Caso clínico
Varón de 27 años sin antecedentes médicos de interés. Acudió al Servicio de Urgencias por un dolor agudo en el hemitórax derecho de características pleuríticas. La exploración física, las pruebas de laboratorio, la radiografía de tórax póstero-anterior (P-A) y el electrocardiograma fueron normales. Se realizó una angio-tomografía computarizada (angio-TC) para descartar un embolismo pulmonar y ésta mostró en la grasa pericárdica derecha un aumento de la atenuación mal definido, con una imagen hipodensa en su interior. Todo ello compatible con una necrosis de la grasa pericárdica derecha.
Figura 1 Imagen de angio-tomografía computarizada de tórax, ventana de mediastino. Se visualiza en la grasa pericárdica derecha un aumento de la atenuación mal definido con una imagen hipodensa en su interior, compatible con necrosis de la grasa pericárdica.
Figura 2 Imagen de angio-tomografía computarizada de tórax, ventana de mediastino. Se observa en la grasa pericárdica derecha un aumento de la atenuación mal definido.
Discusión
La necrosis de la grasa pericárdica es una enfermedad de etiología desconocida, poco común y de características benignas, siendo un proceso autolimitado1. Los hallazgos patológicos son semejantes a los encontrados en la necrosis grasa de la apendicitis epiploica, de la mama, de la pancreatitis y de la grasa subcutánea2. La sintomatología consiste en un dolor torácico pleurítico agudo, en un paciente que previamente se encontraba asintomático. La clínica puede recordar los síntomas del infarto de miocardio o del embolismo pulmonar3. Las pruebas de laboratorio son normales, y la radiografía de tórax suele mostrar una opacidad en el área paracardiaca, habitualmente izquierda3. El diagnóstico raramente se establece antes de la cirugía. Los hallazgos principales en la TC son una masa de tejido graso encapsulado, con cambios inflamatorios, engrosamiento pericárdico y/o pleural y, ocasionalmente, derrame pleural4. Debido a su evolución autolimitada, el tratamiento es conservador2. Nuestro paciente fue tratado con antiinflamatorios no esteroideos durante 3 semanas, presentando una buena evolución clínica, no reapareciendo nueva sintomatología al suspender el tratamiento.
*Autor para correspondencia.
Correo electrónico:drpozorivas@hotmail.com / rdelpozo@clinic.ub.es
Recibido el 20 de diciembre de 2010;
aceptado el 4 de julio de 2011