cumple la Revista Mexicana de Ortodoncia, ofrece un espacio valioso para el ejercicio del trabajo en equipo y nos unimos a este trabajo con especial interés en que la enseñanza y el ejercicio de nuestra profesión en ambos campos, mejore con cada esfuerzo como el de esta publicación.
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