¿ INTRODUCCIÓN
Una de las complicaciones más frecuentes del trasplante renal, es la formación de linfocele; se ha señalado una incidencia de entre 1.1% y 58%.1 El linfocele es una colección de linfa en localización retroperitoneal, cuya cavidad no se encuentra epitelizada. Se presenta con mayor frecuencia en pacientes receptores de trasplante renal de donador cadavérico. Variadas técnicas de manejo se han descrito, una de ellas es la escleroterapia vía percutánea que se encuentra indicada en linfoceles sintomáticos y de gran volumen.
Se presenta el caso de paciente masculino adulto receptor de trasplante renal de donante fallecido que tuvo como complicación la formación de linfocele gigante en el sitio del injerto. Se muestran estudios de imágenes, manejo y resultados.
¿ PRESENTACIÓN DEL CASO
Hombre de 35 años con insuficiencia renal crónica terminal, quién recibió trasplante renal de donante fallecido en octubre de 2005. Se le realizaba dilatación con balón uretral, por lo que fue diagnosticado como portador de estenosis de uretra. Se le realizó un cistograma miccional con el que se evidenció el desplazamiento de la vejiga hacia el lado izquierdo (Imagen 1). El examen general de orina fue normal y el urocultivo sin desarrollo. Urea de 60 mg/dL y creatinina de 2.5mg/dL. En el ultrasonograma se demostró una gran cavidad con contenido líquido, localizada en la pelvis, también se observó el riñón trasplantado (injerto) con dilatación de la pelvis renal (Imágenes 2 y 3). La TC demostró un quiste gigante en el hueco pélvico, compatible con linfocele que comprimía y desplazaba a la vejiga (Imágenes 4, 5 y 6).
Imagen 1.Cistograma.
Imagen 2. Ultrasonograma.
Imagen 3. Ultrasonograma
Imagen 4. TC
Imagen 5.TC.
Imagen 6. TC.
Con estos estudios se concluyó diagnóstico de linfocele gigante y se propuso la realización de laparoscopía, a la que el paciente se negó. Por ello, se le propuso la punción, drenaje y esclerosis de la cavidad con alcohol total vía percutánea guiada por imágenes. El procedimiento se realizó en forma ambulatoria, drenándose aproximadamente 1200 mL de líquido seroso. Se utilizaron 200 mL de alcohol que se dejó media hora dentro de la cavidad, permaneció con sonda de drenaje por espacio de 10 días y se retiró al comprobar gasto escaso. Posterior al procedimiento, los azoados disminuyeron a niveles normales, se comprobó mediante ultrasonido el injerto renal sin dilatación y ausencia de linfocele. El resultado citopatológico del líquido del linfocele informó: material proteínico con un componente celular inflamatorio y linfocitario abundante.
¿ DISCUSIÓN
Las causas de la formación de un linfocele son, la insuficiente ligadura de vasos linfáticos durante la disección y también se ha sugerido que los linfáticos del seno renal del injerto podrían también ser el origen del linfocele.
Algunos factores de riesgo para la presentación de esta complicación son: extensa disección perivascular de vasos ilíacos, episodios de rechazo agudo, retraso de la función del injerto cadavérico versus donador vivo, alta dosis de terapia con esteroides, re-trasplante y presencia de enfermedad poliquística.1,2 Esta complicación se presenta en muchos casos luego de un año del trasplante y pueden ser sintomáticos o asintomáticos de acuerdo al tamaño que alcancen. Los síntomas que pueden encontrarse son: elevación de los niveles séricos de creatinina, masa palpable o dolor abdominal, edema de miembros pélvicos por compresión de la vena ilíaca, síntomas vesicales por compresión extrínseca y pielonefritis. En nuestro caso el paciente presentó urgencia miccional y distensión abdominal.
En cuanto al tratamiento, se han descrito muchos métodos para resolver esta complicación y van desde la realización de drenaje percutáneo simple guiado por ultrasonido o TC y la utilización de sustancias esclerosantes como alcohol, tetraciclina, yodo povidona; hasta la utilización de fibrina selladora, todos ellos con relativo éxito y caracterizado por la alta recurrencia.3-6 No obstante a estos reportes en nuestro caso el resultado fue satisfactorio considerando a esta terapéutica como buena alternativa de manejo.
Actualmente, muchos recomiendan la realización de marsupialización del quiste con omentoplastía vía laparoscópica, por ser este procedimiento, el que con más éxito se reporta dejando el procedimiento abierto sólo para linfoceles multiloculados y adyacentes a estructuras vitales.7-9 Sin embargo, en ocasiones los pacientes prefieren procedimientos más simples para evitar complicaciones mayores en su afán de conservar su riñón.
¿ CONCLUSIÓN
Si bien el tratamiento de elección en estos casos es la cirugía vía laparoscópica, es importante conocer otras alternativas de manejo como la utilización de sustancias esclerosantes para resolver esta complicación con buenos resultados.
Correspondencia: Dr. Aldo Beymar Ticona Garrón.
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