El Medical Subject Headings (MeSH), diccionario jerárquico de términos controlados utilizado en la indización de los artículos incluidos en MEDLINE, define la bibliometría como «el uso de métodos estadísticos en el análisis de la bibliografía para mostrar el desarrollo histórico de los campos temáticos y los patrones de autoría, publicación y uso». Los estudios bibliométricos tienen un gran interés pues permiten evaluar de manera indirecta el progreso y la calidad de la investigación en los diversos campos de la ciencia, identificando sus actores principales (autores, instituciones, revistas), las relaciones que establecen entre sí y el impacto que tienen entre sus colegas1-3. Una muestra del interés que suscita este tipo de estudios puede obtenerse en las bases de datos bibliográficas, como MEDLINE. Una búsqueda a través de la plataforma PubMed realizada con el término bibliometrics del MeSH ha permitido recuperar 3.956 artículos acumulados en marzo de 2011, con un notable crecimiento en los últimos años, ya que en 2001 se publicaron 191 artículos, mientras que en 2009 fueron 594. Combinando este término con respiratory tract diseases hemos obtenido 35 artículos bibliométricos dedicados a las enfermedades del aparato respiratorio. Por otra parte, en 2009 el MeSH introdujo el término impact factor (factor de impacto), lo que constituye una nueva expresión de la importancia que los indicadores bibliométricos están adquiriendo en la actualidad.
De manera general, los indicadores bibliométricos pueden clasificarse en tres tipos: de productividad, de colaboración y de repercusión o impacto, sin olvidar la existencia de indicadores mixtos que combinan variables de diversa procedencia3. Dado que la investigación no puede caracterizarse mediante un indicador simple, deben combinarse varios indicadores, de manera que cada uno de ellos mida una faceta de la actividad científica. La información necesaria para el cálculo de los indicadores bibliométricos procede, por lo general, de las bases de datos bibliográficas. Para obtener una visión exhaustiva de la investigación en un campo es necesario acudir tanto a las bases extranjeras como a las españolas, ya que las primeras no recogen todas las revistas publicadas en los diversos países. Sin embargo, las bases de datos no están diseñadas para elaborar directamente este tipo de estudios y sus datos no suelen estar estandarizados, por lo que suele requerirse un trabajo adicional de normalización antes de proceder al análisis bibliométrico. Por otra parte, no todas ellas permiten extraer los mismos datos. Por ejemplo, MEDLINE no aporta la dirección para las instituciones de trabajo de todos los firmantes de los artículos que registra, lo que imposibilita realizar estudios que analicen la colaboración entre instituciones o países. Por el contrario, esta información sí que está incluida en Science Citation Index de la Web of Science y Scopus, que además aportan el número de citas que ha recibido cada trabajo, lo que permite conocer su repercusión o impacto, identificar los hot papers (trabajos muy citados) y realizar estudios de seguimiento de los hallazgos científicos a partir de las citas que reciben en trabajos posteriores1.
El principal indicador que mide la productividad científica es el número de trabajos que ha publicado un autor, grupo o institución y su distribución por periodos de tiempo, normalmente anuales, ya sea por áreas temáticas o especialidades. Este indicador permite conocer el peso y dinamismo de cada uno de los agentes evaluados y su comparación con los demás.
Un aspecto de gran relevancia para el desarrollo de la investigación biomédica actual es el trabajo en equipo, es decir, la colaboración de varios autores para alcanzar sus fines. Para medir el grado de colaboración se utiliza el índice firmas/trabajo, también llamado índice de coautoría o índice de colaboración, que expresa qué número de firmas por término medio han intervenido en los trabajos. En medicina, el índice varía de unas especialidades a otras debido a las particularidades de cada área temática, ya que las dedicadas a la investigación básica o las que cuentan con mayores recursos suelen tener un índice de colaboración más alto, que suele ser siempre mayor de tres autores por artículo1-3.
Algunos programas informáticos identifican las coautorías que se producen en los trabajos publicados y representan gráficamente mediante mapas los grupos o clusters de autores (u otras variables como instituciones o países) que han publicado trabajos conjuntamente4. Estos grafos son muy ilustrativos pues permiten identificar los frentes de investigación de cada área o tema analizado, donde cada frente está compuesto por el conjunto de autores enlazados entre sí, de manera que la fuerza de unión es mayor conforme aumenta el número de trabajos firmados en colaboración5. Este método se ha aplicado en la cartografía bibliométrica de algunas áreas biomédicas españolas, como drogodependencias, cardiología, neurología y tabaquismo6,7, entre otras, así como en la revista Archivos de Bronconeumología8. El análisis puede acompañarse de una serie de indicadores que identifican el grado de interconexión de cada miembro con los demás y su posición en el conjunto de la red, así como el número de nodos con los que se encuentra conectado cada miembro.
Los indicadores de repercusión o impacto son los más controvertidos, pues se utilizan en la evaluación de la actividad científica y como medida indirecta de la calidad de las publicaciones9. Se calculan a partir del análisis de citas en las bases de datos Science Citation Index y Scopus, y se basan en el supuesto de que los trabajos más citados son los que tienen una mayor calidad. Sin embargo, tienen el sesgo de que solamente se conocen las citas que reciben los artículos y las revistas analizadas en estas bases de datos, mientras que quedan fuera de este cómputo numerosas revistas y artículos de calidad que, al no estar incluidos, no son tan visibles como los otros y no son tan citados. Por otra parte, las dinámicas de citación varían mucho de unos grupos a otros y de unas especialidades a otras9,10. El indicador más utilizado es el factor de impacto (FI) publicado en el Journal Citation Reports (JCR), que se calcula en cada revista estableciendo la relación entre las citas que en un año han recibido los trabajos publicados durante los dos años anteriores y el total de artículos publicados en ella durante esos dos años11,12. Por ejemplo, para calcular el factor de impacto de la revista Thorax en 2009, último año del JCR publicado, se suman todas las citas que han recibido en 2009 los trabajos publicados en 2008 y 2007 (1.077+1.162), y se dividen por el número total de artículos publicados por dicha revista en 2008 y 2007 (163+155), lo que da como resultado 7,041. El área Respiratory Systems del JCR contiene 43 revistas y la que obtuvo un mayor factor de impacto en 2009 fue American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine (FI = 10,689). La única revista española incluida en esta área en 2009 fue Archivos de Bronconeumología, que ocupó la posición 23 y obtuvo un factor de impacto de 2,166, así como la cuarta posición en la clasificación de las 60 revistas españolas con FI.
Dentro de las enfermedades del aparato respiratorio, los estudios bibliométricos han permitido caracterizar la producción científica española en diversas temáticas: el tabaquismo13 y su lugar en el contexto de la Unión Europea y mundial14; las redes de colaboración científica internacional en tabaquismo15; la caracterización bibliométrica y temática de los grupos de investigación de la revista Archivos de Bronconeumología8, la identificación de las áreas de sistema respiratorio en España16 y la producción española sobre tuberculosis17; la productividad mundial, colaboración, visibilidad e influencia entre las especialidades médicas en la investigación sobre tabaquismo6. Otros trabajos se han centrado en el estudio de la repercusión de las revistas del área en Science Citation Index18,19, así como en sus aspectos teóricos y de opinión, sobre todo los relacionados con el factor de impacto9,11,12. Entre los estudios extranjeros, destacan los que en los últimos años han analizado mediante técnicas bibliométricas las tendencias en la investigación sobre cáncer de pulmón20, el síndrome respiratorio agudo21, asma22, bronquitis crónica23 y apnea del sueño24.
El análisis de la producción, repercusión y colaboración sobre reducción del consumo de tabaco que presentan Granda-Orive et al en este número25 se inscribe en esta línea de estudios y permite observar claramente la evolución de los artículos científicos publicados en este campo de investigación reciente. Los autores aportan una información de gran interés sobre la variedad de revistas en las que se publican los trabajos en esta subárea, poniendo de relieve su carácter multidisciplinar y emergente, e identifican los autores y grupos que constituyen el frente de investigación, que consideran consolidados, pero todavía sin una clara cohesión entre ellos. Una de las principales conclusiones destacables es que la repercusión de estos trabajos es mayor que la del conjunto de los trabajos sobre tabaquismo.