La pandemia causada por el virus CoV-2 del SARS ha generado una emergencia global y ha transformado nuestro sistema de atención sanitaria en poco tiempo1. Una de las medidas adoptadas para la contención del virus ha sido la restricción de acceso a los centros sanitarios, lo que supuso la anulación, parcial o total, de las prácticas presenciales del alumnado de ciencias de la salud. Paralelamente, ha eclosionado el potencial de la telemedicina, que en estos pocos meses resulta ya cotidiana en la asistencia sanitaria general y también en la salud mental2.
Aunque las prácticas presenciales tienen componentes irremplazables para el alumnado de ciencias de la salud, la crisis actual nos ha hecho plantearnos en nuestro entorno tanto la adaptación de los métodos docentes como los sistemas de gestión de las prácticas.
En los diferentes dispositivos de salud mental asociados a nuestro Departamento de Psiquiatría recibimos estudiantes de ciencias de la salud de grado y posgrado de distintas disciplinas (Medicina, Psicología, Enfermería, Trabajo Social, Terapia Ocupacional). La organización de prácticas presenciales está basada en rotaciones de grupos de entre 5 y 10 alumnos, con una duración fija en horas, y un orden preestablecido a principio de curso. El alumnado es tutorizado por un profesional clínico, tiene unos objetivos docentes concretos y es evaluado al final del período de prácticas.
En este momento, el modelo de prácticas presenciales que veníamos utilizando colisiona con las recomendaciones que desde salud pública hacen sobre la circulación de personas en centros sanitarios. Por esto, proponemos una transformación digital de las prácticas clínicas basada en su gestión descentralizada y la posibilidad de realizarlas con medios basados en telemedicina.
En este cambio de paradigma, el profesorado ofrece oportunidades docentes a lo largo del curso, no limitadas a un período prefijado o damero. Las oportunidades docentes se alinean con los objetivos docentes de las prácticas y se les asignan los créditos correspondientes a las horas requeridas.
Para la gestión de este modelo utilizamos un gestor de oportunidades docentes (https://www.operemos.es), que permite (fig. 1):
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Publicitar la oportunidad docente especificando su modalidad: presencial, simulación (role-playing), audiovisual (videos con material clínico) o telemedicina. La oferta de oportunidad docente tendrá una duración en horas —con su equivalencia en créditos ECTS (European Credit Transfer System)— y calendarización, pudiendo ocupar varios días.
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El alumnado se apunta libremente hasta completar el aforo y alcanzar el máximo de horas/créditos correspondientes a la asignatura.
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Las actividades del alumnado no quedan restringidas a un horario ni a un grupo de prácticas, sino que a lo largo del año va configurando su portafolio de prácticas con las oportunidades docentes ofertadas.
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Al término de la actividad el profesor y el alumno se evalúan recíprocamente con una escala de valoración que oscila entre 1 y 5.
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El sistema acredita tanto al docente como al discente la participación y la evaluación recibida y hasta el punto de que facilita información en tiempo real de las actividades realizadas.
Las prácticas con el uso de telemedicina que se proponen incluyen (fig. 1):
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Transmisión de las sesiones clínicas y reuniones del equipo terapéutico en streaming.
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Transmisión de la actividad clínica presencial del docente en streaming, utilizamos tanto salas con cámaras y micrófonos o equipos portátiles de emisión (smartglasses).
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Rol de observador (oculto o no) en actividades de telemedicina (videoconsultas, grupos virtuales).
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Entrevistas y exploración de pacientes por videoconsulta.
Somos conscientes de los dilemas que pueden surgir con este cambio de paradigma, por un lado por la resistencia a cambiar, partiendo de un escenario en el que tanto alumnos como docentes se encuentran cómodos; y en especial en lo relativo a la privacidad y respeto a la intimidad de los pacientes. Por ello, entendemos que este tipo de prácticas deben ajustarse a los principios profesionales digitales de Ellaway3 para los profesores, estudiantes y profesionales de la salud, destacando la necesidad de que los alumnos firmen un compromiso previo al acceso a las prácticas, en el que conste que está prohibida la grabación y difusión de las actividades presenciadas, en su totalidad o en parte.
En conclusión y ante las restricciones sufridas por la pandemia por la COVID-19 en las prácticas presenciales en las ciencias de la salud, proponemos un modelo de prácticas y de gestión de las mismas flexible y que aporta un valor añadido. Planteamos, con esta propuesta, un modelo de inmersión para el alumnado en la práctica asistencial de la telemedicina, que fomenta la autogestión tutelada y facilita una evaluación continuada de docentes y alumnos.
La educación que, siguiendo a Bauman4, denominamos líquida, elimina dameros y facilita la teleformación. Comparándolo con una oferta exclusivamente presencial, la educación líquida mejora la accesibilidad y aumenta la calidad de la oferta docente. Pueden señalarse los siguientes puntos clave:
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El currículum se flexibiliza y se adapta a las necesidades de los diferentes escenarios y actividades en los que puede desarrollarse la clínica en salud mental.
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El profesorado optimiza sus oportunidades y posibilidades formativas, a la vez que obtiene un mejor seguimiento y reconocimiento de su actividad docente.
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Los organismos gestores de la universidad tienen la posibilidad de llevar a cabo un seguimiento más próximo y de mayor calidad de la actividad docente.
Todas estas propuestas, que son realidades en nuestro quehacer docente, no compiten con la enseñanza práctica que se lleva utilizando más de 50 años en nuestro centro sino que la complementan. Creemos que estamos ante una oportunidad de innovar y complementar lo existente para que el alumnado y profesorado disponga de nuevas herramientas para mejorar su formación y hacer frente a desafíos futuros.
FinanciaciónLa presente investigación no ha recibido ayudas específicas provenientes de agencias del sector público, sector comercial o entidades sin ánimo de lucro.
Conflicto de interesesHéctor Guadalajara ha diseñado la web www.operemos.es. El resto de autores no tienen ningún conflicto de intereses que declarar.
ReconocimientosNinguno.