Oriol Cohí Lluís Ximeno
Prólogo: Ramón Viladot. Presentación: Domingo Ruano.
Editorial Masson, S. A. Barcelona, 2001. Encuadernación en cartoné, 27 × 21 cm. 411 + XIX páginas. Dividido en 10 partes y 72 capítulos. 377 figuras + 27 tablas. ISBN: 84-458-1029-4. Depósito legal: B-18.687-2001.
La primera impresión que nos produce la lectura de la obra que comentamos es el enorme mérito que tienen los autores o coordinadores para manejar hasta 144 colaboradores en la redacción y puesta a punto del texto. Intervienen una variopinta multitud de profesionales, desde médicos a ingenieros, desde podólogos a biomecánicos, desde fisioterapeutas a biólogos, y dentro de la medicina, cirujanos infantiles y ortopédicos, rehabilitadores, neurocirujanos, médicos del deporte y un amplio etcétera que confieren universalidad científica al libro.
La confección de aparatos ortopédicos fue tradicionalmente artesana, más de artistas que de técnicos, con unos conocimientos autodidácticos basados en la experiencia más que en la ciencia. Tras las primeras reuniones conjuntas referidas al tema, nace en 1988 la revista Técnica Ortopédica Internacional, propiciada por los ortopedistas del área mediterránea y de cuya labor de recopilación es fruto la presente obra.
Hábilmente dirigidos por Oriol Cohí y Lluís Ximeno, aparecen una serie de trabajos de autores de renombrada experiencia, escogidos por su carácter didáctico y ordenados por regiones y por patologías, con dos grandes grupos: el referido a ortesis y el referido a prótesis, con una miscelánea final que recoge los apartados no tratados anteriormente.
Editorial Masson se ha encargado de propiciar esta obra con su clásica sobriedad, que confiere un carácter científico al tema. Dos son los medios de ilustración que aclaran el texto: fotografías en blanco y negro, bien contrastadas y claras y dibujos o esquemas de gran sencillez, de rasgo seguro y firme, sin un trazo de más ni de menos.
El profesor Ruano, que presenta el libro comentado, hace un llamamiento a las autoridades académicas para equiparar nuestros técnicos --a nivel de los mejores del mundo-- a los de la Comunidad Europea, que están titulados como universitarios de grado medio. Este logro les conferiría un carácter de ciencia que no de calidad que ya poseen de sobra.