El virus del papiloma humano (VPH) es una de las infecciones más frecuentes de transmisión sexual en la actualidad. Se ha demostrado que hasta el 80% de las mujeres sexualmente activas están infectadas por este virus en algún momento de sus vidas. En numerosos estudios se ha demostrado el vínculo de los VPH de alto riesgo con cáncer de cervical.
La detección actual por citología cervical (Papanicolaou) es un método invasivo y molesto para la mujer, donde se requieren mayores recursos. Varios estudios han propuesto que la detección de VPH en la orina puede ser una alternativa viable a la toma de muestras cervicales, pero la exactitud de dicha prueba es aún incierto.
De un estudio de metaanálisis realizado en septiembre de este mismo año por Pathak et al.1 se pudo recabar evidencia para determinar la exactitud de la detección de VPH en la orina cuando se compara con muestras de cuello del útero en las mujeres sexualmente activas.
De una búsqueda exhaustiva de diferentes bases de datos y después de excluir algunos por criterios preestablecidos, quedaron 16 estudios de 14 poblaciones distintas.
Los resultados mostraron los siguientes datos: La detección en orina de cualquier VPH tuvo una sensibilidad combinada del 87% (95% intervalo de confianza del 78-92%) y una especificidad del 94% (95% intervalo de confianza del 82-98%). La detección en orina de VPH de alto riesgo tuvo una sensibilidad combinada del 77% (68-84%) y una especificidad del 88% (58-97%). La detección en orina de VPH tipo 16 y 18 tuvo una sensibilidad combinada del 73% (56-86%) y una especificidad del 98% (91-100%).
Esta revisión muestra que la detección de ADN del VPH en la orina tiene una buena precisión ante la presencia de VPH cervical. La sensibilidad fue moderada para la detección de cualquier VPH, VPH de alto riesgo, y el VPH 16 y 18. La especificidad para la detección de VPH en la orina era especialmente alta para cualquier VPH y para las cepas VPH 16 y 18.
Se han publicado 3 revisiones sobre la detección de ADN del VPH en la orina. La primera llegó a la conclusión de que la detección del VPH en orina era peor que la del VPH cervical en la predicción CIN. La segunda se centró en la vigilancia en los adolescentes y no en las mujeres de mayor edad. El tercer estudio aprecia la importancia potencial de las variaciones en el muestreo de la orina, el almacenamiento y métodos de ensayo, pero no concluye nada sobre la sensibilidad y la especificidad.
De este estudio se puede concluir que las pruebas basadas en la orina deben ser una alternativa aceptable para aumentar la cobertura de los subgrupos que son difíciles de alcanzar. Sin embargo, los resultados deben ser interpretados con cautela debido a la variación entre ellos, la falta de métodos normalizados de análisis de orina, y el carácter sustitutivo de VPH cervical para la enfermedad cervical.
Pero algo muy importante, ¿hasta cuándo podremos tener a nuestro alcance y con bajo costo la realización de reacción en cadena de polimerasa para VPH?
Finalmente, este tipo de pruebas moleculares de diagnóstico no se encuentran disponibles en cualquier hospital e incluso en muchas ciudades de nuestro país. Cuando se tenga esa accesibilidad, podremos entonces mostrarnos confiados en la realización de estudios de vanguardia a una población vulnerable.