Hemos leído con atención el artículo de Giner y Guija sobre la disparidad, en el número de fallecimientos por suicidio, entre el Instituto Nacional de Estadística (INE) y los Institutos de Medicina Legal (IML) de España1, cuyas apreciaciones respecto a las dificultades en los flujos de información y la necesidad de continuar mejorando el sistema de registro de causas de muerte compartimos. Aunque los autores asumen que las fuentes médico-forenses no proporcionan datos más válidos que las estadísticas oficiales, en nuestra opinión sus observaciones son compatibles con la literatura sobre la materia, que prefiere a las primeras como estándar de referencia en lo que a mortalidad por suicidio se refiere2.
En cuanto a la metodología, proponen un indicador que denominan «número de suicidios identificados provinciales» (NSIP) y definen como «el número más alto de suicidios en una provincia y año», ya sea este del INE o del correspondiente IML. Este indicador se fundamenta en la presunción que «resulta improbable que se [registren] suicidios que no [sean] tales». Sin embargo, sí se ha comprobado la existencia del registro incorrecto como suicidio de defunciones debidas a otras causas, como caídas no intencionadas3. Por otra parte, incluso si tanto los datos del INE como los de los IML fueran igualmente exhaustivos y válidos, cabría esperar ligeras discrepancias en sus totales, ya que los primeros corresponden a residentes en España fallecidos en territorio español según la provincia de residencia, y los segundos a todas las muertes judiciales sucedidas en cada provincia independientemente de la nacionalidad y el lugar de residencia, extremo que ya tuvimos ocasión de señalar con anterioridad4.
En cuanto a los resultados, sí se analizan los datos de la tabla 2 del artículo de Giner y Guija tomando solamente los valores de las 34 provincias para las que se dispone tanto de datos INE como de datos IML en todos y cada uno de los 5 años de estudio, se observa lo siguiente (fig. 1):
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Como era de esperar, dada la conocida infraestimación de la mortalidad por suicidio en las estadísticas oficiales de mortalidad3,5, los datos del INE muestran generalmente un número de casos menor al de los IML. Globalmente, las fuentes IML aportan todos los años más casos que el INE, con diferencias anuales que van de un mínimo del 9,3% en 2006 a un máximo del 18,7% en 2010.
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Los datos del INE y los IML muestran tendencias distintas en la evolución de la mortalidad por suicidio, aspecto este muy relevante en salud pública6: según el INE, el número de fallecimientos habría sufrido importantes variaciones anuales para llegar a situarse en 2010 por debajo de los valores de 2006; en cambio, los datos IML reflejarían un aumento sostenido entre 2006 y 2008, y una tendencia decreciente a partir de ese año.
Número anual de fallecimientos por suicidio según fuente de información en 34 provincias españolas (elaboración propia a partir de los datos de Giner y Guija1). Se muestra la suma del número de fallecimientos provinciales para cada una de las fuentes de información y para el valor mayor obtenido por las 2 fuentes de información en cada provincia (valor mayor).
IML: Institutos de Medicina Legal; INE: Instituto Nacional de Estadística.
Finalmente, deseamos llamar la atención acerca de que en España, tanto los trabajos científicos como los sistemas de información basados en fuentes médico-forenses utilizan métodos ad hoc de acceso o conocimiento directos del resultado del estudio de los cadáveres2,7–9. Ello se debe al escaso desarrollo de registros internos en los IML, un extremo sobre el que ya llamamos la atención 8 años atrás7. El artículo de Giner y Guija es un reflejo de esta situación, puesto que a la hora de aproximarse a las cifras de los IML del conjunto de España tuvieron que recurrir a una comunicación directa con los directores de 33 centros distintos, 15 de los cuales no aportaron datos o lo hicieron de forma incompleta1. Además, se desconoce la metodología empleada para compilar los datos por parte de los distintos centros, y por ende, la existencia de posibles diferencias en la misma tanto entre centros como en un mismo centro entre zonas o periodos. En nuestra opinión, el Consejo Médico Forense de reciente creación10 podría impulsar el desarrollo de sistemas de información que faciliten la proyección social y sanitaria de los IML. Creemos que si se registraran de forma rigurosa y homogénea los datos procedentes de los IML proporcionarían información más válida y exhaustiva sobre la mortalidad por suicidio y otras causas externas que la mayoría de fuentes disponibles en España.