Los leiomiomas vesicales son tumores de origen mesenquimal, con una baja incidencia en la población en general, y correspondiendo a menos del 1% de todos los tumores vesicales. Dependiendo de su tamaño, localización y tipo de crecimiento pueden cursar asintomáticos o generar síntomas del tracto urinario inferior (STUI) y hematuria. Presentamos el caso de una paciente de 54 años edad con STUI, hematuria y dolor lumbar, la cual fue tratada previamente por infecciones urinarias de repetición, los estudios de imagen demostraron una tumoración intravesical y ureterohidronefrosis izquierda secundaria a compresión perimeatal. Se practica cistectomía parcial y reimplante ureteral, teniendo una evolución satisfactoria. Realizamos una revisión de la literatura en relación a dicha patología.
Bladder leiomyomas are tumors that arise in the mesenchyme. They have a low incidence in the general population, corresponding to less than 1% of all bladder tumors. Depending on their size, location, and type of growth, they can be asymptomatic or cause lower urinary tract symptoms (LUTS) and hematuria. We present herein the case of a 54-year-old woman with LUTS, hematuria, and lumbar pain, who was previously treated for recurrent urinary infections. Imaging studies showed an intravesical tumor and left ureterohydronephrosis secondary to perimeatal compression. Partial cystectomy and ureteral reimplant were carried out and the patient had satisfactory progression.
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Introducción
El leiomioma vesical es un tumor benigno de origen mesenquimatoso, extremadamente raro. Su incidencia representa menos del 1% de todas las neoplasia vesicales,1 siendo más frecuente su presentación en mujeres, con una proporción de 5:2 en relación a los hombres.2 La mayoría de los casos son diagnosticados de manera casual, tras el estudio histopatológico de las muestras remitidas, producto de una resección transuretral (RTU) con diagnóstico inicial de un probable carcinoma vesical. Sin embargo, las lesiones de gran tamaño pudieran orientarnos al diagnóstico por las características morfológicas de la lesión. Presentamos el caso de un leiomioma de gran tamaño, el cual fue tratado con cistectomía parcial y reimplante uretral con evolución satisfactoria.
Presentación del caso
Paciente femenina de 54 años de edad, con antecedentes de hipertensión arterial controlada, la cual acudió a consulta por presentar síntomas de tracto urinario inferior (STUI) caracterizados por ardor, urgencia miccional, sensación de vaciamiento vesical incompleto y polaquiuria, a lo que se suman dos episodios de hematuria macroscópica y la presencia de dolor de tipo gravitativo en fosa renal izquierda; todo esto, con un año de evolución, siendo manejada por facultativo presumiblemente como infección urinaria.
A su llegada al Servicio, se le practicó ultrasonido (US) de vías urinarias, el cual demostró la presencia de una tumoración sólida en piso y cara lateral izquierda de vejiga, que involucraba aparentemente el meato ureteral causando ureterohidronefrosis izquierda (fig. 1). Se le realiza urotomografía (Uro TAC) encontrando una lesión sólida bien delimitada, dependiente de vejiga, de 9 x 8 x 7 cm, sin aparente involucro extravesical y sin evidencia de linfadenopatía pélvica (fig. 2). La cistoscopia mostró una lesión que ocupaba el 50% de la vejiga en su lado izquierdo difícil de delimitar, recubierta de urotelio, aparentemente sin alteraciones; se toma biopsia de la misma reportando, simplemente urotelio con reacción inflamatoria. Dado el volumen tumoral se le realiza cistectomía parcial con reimplante ureteral, sin eventualidades. El reporte histopatológico confirmó un leiomioma intramural de vejiga (figs. 3 y 4). La evolución posoperatoria fue satisfactoria.
Figura 1 US vías urinarias: ureterohidronefrosis y masa tumoral intravesical.
Figura 2 Uro TAC demuestra tumoración dependiente de vejiga, sin linfadenopatía.
Figura 3 Haces musculares bien organizados con entrecruzamiento de fibras correspondientes a un leiomioma (Hematoxilina & eosina, 40X).
Figura 4 Fibras de tejido muscular liso, núcleos hipercromáticos sin evidencia de mitosis (Hematoxilina & eosina, 100X).
Discusión
El leimioma, tumor benigno que deriva en la fibra muscular lisa, puede aparecer a cualquier nivel del tracto urinario, siendo el riñón y la vejiga las localizaciones más frecuentes.3 De las neoplasias no epiteliales es el más frecuente, seguido del hemangioma.4
Pueden ser asintomáticos y cuando presentan síntomas son inespecíficos, refiriéndose generalmente la presencia de síndrome urinario irritativo bajo y hematuria.5,6 En nuestro caso, dichos síntomas estuvieron presente y dado el volumen y localización de la tumoración, se suma la presencia de obstrucción ureteral causando hidronefrosis y dolor renal secundario.
En relación a su diagnóstico, el US vesical es el estudio de imagen que con mayor frecuencia detecta dichos tumores, como acontece con otro tipo de neoplasias intravesicales,7 siendo de pequeño volumen en la mayoría de los casos al momento de su diagnóstico. La cistoscopia deja de manifiesto la presencia de una tumoración de base sésil, no arborescente y que protruye hacia la luz de la vejiga.
Su localización más frecuente es el área del trígono, pero pueden encontrarse en cualquier segmento de la vejiga,4 en relación a su origen o desarrollo dentro de la pared vesical estos pueden ser extramurales, intramurales y submucosos, siendo estos últimos los más frecuentes, representando el 50% de los casos reportados.1,8,9
Las teorías etiopatogénicas son muy diversas, tratándose de explicar su origen por un factor inflamatorio, una metaplasia perivascular, un componente de hiperestimulación hormonal, y finalmente, como una posible degeneración de remanentes de los conductos de Wolf o Müllerianos.10,11
Las lesiones pequeñas habitualmente se tratan con la RTU,12 las cuales suelen confundirse con carcinomas vesicales, siendo el estudio histopatológico el que demuestra la naturaleza de esta lesión benigna y la presencia de fibras musculares lisas; los estudios de inmunohistoquímica con marcadores para actina, desmina y CD34 son positivos, y generalmente no presentan mitosis. En los casos de grandes masas vesicales estos pueden tratarse con enucleación, o en los casos de tumores intramurales por medio de la cistectomía parcial,1,13,14 como en nuestro caso. Su pronóstico es favorable, y generalmente son lesiones únicas.
Dada la poca incidencia de reportes de este tipo de tumores, exponemos el presente caso, considerando que es importante tener en mente dicha patología dentro de los diagnósticos diferenciales de las neoplasias vesicales.
Conflicto de intereses
Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
Financiamiento
Los autores no recibieron patrocinio para llevar a cabo este artículo.
* Autor para correspondencia:
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