Las clasificaciones de los trastornos psiquiátricos que manejamos1 contemplan la posible presencia de síntomas psicóticos positivos en el trastorno bipolar. Describen cómo estos síntomas pueden aparecer tanto en la fase depresiva, como en la maniaca y mixta; cómo pueden ser congruentes o incongruentes con el estado de ánimo del paciente y por último cómo pueden adoptar la forma de delirios y/o alucinaciones. También añaden el que estos síntomas no pueden mantenerse en el tiempo más de 2 semanas una vez que el episodio afectivo se haya resuelto porque, si así fuera, tendríamos que cambiar el diagnóstico.
Con frecuencia observamos que en el paciente bipolar la recuperación sintomática no se acompaña de una recuperación funcional2. Entre otros factores, este déficit se atribuye al demostrado deterioro cognitivo3 y a los denominados síntomas subdepresivos interepisódicos4 que estos pacientes padecen. En este sentido, sería interesante intentar discriminar, lo cual en ocasiones es muy complicado, si dichos síntomas subdepresivos no son en realidad síntomas psicóticos negativos en algunos casos. Quizá debamos plantearnos un diagnóstico diferencial de estos síntomas «a la inversa» de lo que hacemos con el paciente esquizofrénico y sus síntomas negativos5. Creemos que en el paciente esquizofrénico, es conveniente hacer un diagnóstico diferencial de los síntomas psicóticos negativos con posibles síntomas depresivos, y consideramos este dato importante de cara al tratamiento. Los pacientes bipolares muestran, en ocasiones, un tipo de síntomas que en un paciente esquizofrénico serían denominados síntomas psicóticos negativos6. La presentación clínica de hecho es idéntica y la etiopatogenia la desconocemos.
La reticencia a hablar de síntomas psicóticos negativos en el trastorno bipolar quizá esté relacionada con nuestro temor a crear aún más confusión de la que existe. Si estos síntomas se aprecian aún estando el paciente eutímico y además permanecen en el tiempo, puede que el concepto de psicosis en trastorno afectivo bipolar necesite ser revisado7. Sin embargo, es importante tener esta cuestión presente de cara al planteamiento terapéutico. Ante la presencia de estos síntomas, y habiendo descartado sintomatología depresiva, quizá habría que incidir en el uso de ciertas medidas farmacológicas, como los denominados antipsicóticos procognitivos8,9 pero también en medidas neurorehabilitadoras10.
Todo lo referido anteriormente nos enfrenta una vez más al problema de nuestro desconocimiento de la etiopatogenia de los síndromes psiquiátricos y sus síntomas. Quizá la prevista incorporación de dimensiones a las categorías diagnósticas actuales, en este caso la dimensión «síntomas negativos» en la categoría bipolar, ayude a avanzar en este sentido11.
FinanciaciónFinanciado por la ayuda de investigación PS09/01760 del Fondo de Investigación Sanitaria y Fondos FEDER.